Gimnasio, Noche de Martinis

Nota: 1) Este capítulo es más largo de lo normal.

2) En este mundo las reglas corren de manera diferente, la carne no es carne real sino un suplemento que es idéntico, al igual que la mayoría de la comida, luego explicaré sobre este tema.

1

El gran día había arribado, la luz del sol me llegaba en las piernas descubiertas, miré mi teléfono, marcaba las seis de la mañana en punto, hacía muchísimo calor en la habitación, tenía el pelaje sudado y el entrepierna hecho un mar... a veces es incómodo ser hombre. Me levanté con pereza y me miré en el espejo, nuevamente era un desastre, me dolía todo, la cabeza sobre todo, sin razón aparente, anoche no bebí y tampoco fumé, quizá es que hay muchas cosas que pasaban en ese momento. Me palpé el pecho, el pelaje ya estaba creciendo, lo levanté un poco y pude ver el montón de cicatrices que tenía a través de todos mis pectorales, me empecé a sobar el brazo y también vi todas las cicatrices pasadas. Suspiré y después de orinar fui a la cocina (no sin antes lavarme las manos). Encendí el televisor y puse el noticiero, estaban pasando las noticias sobre economía -"Gracias Capital News por recordarme que la vida da asco" - respondí. Empecé a calentar un poco de leche en una olla, miré el aire acondicionado y estaba apagado, le di a encender y me quedé un rato bajo la brisa helada que venía de él, era lo más agradable que pude pensar en ese momento... me quedé quieto pensando... ¿Qué pasaría si alguien conocido me ve en el club? ¿Debería entrar en pánico y mudarme? Quizá a mi pueblo natal, Corvan's Gate, al norte de la isla, un clima más frío en el año pero muy agradable, primavera y verano un sol muy brillante junto con un cielo muy azul y una brisa llena de olores frutales, más que nada a las cerezas, en otoño ya empieza a llover y las hojas empiezan a caer y volar por todo el lugar y finalmente, en invierno, un manto de nieve cubre todo el pueblo, a las ochenta y cuatro casas, sus pocas calles y su rio. Un rio clarísimo y muy fresco (e incluso gélido) por el cual se hacen carreras de botes y barcos a escala, o a veces simplemente la gente desea hacer un picnic a su orilla o navegar tranquilamente en él. Es uno de los lugares más bonitos y clásicos del país, la arquitectura de la capital es hermosa, mezclando todo lo moderno con el antiguo europeo, pero las casas de Corvan's Gate son de madera o roca antigua, se pueden ver varios castillos pequeños convertidos en restaurantes o cafés, todas las calles llenas de árboles frutales, pueblo conocido por su exquisito pies de manzana o pastelitos de cerezas, arándanos o lo que sea.

Me hace a veces recordar esos momentos de pequeño junto a mis hermanos, éramos varios, Rudy, Murdoch, Matt, Alissa y yo. El mayor era Murdoch, después venía yo, Matt, Rudy y al final Alissa, todos nos llevamos por poquísimos años, tres, dos, uno y uno respectivamente. Todas las tardes esperábamos a nuestro padre en la estación de trenes. Siempre llegaba en el mismo, una locomotora roja con franjas negras jalando unos vagones blancos con franjas rojas. Siempre venía en el mismo vagón, el tercero, siempre trayendo una bolsa llena de regalos para todos. Siempre disfruté mi pueblo, ahí fue donde conocí a mi primer amor, un león de hermosos ojos, pelaje y melena, a quien realmente quise, y él me quería realmente hasta un extremo terrible, logró obsesionarse conmigo y hacer que yo me alejara... pero quitando todo eso mis mejores años fueron ahí, hasta que mi padre me echó a la calle junto a mi pequeño sin remordimientos.

Me salí de debajo de la fría brisa del aire, ya estaba a una temperatura más estable -"Espero no resfriarme" - pensé mientras caminaba hacia el tostador, metí dos trozos de pan y presioné el botón, azucaré la leche y la revolví mientras veía un par de burbujas salir -"Como te subas te corto" -. Dejé a fuego bajo la olla y fui a la habitación de Max a despertarle, estaba destapado, igual que yo transpirado pero menos, se pasó toda la noche en suspensorios, suavemente le moví el hombro, tratando de despertarle.

-Arriba flojo-dije suavemente, el solo gruño-vamos, ya es hora.

-N-no... déjame cinco minutos más...-veía como una pequeña baba corría por la comisura de su hocico, observe la hora, la seis veinticinco.

-Ok, solo cinco minutos más.-le besé la frente y me fui de nuevo al comedor a terminar el desayuno.

En la televisión estaba pasando noticias internacionales, mostraban los lugares turísticos para ir ya más al verano, Francia, España, Italia, Alemania... eran las vistas que había, mostraban otros lugares, anunciaban que en américa latina estaban en invierno, mostraban los paisajes de Brasil, Colombia, Chile, Argentina, etc. Estaba interesado viendo ese reportaje cuando se acabó antes de lo normal y pasaron una noticia un tanto preocupante, un tanto extraña... un tanto peculiar.

-Noticia algo fuerte y no apta para todos los espectadores. Hoy en la mañana la policía encontró el cadáver Jeremy Towers, un toro de cuarenta y siete años flotando sobre la piscina, le faltaban varios órganos vitales y presentaba muchas lesiones de resistencia-mostraron una foto de él, tenía el cabello rojo oscuro y el pelaje marrón claro-se dice que esta puede ser una víctima de un asesino serial reportado en Roma, Italia, el cual habría viajado hasta nuestra nación, desembarcado ilegalmente en Colvin Draw North Port y que se dirige al sur hacía acá. Las autoridades de policía investigaron y dieron con sus víctimas frecuentes o mejor dicho únicas. Especies bovinas de todas las edades, se le recomiendo a la población de esta especie andar con cuidado.-mostraron fotos de sus víctimas cuando aún vivían, había muchos hombres, todos grandes y visualmente fuertes, con pelajes marrón claro y a veces con cabello rojo, había mujeres también, vacas con un patrón similar y niños...

