Volvemos a la ciudad (2)
26 de Julio de 2017
Jak y yo pasamos al menos tres horas leyendo y releyendo lo que llevo escrito, haciendo anotaciones y, en general, hablando del libro. Se nota que ya casi ha pasado la hora de comer porque ambos estamos cansados, aunque uno de los camareros nos traiga cacahuetes cada media hora. Mi editor me ayuda con la historia de mi protagonista principal, Luke, cree que antes de contar su presente debería explicar su pasado y desde ahí escribir cómo se reunió el grupo y qué aventura están viviendo ahora mismo.
Tanto él como yo tomamos nota de lo que vamos acordando, hasta que a las tres menos cuarto de la tarde Jak se levanta del sillón con una sonrisa.
- Esto va tomando forma, Kagome, me alegro tanto de que hayas podido desbloquearte.
Yo sonrío sincera mientras agarro mi cuaderno y me levanto.
- ¿Entonces te gusta mi idea?- pregunté emocionada.
- Por supuesto que sí. Es magnífica y sé que solo tú vas a poder desarrollarla...- contesta antes de levantar su maletín- Por cierto, te he traído algo.- susurra mientras apoya su maletín en la mesa, lo abre y saca mi portátil.
- Como tus vacaciones iban a ser en un spa e iban a durar una semana no te llevaste el portátil- Cuando quiero agarrarlo él lo alza.- Pero antes respóndeme a una cosa...
- Dispara, Jak.
- Voy directo a la capital, ¿te vienes conmigo o te quedas aquí?
La verdad no me había planteado que ver a Jakotsu significaba volver a casa. No puedo irme así como así sin despedirme... quiero salir más veces con Sango, quiero que Izayoi me enseñe cómo cocina, quiero ir a tomarme algo a El Quinto Pino y saludar a Miroku, quiero seguir viendo a Misha, y también quiero pasar las tardes con Inuyasha...
La semana que he pasado en el pueblo se me ha pasado volando. Nunca en mi vida el tiempo había pasado tan rápido, y eso que han pasado muchas cosas en estos siete días.
Niego con la cabeza.
- No quiero volver a la ciudad ahora y agobiarme. Prefiero quedarme aquí todo el verano si los Taisho me lo permiten...
Jak sonríe mientras me tiene el portátil y una pequeña bolsa de plástico donde se encuentra su cargador.
- Intenta usar ese ordenador para escribir, ¡o por lo menos para hablar conmigo!
- De acuerdo
Ambos nos damos un fuerte abrazo antes de despedirnos. Jak me ha comentado que tiene que irse directo a la capital por una cosa de la editorial, me ha pedido que no me estrese y que escriba todo lo que pueda.
Cuando me encuentro sola en el restaurante decido mirar alrededor mientras me doy una vuelta y busco a Inuyasha con la mirada. Al no encontrarle de reojo, decido coger mi teléfono y llamarle.
- ¿Has acabado, chica de ciudad?
- Sí, ¿dónde estás?
- Estoy en el segundo piso. ¿Te acuerdas de las escaleras que vimos al entrar? Súbelas.
- Nos vemos ahora.- contesto y cuelgo.
Me acerco a las escaleras y empiezo a subirlas tranquilamente. Cuando llego al segundo piso, con aire lujoso y pinta de antiguo lo único que puedo pensar es en lo bonito que es. Encuentro a Inuyasha muy fácilmente, está hablando con dos trabajadores que me saludan al ver que Inuyasha se gira para verme. Pronto ellos se van alegando que tienen que trabajar y, entonces, toda la atención de Inuyasha recae sobre mí.
Pero yo ahora mismo no le estoy mirando a él, sino a las mesas vacías que quedan en el restaurante.
Carraspeo un poco e Inuyasha se da la vuelta topándose conmigo
- ¿Quieres comer conmigo?
Se queda quieto unos instantes antes de asentir y dejarse guiar por mi mano hasta la mesa. Supongo que le ha sorprendido mi propuesta. Cuando nos sentamos y pronto un camarero llega a darnos la carta y ofrecernos algo de beber para después marcharse.
-Pensé que era tu novio.- suelta de repente haciéndome sonreír.
