Lotso y celoso

El cándido par caminaba fuera del cine, en mano llevando el tarro en que quedaban pocas palomitas. Habían ido a ese lugar por simple ocio y aburrimiento, este último siendo incrementado en la función.

La película de "terror" quedó catalogada como una de las peores cosas en sus gustos cinematográficos, no solo por la lentitud de la trama; las incoherencias de ésta eran absurdas, las escenas que debían producir aturdimiento eran una especie de mal chiste.

Lo único que hacía que se les erizara la piel, era cuando algo viscoso y/o asqueroso aparecía en pantalla o comían, ya sea, relacionado a un insecto o una extraña secreción de fluidos, eso era lo único que, según su criterio, podía infligir cierta inquietud.

Todavía más agotados por lo anterior, tomados de mano, transitaban con letargo, vagamente recorriendo con la mirada lo que se cruzara en la calle, personas, autos u otros transportes, edificios y tiendas. Un silencio somnoliento que, de no ser por la ejecución de movimiento, ya los hubiera llevado al quinto sueño, estaba por sobre sus actitudes.

En uno de los vistazos rápidos a los escaparates, la atención del pelirrojo fue robada por una figura de Toy Story que, por el costo y la calidad que se apreciaba en la misma, podía decirse que era original.

Abundante euforia consiguió que despertara repentinamente de ese cansancio y jalara a su confundido Alfa justo frente al ventanal donde era exhibida la figura de Lotso.

—Tae~, tengo que tenerlo —colocó su dedo cercano al cristal, indicando al oso.

—Bebé, no entiendo de qué te sirve eso, es solo un peluche, después podemos venir a comprarlo.

—¡No! Estos son demasiado difíciles de obtener, tal vez para cuando volvamos ya no esté. Por lo menos préstame dinero, prometo pagarte.

—Amor, no traje mucho dinero, la mayoría de lo que tenía lo gastamos en esa tonta película.

—¡Tae! —le llamó con tono berrinchudo, casi comenzando a hacer pataletas de no haber sido por una voz pronunciando su nombre.

—¿Jungkook? —el mencionado volteó, Taehyung frunció el ceño al darse cuenta de que ese hombre era un Alfa, el desconocido ensanchó su sonrisa.

—Ha pasado bastante tiempo sin vernos, por si no me recuerdas, soy Yugyeom —aclaró, y de inmediato el Omega brincó hacia el recién llegado.

—¡Gyeomie! ¡Cuánto tiempo sin verte!

—Lo sé, intenté localizarte varias veces pero no lograba encontrar buenas referencias —mencionó apenado, alejando un poco al pelirrojo, colocando sus manos en la cintura del mismo. Ignorando el gruñido de Taehyung.

—Debiste haberle preguntado a Jimin-hyung. Él tiene contacto con varios compañeros, pensé que también te hablaba.

—Tampoco tengo su número —habló inocente.

—Rayos... ¿Y qué te trae por aquí?

—Soy el dueño de este local, se lo rento a un conocido y venía a ver cómo iba el negocio, ¿Y tú?

—Quería comprarme ese oso —señaló en la vitrina—. Pero no traigo suficiente dinero —hizo un puchero.

Yugyeom prestó más atención al objeto y regresó su mirada al Omega.

—Vaya, pensé que ya habías completado la colección.

—No, me gustaría, pero no; son difíciles de encontrar y cuestan mucho.

—Mmmm, aguarda un momento —avanzó y entró al lugar, de inmediato habló con el hombre a cargo y señaló al animal de peluche.

La pareja veía confusa al Alfa, Taehyung más irritado que confundido, descubriendo una pequeña parte de las intenciones del tal "Gyeomie".

—¡Oh, no puedo aceptarlo, Gyeomie! —refutó en cuanto el Alfa le acercó el peluche en cuanto salió del local.

—Tómalo como un regalo por reencontrarnos —empujó al peluche a las manos de Jungkook.

—Enserio te debo una. Prometo pagártelo —dijo avergonzado y a la vez emocionado, abrazando al osito.

Taehyung, quien nunca dijo ninguna palabra, ni siquiera para presentarse, rodeó la cintura de Jungkook con un brazo, y con el otro, discretamente, jaló la camisa del pelirrojo con el fin de que la tela del cuello dejara al aire libre la marca en su pareja. Acción la cual aumentó la burla en los ojos del Alfa invasor y la ira en el rubio.

Un idiota más en su lista de posibles Alfas que deseaban propasarse con Jungkook.

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Taehyung, siendo perseguido por su Omega, llegó al cuarto de lavado y de inmediato lanzó al peluche dentro de la lavadora que, en cuanto fue cerrada y manipulada, comenzó con su habitual labor.

—¡¿Pero qué rayos haces?! —exclamó alterado Jungkook.

—Tiene el olor de ese Alfa estúpido, necesito quitarlo —su voz salió más grave de lo normal, recalcando que ahora le dominaba un poco más su parte animal. Gruñó.

—El peluche trae una bocina con la que repite frases —habló en un hilo de voz y sus ojitos se aguaron.

Se agachó a la altura donde se podría observar lo que estaba en proceso de lavado y posó allí su mano, sin quitar sus orbes de su preciado Lotso que daba vueltas y vueltas en medio del agua enjabonada.

Mientras, el Alfa estaba con una mueca enojada apoyado en el aparato, evitando ver a su Kookoo.

