La Verdad

1

Llegué a casa y Max aún no llegaba, así que me senté en el sofá principal sin encender el televisor, sin encender es estéreo, solo me recosté a pensar en la noche maravillosa que tuve. Me reía del tema de "la polla atorada", ahora que me doy cuenta fue muy divertido pero en su momento, me dolió un poco...

Al cabo de una hora llegó Max a casa, venía con su mochila y al parecer estaba cansado, lanzó la mochila al aire y se recostó encima de la mesa.

-¿noche difícil? ¿Eh?-dio un salto y me miró.

-¡diablos, papá!-suspiró-si fue bastante agotador... ¡me asustaste!

-je je je... lo siento...

-me alegra que al fin tengas tiempo para mí.

-¿y qué quieres hacer?-pregunté animado.

-dormir...-y se recostó en la mesa de nuevo-estuvimos jugando hasta las cuatro...

-¿y de lo otro?-se sonrojó. No respondió.

-mmmhh...-fue toda su respuesta.

-puedes confiar en mi Max, no te voy a decir nada malo.

-pues...-se sonrojó mucho, incluso infló un poco sus mejillas-si tuvimos... relaciones...-evitaba contacto visual.

-¿con condón?-escuché un leve gruñido de afirmación-no te avergüences, soy padre-me senté al lado de el-aparte soy diez años mayor que tú.

-bueno, pero hablar estas cosas con tu papá...-le abracé.

-venga hijo, si quieres ve a dormir, yo buscaré con que entretenerme.

-gracias pa', vale mil-y fue cual zombi a su habitación.

Me levanté de la mesa e hice orden en la estancia y todo, regué las plantas y cambié sabanas a mi cama. Me senté en el sofá nuevamente y tomé mi celular, vi que tenía unos cinco mensajes de Terence. Los cuales eran preguntándome de cómo había llegado y de si Max había llegado también. Más una foto adjunta de el en ropa interior la cual tenía un pie diciendo "extrañándote". Teclee rápidamente un "también te extraño nene, tengo que hacer, después te hablo" y dejé mi teléfono de lado.

Continué con la limpieza de la casa y encendí el televisor, puse las noticias para ver cuál era la situación actual del país.

-eso fue la parte internacional, volviendo al país, se ha encontrado otro cadáver de especie bovina, aún no se ha identificado a la víctima...-esto cada vez se pone más y más difícil-el joven de quince años, Jake Huggins, sigue desaparecido, aún no se le ha hallado...

Más o menos desgracias, era todo lo que se veía últimamente, pero eso no omitía verlo en vida real, a veces veía cosas así. Tráfico de drogas, asaltos, gente herida, muertos, etc. Hay veces que llegaba realmente deprimido a casa, de ver tantas cosas terribles, ver cómo una mujer lloraba desesperada arrepintiéndose de haber asesinado a su hijo y a su esposo. Había días que solo llegaba a acostarme y descansar... dejando a Max de lado... pero de cualquier manera trato de prestarle la mayor atención posible.

El chico Huggins era un caso bastante triste, desapareció hace varios meses y no se ha sabido nada de él. Como no se ha encontrado información sobre el pequeño, en la jefatura se le ha dado por muerto, pero como no se ha hallado ninguna información de su paradero se le sigue buscando... solo espero que esté vivo, no quisiera encontrar a un chico de quince años todo magullado y descuartizado.

-buenos días pa'-dijo Max estirándose.

-¿ah?-por la ventana se veía un lindo resplandor naranja y el reloj marcaba las cinco treinta-oh, se pasó rápido la hora.

-así es-y se volvió a estirar dando un suspiro.

-hijo ¿quieres un helado o un café o algo así?

-¡pues sí!-exclamó sonriente.

-vamos-me levanté-pasemos tiempo juntos.

Tomamos nuestras sudaderas y salimos. Caminamos hasta la heladería de la avenida costera. No recuerdo haberlo mencionado pero vivimos cerca del océano. Cruzamos la avenida principal hasta la heladería "Roses" que estaba con algo de público, me gustaba mucho el helado de aquí, tenían helados de paleta, de yogurt, nieves, etc. Muchas cosas deliciosas. Pedí uno de chocolate sin leche ésta vez, con chispas de chocolate y chispitas de colores, el helado de durazno con chispas de colores fue para Max. Ambos salimos y caminamos hasta un muelle en el cual había una pequeña feria de artesanías, nos sentamos en una banca, observando el último resplandor naranja del día, viéndole desaparecer en un mar de estrellas y satélites. El mar estaba muy tranquilo y el aire muy agradable.

