Pequeño y confuso Alfa
Estaban disfrutando de su agradable desayuno, entre acarameladas caricias y anécdotas amenas, el ambiente mañanero siendo cálido y suavemente alegre. Los alimentos sintiéndose frescos y como altas fuentes de energía que hacían que el humor fuera mejor de lo normal.
Claro, hasta que el sonido del timbre rompió la bonita atmósfera.
Jungkook de inmediato se levantó a abrir la puerta, Taehyung quedándose en un pequeño shock al saber que el momento que había temido finalmente llegó. No es que tuviera una mala relación con el hermano menor de Jungkook... Pero la tenía, aunque sus pleitos no eran de mucha seriedad realmente.
La primera vez que Taehyung se encontró con Haein fue cuando Jungkook lo llevó a casa para presentar a sus padres al Alfa que pedía cortejarle, el niño de inmediato le tomó un desagrado al mayor y no dudó en mostrarlo justo en el instante que el rubio estuvo a punto de tomar la mano del Omega, otorgándole una "respetuosa" patada al extraño que venía con intenciones de robarse a su hermano.
A partir de allí se desató esa infantil relación entre Taehyung y el tierno Haein.
Notó que su pareja ya había tardado en regresar junto con el demonio ahora adolescente que tendrían que cuidar. Extrañado, dejó de lado su desayuno y fue a ver lo que ocurría en el pasillo que daba a la entrada, acelerando el paso al escuchar un gritillo que obviamente pertenecía a su Omega. Detuvo el paso y su expresión cayó a una seria en cuanto vio a su esposo siendo abrazado por su hermano Alfa, este último aferrándose de manera posesiva y tratando de marcarle con su olor.
Iluso, el único olor que Jungkook tenía además del propio, era el suyo y eso nadie lo cambiaría.
Gruñó para llamar la atención.
De inmediato el par de hermanos le vieron, el mayor sonriéndole un poco apenado y el menor hundiendo su rostro en el pecho de su hyung y afianzando el agarre en su cuerpo, sonriendo malévolo al notar la molestia por sus acciones en Taehyung, quien suspiró para calmar a su lobo y evitar caer en las provocaciones del puberto. Él era un adulto, y por ello, debía ser racional.
Dejando de lado esa incómoda bienvenida, en sí el día fue tranquilo entre ellos. A pesar de que no eran desapercibidas las intenciones de Haein con molestarlo, simplemente lo dejó pasar, a fin de cuentas si seguía así Jungkook en cualquier momento lo notaría y le daría un buen regaño.
La joven pareja se hallaba en la sala. Cada uno sentado en uno de los sillones, leyendo un libro que el otro ya hubiera visto, esperando compartir comentarios sobre las lecturas y así poder tener un poco de más control en esos diálogos que han llegado a discusiones y batallas de argumentos.
El Omega suspiró, colocó el separador en la página en la que iba y miró al Alfa. —Tae... No sé qué hacer para la cena, dame ideas —hizo un puchero.
—Comida —respondió el otro, dándole el avión por estar inmerso en la obra. A causa de ello, Jungkook se acercó y le hizo recibir un pequeño golpe en la cabeza.
—No sé, bebé, pregúntale a tu hermano —volvió a su lectura, y de paso, hizo que a Jungkook se le prendiera el foco.
El pelirrojo se levantó, acomodó un poco su atuendo y fue en busca de un suéter, dinero, su teléfono y las llaves del hogar; todo esto bajo la confundida mirada de Taehyung.
—¿A dónde vas? —cuestionó al notar que Jungkook iba de salida.
—A comprar, necesito algunas cosas para preparar la cena.
—¿Quieres que te acompañe? —el menor negó con la cabeza.
—Prefiero que te quedes cuidando la casa y a Haein, cualquier cosa, te llamo —y antes de cruzar la puerta, se acercó a su esposo para darle un rápido beso en los labios al rubio—. Prometo no tardar mucho.
Luego de que el Omega dejara el lugar, retomó la lectura, cosa que duró muy poco gracias a la interrupción del Alfa menor.
—Hyung... ¿Puedo hacerle una pregunta? —Captó la atención del mayor, obligándole a despegar la vista del libro en mano.