De repente sentí que hacía mucho frío, me asusté mucho, continuaron dando las noticias y mostraban el pequeño percance que tuvo un granjero en Blue Eye, pueblo norteño en el cual se había quedado atorado en medio del cruce del tren y dos locomotoras empujando un tren largo lo colisionaron, provocando un montón de pérdida de heno (rico heno) junto con el descarrilamiento de la primera locomotora. Me metí también con esa noticia hasta que escuché unos sonidos de pereza provenientes de detrás de mí.

-¡AGH! Buenos días pa'.

-Buenos días Max-miré la hora, seis treinta-me gusta la puntualidad.

-Puntualidad Barforiana...-dio otro bostezo.

-¿Qué quieres de desayunar?-pregunté sacando todos los adminículos.

-Un poco de leche junto con unas tostadas con mermelada de fresa...

-Qué exigencias ¿no?

-Muy gracioso.

-Graciosísimo...

Nos sentamos en la mesa y estuvimos unos momentos en silencio, hasta que decidí romper el silencio con una pregunta.

-¿Qué fue lo que me quisiste decir ayer?

-¿Eh?

-Ya sabes, el salchichón de primera calidad.

-¡OH ESO!-se sobresaltó-pues eh... es sobre... eh...

-¿Sobre?

-Ayer en el colegio fuimos a las duchas después de Deporte pues...-me miró a los ojos.

-¿Pues...?-hice señas para que continuara.

-¿Recuerdas a Josh Moore?

-Sí, el chico que te dice va...

-Vaca, ese mismo, resulta que ayer escuche a su novia hablando con Sasha Grey-no pude evitar reír-dijo que su pene era pequeño y que a ella le incomodaba, ¿bien? bien, no pude evitar decirlo en las duchas y pues él se enfadó e hicimos una competencia, Franklin llevaba su cinta de medir costurera y pues nos medimos los penes-en ese punto empezó a hablar más rápido-y pues resultó ser que el la tiene pequeña en efecto y que la mía es enorme y pues yo le dije "esto es cien por ciento Alemán" no pude evitardecirloselomerecíaelmuymalditoyfuecuandomeacordédetiydeladescendencia.

Procesé todo lo que me había dicho, le miré, evitaba todo contacto visual, empecé a respirar aceleradamente cuando no pude contener la risa y exploté fuertemente, él solo me quedó mirando entre asombro y extrañeza.

-¿Qué... que te hace tanta gracia?

-¡Ay por Dios, Ay! ¡Ja ja ja ja! ¡Es que no... no puedo con esto!-me seguía riendo-¡Ay...!-me detuve y me puse serio-no sé qué te sorprende, el porte lo heredaste de mí y también las bol...

-¡¡PAPÁ!!-me grito sonrojado, yo no pude evitar reír nuevamente, más fuerte.

2

Ya estábamos terminando de desayunar, Max había ido a la habitación a vestirse y yo estaba lavando los platos, la mañana fue divertida hasta ese punto cuando recordé que esa noche era mi primer día de trabajo dentro de ese club, por fuera era horrible, pero al interior era un lugar muy lujoso. Aun así no evitaba que me sintiera extraño en ese momento, frente a esa situación no sabía qué hacer, ya tenía una idea de que haría, pero no como vestiría.

-Ya estoy listo pa'.-me habló Max sacándome de mis pensamientos.

-Muy bien-me acerqué a él, he de admitir que me encanta como s ele ve el uniforme, medio estilo militar elegante, con camisa corbata y una chaqueta azul, y pantalones al mismo estilo, se ve muy apuesto-bueno, hoy tienes que tener mucho cuidado.

-¿Por qué?-lo pensé un momento.

-A la noche te lo digo ¿sí?

-¿Y ahora por qué no?

-Porque llegas tarde.

-¡Válgame! ¡Nos vemos pa'!-me dio un abrazo muy reconfortante, el muchacho era casi de mi estatura.

-Nos vemos hijo, cuídate un montón, te amo.

-Yo también te amo papi-y se fue.

Por un momento fue muy agradable verle irse y luego de unos minutos me volvió a inundar esa inseguridad, terminé de lavar los platos y fui a ver un poco de televisión, me quedé un rato pegado mientras pasaban una de las Rápido y Furioso, Sin control para ser exacto hasta que sentí la vibración de mi teléfono, junto con el tono de notificación de Scorpion de Mortal Kombat "GET OVER HERE!". Lo desbloquee y vi que era mi hermano Murdoch, hablándome como siempre.

-¡Hoooooola!

-Hola grandulón, ¿cómo te va?-respondí.

-¡Excelente! ¿Y cómo está mi hermanito?

-Pues bien... pasándola.

-Tú sabes que apenas pueda te consigo un trabajo-al final le dije.

-No es necesario, ya tengo uno-maldita sea...

-¿En serio? ¿y de que va?-lo pensé infinitamente.

-Un bar.

-¿Tender?

-No soy carbonera de tren.

-Ridículo-me respondió.

-Soy camarero, gano cien libras al día-y debía arruinarlo más.

-Con mi respeto ¿Cómo diablos un camarero gana eso? A menos que andes de camarero en un bar desnudista.

-Obvio no idiota-obvio si estúpido-lo que pasa es que tiene mucha gente, público, ya sabes y las mujeres calentonas no se dejan con juegos...-al enviarlo no sabía qué respuesta más ridícula había mandado.

-Vaya... ¡recomiéndame, que yo también quiero ganar eso al día!

-Ganas seis mil seiscientas al mes, no molestes idiota, tienes tres televisores enormes además de un Note 8 y un IPhone X.

-Como sea-suspiré.

-Te dejo hermanito, voy a entrar a reunión ¡UN ABRAZO!

-Un abrazo igual grandote.

Dejé el teléfono sobre la mesa y empecé a organizar mi día, sobre la mesa estaba mi block de notas, tomé un lápiz que estaba sobre la mesa y empecé a escribir todo lo que debía hacer.

Hacer:

-Asear el hogar.

-Ir al supermercado.

-Comprar porno y cigarrillos.

-Ir al gimnasio.

-Trabajo.

Cuando todo estuvo listo me quité los boxers y caminé hasta el baño, me iba a duchar, estaba empezando a apestar un poco, además el calor era insoportable, al llegar al baño me miré en el espejo y recordé lo que dijo Max mientras desayunábamos. -"Es cierto, es de primera calidad" - solté una carcajada al pensar en eso hasta que el jugueteo empezó a intensificarse y empecé a fantasear.