-te extraño papá...-dijo acurrucándose en mí.

-Max...-suspiré-lamento mucho no poder estar... te prometo que tendré más tiempo para ti... tú y yo. Trataré de acortar mis horas de trabajo.

-si por mi debes recibir menos paga...

-no afecta hijo-puse mi brazo en su cuello-varios compañeros tienen horarios cortos sin recibir menos paga.

-te quiero...-me abrazó provocándome un sentimiento profundo.

Puse mi otro brazo y le abracé con todas mis fuerzas. Apretándole contra mí. Se separó y me miró con una sonrisa enjugándose las lágrimas, le sonreí de vuelta.

-oye...-pregunté nervioso-¿sabes dónde fui ayer?

-pes no... pero no debes...

-fui a la casa de... tu entrenador, Terence-me miró-sí... pasaron cosas y pues... ¿te molesta que tengamos... algo?

-papá-me miró sonriente-no me molesta, tú tienes todo el derecho de estar con quien quieras...-se apoyó en mi-es algo que el mejor pare me enseñó.

-necesito estar más contigo-y reímos.

2

El lunes por la mañana me desperté temprano, me metí en la ducha, disfrutando el toque cálido y suave del agua caliente, sinceramente me sentía como en una película porno. Al salir revisé mi teléfono y encontré una foto de Terence... del tipo para adultos, solo me limité a sonrojarme y enviarle una de vuelta. Me vestí y fui a preparar desayuno, Max salió con unos boxers blancos, los cuales enseñaban todo lo hombre que llegaba a ser.

-¿no piensas cubrir eso?-pregunté apuntándole con el tazón de leche en la mano.

-na... demuestra lo orgulloso que estoy de mí.

-oh vamos Max, decencia-dije dándole su tazón de leche con azúcar.

-papá, no te puedes avergonzar de tu polla, es tu mejor amiga, además, demuestra que la genética es maravillosa-me miró con su cara de pícaro.

-no digas eso...-y me sonrojé.

Pasaron aproximadamente treinta minutos, Max ya tenía su uniforme escolar puesto y estaba listo para ir al colegio. Yo estaba casi listo, solo me faltaba cepillarme los dientes.

-¡adiós pa'!-me abrazó y me dio un beso en la mejilla-¡espero tengas un súper día!

-tú igual, cuídate mucho y recuerda que si quieres salir debes avisarme.

-¡sí!-y se fue rápidamente.

Saqué mi auto del estacionamiento con cuidado, ya que había idiotas mal estacionados, los cuales obstaculizaban la salida. Me costó un montón salir. Si hubiera tenido mi máquina de multas les hubiera puesto multas estratosféricas a todos, aunque de cualquier manera no hubiera servido de nada, ya que dentro del estacionamiento todo se vale. Salí por el camino de siempre, nos detuvieron en el paso ferroviario, un tren iba recién saliendo del distrito comercial, la nube de vapor tardó en disiparse, por lo cual todos cerraron sus ventanas y se alejaron del lugar. Continué tranquilamente mi camino hasta llegar a la jefatura, donde me estacioné en el lugar designado.

Puse alarma al auto cuando llegó Julia en su motocicleta, se quitó el casco sacudiendo su cabello, me miró y saludo.

-¡feliz lunes Fothen!-vociferó.

-si cómo no-sonreí-¿cómo estás Julia?

-pues bastante bien ¿y tú?

-¡genial! al fin conseguí algo con el chico que te conté.

-¡eso es maravilloso!-exclamó, ambos caminos adentro-felicitaciones.

-gracias-dije dando un suspiro revitalizante.

El vestíbulo estaba bastante desierto, solo había algunos oficiales bebiendo café, los cuales seguramente eran del turno vespertino, el cual por suerte aún no me tocaba. Se comentaba que era realmente agotador, que perturbaba el sueño y que era difícil recuperarle.

En el comedor estaban mis amigos reunidos en la misma mesa de siempre. José y Luis servían algunos cafés con pastelitos y dulces mixtos, me saludaron con sus patas y yo les devolví felizmente el saludo. Me senté junto a todo mi equipo con una sonrisa en la cara.

-¡buenos días a todos!-dije.

-hola-saludaron Okuro y Ali.

-¡buenos días Fothen!-dijo enérgicamente el jefe, mientras acariciaba a Okuro.

-hola...-Leshawna parecía estar agotada y completamente aburrida-¡ay nenes! ¡El turno vespertino me está matando!-su peinado ésta vez era un afro sin vida.