—Ya lo estás haciendo —habló y el muchacho le dedicó una mala mirada—. Okay, no. ¿Cuál es tu duda?
—¿Cómo me puedo confesar?
—¿Disculpa? —se acomodó mejor en su lugar y así mirar al chico.
—Quiero confesarme a alguien pero no sé cómo hacerlo.
—¿Tu hermano lo sabe? —negó con la cabeza.
—Quería pedirle ayuda pero tengo miedo de que crea que lo estoy traicionando, yo lo quiero mucho —Taehyung solo enarcó la ceja—. Además de que no está.
—Te le confesaste a Jungkook una vez, ya deberías tener experiencia con eso, aunque fue algo raro.
—Lo sé... Pero esta vez es distinto, no es mi hermano y no sé si realmente le agrade, no hablamos mucho, solo sé que es lo contrario a Kookie-hyung. Y no tengo experiencia manejando algo así, o al menos no algo bueno para poder enfrentarlo.
Aquella vez que Haein decidió confesar lo que sentía a su hermano tenía 8 años. El joven Alfa no era menos inexperto en el amor de lo que es ahora. Cuando ocurrió lo ya dicho, la reacción tanto del Omega como del resto de la familia fue de pura confusión.
Al pobre niño lo tildaron de raro sus otros hermanos, sus padres se horrorizaron y Jungkook no acababa de asimilar del todo lo que su pequeño hermano había pronunciado. Durante unas semanas cambió la actitud de los demás hacia el menor de la familia, a excepción de Jungkook, que le continuó tratando con su particular manera pero sin haber dado una respuesta a los sentimientos del niño.
Estuvo decaído por el rechazo, pero le animaba saber que su Jungkook (que por esa época seguía "siendo de él"), lo quería todavía después de la probable estupidez que había hecho.
Sin embargo, no lo era, y Kook bien sabía de ello. Raro el caso donde dentro de una familia hubieran destinados; ya sea entre hermanos, padres e hijos, etcétera. Pero el niño era un Alfa, y solo había sido cercano a dos Omegas en toda su vida: su madre y hermano, siendo este último con el que más apego tiene.
No se puede llegar a indicar como algo extraño esa atracción sino, casi instintivo, tal vez no dentro de lo que refiere a cometerse el incesto pero sí yéndose a los principios de su parte animal.
No era la experiencia del niño fruto de una enfermedad mental o algo así, era una confusión pero entonces, si el resto se empeñaba en decir lo contrario estaba bien; "la enfermedad del afecto", claramente no era amor del tipo conyugal, pero su cariño al hermano Omega era tal, que por su edad pensó en estar enamorado de esa figura tan hermosa que significaba para él.
No era ni afortunado ni desgraciado, simplemente confuso el sentimiento que no era correspondido completamente de la misma manera por el destinatario.
Bajó la mirada ante los recuerdos de esa situación incómoda, sintiéndose cohibido con el estar frente a su cuñado, que aunque en ese momento no lo estuviera viendo por pensar en cómo ayudarle, parecía nuevamente a sus ojos, uno de los Alfas más impresionantes que había visto, tal vez le admiraba por haber sido capaz de tener ya a su destinado o por el hecho de enfrentarse a su hermano más grande, el que era más posesivo al tratarse de los Omegas en la familia.
En parte conocía los conflictos de Taehyung con el mayor de sus hermanos, pero siempre se preguntó la manera en que obtuvo la autorización para cortejar a Jungkook.
—Hyung, ¿cómo logró que Jinki-hyung no lo matara cuando pidió cortejar a mi hermano?
—¿Respondo eso o lo primero que me preguntaste? —tras la mirada casi irritada del menor, respondió la última pregunta—. Fue fácil, cuando te conocí, que fue ese día, Jinki no estaba. Y cuando se enteró en el colegio, Jungkook lo detuvo de asesinarme o algo por el estilo, además de que por esos años había sido tan problemático que si se metía en otro lío, era probable que lo expulsaran.
—Ya veo...
—¿Acaso la persona que te gusta tiene un hermano mayor que lo único que hace cuando te ve es querer golpearte?
—Uh... No.
