CAPITULO 9
Salieron de la pizzería y caminaron calle abajo, sin un rumbo fijo.
Se ve más animado que antes. Pensó Alice. Antes no lo estaba Ni tampoco hablaba mucho.
Por un momento quiso creer que se debía a ella, sin embargo creyó que el nuevo Edward había cambiado tanto, hasta no tener interés en ella y sólo accedió a salir porque era una petición.
O una promesa.
Pero mientras caminaban a Johnny se le ocurrió a donde podían ir, empezaron el recorrido desde la pizzería (es decir el Oeste) y terminarían todo ese recorrido hasta llegar al Este de la ciudad.
Le enseñó algunas iglesias y casas con arquitectura barroca, también anduvieron por otro centro comercial pequeño que había en el Oeste de la ciudad, entraron, recorrieron algunas tiendas.
Ambos solían beber, pero a un modo regulado, así que ingresaron a un bar para solo beber un whisky. Luego siguieron caminando hasta llegar a un karaoke.
Ambos entraron, Alice le pidió que cantara algo para el público, pero Johnny no quería cantar, no le gustaba, y creyó que la gente saldría corriendo en cuanto lo oyeran cantar.
—Sé que podrás cantar, —motivó Alice— sólo debes sacar ese instinto de cantante que está en ti.
— ¿Hablas del que solía cantar en la ducha cuando era niño?
Ella soltó una carcajada que de seguro lo escucharon los demás, luego Johnny se reía junto con ella. Luego ella negó con la cabeza mientras sonreía.
—Debe ser ése, supongo. Tú voz no es tan aguda... así que podrías cantar...
Él caminó hasta acercarse al micrófono y pidió la canción de All of me. Entonces el Dj buscó en la lista y le dijo que ya estaba listo para reproducirla. Tomó el micrófono y se acercó al escenario.
— ¡Damas y caballeros!—exclamó el DJ y los demás pusieron atención— aquí tenemos a...—le susurró al oído cubriendo el micrófono con la mano— ¿cómo es tú nombre?
Estuvo a punto de decir Johnny, pero se detuvo ante eso...
—Mi nombre es Edward.
— ¡A Edward!, amigos, y nos va a cantar una canción de John Legend.
El Dj le pasó el micrófono. Johnny buscó a Alice que la encontró sentada en una de las mesas de en frente.
—Suerte. —Le susurró Alice, pero Johnny no la escuchó. La canción se estaba reproduciendo.
Siguió mirando a los demás, no le ponían atención, sólo conversaban entre sí y sólo parecía que cantaba para Alice. En los karaokes supuso que era algo común, ya que a veces sólo esperaban a que alguien bueno llegue para cantar... pero que cantara bien.
Unas palabras en blanco salieron de una pantalla que Johnny tenía a unos centímetros. Luego vio que las palabras se teñían de anaranjado.
Era el momento para cantar.
—What would I do without your smart mouth? Johnny tropezó en sus palabras, su voz no pareció apropiada, pero continúo. Drawing me in, and you kicking me out
Algunas personas que estaban conversando entre ellas miraron de soslayo a Johnny.
—You've got my head spinning, no kidding, I can't pin you down
Está vez, cantó con más ahínco, y entonces algunas personas empezaron a mirarlo, no sólo porque cantó con más fuerza, sino que la voz iba a más acorde a la canción,
—And I'm so dizzy, don't know what hit me, but I'll be alright
De pronto, todos estaban impresionados. Empezaron a cuchichear entre ellos; se animaron más mientras Johnny proseguía, creyó que le estarían abucheando para que lo sacaron del escenario.
Miró la pantalla, se acercaba al coro.
—Cause all of me
Más impresionados, entonces todos le silbaban, algunas mujeres lo miraban extasiadas en el fondo del lugar. Pero se olvidaba de la persona más importante.
Alice.
No dejó de cantar y por un momento rápido, pudo ver cómo ella, estaba boquiabierta y... ¿feliz? Esa expresión era indescifrable, pero a Johnny le gustó.