Creo que me estoy acostumbrando a su sinceridad.
- Ya que dije que no tenía novio...- contesto.
-Pues que era un "amigo" tuyo. La verdadera amistad entre hombres y mujeres no existe.
-Eso es mentira, míranos a nosotros dos.
Inuyasha me escudriña con la mirada unos segundos antes de contestar:
-Repito, es imposible, chica de ciudad.
Decido no seguir diciéndole que eso es una mentira más grande que su finca para posar mi mirada en la carta y decido elegir un solomillo y luego pedir un helado de vainilla y chocolate. Cuando vuelve el camarero, me doy cuenta de que no es el mismo, si no que era un chico más joven, juraría que incluso más joven que yo mientras nos miraba con una sonrisa.
- Buenas tardes, ¿habéis decidido qué comer?
- Sí, un solomillo y una ensalada mixta por favor.
- Pulpo a la gallega.
El muchacho apuntó todo y después nos miró con una sonrisa pícara dedicada a Inuyasha:
- Ya nos podías haber dicho que tu amiga, además de simpática era muy guapa, ¿eh? Te callas lo que te interesa, pillo.
Inuyasha le miró de igual manera y sonrió.
- Mueve el culo, Sota, si no quiere que hable con tu hermano.
El tal Sota me sonríe para después irse hacia la cocina del restaurante.
- Con que has estado hablando de mí con tus amigos...
- No tenía nada mejor que contarles, chica de ciudad.
Quise seguir hablando pero de una manera fugaz el primer camarero que nos atendió trajo la ensalada y el plato de Inuyasha. Mi solomillo todavía se estaba haciendo.
Aliñé la ensalada y comencé a comer, no sé si lo he mencionado pero, como como una lima y, además, como muy rápido. Cuando me acabé la ensalada alcé la vista para toparme con sus ojos dorados mirándome.
- ¿Quieres probar mi plato?- preguntó mientras lo acercaba al centro de la mesa.
El plato en sí eran los brazos del pulpo hechos rodajas y cocidos sobre una base de patatas también cocidas todo ello aliñado con sal, pimiento y aceite de oliva.
- Sí - contesté
Ya había tomado ese plato antes y la verdad es que me gustaba, decidí coger mi tenedor y acercarlo a su plato cuando él pinchó con el suyo un trozo de pulpo junto a una rodaja de patata y lo acercaba a mi boca. Pronto se dio cuenta de mi expresión de sorpresa y se encogió de hombros.
- Di "Ahh", chica de ciudad...
- No voy a decir "Ahh"
Él sonrió
- Pues abre la boca.
Hice lo que dijo para que acercara su tenedor, y cuando quise acercarme él alejó el tenedor.
- Muy mal, chica de ciudad, déjame darte de comer.
Suspiré y me deje hacer, abrí la boca levemente y por fin me dio de comer. La verdad es que esta riquísimo y mientras masticaba, mi plato llegó y comencé a comer.
- Pagamos a medias- contesté cuando ambos habíamos acabado.
- Pago yo.
- A medias.
- Kagome...- me regañó
- Inuyasha...- dije con el mismo tono.
Suspiró y después dejo que yo pusiera mi parte.
Cuando salimos allí, una brisa fría nos recorrió el cuerpo. Puede que fuera el aviso de una tormenta de verano, así que aligeramos el paso para llegar al coche y meternos para que la lluvia no nos pillara en medio de la carretera. Cosa que fue imposible...
Escuchábamos música en la radio del coche a un volumen bajo mientras la lluvia resonaba sobre el coche.
- No te creas que no sé qué has hablado de mí con tu amiguito, chica de ciudad.
- ¿Eh?
- Me echaste en cara que había hablado con mis amigos de ti - sonrió de lado de manera irónica.- No me digas que tú no has hablado de mí.
- La verdad es que sí, hemos hablado de ti, chico de pueblo
- ¿Un poco?
Niego con la cabeza.
- Creo que hemos hablado bastante de ti.
Y ver su cara de sorpresa fue lo suficientemente satisfactoria para que la sonrisa no se me borrara de la cara durante toda la tarde.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top