—Qué suerte. Volviendo a tu primer pregunta, creo que simplemente debes decirle lo que sientes y ya. Véanse a solas y, llévale algún detalle o escríbele una carta, se lo das, esperas una respuesta y dependiendo de ello harás lo que siga.
—No es tan fácil como lo dices, idiota.
—No me faltes al respeto o le diré a Jungkook sobre tu comportamiento contra mí. Y realmente no es fácil, pero es solo una pequeña planeación, y si tan difícil se te hace decir lo que sientes entonces díselo por mensaje o arrójale una carta al rostro y huye como cobarde, eso sería más fácil, ¿no?
—Pero sería inapropiado...
—Exacto, así que has lo primero que te dije y ya, arriésgate, ya lo hiciste una vez, y no olvides que debes ser tú mismo —Haein asintió.
—¡Volví! —se escuchó desde el pasillo, el Alfa mayor salió casi corriendo para recibir a su Omega que venía cargando varias bolsas del centro comercial, le ayudó a sostenerlas y a llevarlas a la cocina, colocándolas sobre la mesa.
—¿Qué hicieron mientras no estaba? —preguntó mientras Taehyung le abrazaba por detrás y besaba su cuello en lo que él ordenaba las compras.
—Nada interesante, sólo charlamos un poco.
—¿Enserio? Bueno, eso demuestra que ya comenzó a quererte, antes ni siquiera te podía ver —rió al rememorar las veces en que tenía problemas para hacer que Haein por lo menos saludara a Taehyung.
—Lo sé, supongo que es un buen progreso.
Apareció Haein en la puerta de la cocina, habiendo escuchado la pequeña conversación y dándose cachetadas psicológicas por haber tratado mal a su cuñado. Se encontró con la pareja, Taehyung aún rodeando con sus brazos al Omega.
—Hyung... Eh... ¿Puedo tomar un baño?
—Por supuesto, Haein, siéntete como en casa. No es necesario que pidas permiso para eso, en lo que te bañas prepararé la cena, ¿De acuerdo? —el menor asintió y abandonó la habitación.
Apoyado en uno de los muebles de la cocina, miraba a Jungkook en lo que esperaba que Haein entrara bañarse. Dejó que transcurrieran unos cuantos minutos en lo que creía, eran suficientes para que el chico ya no rondara por allí.
—¿Sabías que tu hermano planea confesarse a alguien? —soltó de manera aparentemente desinteresada, obviamente Jungkook no sabía nada (pues el mismo Haein fue el que lo dijo), por lo que su sorpresa ante la reacción del Omega fue vacilante.
—¡¿Es enserio?! —abrió los ojos como platos, soltando de repente el cartón de leche que tenía en la mano.
—Efectivamente, mi querido Kookoo, Haein está flechado —asintió, con algo de pesadez, recalcando así, todavía con mayor complemento de veracidad.
—¡Eso significa que tenemos que hablarle de sexualidad! —gritó, asustado—. O peor aún, ¡Mis padres le hablarán de sexualidad y ellos explican horrible! ¡Lo van a traumar! —se lamentó—. ¡Le obligarán a leer el Kamasutra! ¡Aún no está listo para algo de ese nivel!
En eso, un atolondrado Alfa adolescente hace su aparición, dejando ver su cabello húmedo, producto del reciente baño, y el que tuviera puesta su pijama fundamentaba un poco más a la obviedad. Desde la entrada, preguntó:
—Hyung, ¿Qué es el Kamasutra?
Por lo visto, Taehyung se tomó demasiado tiempo para hablar con su Omega, y por ello, el pobre Haein tuvo que llegar en el peor momento.
Aunque, comparado a la ocasión en la que casi los ve teniendo relaciones, un par de años atrás, esto era mejor...
Después de todo, en algún momento tendrá que saber lo ligado al erotismo, es parte de la sexualidad.
Capítulo todo mediocre, pero, espero que les haya gustado.
Una vez llegué a pensar que me gustaba mi hermana mayor, re loca yo hace años, en realidad la quiero mucho, pero hasta ahí, es una de las personas más importantes en mi vida uvu.
Perdón por no actualizar rápido ;-;
-Efeati
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