Púrpura, rojo, rosa y magenta, amarillo, plateado, verde y vermellón.

Apilados, guiando un aserpentado patrón, mojados y desgastados, ladrillos anaranjádos, adornando la calzada interior.

Resuenan las campanas, las voces de los ángeles entonan su canción, la de ella, la que cantaba ese día en el que llovió.

Los pétalos finos caen sobre la capilla, es el tiempo, es el día, el velo el olvido no caerá jamás entre estos soñadores tercos y teñidos.