CAPITULO 26
—No puedo creer lo que has hecho, Johnny.
Teresa le estaba contando toda la verdad de lo que había ocurrido mientras él estaba en aquel sueño profundo.
—Despierto y lo primero que me dicen es que estuve en coma, bueno luego de las preguntas que creo que fueron innecesarias. —Dijo Edward. Los tres iban en el auto. — Y ahora esto. ¿Por qué?
—Por amor. —Comentó Teresa.
Johnny iba al volante; todo para Edward le pareció felicidad ahora que ya había salido del hospital después de todo ese largo tiempo. El cielo tenía varias nubes espesas y un tanto grises; al sol, le faltaban unas horas más para que se escondiera en el horizonte.
Pero todo para esa felicidad se desplomó en cuanto escuchó a Teresa todo las verdades que su hermano había hecho.
Todo por Alice.
Creyó que todo sería distinto luego de despertar, pero todo lo ocurrido en su pasado volvió para atacarlo. Nunca creyó que su hermano haría algo como eso. En su cabeza cruzaron ideas sobre Johnny estando con Alice, su antigua novia.
Pero Edward necesitaba una excusa para terminar con Alice y en cuanto se dio cuenta del Coma, pensó que eso le serviría, y ahora que sabía de todo lo ocurrido, las excusas se evaporaron.
Edward amaba a Alice, sí, la amaba. En los primeros días se enamoró perdidamente de ella y quiso tenerla para sí solo. Aún seguía en el mundo de las drogas y no le pareció correcto que una persona así, estuviera con alguien tan tierna como Alice. Hizo su mayor esfuerzo en poder mantener la relación y luego de unos meses, fue decayendo.
Las drogas lo consumieron más y se dejó envolver en eso.
Y su comportamiento cambió severamente. Ésa fue la razón para que se comportara así con Alice, nunca fue en modo de ser agresivo por nada. Esas asquerosas drogas lo estaban destruyendo y ni siquiera tenía la voluntad de dejarlas.
Pero Teresa tampoco quiso que estuviera en eso toda su vida, deseó que fuera alguien diferente y su cambio empezó desde que ambos juntaron dinero para esa casa. Después de que Teresa se fue, Edward volvió a las drogas porque no podía evitar sentirse agobiado al no tenerlas.
Su organismo se acostumbró a dichas sustancias.
Un mes después de que Teresa se había ido, Alice llegó a la vida de Edward.
Y para cuando ya haya pasado mucho tiempo, la relación entre Edward y Alice se había vuelto densa y la desconfianza apareció sólo para él. Entonces pensó de algún modo poder terminar con Alice (se lo prometió a sí mismo), ya que sabía muy bien (a pesar de estar drogado) que le hacía daño emocionalmente.
Iba a hacerlo, pero se suponía que lo haría al día siguiente de la fiesta con sus amigos (que nunca lo visitaron en el hospital), y ahora todo cambió para él al quedar en coma.
Ni uno de los hermanos pudo cumplir una promesa que se hicieron a sí mismos.
Johnny habló poco en el viaje, él era el que conducía, tenía que poner atención a las calles.
Johnny dejó el coche en el garaje y entraron a casa.
Ahora que los tres estaban en la sala necesitaban hablar sobre algo más que ocurrió, no sólo lo del ingreso a la cuenta de un hermano, sino de lo que a Johnny le pasó la semana anterior.
Se sentaron ocupando un sofá, Edward tomó una silla de la cocina; se sentía raro en su propia casa luego de haber vuelto, además se veía muy diferente de lo que había sido antes de estar en Coma.
—Johnny debería estar en prisión, Edward, —dijo Teresa—podrá ser tu hermano pero hay que hacer eso.
Edward la ignoró, se sentía afligido. Miró a su hermano que tenía la mirada concentrada en el suelo.
— ¿Quién te golpeó? —preguntó él, a pesar de estar mucho tiempo viéndolo con las moratones.
—Chuck.
— ¿Chuck? —A su mente le volvieron los recuerdos de un hombre alto y corpulento... junto con un hombre que era su jefe, sólo conocía a un Chuck— No... ¡no me digas que se trata del secuaz de Miller!
Johnny asintió, ahora era su turno para confesar el otro problema.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top