CAPITULO 25
Teresa y Johnny iban en el auto con prisa pero sin exagerar la velocidad para no tener una multa. Por este momento Teresa se le complicó ignorar lo qué Johnny hizo y preocuparse por su mejor amigo; se puso a pensar en cómo su hermano debía decir la verdad.
Johnny le confesó todo lo qué había pasado desde el principio para que quedara claro (el cuaderno con la cuenta de E-mail, el mensaje de Alice, y otras cosas más; se reservó lo de la montaña rusa, la cena y el cumpleaños falso), las intenciones de estar con Alice no eran malas. Sí Johnny hubiera dicho la verdad desde el principio todo habría sido diferente. Diferente y mejor.
Él deberá confesar todo.
Ella pensó aquello y tuvo que ocultar la ira que tuvo con el hermano de Edward por pocos instantes antes de que la situación fuera diferente.
Se estacionaron y de inmediato cruzaron la calle al hospital. No tomaron el ascensor, subieron por las escaleras. Ella lo siguió. Aminoraron el paso en cuanto Teresa vio que Johnny se detenía.
Ambos jadeaban y por el umbral de la puerta vieron a Edward de pie (ya no necesitaba del bastón), con la misma ropa de la noche en que cayó en coma (aunque si apestaba por estar conservada por mucho tiempo).
El hombre de cabello negro y el doctor se volvieron la vista hacia la puerta y miraron a los que llegaron.
— ¡Johnny! —Exclamó Edward sonríendo, luego cuando su hermano se apartó un poco del umbral, pudo ver a su mejor amiga— ¿Teresa? —Había asombro y curiosidad en su expresión.
Johnny se quedó en el umbral y fue Teresa quien entró para abrazarlo. Las piernas de Edward se habían hecho de piedra, ya no se tambaleaba y se mantenía con suma rigidez.
—Sí que me extrañabas.
—Claro que sí. —Admitió ella; hizo un ademán con la cabeza hacia atrás señalando a Johnny. —Tú y él deberán hablar sobre algo importante. —Se volvió a él— ¿No es así?
Johnny suspiró por el cansancio y asintió con lentitud. Edward estaba confundido.
— ¿De qué? —Interrogó el doctor Wallace tratando de unirse al tema.
—Cosas de familia—respondió Teresa y se llevó a Edward afuera. Ni hablaron mucho con el doctor Wallace por salir rápidamente.
Los tres salieron y por fin en largos meses, Edward, pudo estar fuera del hospital respirando el aire fresco de aquella tarde.
Edward volvería a su hogar.
Tres horas para que Alice estuviera en casa de Edward.
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