Cuando terminó de cantar, todos le aplaudieron hasta que las palmas les dolieron. Pensó en que Alice, aplaudía con más estrepito que el resto y no sólo porque estaba en frente. Johnny bajó del escenario para sentarse con Alice.
— ¿Muy sorprendida, eh?
— ¡Cantas de maravilla! —exclamó Alice.
—Gracias... me parece que es tu turno.
Alice se levantó de un paso y avanzó hacia el Dj, no fue necesario que se lo dijera, porque ella seguía luego de él. Después de medio minuto, Alice estaba en el escenario, el Dj hizo su presentación y le pasó el micrófono.
La canción era Give me love de Ed Sheeran. Alice cantaba la canción, pero esta vez, hizo un enfoque más femenino a lo que el cantante Ed, había hecho.
—Give me love like her.
El público la miró, la voz se suavizó e iba con el mismo ritmo y ella cantaba sin equivocaciones y a los demás le gustaba.
—Give a little time to me or burn this out.
Él la miraba desde el asiento y pensó que cantaba no sólo bien, sino que excelente. Fue en un instante fugaz, como en la montaña rusa mientras se sostenían las manos, se conectaron con la mirada...
Aunque está vez, fue de una forma distinta a la anterior. Era más fuerte dicha conexión. Ella no se detuvo con la canción, fue entonces cuando la atmósfera en la que estaban, se volvió más clara y ofuscada por un espacio (o mundo), sólo para los dos.
Alice terminó de cantar y el público también la aplaudió, y Johnny aplaudió con más fuerza que los demás, que se hiciera escuchar por encima del resto.
Ella sonrió y ocupó el asiento de nuevo.
—Cantas mejor que yo. —Confesó Johnny.
—No, tú cantas mejor.
—Te aplaudieron más personas.
Soltó una risita.
—Sí, claro.
Estuvieron sentados por unos minutos hasta que después salieron. Ella aún tenía que conocer la ciudad.
Antes de que fuera medianoche, ya habían recorrido una gran parte de la ciudad, algunos parques, restaurantes (en los que no entraron) y otros restaurantes con mayor prestigio. Pasaron por el trabajo de Alice y ella le pidió que le enseñe el lugar de su trabajo.
Pero Johnny se limitó a decir que no y cambió de tema, que ya era hora de ir a casa.
—Otro día, tal vez.
—Sí tú lo dices.
Johnny pidió un taxi para Alice.
El primero que paso, no les hizo caso, el segundo tampoco, estaban ocupados.
La tercera es la vencida suelen decir. Pero también los ignoraron.
—Mejor acompáñame a casa.
Johnny parpadeó muy rápido por lo que ella dijo.
— ¿A tú casa?
—Sí... ¿ocurre algo? —ella enseñó una mirada pícara.
—No, no pasa nada. Vamos.
Caminaron más calles, sus pies y piernas les rogaban un descanso. Ella se detuvo en un edificio en el que rentó un departamento. Entonces Johnny se despidió de Alice.
Ella se acercó para darle un beso en la mejilla, y Johnny también hizo el mismo gesto. Sólo que Alice, no despegó los labios de la mejilla de él después de unos segundos que, para Johnny parecieron eternos.
En cuanto se separó, Alice le sonrió.
—Nos vemos. —Soltó una risita.
Ella entró en el edificio y la vio subir por lo que supuso fueron las escaleras.
Johnny suspiró y una sonrisa de apoderó de él.
— ¿Es verdad lo qué pasó está noche?
Él resopló y dio media vuelta para ir a casa. Todo estaba yendo a una manera diferente a la que esperaba en un principio. Quiso ignorar a la novia de Edward porque le pertenecía, a pesar de todo ese tiempo transcurrido. El problema era que Johnny se estaba enamorando cada vez más.
No se trataba de la belleza de Alice lo que lo hacía pensar, sino en cómo ella, hacía que su vida empezará a tener colores después de tanto tiempo. Se sentía bien con ella, de repente no se sintió como un desconocido, sino un amigo (o tal vez para algo más).
Caminó y la sonrisa aún no desaparecía.
Mientras Johnny sonreía, en otro horario y ciudad, ocurría algo diferente...
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