-Oh ¿estás de ánimo eh?-veía hipnotizado como lentamente empezaba a endurecerse y trataba de levantarse-vamos amigo, necesito ducharme-empecé a tocarle el glande suavemente y a decir estupideces-tú ganas nene-de a poco empecé a gemir y a respirar aceleradamente, hasta que mis fantasía empezaron a cobrar vida-Oh... Terence, quieres probarla ¿no? ¿Quieres ver a que sabe el salchichón alemán?

-Sí, Alex, por favor cúbreme con tu esencia-yo le veía, se estaba acercando desnudo, se arrodilló frente a mí y se tragó toda mi carne, hasta el fondo.

-¡Oh nene, eres mágico!-mi imaginación volaba mientras sacudía de adelante hacia atrás mi carne.

-¡Dámelo todo!-Exclamó poniéndose al frente mío separando las piernas, mostrando ese melocotón dulce.

Empecé a embestirlo salvajemente mientras le jalaba el cabello, sentía todo el rico placer recorriendo todo mi cuerpo, me imaginaba las sensaciones adentro de él mientras le oía gemir, me sentía muy cerca, muy muy cerca... hasta que lo dejé ir, le llené con mi simiente, fue una experiencia increíble, sonreía con los ojos cerrados mientras jadeaba, sentía como aún mis fluidos eran bombeados a través de mi uretra, cayendo suavemente. Al despertar vi que había dejado un súper desastre, el lavabo estaba lleno de esperma, junto con varios de mis adminículos de limpieza, desodorantes y perfumes y para varias un poco la cosa, el espejo estaba manchado de arriba abajo, era ver la explosión de una bomba de semen. Limpié lo que pude con la toalla y el resto (no puedo mentir) lo hice con la lengua mientras sonreía, que experiencia tan maravillosa.

Metí todo el cuerpo bajo el agua helada que de a poco empezó a calentarse, me limpié todo el cuerpo mientras mi mente divagaba, empecé a cuestionarme por qué no le dije a Max lo de este asesino... ¿y si le sucede algo? Empecé a preocuparme, la felicidad y sensaciones del momento pasado se desvanecieron al instante, empecé a golpearme la cabeza en el mármol de la pared -"Idiota, idiota, idiota, idiota, idiota" - me repetía. Salí de la ducha y me sequé frente al espejo, cada vez que me miraba me encontraba más y más repulsivo ¿Qué habré hecho para sentirme así? Estaba desnudo... esa noche debía mostrar el cuerpo frente a un montón de personas, suspire y me quedé viendo mi navaja de afeitar, la tomé y analicé mi cuerpo en el espejo, tenía que buscar un punto donde los cortes no se vieran... los pechos y los brazos ya estaban solucionados, me pondría un arnés en el pecho y brazaletes de metal, el resto llevaría unas botas y una tanga... eso es... Agarré la navaja y empecé a cortarme el lado derecho de la cadera, sangraba a montones. Limpie lo que más pude la herida (con alcohol) hasta ver que la sangre paraba de a poco, lo detuve con un parche, no me percaté de que había manchado el piso. Fui a vestir con la misma ropa de ayer, una camisa a cuadros, vaqueros y zapatillas. Había veintiocho grados Celsius pronosticados para ese día, así que no debo preocuparme de mucho, la temperatura será agradable. Tomé todo lo que estaba encima de la mesa, billetera, teléfono y llaves y salí, me dirigí al ascensor y bajé hasta el estacionamiento, encendí el motor del coche y salí hacia el supermercado.

3

Me dieron más o menos las nueve, la gente estaba más o menos atareada ese día al parecer, me tocó un embotellamiento justo antes de la avenida Great Empire, seguramente había congestión por algún tren, mientras estaban la luz roja empecé a repasar la lista del supermercado:

-Leche.

-Carne.

-Jugo.

-Vegetales varios.

-Frutas.

-Energía rápida.

-Huevos.

-Papel Higiénico.

-Arroz.

-Pasta.

-Carne.

Volví a mirar, aún estaba en rojo, todas las direcciones detenidas, a lo lejos se escuchaba el pulso de un tren a vapor, el expreso de la mañana que va a dejar a los funcionarios, trabajadores, turistas... a toda clase de gente al puerto sur y también recogía gente del puerto. Fueron cinco minutos de tren, no podía avanzar muy rápido por ser zona urbana, una vez pasaron todos los vagones blancos con franjas verdes se nos dio la luz verde, las puertas del cruce se abrieron y lentamente empezó a avanzar el tránsito. Parado a mitad de la calle había un policía dirigiendo con el uniforme moderno muy bonito, era un lobo bastante alto y se veía mayor, al pasar lo saludé y el me saludó a mí de cortesía. Los policías suelen ser simpáticos y muy eficaces, aunque en un cero coma un por ciento esto no suele ser así.

Llegué al supermercado, en letras grandes rojas ponía TESCO subrayado en azul, al entrar se notaba que recién estaban abriendo, había un par de registradoras abiertas y poca gente, pocas de las tiendas interiores del lugar estaban abiertas, la que aparentemente nunca cerraba era la cerrajería y la farmacia, siempre abierta al igual que el supermercado. A lo lejos pude ver a empleados bebiendo café y a varios casi muriendo, el turno nocturno debe de ser mortal para ellos, así que con mi mejor ánimo (bipolaridad ante todo) me dispuse a sacar un carrito y empezar mi mañana de compras. Tenía todo el tiempo del mundo, me podía demorar años si yo quería. En las pantallas interiores estaban pasando la noticia del asesino apodado "El Carnicero". En ese momento recordé que no le había dicho a Max y en ese instante saqué mi teléfono y le marqué.

-Hola pa' ¿qué hay?

-Hola hijo ¿Qué tal todo?

-Acaba de empezar el receso ¿sucede algo?

-Sí-tomé aire-¿te has enterado de las noticias?

-Algo, supe que se muere la gente por un asesino.

-Has de tener mucho cuidado ahora... más tarde te cuento más ¿sí?

