Eres tu propio blanco
Si de tierra hermosa se trata, la de grandes bosques de pinos y la bandera tricolor no podría faltar. Siempre fue grande Rusia y exaltada además por sus típicas construcciones, tal grandeza continental resulta perfecta para contrastar en sus habitantes virtuosos y carentes. Años hermosos los que integran la década de los 90, donde los entallados pantalones a la cintura son la pasión de Irka, esta chica nacida en la ciudad de Moscú y a quien de niña los vecinos la nombraron "la certera", es casi una gloria deportiva en su vecindad, por su impresionante presición al tiro con arco, pero ella, el centro de las dianas de tiro es el único punto que realmente tiene ubicado.
Apasionada por su deporte posee una obsesión fija por las películas románticas y sobre todo por la perfección de su primera vez, tan esquematizada como plano de arquitecto, sin dudas era una centrada tiradora con una descentrada mente. Siempre ensayaba movimientos de labios, gestos, como irían las velas y pensando que todo debía de ser tal cual las películas, envuelta en sábanas rojas, perfumadas y todo ese tipo de cosas. Métrica y a la vez desubicada tenía todo bien estructurado y esquematizado para la sublime ocasión. Cuando la joven tenía 11 años se mudó a la casa vecina Ivan, quién pronto encontró cosas y gustos comunes en ella, sobre todo en la música y quién en pocos meses se convirtió en su fiel amigo.
Ya crecidos la certera e Iván se unen como pareja y como diría la vida:
¿Quién mejor para entender a alguien que quien te ha visto crecer?
Ahora jóvenes de 18 años, los chicos que además de compartir gustos y exactamente la misma fecha de nacimiento no comparten de forma tan exacta la visión de la vida. Él es centrado, gustoso de ver la hierba crecer, su cuerpo fortificarse por el ejercicio; fiel conocedor de las necesidades y esencias humanas, sabe que todos nacen, crecen y dejan su huella sobre este mundo.En cambio ella, la certera que sólo en el blanco con las flechas da, no conoce más esencia que acertar en el tiro.
Polos opuestos en un mismo imán, pero unidos en el alma, como toda fiera defiende su territorio, como todo mundo expresa lo suyo y como mortales que son, tenían sus discrepancias. Dichas diferencias radicaban en la esquematización de ella y lo centrado de él.
Pasan primaveras, se doblan los pinos, nieva sobre las cúpulas del Kremlin y los chicos siguen teniendo la clásica discusión que se repite tanto como la secuencia de las hojas en los árboles, siempre terminaba explicándole Iván que lo importante no es llegar arreglada y con el pantalón ajustado, lo importante es llegar, que lo esencial no es ser el rey de la pista sino bailar, que no importa la portada, hay que leer el libro y sobre todo que no es como está la vida sino vivirla.
Una ocasión, casi al cumplir ambos los 19 al mismo día y hora la enamorada pareja, porque a pesar de sus diferencias se apreciaban mucho, compartían un vídeo musical donde el hombre esperaba al personaje femenino en una cama llena pétalos, inspirada Irka y abrumada por su obsesión se exalta eufóricamente, cosa que ya conocía Iván que experimentaba al ver esas cosas ya que era uno de los temas que intercambiaban cuando comenzaban su noviazgo en los cafés de Moscú escuchando a Bryan Adams.
Hombres, hábiles animales, todo exponente del género conoce el terreno que anda como guerrero en sus conquistas, todo varón conoce aciertos y desaciertos de su chica.
Conocedor a profundidad Iván de Irka, decide convertir la obsesión de ella en su propio castigo para hacerla despertar de sus banales fantasías y como cálculo perfecto sabía cuál sería el resultado final y se dice a sí mismo:
"Como diría su canción favorita ...Every thing I do, I do it for you...
Todo será por ti."
Se estructura el muchacho el plan en la mente y para quienes llevan casi tres años de novios ya era el momento de fundir otras partes que no eran precisamente las cavidades de su corazón. Ivan creó todo como lo había soñado y esquematizado su novia, creando para ella todas las condiciones para su perfecta primera vez, de fondo "Making love like nothing there at all", flores de estación adornadas con pino, velas sobre cáscaras de naranja y sábanas rojas.
Al llegar Irka a la casa de Iván este la lleva al salón estereotipado detalladamente tal cual sus sueños, allí, en aquel bello escenario comienza el acto sublime de la pareja dónde Iván centrado como siempre, sabe y no por machismo que le toca desvanecer el hielo, por lo que se queda tal y como nació, sin ropa alguna que le impidan el intercambio con el puro clima de la atmósfera, pero el cuerpo joven y la sublimidad masculina como esperaba él, no son el centro de ella, y no porque no lo quiera, si no que ahora dramatiza la ensayada obra:
Los movimientos de labios, retirarse al pantalón, las manos, gestos y toda su métrica mímica planificada por años, sin darse cuenta el joven comienza la parte más objetiva del acto y la sienta encima de él, ella sin sentir comienza a detallar todo y a hablar como discursista:
- Es la música que siempre quise, las flores, las velas, todo lo que soñé y como lo ví en las películas, escenas de las cuáles comienza a narrar con gran prolijidad tardandose unos veinte minutos.
Exhausto Iván y al dejar ella de sentir los movimientos del chico y llegar la mojada expresión exclama:
- Ya acabo todo.
- Si- responde él, quien le enseña el reloj y nota que han pasado veinte minutos de cálidos flechazos en el frío invierno que la certera no recibió.
- ¿Pero, y el calor, la piel quemada, las cosquillas, los gritos y la desgarrante pasión dónde estan? Yo siempre lo ví así en las películas.
Tal y como esperaba él muchacho, le dice:
- Es que como siempre, perdiste la esencia.
Tras unir las cejas y mirar como profesor serio que interroga a su alumno con una pregunta difícil y cubrindose con la sábana roja Iván la mira fijamente por cinco minutos, analizando ella sus eternas conversaciones responde:
- Amor, ahora entendí que yo soy mi propio blanco.
A lo que Iván responde:
- Espero que hayas aprendido que él amor es sublime, si, pero a pesar de ser lindas las velas y las flores lo importante no radica en estereotipos ni esquemas; no es el acto, es lo que representa para cada quien la otra persona y uno mismo cuando están juntos.- Abrazándola agregó- Y como bien dices tú, te concentraste en todo lo demás y olvidaste que tú eres tú propio blanco.
Entre los brazos de su novio y tras un exhaustivo análisis interno la certera al fin entendió que lo demás era solo adorno, solo color; el centro era vivir el amor, enamorarse, sentirlo y hacerlo sentir, esto es ahora a lo que dirige sus flechas y tras pasar unas horas y apagar la luz, sobre la sencillez del piso, le pide a su novio que repita todo de nuevo.
Fin
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