-¡hola chicos!-saludó felizmente Shephard-¡cómo están estos niños!

-¿por qué tanta felicidad?-preguntó Ali. Un ronquido se escuchaba de parte de Leshawna.

-¡ayer Aura llegó con un certificado del médico!-con una gran sonrisa se sentó-¡voy a ser papá!

-¡no me digas! ¡Felicidades!-le alenté.

-¡qué grandes noticias!-dijo el jefe aún con Okuro. Todos le felicitaron, excepto Leshawna, quien estaba roncando.

-grandes noticias sinceramente-dije abrazándole.

-pronto tendré a un pequeñito en mis manos...-irradiaba felicidad total.

Después de tan agradable noticia y de una mañana muy animada y muy buena fuimos a la asignación de puestos. Como era de esperarse nos tocó patrullaje en Great Empire Avenue, nos subimos al vehículo y partimos raudos hacia la avenida principal.

Mientras observábamos a la gente paró un tren al frente de nosotros, era una locomotora realmente grande, nueva,

 la cual era conducida por un caballo muy alto y guapo junto a un lobo algo regordete, más o menos unos sesenta y ocho kilos. Se bajaron de la locomotora para revisarla y para cargarla con agua, el caballo nos miró por un momento, sonrió y saludó con su mano. Yo le reconocí, era el herido del incidente del banco, cordialmente le devolví el saludo.

-¿le conoces?-preguntó Shepard.

-sí... le vi varias veces en el hospital, era el fogonero de la GER B12 que chocó en el distrito comercial, se ve mejor ahora, es bastante parecido a Terence.

-¿el chico que tratas de conquistar?

-no-respondí-mi novio.

-¡no te la creo! ¡Excelente Fothen, venga esa mano!-y con energía me estrechó la mano, la locomotora tocó su silbato y el caballo se despidió de mí.

-tristemente tengo un mal presentimiento...-dije quitándome mis gafas.

-¿Qué sucede Fothen?-Shephard me miró preocupado.

-siempre que tengo un día bueno algo le arruina...-empezó a salir estática de los radios de ambos.

-Fothen y Shphard, les necesitamos en la jefatura de inmediato.

Partimos raudos hacía la jefatura, donde había otras unidades esperando en la sala de asignaciones, el jefe revisaba sus expedientes y en el mapa de investigaciones había un punto marcado cerca de los muelles.

-señores... debemos todos ir a investigar el viejo galpón cerca del muelle este, él cual no se usa hace mucho tiempo... nos han informado sobre actividad sospechosa por parte de un sujeto...-Ali, quien estaba al otro lado de la sala salió corriendo.

-¡disculpen!-exclamó.

-anda con su periodo-dijo Julia tranquilamente.

-nos vamos en diez-el jefe finalizó y empezó a ver de nuevo las carpetas.

Allison estaba actuaban demasiado raro... siempre que hablábamos de ÉSTE caso se espantaba, cambiaba el tema o cualquier cosa así, por lo que decidí salir a buscarle. Me costó algo encontrarla, estaba en el balcón hacia los jardines, hablando por teléfono, en voz baja.

-te cacharon... sal de ahí... sí... está...

-¿con quién hablas?-pregunté serio, dio un salto, dejando caer el teléfono al suelo causando que se le saliera la batería.

-¡con nadie!-respiraba desesperadamente.

-me parece que algo importante. Algo muy importante.

-¡no, era... esto una fiesta sorpresa! ¡Para un amigo!-estaba empezando a sudar.

-dime Allison ¿Qué sabes de éste caso?-estaba realmente serio.

-¡lo siento... debo cambiarme el tam...!-y salió corriendo.

Volví a la sala de asignación donde había dieciséis personas esperando la señal para salir al galpón, a investigar sobre el caso de "el carnicero". Al rato llegó Ali un poco más calmada y serena, me hice el tonto un poco y la empujé, quitándole su teléfono, me lo guardé en el bolsillo sin levantar sospecha y me senté con Shephard. La orden fue dada y todos salimos del lugar.

Con sirenas y luces puestas nos encaminamos al viejo ligar, lleno de plantas peste, vías de tren oxidadas, ventanas rotas, lleno de grafitis y un asqueroso olor a oxido y a carne podrida. Todos con pistola en mano, algunos con escopetas de alta tecnología, se posicionaron en una de las puertas de servicio, otros en los portones principales y otros en las salidas del recinto. Abrieron cuidadosamente la puerta de servicio (Estaba en ese grupo) y entraron en silencio, cuando una bala salió del cañón de una pistola dando en el brazo de Okuro. El jefe espantado le quitó del camino, nos cubrimos esperando recibir otro disparo pero no pasó nada. Okuro fue llevado a la ambulancia y el resto entramos. Una vez asegurado el terreno, alguien gritó.