-Claro pa'.-escuché la campana que anunciaba el término del receso-Debo volver a clases, nos vemos más tarde, te amo.

-Yo también te amo-y colgué.

Me pasee por varios pasillos, busqué todos los vegetales que necesitaba, los que más me gustaban visualmente eran los tomates, el color rojo de ellos me prendía de emoción, la mayoría de mis cosas eran rojas, es un color que simplemente me encanta y no entiendo por qué, he visto que a otros de mi especie les producía diferentes emociones, a algunos agresividad, a otros alegría y a veces pena, pero a mí me producía emoción, al igual que a Max, ambos teníamos los cobertores de las camas de color rojo, cepillos rojos, tapices rojos e incluso la funda del teléfono. Después de dejar que todas las emociones fluyesen continué mirando que había, llegué a la sección de tecnología donde pude ver un montón de cosas, lo que más amaba, videojuegos. Estaban mis favoritos de la vida como God of War, Mortal Kombat, Battlefield, Mario Kart, Super Smash Bros, Soul Calibur, etc. Los miré a todos, ya los tenía pero de cualquier manera me gustaba verlos en sus cajas, siempre es más emocionante verlo sellado que una vez ya haberlo sacado.

Empecé a caminar hacia el pasillos de los lácteos cuando veo a una loba voluptuosa, llevando unos pantaloncillos absolutamente cortos, una blusa celeste con un súper escote y súper apretada mostrando sus pechos enormes, era rubia y me miraba de reojo sonriendo, en una se soltó la coleta que llevaba y empezó a trenzarse el pelo. Yo la miraba porque encontré simpático que me coqueteara, le dije gracias con señas y seguí mi camino.

El pasillo de lácteos estaba desierto, tenía bastante material pero de cualquier manera había lugares vacíos, agujeros por los cuales se veían los otros pasillos a través de las repisas. Tomé varios packs de leche y los puse en el carrito, en total fueron tres, más o menos unos treinta y seis litros, suficiente para dos toros. Cuando miré de nuevo por los estantes para buscar los huevos vi unos pechos enormes y grises al otro lado, la chica se metió la mano en la blusa justo entre medio de sus enormes senos y sacó un chupa-chup, lo desenvolvió con sensualidad y empezó a lamerlo con intención, no veía sus ojos, pero pude ver cómo era que su lengua se movía locamente en la pelota que había en la punta de la varilla. Instantáneamente me apareció un sonrojo, ignoré aquella escena y seguí mi camino, fui a la carnicería y encontré lo que buscaba. A mi derecha había salchichones franceses y alemanes, cuando los miré a ver si había algo rico vi a de nuevo a la chica acariciando uno de ellos (justamente alemán) con mucha delicadeza y sensualidad -"Ésta niña se está pasando un poco..."- me dije a mi mismo.

-Hola-dijo acercándose mirándome de arriba abajo-intuyo que de aquí no eres.

-¿Yo...? Eh sí... vivo aquí en la ciudad.

-Vaya, un alemán viviendo en mi ciudad, que lindo momento.-volvió a chupar el caramelo-me llamo Julia Stuart, y veo que alguien como tú necesita una pulida.

-¿Qué...?-empezó a tocar mi pecho, yo solo me quedé detenido.

-¿Puedo tocar tus brazos?-antes de que dijera algo ya los había apretado-¡Qué fuerte señor!

-M-me siento algo incómodo...

-Tu novia no anda por aquí ¿o sí?

-No, estoy soltero y también soy gay-dije soltando una risita nerviosa.

La chica esta, Julia, se apartó un momento y me volvió a examinar de arriba hacia abajo, se quedó un rato mirando mi entrepierna, se acercó muy rápido y me apretó. Sentí el cosquilleo de los nervios, me encogí tapándome y sonrojándome.

-¡Qué demonios haces!-ella reía.

-¿No te gustaría tener tú primera experiencia con una chica?

-¡N-NO!

-¿Seguro?-negué con la cabeza lo más fuerte que pude hasta marearme-Que pena...-hizo un pucherito, sacó un bolígrafo y un lápiz de la blusa, anotó, se volvió a acercar, yo no tenía idea de que hacer, no podía golpearla y tampoco podía pedir ayuda, la gente es burlesca en casos así-te dejo mi número por si cambias de opinión.-y se fue.

No entendía nada de lo que había sucedido, me alejé lo más rápido que pude de la carnicería, tomé lo que faltaba, arroz y pasta junto con un par de aderezos y salsas, no llevé de tomates porque yo puedo hacerla, pasé por el papel higiénico y me fui a la caja, compré un par de cosas innecesarias como dulces y demás, también pedí una cajetilla de cigarrillos y empecé a pagar todo lo que llevaba.

-Bastante temprano aquí-me dijo la cajera, un ave de muchos colores con bastante edad encima.

-He de venir antes de que empiece a llegar gente y se vuelva un infierno.

-Es cierto-terminó de marcar todo-ciento treinta y dos libras con dos peniques.-pagué todo en efectivo, miré al chico que estaba empacando todo, tenía la edad de Max, me pregunté qué hacía aquí a esta hora y me acorde que el colegio católico Mary's Way tenía hoy un día libre por peregrinación. Era un niño muy guapo.

-Gracias-le dije a la cajera.

Salí del supermercado, guardé todo en la cajuela del coche, fui a dejar el carrito, me apoyé en la ventana y empecé a fumarme un cigarrillo, lo disfruté hasta que se acabó por completo, me tomé un café y fui directo a la tienda de revista que había en el mismo recinto, estaba vacía, el cajero era una comadreja baja de mal ver, estaba leyendo una revista sobre política, llamé su atención y me miró cerrando la revista.

-Buenos días.-dije de buen humor.

-Hola joven.-dijo su voz ronca y desagradable-¿Qué se le ofrece?

-Quisiera el número de esta semana de PlayFur Gay por favor.

-Niño yo te veo más de Dirtiest Vixens.

-No me gustan esas revistas.-dije molesto.

-Cualquiera diría que un súper coño te pone pero bueno.-buscó dentro de una caja que decía "Biblia Nuevo Testamento" y sacó un número que decía "Amor de Hermanos" y en la portada dos chicos muy guapos, zorros y muy parecidos.-treinta y dos con trece niño.

