El chico más grande y grueso del lugar

1

Ya había pasado una semana más o menos y las cosas habían mejorado, al parecer Max lo estaba superando más fácil de lo pensado, al igual que sus compañeros. De Jessica no sabían nada, ni de a donde había ido a parar, se esparció un rumor de que la corgi había ido a parar a una escuela religiosa completamente estricta, y el padre de su cachorro seguía siendo un N.N, no se había comprobado que fuese de alguno de los cuatro jóvenes, la paz reinaba nuevamente. Aunque Alex estuvo practicando movimientos en su casa mientras Max no estaba, no sabía bailar bien pero logró hacer una rutina bastante sexy y flexible, aunque no lo pareciera, el toro podía hacer un Split con sus piernas y arquear la espalda de manera impresionante, lograba hacer la postura de la araña mientras estaba de pie, además de que sabía algo de kick boxing. El rugby también le ayudó mucho, pues después de una práctica energizante elongaba mucho para no terminar con dolores musculares al siguiente día, sin darse cuenta se volvió el elástico que era hoy en día

Y por otro lado estaba Max que logró heredar esa súper flexibilidad de su padre, al igual que un pelaje corto y muy brillante y unos ojos avellana muy bonitos. Más o menos como Alex, Max practicaba rugby en la escuela, su deporte favorito sobre muchos, aunque también podía jugar basquetbol, hockey, hándbol y voleibol, pero nada de soccer, aborrecía con su alma el soccer, al igual que Alex "de tal palo, tal astilla" pensaba para sí la mayoría de las veces. El campo de rugby era tan grande que después de cada juego los chicos del colegio Arlesdale Manor podían elongar con una buena separación y coordinación, se podía ver a otros entrenadores y entrenadoras practicando con otros cursos y a la pirámide de animadoras sin su piedra angular, Jessica. Los chicos se sentían mejor que la corgi de malos no estaba, pero los un par de chicos nerd se habían quedado sin orgasmos durante un tiempo hasta que decidieran hablarle a la chica que les gusta, yo sé que al menos uno consiguió algo después de un tiempo.

Y uno, dos, tres... dieciocho, diecinueve, veinte, respiró suavemente mientras se levantaba del suelo estriando todo el cuerpo junto a sus otros compañeros. Los flojos comentaban lo horrible que era salir a hacer gimnasia, algunas chicas se ponían detrás del entrenador para ver lo que tenía para ofrecer, el día estaba muy cálido y despejado, los ánimos del joven Max ya estaban recuperados, estuvo varios días sin querer comer y sin querer salir, ni siquiera a las peticiones de su padre para ir un rato al parque o para ver una película, pero ahora corría desesperado en el campo del colegio junto con sus compañeros. El entrenador se sentía bien cada vez que le veía, uno de sus mejores alumnos era Max y saber que ya estaba bien después de todo lo sucedido fue un alivio, dentro de sí seguía sintiendo una pequeña incomodidad, pues no solo los alumnos había sido víctimas de la chica acosadora, sino que él también, pero solo fue un pequeño acoso y toqueteo por parte de ella, no había logrado llegar mucho más allá. –"Gracias que estos chicos se encuentren ya mejor..."– pensaba para sus adentros, estaba muy metido dentro de su cabeza hasta que Nathan, el entrenador de natación apareció de improviso dejando car su mano en el hombro de Terence.

-¡DE NUEVO abstraído en tus pensamientos!

-¡Maldita sea Jaws no hagas eso!-expresó momentáneamente enojado el caballo dando un salto.

-Aun eres muy sensible a los sustos, que ternura-le agarró la mejilla estirándola.

-¡Sigues siendo un infantil! Sabía que los tiburones eran tontos, pero tú te pasas.

-Que niño tan gracioso.

-¿No tienes clases que dar?

-No, los niños se quedaron castigados porque hicieron enojar al viejo de Filosofía y tú ya sabes cómo es.-suspiró, se dio media vuelta y empezó a correr-¡Debo refrescarme un rato, adiós!

-¡Mira qué raro eres!-observó su reloj, aspiró profundo y aplaudió fuertemente-muy bien hemos terminado por hoy, a las duchas, nos vemos mañana.

Todos se despedían de Terence con una sonrisa en el rostro, otros solamente ignoraban, la mitad de las chicas estaban felices de que acabara la clase, la otra mitad pasaba y le echaba el ojo al culo del entrenador, en cambio el grupo de Max y un par de personas más se quedaron un rato jugando en la cancha. Una de sus amigas, Theresa, una loba gris muy desarrollada para su edad estaba hablando con la tigresa Sasha, que era más plana pero de igual manera muy vistosa, no ayudaba que su apellido fuese Grey. Sin intención Max y los chicos escucharon la pequeña conversación entre las dos jóvenes atractivas.

-Me encanta Josh, es genial, muy preocupado, pero lo hace de manera terrible.-observó Theresa.

-¡No me digas! ¿Cuál es el problema?-Theresa hizo con sus dedos una seña de pequeñez-¡oh por Dios!

-Es la más pequeña que he visto, es horrible, al chupársela me imagino que es como un bebé, además dura demasiado y me incómoda...