Pasó el tiempo, y con ello el enojo del Alfa disminuyó considerablemente al igual que las esperanzas que tenía Jungkook de que su querido Lotso se mantuviera justo como antes de ser lanzado a la lavadora. El aparato se detuvo, y a la velocidad de la luz, Jungkook le abrió y sacó al peluche, empapado. Taehyung ni siquiera pudo al menos ponerle la opción de secado.

Sus globos oculares pronto se inundaron (nuevamente) de lágrimas tal vez un poco absurdas pero significativas para él, cuya colección se había visto perjudicada en el que sería uno de sus elementos más prodigiosos; el olor a pino que definitivamente no pertenecía a Yugyeom sino que era el aroma del muñeco fue reemplazado por la esencia chillante del detergente, el agua hacía que fuera difícil tener en brazos al osito y las gotas escurrían con deje de burla, mojando sus ropas.

Con el panorama que cargaba ya ni ganas tenía de saber lo que había sido de la bocina interna.

Al ver el semblante que el menor adquirió, y la tristeza que se plagaba por las feromonas del mismo, se dio cuenta de que realmente hizo una tontería, su estúpido lobo de nuevo se dejó llevar por el instinto territorial, pero también hay que admitir que el Alfa ese estaba demasiado cerca de SU Omega.

El pelirrojo dejó al peluche y salió rápidamente del cuarto, Taehyung cacheteando mentalmente a su lobo por haber hecho llorar a su pareja.

Tomó al peluche y, decidido, entró al baño. Buscó en uno de los muebles cierto aparato al que desenredó el cable y conectó, poniéndolo en su máxima potencia. Se sentó sobre la tapa del excusado, con una mano girando de a poco entre largos lapsos mientras que la extremidad opuesta agarraba y sacudía para abarcar más a la secadora de pelo.

No supo cuánto tiempo tardó, solo recuerda el lejano llamado de Jungkook para cenar y el aviso de que era hora de dormir y le estaría esperando en la habitación.

Finalmente, la figura estaba lejana a la humedad y un poco esponjado, pero tal vez eso podría darle más puntos, a Jungkook le parecería más abrazabale. Salió del lugar, colocó al lindo Lotso en el sillón y rápidamente fue a la cocina a cenar, casi atragantándose por las prisas de querer pedir el perdón del pelirrojo.

Cuando concluyó con el lavado de los recipientes que usó, limpió sus manos y se dirigió donde había dejado al muñeco. Con su tacto apretujado en varias fracciones del muñeco, logró encontrar la bocina y volvió a oprimir, esperando a que emitiera sonido, cosa que, para su extraña buena suerte, ocurrió.

Reprimiendo las ganas de dar brinquitos de felicidad, redireccionó su trayectoria y entró al cuarto que compartía con su esposo, encontrándolo cubierto con las sábanas hasta la cintura, su espalda recargada en la cabecera y en sus manos se hallaba un libro.

En cuanto el Omega le vio, cerró el libro no sin antes colocarle un separador y quitó sus lentes. Le miró cansado al mismo tiempo que le escrutaba por medio de la misma. El Alfa se acercó un poco tímido y se sentó en la orilla de la cama.

—¿Me perdonas? —preguntó, cubriendo su rostro con el osito, sorprendiendo a Jungkook, quien de inmediato le arrebató lo que estaba frente a su rostro y asintió complacido.

—Si tan celoso estabas, pudiste haber hecho una escena o algo pero no tenías que desquitarte con mi bebé —dijo, aferrándose al oso, sus labios emitiendo la tierna forma de puchero que derretía el corazón del mayor.

—Uh... no creo que eso sea una buena idea, pero lo tendré en cuenta para la próxima —sonrió ladino.

—Eso es bueno, solo que la próxima vez será con mis hermanos, por lo que si haces alguna estupidez te dejo en abstinencia, y esta vez no dejaré que me convenzas —ante la mirada preocupada de Taehyung, negó con la cabeza—. Habrá una reunión familiar dentro de dos semanas, así que espero que te comportes como el adulto que eres, cariño —le dio un beso en la mejilla y se acostó dándole la espalda al Alfa.

—Gracias por secarlo, buenas noches. No olvides apagar la luz —continuó hablando el Omega antes de cerrar los ojos y poner a su lado al bonito Lotso.

Taehyung aún procesando la noticia de la reunión familiar y el cómo podría lograr que los hermanos de Jungkook no lo asesinaran apenas lo vieran.

El tiempo se pasaba volando y probablemente las soluciones tardarían mucho en siquiera dar indicios de salvación a su ocupada mente.

Re feo esto, ah :'c.
Dirán que fue muy cliché el hecho de que el otro Alfa fuera Yugyeom pero, era eso o Mingyu, ellos dos fueron mis principales candidatos a personaje. Además de que últimamente he estado leyendo algo de Yugkook, entonces, como que quiero que haya un poquito de eso uwu.

Y la idea de la colección de Toy Story fue gracias a que mi media hermana mayor está haciendo una, de hecho, son muy graciosas las maneras en que trata de conseguir los muñecos xd.

Por cierto, gracias por las +300 leídas (si es que Wattpad no me miente ㄱ_ㄱ), no me esperaba eso con tan pocos capítulos :').

Espero que les haya gustado el capítulo y lamento tardar siempre en actualizar ;-;.

-Efeati

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