Le pagué y me fui, caminó al coche vi a esa tal julia hablando con un zorro alto y de aspecto mayor, este sonreía mientras ella lo llevaba a un lujar alejado. Me subí al auto y empecé a ojear la revista, estaba mejor que otros días, traía anuncios demasiado explícitos sobre condones, un par de anuncios sobre perfumes, llamadas a centros de sexo, varios artículos sobre la vida de los cultiva champiñones y unas recetas de la abuela Madeleine, era una revista porno a la cual una abuela de ochenta años aportaba recetas. Encendí el motor y volvía a casa, subí con todas mis cosas y las ordené, eran las once de la mañana, empecé a hacerme algo para comer, asé un poco de carne en la parrilla del balcón y me hice una ensalada de acompañamiento, estuve almorzando justo a las doce. Hice un poco de aseo para bajar bien la comida.

4

Me cambié la ropa, me coloqué una camisa sin mangas con una leyenda en cursiva que decía "Just Sweat!" y unos pantalones largos de deporte junto con unas zapatillas deportivas. Guardé la ropa de cambio en mi bolso y volví a salir, eran las dos de la tarde, me fui caminando todo el camino al gimnasio, estuve escuchando la canción Revolver de Madonna, mi ídola de toda la vida, fui cantando en susurro todo el camino, cambió de Revolver a Dress You Up y luego a Holiday, finalmente llegué al gimnasio que estaba en un complejo adornado con muchas plantas y fuentes, gimnasio Hard Candy, creado por Madonna (todo lo que dijera Madonna yo lo tenía). Entré y vi al instante los distintos accesos, restaurante, spa, gimnasio, cafetería, peluquería y administración. Fui por el camino que decía gimnasio, entré a la sala de cintas trotadoras, arriba, en el segundo piso levantamiento de pesas, salón de yoga, baile y estaciones con entrenadores personales. Directamente fui a los vestidores donde había mucho hombre grande, dejé mis cosas dentro de un casillero, salí y vi los carteles inspiradores "No Sweat, no Candy" "The more that i wait, the more time that i waste" y varios más. Me posicioné frente a una cinta trotadora y empecé el calentamiento, seguí con estiramiento y pesas y luego hice yoga. Me detuve a descansar un poco y vi hacia adentro de la sala de baile, estaban haciendo una coreografía intensa la cual estaba dirigida por el profesor... ¡Terence! Miraba asombrado al encontrarlo ahí bailando muy bien, de manera muy natural, mis ojos no pudieron evitar irse a su culo que resaltaba con cada movimiento. Le escuchaba gritar "¡Ánimo señores! ¡Con ganas! ¡Vamos más duro!". Al finalizar la canción les dictó elongación, la cual hizo, dio cinco minutos y se acercó directamente a mí.

-¿Qué tal señor?-me sonrojé-¿Quiere unirse a nuestra coreografía?-empezó la canción Uptown Funk de Bruno Mars y empezó a hacer una muestra tan genial que no pude evitar sudar del calor.

-No...-dije desanimado-solo estoy descansando... y no está dentro de mi rutina, je...-dije dando una risita estúpida y ridícula.

-Oh que pena-me sonrió, bebió un trago de su agua-¿Cómo está señor... Alex?

-Muy bien-sonreí falsamente-¿Y tú?

-Estupendamente.

-No sabía que trabajaras aquí, además hoy es día de clases.-lo pensé-¡no es que esté reprochando! Solo qué... eh...

-Los jueves, sábados y domingos vengo aquí, como coreógrafo. Me encanta bailar, me hace sentir muy libre-Lo miré mientras daba otro sorbo a su botella, le miré a la cara y me di cuenta que era muy guapo, más de lo que lo había visto antes-¿Me espera? Ahora tengo que finalizar.

-Claro...-respondí.

Hicieron un par de movimientos y luego dio un pequeño discurso motivador, al finalizar dijo que todos se merecían el aplauso final y todos aplaudían, vi como varias chicas se le acercaron a coquetear. Yo solo observaba suspirando, el parecer era hetero y le iba bien, rodeado de chicas y de mujeres mayores. Tomó su toalla, se la puso en el cuello y se acercó a mí nuevamente.

-¿Qué piensa hacer ahora?

-Me toca piernas...-dije sonrojado. Estaba actuando muy obvio.

-¿Le gustaría compañía? Yo ya no tengo más que hacer.

-¡Por supuesto que sí!-dije feliz.

Me acompaño, estuvo un rato hablándome de cómo era trabajar así, se veía que era duro, me ayudó con varias cosas, e incluso me puso peso extra en las lagartijas, he de admitir que fue una experiencia agradable. Me comentaba muy feliz lo entusiasta que era Max por el deporte. Y ahí fue cuando decidí abrirme un poco a él, contándole un poco de mi historia.

-Bueno, como ves tengo veintiséis, a los diez años fui víctima de una violación de la cual nació Max. Lo sé, suena ridículo el oír que un hombre es violado por una chica, pero de cualquier manera así fue.-tome aire-Me mudé muy joven aquí junto con Max, arrendaba una habitación más al centro, ahí vivíamos Max y yo. El estrés me consumía y en uno de mis trabajos unos ex amigos llevaban drogas... Tuve una dura época con las drogas, pero lo superé, logré madurar rápido y así poder ser un ejemplo a seguir y me alegra que haya servido.

-Oh, es fuerte... oír eso.

-Puede que sí-dije sonriéndole- pero ahora estamos en el presente.-uno asqueroso. Hubo un silencio muy cómodo por unos momentos, miré la hora y ya era algo tarde-Oh vaya, es tarde, debo ir a las duchas.

-Le acompaño-me dijo.

Por un momento quise echarlo, alejarlo, aún no era tiempo para verle desnudo... pero ya qué... le dije que esperara un momento, tomé mi teléfono y llamé a Max.

-Hola pa'.

-Hola cariño ¿cómo va todo?

-Genial. Lamento no haberte avisado que había llegado a casa.

-No hay problemas, ¿todo bien?

-Sí papi.

-Genial, nos vemos.-y colgué.-Ahora sí.-le dije a Terence.

