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05.- Razones para Amarte
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— Memo...

El joven desvió la mirada, tomo las cosas de su casillero para entrar a clases. Estás también fueron un tormento para Lionel, pues ambos se sentaban compartiendo el pupitre pero en ese momento Memo se había sentado en otro lado.

Pero por la expresión de su mirada se notaba de lejos que a él también le dolía estar distanciado.

"Tu papá no quiere que esté contigo".

Había recordado nuevamente ello y le entró coraje... ¿Cómo era posible que Diego haya mandado golpear a alguien inocente?

Imaginaba que Ronaldo contó absolutamente todo: que los vio de la mano y muy en especial besándose. También por eso le generó un rencor hacía el Portugués. Ahora tenía más razones para no querer aceptar ese compromiso.

Tenía que librarse de eso, pues estaba profundamente enamorado de Guillermo, era a él a quien no quería perder.

Tras las primeras clases y tomar el descanso para un refrigerio. Leo se apresuró a acercarse a Memo y tomarlo de la mano antes de que esté le huyera.

— Hablemos...

— No tiene caso.— Ochoa no quería verlo a los ojos.

— Hablemos Guille.— Suplico nuevamente.— Hablemos y después de eso te prometo que ya no te volveré a molestar.

Nadie quería cumplir esa promesa si se amaban demasiado.

Salieron a una de las jardineras donde nadie los molesté, aunque Memo se inquietó un poco y tardo en hablar.

— ¿Qué fue lo que pasó el Lunes?.— Leo lo vio preocupado.— Ya no me respondiste y me preocupe, luego te veo llegar así... todo golpeado...  me asusté mucho.

— Al terminar la clase, vi tu mensaje pero no pude responder después...— Comenzó a explicar.— Cuando no había nadie en los vestidores, me cambié el pants pero...— Suspiró.— Unos chicos de imagino unos grados mayores se acercaron...

"Comenzaron a agredirme, siendo más que yo no pude defenderme y me golpearon".

"Dijeron que era para que dejara al hijo de Diego Maradona en paz".

"Pues Lionel Messi merece algo mejor que yo".

A Memo se le salieron las lágrimas que limpio con el puño del saco pero se quitó el gorro de la cabeza. Leo noto como tenía el cabello demasiado corto. Casi al ras y no había señas de sus hermosos rizos ya.

— También me cortaron el cabello, como lo hicieron mal mis padres me lo cortaron parejo para que creciera mejor...— Suspiró.— Que si volvía a estar contigo... me iría peor.

Leo se quedó callado, adoraba los rizos de Memo y le irritó demasiado lo que hizo su padre, mandarlo golpear era demasiado.

— Creo que ya no hay que vernos.— Prosigió.

— ¿Qué dices?.— Se sorprendió por eso.

— Creo que tu padre me investigo bastante rápido... y no quisiera que por mi culpa te haga también daño a ti...

— Pero amor...

— Es lo mejor.— Sonrió con torpeza ocultando sus lágrimas.

— No quiero dejarte...— Continúo hablando.— Y perdoname por todo esto...

Leo no sabía cómo encarar a su padre, nunca lo había hecho y tenía miedo de que fuera hacerle algo peor a Guillermo. Hoy fue una golpiza, mañana quién sabe y no quería averiguarlo.

— Pero Leo... ¿Y si te hace daño a ti?.— A Memo no le importaba su seguridad, sino la de Lionel.

— No se, pero yo no voy a dejarte...

Le tomo las manos, se las beso incontables veces y volvió a verlo a la cara, sujetando su rostro suavemente.

— No voy a dejarte...

"Si, tengo miedo, yo no soy valiente".

"Pero por ti quiero serlo".

"Quiero ser valiente".

Guillermo lo abrazó con fuerza y comenzó a llorar, Leo lo abrazó del mismo modo consolando lo que ambos sentían.

Su romance no iba a ser fácil y menos sabiendo que en la escuela había gente que estaría vigilando lo que hicieran. La prueba estaba claramente en aquellos sujetos que se atrevieron a golpear a Memo.

Debían ser precavidos está vez si querían que su romance saliera adelante.

Y también, Leo sabía que por eso debía hacerle frente a su padre, luchar por lo que ama y lo que le hace feliz. Sabía que debía cortar esos hilos de marioneta que tenía encima y ya no más dejarse manipular por su padre.

Debía buscar su propia vida.

Cuando regreso a casa después de la escuela iba demasiado callado. Se encontró a Ronaldo al pie de las escaleras pero lo ignoro.

— Llegué de la escuela.— Como siempre, fue al despacho de su padre para avisarle que estaba en casa.

— ¿Viste lo que le pasó a ese chico?.— Maradona continúo.

Pero Leo solamente bajo la mirada. Apretó los puños con fuerza, sentía rabia en su interior.

— A la próxima... no querrás saber que le ocurrirá si vuelves a estar con él.

— ¿Por qué?.— Tenía miedo pero primera vez que lo encaró.— ¿Que te hizo para...?

— Es de una clase insignificante e inferior.— Lo vio con firmeza y una frialdad inquebrantable.— Mi hijo no se unirá a un tipo como ese...

Había algo más que eso, estaba seguro, Diego siempre había odiado a las castas las débiles o de linaje más bajo pero nunca se había atrevido a golpear a nadie que se haya relacionado con su hijo solo por una amistad. O eso imaginaba Lionel, en especial debido a que nunca había tenido amigos. Memo era su primer amigo y ahora que sentía algo más por él quería seguir manteniendolo a su lado.

Había algo más que eso...

Tenía que saber que era.

Se había ido a encerrar a su habitación, sacando el celular suspiró levemente.

✓✓ Guille, te amo, eres lo más especial e importante para mí, no quiero dejarte y por eso voy a ser valiente.

"Eres a quien quiero proteger".

"Y mi razón para ser feliz".

"Juro no rendirme... juro ser más fuerte".

Los siguientes meses habían sido bastante precavidos, en especial por estar en la escuela, casi era verse a escondidas y eso a Leo no le gustaba.

— Quiero ser valiente.— Murmuró con lentitud.— Proteger lo que amo...

— No solo es eso Leo.

Ambos estaban escondidos en la biblioteca, Memo le tomo la mano.

— Siento que tu papá te controla demasiado...— Explicó.— Y está bien que honremos a nuestros padres y hagamos caso a lo que dicen, pero también piensa en ti.

— ¿Eh?.— Vio a su novio.

— Vive por ti...— Sonrió.— Has lo que a tu corazón le haga feliz, no esperes a que tu papá te diga que debes hacer... ¿eso te hace feliz?

— La verdad no.— Leo bajo la mirada.— Él.. hasta casi escoge lo que me voy a poner de ropa... No me gusta que me diga que hacer o con quién estar...

— Entonces se fuerte para ti.— Le tomo la mano.— Se fuerte para defender lo que deseas...

— A veces me da miedo.

— Entonces yo estaré ahí para sostener tu red.

"No temas a perder".

— Gracias amor...

"Seré fuerte por ti, pero para eso debo ser fuerte para mí".

Ambos se volvieron a besar... Todavía el futuro era incierto para ellos, pero Leo podía ver una luz de esperanza, en Memo. Sabía que si se iba contra su padre podría dañar su relación con este, pero no importaba... Maradona parecía todo menos un padre.

Y si Leo debía extender las alas y abandonar el nido lo iba a hacer, si, tenía miedo.

Pero ahora iba de la mano de Guillermo...

La persona que le mostró el camino.

Para poder vivir.

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