CAPITULO 13

Johnny conducía a rápida velocidad, tan rápida, que tenía las probabilidades de impactar contra el primer muro en caso de un mal derrape. Dobló hacia la esquina, siguió recto por dos calles más.

Era de noche y fue una suerte de que no hubiera policías que hayan estado vigilando el sector por el que Johnny conducía.

El mensaje de Alice decía que se hizo algo grave.

Rosó los segundos con exactitud antes de que el semáforo pudiera cambiar de color. Parecía que estuviera en la filmación para otra película de Rápidos y Furiosos.

Pero él seguía sin entender por qué Alice no llamó a una ambulancia y prefirió llamar a Johnny sin dar una explicación.

Detuvo el coche en frente del edificio en el que Alice vivía. Cerró la puerta con brusquedad (sin olvidar las llaves), corrió y no vio al dueño.

Mucho mejor.

Siguió corriendo hasta subir al piso en el que se encontraba el departamento de Alice. Golpeó la puerta.

— ¡Alice!

Se escucharon unos pasos en la habitación contigua, luego de un instante. Se abrió la puerta, pero en el interior reinaba la oscuridad, ni siquiera ingresaba la luz de la calle por la ventana. Ni tampoco había pistas de la persona que abrió la puerta.

— ¿Alice?

Caminó y al poner un pie en el departamento, se encendió la luz con un click y por unos segundos vio el lugar vacío, y de inmediato, salieron de pequeños espacios, mujeres gritando:

— ¡Feliz Cumpleaños!

Johnny se sobresaltó y dio un respingo, después le llovió confeti que cayó en su cabeza, esparciéndose también por los hombros.

Alice dio un salto para abrazar a Johnny. Le puso un pequeño sombrero de fiesta en la cabeza.

—En verdad me asustaron—masculló Johnny, buscó los ojos de Alice—especialmente tú.

Alice soltó una risita.

—Sabía que sólo así vendrías.

Él frunció el ceño.

— ¿Alarmándome sobre algo malo que te haya pasado? Pues créeme que lo hiciste muy bien.

Ella se puso a carcajear y luego escuchó como sus amigas cuchicheaban cosas como: En verdad se ve atractivo... Qué envidia... ¿Cómo habrá conocido a ese galán?... ¿Serán novios?

No, aún no lo eran, y menos, se habían besado. Johnny era bastante tímido y ese fue el factor principal en el que temió que Alice lo abandonará. No fue nada de lo que creyó, Alice y él, jugueteaban como enamorados a pesar de no que no lo eran.

Johnny suspiró e caminó hasta una pequeña mesa en la que en el centro, había un pastel con el número 27. Aunque ésa, no era la verdadera edad de Johnny, ni tampoco era su cumpleaños.

Aún faltaban meses para que lo fueran.

Tomó asiento y las demás mujeres (las contó, estaban CINCO), miraron a Johnny con cierta mirada lasciva. Alice trajo un celular (con la cámara lista) y en la otra mano un cuchillo.

—Muy bien, antes deberás pedir un deseo. —Dijo Alice, enfocando a Johnny y dejando el cuchillo al lado.

—Sin fotos, —comentó Johnny— por favor.

—Edward, sólo una.

Ella volvió a poner esos típicos ojos de niña, con las intenciones de ruego. Johnny suspiró.

—De acuerdo, pero sólo una.

Sopló las velas y Alice pudo capturarlo en el momento exacto. Después comieron el pastel junto con una soda. Alice se acercó a Johnny y le dijo: Sonríe.

Él lo hizo y tomó otra fotografía. Alice dijo: Esto quedará en mi galería.

Johnny hizo caso omiso de la foto que ella le tomó, ni siquiera protestó a pesar de que le dijo que solo una. También se hizo amigo de las mujeres que asistieron a su cumpleaños, platicó con algunas, pero no tanto.

Dentro de una hora, cada una salía del departamento.

Johnny, también tuvo que irse.

— ¿No quieres quedarte un momento más?

—Tengo trabajo mañana, lo siento. Pero gracias por haber recordado mi cumpleaños.

Ella sonrió.

—No iba a olvidar una fecha tan importante.

Se despidió con un beso en la mejilla y Alice, volvió a quedarse sola en la encogida habitación.

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