Fuimos ambos a las duchas, me desvestí de espaldas a él, pero de cualquier manera no pude evitar ver que llevaba puesto y pude ver que usaba los suspensorios más delgados que había visto en le vida, se soltó la trenza de la cola y quedó completamente desnudo con una toalla que colgó arriba de sus cosas. Yo también quedé desnudo, trataba de controlar mi cuerpo de la manera más difícil no tratar de encenderme. Podía ver que tenía la circuncisión hecha y que éramos más o menos del mismo tamaño. Llegamos hasta las regaderas y comenzamos a ducharnos.

-Mi parte favorita, esto lo dio porque ya tengo confianza, cuando sudo mucho e vuelvo pegajoso y es horrible.-dijo pasando sus manos por todo el cuerpo.

-Yo empiezo a apestar... tengo tendencia de olores fuertes.

-Un macho de verdad.-no pude creer lo que me dijo-¿Me podría hacer un favor?

-Claro.-respondí.

-Por favor, ¿me tallaría la espalda entera? No me alcanzo-me petrifiqué por un momento, no sabía que hacer-

-Sí...-dije en tono bajo.

Me eché un poco de jabón en la palma de la mano y empecé a tallarle la espalda, conforme iba bajando me iba endureciendo... estaba muerto de vergüenza, llegué hasta la espalda baja cuando pidió se podía ir un poco más abajo. Yo acepté y termine lo más rápido posible, luego empezó a hablarme sobre técnicas de ejercicio, yo le escuchaba pero traba de no mirarle, tenía mucha vergüenza.

-Alex-le miré muy avergonzado-no se avergüence por eso, a todos les pasa.-y rió-¡Inclusive a mí! A veces pienso en... cosas y me da por levantarme.

-Ya veo...-ambos reímos.

Nos vestimos y salimos, hicimos una parada en el café, bebí un juego de naranja al igual que él y un sándwich con jamón y queso fundido, en cambio él quiso una tarta de arándanos.

-Qué curioso-mencioné-tenemos cosas distintas y aun así percibo el aroma de manzanas verdes.

-Seguramente es mi ropa, tiene extracto de ellas.

-Huele delicioso-me miró a los ojo.

-Usted es bastante guapo señor Fothen ¿cómo es que no está casado?

-Ah...-evité contacto-bueno, eso es confidencial...-y me reí.

-Me gustaría algún día salir con usted-jugó un poco con su vaso-¿le gustaría una cita?-me atoré con el jugo-si no quiere está bien, no hay nada de malo.

-¡Sí, acepto!-dije vociferante.

-Sé que nos hemos visto solo dos veces pero quisiera conocerlo más, usted es alguien interesante-me sonrió muy bonito.

-Yo... igual quiero conocerte... y por favor, no me trates de usted ¡me siento viejo!-ambos reímos.

-Lo siento, las conversaciones con padres.-se levantó-Bueno... he de irme, tengo alguien que me espera en casa-dejó el dinero.

-¡No! yo invito.

-Por favor.

-¡No!

-Por favor que si no...

-¡Camarero!-le pagué la cuenta y dejé que se fuera.

-A la próxima yo pago. Por favor saque su teléfono-hice caso, me dictó su número-para que me hable por WhatsApp.

-Sí...-me dio la mano.

-Hasta luego Alex.

-Nos vemos Terence.-y le vi alejarse.

5

Llegué a casa y me encuentro a Max ejercitando el abdomen, me miró, se levantó contento y me dio un gran abrazo.

-¡Papá!

-¿Cómo estás hijo mío?

-¡Muy bien! ¿y tú?

-Bien igualmente.-le sonreía. Miré a la mesa y vi que estaba todo listo-Te esforzaste ¿no?

-Digamos que sí-rió nerviosamente-además tengo un montón de hambre.

-Entonces comamos.

Eran las seis de la tarde, justo la hora de la cena, sobre la mesa había un filete muy jugoso acompañado de papas hervidas, ensalada y para mí una cerveza, para Max lo mismo ero con jugo.

-Esto es algo difícil para que lo preparases tú, ¿tú secreto?

-Los magos jamás revelan sus secretos-miré hacia su habitación y vi que estaba su computador encendido en un blog de recetas.

-La magia del PC.

-Sí...-estuvimos comiendo y hablando del día que habíamos tenido, notoriamente el día de Max fue más divertido que el mío.-Papá-le mire masticando-¿Puedo ir a dormir a casa de Franklin? Recuerda que mañana no tengo clases.

-No sé, he de pensarlo-bufó y yo reí-sí, si puedes, pero debes cuidarte mucho.

-Hablando de cuidarse, ¿qué era lo que me tenías que decir?-le quedé mirando, tragué dificultosamente la comida y balbuceé un poco.

-Hoy viendo las noticias vi lo del asesino... ¿te enteraste de algo?-asintió-bueno... esto va con que ese asesino está acá.

-Lo sé.

-Bien, al parecer es uno que solo mata a los de nuestra raza...

-Ósea bovinos.

-Así es, por eso, quiero pedirte sumo cuidado con todo, absolutamente con todo, no sabemos cómo puede terminar esto, así que... cada vez que salgas a la calle ten mucho cuidado por favor.

-Todo bajo control pa'.-me sonrió, yo solo solté un leve gruñido de duda.

-¿Entonces aún puedo ir a casa de Franklin?

-Claro... ¿quieres que te vaya a dejar?

-Sí por favor.

Me alegré mucho de que Max fuera a otro lado, mis mejores noches eran con él, pero ahora debía ir a trabajar y ¿qué era lo que le diría? No tengo idea, yo sabía que si se quedaba estaría despierto hasta tarde, y cuando yo quisiese salir me preguntaría a donde iba le miraría y no sabría qué responderle.

Una vez terminada la cena preparó una mochila con ropa y me esperó en el vestíbulo mientras yo orinaba, me di cuenta del chorro de sangre que había en el piso y rápidamente lo limpié. Bajamos hasta el estacionamiento, nos subimos al coche y emprendimos camino hacia la casa de Franklin. Era un barrio residencial muy bonito, con casas de estilo moderno-clásico, la de la señora Margaret Snell era una bonita casa blanca con tejas azules y un jardín de flores bonitas. Estuvimos unos minutos esperando a que saliera Franklin a recibirnos, cuando llegó él y Max se saludaron de la manera habitual, como muy amigos, hablé un rato con la señora Snell, una tigresa muy bonita de cuarenta y siete años soltera, su marido murió hace un par de años trabajando como marino.

