Estábamos sentados en un largo pasillo de hospital. Todo había ocurrido tan rápido que me producía confusión.

—Uf... menuda noche. Ya avise a los del Ingame que hoy no podremos ir...— Hablo Rubius entrando en escena, mientras metía el móvil en su pantalón.

—Bien, ¿y llamasteis a los padres de Samu?— Preguntó Willy.

—No, la enfermera me dijo que ya se encargaron ellos y que va vienen en camino— Respondió sin mas sentándose en una de las sillas de espera.

—Arg... lo siento por vegetta, no pensé que fuera a salir mal... — Luzu, habló leve con un ojo morado ya tapado con unas vendas, algunos cortes ya curados y algo de sangre en la ropa que llevaba.

— Si pero... fue culpa nuestra, al vernos ir tras vosotros os parasteis y ellos os alcanzaron — Se disculpó Dew triste.

— Peroh muher.... la culpa eh de esos idiohtah... nosotroh solohqueriamoh ayudaoloh— Decía Mangel mientras pasaba un brazo en los hombros de la chica.

—Bueno, en general la idea empezó por...— Rubius fue cortado por Luzu.

— Da igual... no se vayan ahora a matar por ver quien tuvo la culpa... todo estará bien. Lo mio no ed tan grave. Y lo de Vegetta solo fue una puñalada. Cura y puntos y estará como listo. Como siempre ¿Ok?—.

Todos quedamos callados. Nos miramos en ese silencio y no volvimos a tomar el tema.

Unos días mas tarde, bajábamos del avión. Vegetta estaba bien ya. Solo los restos de una cicatriz con hilos negros quedaba en su estomago.

—Yo pido el taxi— Se ofreció Willy caminando hacia la carretera.

— Si con esa cara ni se va a parar ninguno- Bromeó Luzu.

— Menudo pringao... mira y aprende del tito Willy—.

Ni logró parar uno de 9 taxis que pasaron seguidos.

—Ahaha... ¿Que quieres que aprenda?... Dejame a mi wilfred— Sin más para el primero que pasa y se pone épicamente sus gafas— Seh, así se hace nena—.