-¡POLICÍA DE BACKFORD, ALTO!

-¡...por aquí...! ¡Ayuda...!-gritos realmente tenues y apagados.

Corrimos hasta el lugar de los gritos, era una habitación enorme, llena de sangre seca, con tubos que salían del piso y formaban caminos en el techo, al entrar un repudió nos invadió a todos... pero lo más horrible fue ver al joven Jake Huggins, atado con cadenas a uno de los tubos que salía del piso. Estaba lleno de cicatrices, uno de sus cuernos roto y le faltaba la mitad de una oreja.

-¡ayúdenme por favor!-lloraba el pequeño, Julia se le acercó con una tijera de hierro para cortar las cadenas.

Investigué el lugar, salí un poco de la habitación y encendí las luces. Dejando ver una piscina enorme, llena de sangre y cadáveres flotando en ella... cabezas, brazos, piernas, órganos, corazones... todo flotando en el mismo lugar, lleno de moscas. Cuando volaron todas me invadieron unas sensaciones indescriptibles, el horror, el asco, repudio... Corrí gritando hasta afuera, todos me quedaban mirando en el camino. Salí del lugar y corrí hasta una verja, me apoyé en ésta cayendo de rodillas... vomitando... y luego desmayándome.

Me desperté encima de una camilla dentro de una ambulancia, aún seguía en el recinto de los galpones... miré a mis compañeros... los cuales no eran los mismos, muchos tristes, otros palidecían, algunos nerviosos, vomitando dentro de bolsas y otros desmayados. Julia estaba sentada cerca de la ambulancia en la cual estaba, llorando. Me levanté algo mareado y me acerqué a ella.

-Julia...

-solo tiene quince años... quien pudo torturarle así... ¡es solo un niño!

-un niño...-mi teléfono empezó a sonar, quien llamaba era Franklin-¿diga...?

-señor Fothen... hola... escuche... llamé a Max... pidiéndole venir a mi casa... me dijo que le preguntaría a usted pero y luego llamaría... no me ha llamado, le marco a su teléfono pero no responde... y me da cosa porque tampoco responde el teléfono de casa... me respondió una respiración...

-Dios mío... Franklin... quédate en tu casa... yo iré a resolver esto...

-¿Alex?-preguntó Julia.

-¡tengo que irme!-y corrí hasta una patrulla, me monté en ella y salí lo más rápido que pude.

Tratando de no apartar la vista del camino revisé el teléfono de Ali, había un contacto que decía Floyd... revisé sus conversaciones, todo y era el ¡era ese Floyd! "¡¡MALDICIÓN SUPUSE QUE SERÍA ESE MALDITO PSICOPATA!!" pensé.

3

-¡Alex se ha ido!-dijo Julia al jefe.

-nos llamaron a la jefatura, seguramente le encontraremos ahí... el equipo se queda investigando, tu, Shephard y yo debemos volver, seguramente Alex nos espera ahí-el jefe se subió a una patrulla, llamó a los otros chicos y partieron a la jefatura.

Al llegar, estaba con poca gente, las oficinas estaban desiertas, todos subieron excepto Julia, a la de investigaciones a descifrar el último paso del caso Julia fue a ver el expediente de llamadas de Ali. Al llegar encendieron las luces y empezaron a investigar. Luego de un poco se escuchó un disparo de la habitación contigua, al entrar los tres vieron a José tirado junto a Luis, el pobre puma sangraba del pecho mientras su compañero observaba atónito hacia la puerta.

-¡¿qué haces?!-todos miraron atrás-¡porque lo hiciste Ali!

-no puedo dejarles ir con Alex...-su mano sostenía una pistola de alta tecnología, puesta en bala de plomo.

-¡¿qué?!-nadie entendía que sucedía.

-¡nadie irá con Alex! ¡Nadie!

-Ali cálmate... déjame...-la puerta se abrió lenta y silenciosamente dejando ver a Julia con una pistola en la mano, ella le hizo señas al jefe quien estaba tratando de calmar a Ali-había una vez... una mujer muy vieja, era realmente vieja... quien vivía pensando que una niña le copiaba...

-¡eso que tiene que ver con esto!-aún seguía apuntándoles.

-que la pequeña niña jamás será como la mujer madura, porque no sabe lo que hace-dijo Julia apuntándole a la cabeza de ésta.

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Difundir.

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