Una vez vi que ya estaban dentro de la casa fui a dejar mi auto, tomé todo lo que necesitaba y empecé mi viaje al club, tomé el metro, iba vacío, arriba iba solo un par de personas, la mayoría jóvenes yendo de fiesta, yo revisaba mi teléfono mientras llegaba a la estación. Ésta a diferencia de las otras al estar en un barrio algo más bajo era más fea, había prostitutas, las losas de las paredes estaban rotas, tenía unos grafitis en las paredes y las luces eran muy viejas. Quise esperar un rato, aún eran las nueve y tenía hasta las doce para presentarme, me quedé un rato apoyado en un poste fumando un cigarro, en esta estación la ley no corría, así que podía fumar. No pasó mucho hasta que se me acercó un tipo enorme, gordo y notablemente cervecero, le miré a los ojos y me preguntó.

-¿Cuál es la tarifa taxiboy?-ya se estaba poniendo cariñoso. No sabía qué hacer. Se me ocurrió una respuesta un tanto estúpida.

-Aún no estoy en servicio-y subí las escaleras.

El oso me siguió todo el camino hasta el club, donde el guardia Tyson lo detuvo, yo le dije que venía conmigo, le dejaron pasar y al instante se puso a coquetear con Melocotones.

-Estabas coqueteando conmigo, ¿recuerdas?

-Me gusta tener opciones.

6

Dentro de los vestidores era más curioso que afuera, parecía el camerino de un teatro de Brodway, no dejaba de ser un prostíbulo pero era muy curioso, apareció el diseñador de la compañía Tulio, que me pidió mi música, la llevaba en un pendrive, se lo pasé y desapareció. Supuse que podía buscar la ropa que yo quisiese, así que busqué el arnés, me puse una gorra que estaba hecha especialmente para hombres con cornamenta, encontré unos brazaletes de cuero y para la parte baja unos trunks que apretaban como el demonio, levantando (y mostrando) parte de mi culo, me vi al espejo, solo suspiré y traté de aceptar que me veía bien. Miré a la derecha y vi al jefe.

-¡Oh jefe!-me sonrojé mucho.

-Hola nene ¿Qué tal? Te ves muy guapo, la lluvia de dinero será toda para ti esta noche.

-Sí...

-Te cambiamos el nombre.

-¿A cuál?-estaba extrañado, rogué para que no fuera nada malo.

-Granado.

-¿El árbol de las granadas?

-¡Sí! Esa cabeza roja tuya me ayudó a pensarlo mejor, así que te llamarán como granado ¿ensayaste tu número?

-Sí, y necesito entrar sin que nadie me vea.

-No hay problema, explícame y yo le diré a nuestro director de luces.

Comencé a explicarle la dinámica del baile, sonreía y reía, denotaba emoción por querer verme.

-Eso suena espectacular, acompáñame.-me llevó hasta una trampilla que estaba abierta-Por aquí tendrás acceso al escenario, donde está la plataforma para elevarte hasta el tubo directamente.

Estaba sorprendido, no sabía que hubiese esta clase de chismes en clubs de Strippers. Caminé por el pasillo muy iluminado, frío y blanco hasta llegar a la plataforma levadiza, había un chico en un control que avisó que ya estaba posicionado, miré hacia arriba viendo que las luces del escenario bajaban hasta ser totalmente oscuras, escuché a Kenya decir "Nuevo personaje con nosotros, estamos seguros que van a querer todo el jugo chicos" cuando dijo eso, el chico me subió al escenario, me posicioné tanteando el área hasta que encontré el tubo "¡UN FUERTE APLAUSO PARA GRANADO!". Miré y había mucha gente mirándome, las tonalidades de las luces eran rojas pasión con rosa, los bordes del escenario destellaban suavemente con luces blancas, la música de fondo que escogí era Fly Me To The Moon de Brenda Lee. Bailé acariciando el tubo, con las piernas, el cuerpo y las manos, me acariciaba yo también, mientras hacía expresiones placenteras y sensuales. Descubrí que el jefe tenía razón, la multitud (y era una verdadera multitud que creció) se amontonó frente a mí y comenzó a lanzar el dinero, para no tener que recogerlo, me acercaba al público haciendo mucha improvisación dejando que todos metieran dinero en mi ropa, algunos pasaban más la mano pero en esos momentos me dio igual.

Cuando el tema terminó me apoyé en el tubo haciendo una pose y recibí aplausos y vitoreo de todos, algunos me gritaban cosas sucias, dieron paso a la siguiente canción con estilo electrónico y salieron chicos con ropa destellante y luminosa. Volví tras bambalinas y conté el dinero, a medida que contaba me sorprendía cada vez más y más, había billetes de cinco, diez, veinte y cincuenta, en total hice setecientas cinco libras, estaba realmente sorprendido. Se me acercó el jefe con uno de sus gorilas, me besó las mejillas y me abrazó.

-¡Estuviste fantástico!-estaba muy emocionado, se le cayó una lágrima-¡estás dentro del equipo! Mañana te haremos la sesión fotográfica para que aparezcas en el pasillo.

-¿Tienes donde guardar eso?-preguntó serio el gorila.

-La verdad no.-respondí.

-Dámelo, yo lo llevaré a la caja y a la salida te lo doy.-no sabía si confiar, pero con la ganancia eso sería perder poco.

-Prueba dos-mencionó el jefe-debes ahora hacer de camarero, por favor, cámbiate la ropa por esto-me dio un cuello de camisa con un corbatín y una tanga que curiosamente iba abotonada.

-No es por nada pero...-¿realmente iba a decirlo?-ahí dentro no me cabe la... cosa...

-Oh ya veo, talla XL entonces para polla extra grande.

-No le diga así por favor... me da vergüenza...

-Pero es la verdad-reproché inconscientemente con la mirada-bueno nene, no te preocupes. Ahora, ve y colócate lo que te di y ve a hacer de camarero-y se fue con sus joyas tintineando.

