Julieta.
Quisiera llenar todos tus vacíos, detener los años, regalarte alas de ángeles reales, enmarcar todas tus sonrisas, matar todos los monstruos, quisiera que jamás conocieras los demonios, ni los males del mundo.
Quisiera regalarte todo el amor que te mereces y regresarte un poco de la alegría que repartes sin que sepas porque.
Yo que soy un alma vieja se reconocer a los jóvenes, y no porque seas pequeña, tu eres un alma vibrante y llena del candor de la niñez, no importa cuanto tiempo pase, sé que no lo perderás, ¿Como podrías perderlo cuando tus ojos esconden el paraíso?
Julieta, eres flores en invierno, brisa fresca en el infierno, eres destellos, marometas y luz, eres un corazón absurdo y perpetuo, eres manantiales de inocencia, palacios en el cielo, coronas de hierba.
Eres princesa y Diosa de tu mundo, emperatriz de la alegría y de la locura, una magnífica locura, cada día es una aventura, un reto, una nueva emoción.
Quizá aun no entiendas todo esto, espero que nunca lo hagas, lo único que quiero que sepas, es que te vi una vez en un sueño, no había hortensias de acuarela, o ríos de colores, gorriones azules, ni ramas del centro de la tierra, pero te vi, te vi cantando tu canción, brincando de un lado a otro y eras como el más hermoso y despejado de los cielos.
Julieta, eres y siempre seras amor, y siempre serás mi cielo escondido, mi rayo verde.
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