Me coloqué lo que me habían dado, me volví a mirar en el espejo y esto... me quedaba realmente bien, me sorprendí al ver que el atuendo que portaba me daba una sensación sexy y elegante al mismo tiempo (elegante en lo que se podía). Fui directo a lo que parecía ser la cocina, estaban renovándola, había una puerta que daba director a la barra de tragos, un conejito se me acercó llamándome la atención, llevaba un suspensorio rosa y una rosa celeste en la gargantilla.

-Supongo que tú eres el nuevo, me llamo Carrot ¿y tú? Guapo de alma...-me acarició el cuerpo, yo nerviosamente tragué saliva.

-Soy Al... Granado.

-Mi verdadero nombre como sabrás no es Carrot claro, me llamo Jacob en verdad ¿y tú?

-Alex...

-Vaya, que nombre más sexy, me sorprende que el jefe te lo haya cambiado-me puso una mano en el pecho y me o acarició suavemente... se sentía rico...-¿qué buscas?

-Yo... oh...-continuaba acariciándome, le tomé el brazo suavemente y le obligue a parar-buscaba una libreta para hacer de mesero... no sé cómo hacerlo.

-Veo que el juego no te dio el tutorial básico.-debajo dela barra habían varias libretas y varios platos con algunas cosas de comida, maní, papitas, pasas, pistaches, etc.-Ten, con la libreta anotas todo o que pidan y lo retiras aquí, luego Bill procesará el pedido en la máquina registradora y luego te hará la cuenta, el efectivo lo traes aquí y les darás el cambio, la propina supongo que ya sabes dónde va, si pagan con tarjeta les llevas la máquina. Odio a los que pagan con tarjeta, nunca dejan propina-suspiró-pronto se abrirá una cocina para que la gente venga a comer y así tener más clientes, ya estuve en un bar así, será un caos-rió.

-Muchísimas gracias.-respondí.

-Nos tenemos que ayudar ¿no?-y se fue, le vi hacer de mesero igualmente.

Vi que unos muchachos llegaban, tres chicos de gimnasio, un lobo blanco, un conejo con orejas caídas y un koopa. Se acercaron a una mesa que estaba bajo un foco de luz amarilla mostrando los colores naturales de las cosas, respiré hondo, me acerqué intimidante y me paré ladeando la cadera un poco, arqué la ceja y pregunté gravemente.

-¿Qué desean jóvenes?-se quedaron mirándome con la boca abierta.

-Pues...-el lobo comenzó a hablar-momento.-comenzaron a hablar entre ellos, hasta que me miraron y el lobo fue el vocero-Queremos cuatro Martinis.-les miré extrañado

-Disculpen... mi intromisión, pero ustedes son tres...

-Exacto-dijo el conejo dejando tres billetes en mi tanga-te invitamos uno cariño.-el resto de los chicos también dejaron billetes en la tanga.

-Como gusten.

De camino a la barra entregué el pedido, Bill preparó todo con un muy gran arte, sirvió las cuatro copas cuando llegó Carrot.

-Vaya, te han invitado un trago en la primera noche, que suertudo.

-¿Algún significado en especial?

-Sí-me agarró un glúteo-significa que te aman.-y se fue con la bandeja en la mano, llevando un sexo en la playa.

Llevé las copas con Martinis hasta la mesa, donde los chicos las bebieron de a poco y yo acompañándoles ahí. Estuvieron un buen rato pidiendo diferentes tragos hasta que el koopa y el conejo empezaron a ponerse muy cariñosos, el lobo solo los miró, luego a mí y volvió a ordenar.

-Unas caipiriñas por favor.

-A la orden-respondí.

Cuando volví los chicos se levantaron dejando al lobo en la mesa, juntos se fueron a la sala romance, era más privada e íntima. El lobo tomó su vaso lleno y empezó a manosearme.

-Llévame ahí...

-A la orden.

Fuimos a las habitaciones VIP, en ese momento recordé lo que le dije al jefe "No quiero tener sexo con nadie". La frase me repercutía en la cabeza, pero esto sería un ingreso mayor. Llegamos a la habitación, donde el chico pasó directamente al baño, sacó una tira de condones y volvió, al parecer se manejaba más que yo en el lugar.

-Dime...-estaba borracho-¿Cuánto es cada cosa?

-Bien-empecé a buscar en mi mente-una masturbación son cincuenta, la mamada cuesta cien libras y si quieres intimar más son doscientos.

-Elijo la tercera opción... ¿Puedo besarte?-olía a azúcar y alcohol.

-Sí... ¿por qué no?

Cuando empecé a desvestirme con un sonrojo en el rostro noté que estaba quitándose la ropa tímidamente, se puso en cuatro patas en la cama y empezó a mover la cola, pensé que él me lo haría a mí, pero al parecer quería que yo a él. Se volteó a verme directo a los ojos, pero al estar borracho se dio vuelta y comenzó a reír como idiota, me puse encima de él y comencé a besarlo. Cuando tuve el preservativo puesto empecé a embestirlo, el solo gemía y trataba de orientarse pero después de un rato se quedó quieto por lo borracho que estaba.

Cuando me sentía cerca pude ver como eyaculaba encima suyo, se reía como idiota y luego volvía a gemir, eyaculé dentro del condón, me levanté me lo quité y lo tiré a la basura, le volví a mirar y estaba quedándose dormido.

-Eh...-le desperté-

-¿Uh...?

-Necesito que me pagues...-me señaló su pantalón.

-En mi billetera está el di...-y cayó dormido.

Tomé su billetera, le saqué lo correspondiente y le dejé solo en la habitación, el resto de la noche se consumió en atender gente que quería beber algo, al finalizar me cambié de ropa, fui a buscar mi dinero, di lo que debía a la casa y lo empecé a contar, hasta que él jefe se me acercó y me dio bastante dinero, dejándome en total mil quinientas libras.

-Este será nuestro secretito ¿eh?-me miró serio y mencionó-No se lo digas a nadie, si no...-empezó a mirarme con enojo y luego volvió a entrar a su oficina.

7

Llegué a mi casa y me tiré en la cama, guardé el dinero en mi mesa de noche y luego fui a descansar.

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Bueno, espero que les haya gustado, y que no se hayan aburrido, por favor, comentar, compartir y votar.

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