Los chicos estaban intentando aguantar la risa, no podían creer lo que oían, el matón de su grado tenía la polla pequeña. Algo con cual molestar a ese engreído y abusivo husky. Siempre molestaba a Max, jalándole los cuernos, diciéndole "vaquita" y a veces tratándole de "inferior" por ser un toro. Según la historia, al ser más grandes, los toros, burros y caballos eran usados para trabajos forzados, la esclavitud recayó mucho más fuerte en ellos, haciendo que hubiese una mancha en el expediente de estos. Al enterarse Josh sobre esto en clase de historia, encontró con que fastidiar a sus compañeros bovinos, sementales y demás. Siempre haciéndoles sentir menos, pero ahora ellos podrían hacerle sentir más pequeño.

2

Todos entraron en las duchas, algunos chicos ya estaban bajo el agua, mientras que otros estaban recién desvistiéndose. Sobre las bancas había montones de ropa, más que nada camisas y suspensores. Había conversaciones al desnudo, mucho vapor y humedad. Max estaba quitándose la ropa, estaba en suspensorios cuando Josh empezó a molestar.

-Vaya, gracias a Dios que terminó la clase, no sabía si estaba en el colegio o en un rodeo-miró a Max. El grupo del molesto perro rieron, pero el resto estaban ya hartos.

-Que pesado, no tienes por qué soportarlo-Mencionó Mark, el ciervo desnudo al lado de Max.

-Tengo un plan-Max volteó-¿alguna vez han comido estos chiles pequeños? Rojos y muy fuertes.

-Sí-respondió Johnny-o si no estos... eh...-buscó en su mente-los anacardos cubiertos de fresa.

-¡Qué asco!-respondieron todos al unísono.

-Vaya vaca, no sabía que te gustasen las cosas malas.

-No, pero me parece que Theresa sí.

-¡Qué dijiste!-saltó al ataque tal perro rabioso.

-No-mencionó Franklin-a ella le gustan las cosas buenas, pero se encuentra con cosas de mala calidad, débiles y pequeñas.

-Además, a niños pequeños-resaltó malévolamente Kevin, el gato naranjo.

-¿De qué demonios me hablan?-Josh estaba súper extrañado.

-¡Que la tienes chica!-se carcajeó Johnny de la nada. De repente, el vestidor entero reía, incluso los chicos de las duchas.

-¡Eso es mentira!-exclamó Josh avergonzado-la tengo más grande que todos ustedes zoológico de idiotas.-miró a Max-Sobre todo más que tú.

-¿Ah sí?-respondió este desafiante.

-Sí, y lo probaré.-miró directo al pobre de Franklin-Sé que tuviste artes en la mañana, tienes una cinta de medir de costureo, ¿no?

-S-Sí...-respondió este con vergüenza.

-Sácala y mídenos.

Franklin buscó en su mochila, reinaba el silencio en los vestidores, solo se escuchaba el correr del agua proveniente de las duchas comunitarias. Una vez encontrada la cinta, Josh se bajó los pantalones, mostrando unos boxers naranjos con varios huesos de adorno. Estos tenían un montículo en el centro y al bajarlos dejó ver su prominente miembro erecto, con el nudo hinchado.

-Mídelo fenómeno.

A Franklin le importó poco el tocar el pene de uno de sus compañeros (podríamos decir que lo estaba medio disfrutando).

-Dieciocho coma cuatro de polla-los chicos del vestidor estaban impresionados, salieron varios "woah" y algunos incluso chocaron los puños con Josh.

-Ya qué...-Max procedió a quitarse sus suspensorios, dejando ver su pene flácido, gordo y enorme, al instante salieron varios gritos sorpresivos, incluso se escuchó un "¡Menuda polla!".

-Santa Madonna...-exclamó Franklin-mide veintiséis como seis centímetros, y está flácida...

Los comentarios se alzaron en ese momento, varios chicos felicitaron a Max (cosa que el encontró un sinsentido total) chocando sus puños o dando un abrazo de hermanos.

-Aún no he acabado-mencionó Josh.

-¿A no?-respondió Max.

-No, ahora hay que medir el grueso, a veces eso llega a valer más que cualquier cosa, pequeño pero peligroso.

Todos miraron con cara de obviedad a Josh, pero sus amigos empezaron a poner obstáculos.

-¡Es verdad, aún no han medido el grueso!-gritó uno.

-¿Acaso a la vaquita le da miedo perder?-el grupo de idiotas se mofó.

-Ven para acá tigre-llamó demandante-y mide el grueso de esta maravilla.

-¡Nudo no cuenta!-gritó alguien por ahí. Un gruñido rudo pero muy tierno salió del hocico de Josh.

-¡Hijo de...

-Con solo once centímetros no ganarás nada J.-los chicos rieron, Josh cada vez estaba más y más rojo, se sentía avergonzado, estúpido y absolutamente perdedor.

-Bueno, ahora le toca a nuestro querido Max-anunció Franklin, se posicionó y suavemente enrollo la cinta alrededor de la polla de su mejor amigo, obteniendo un suave sonrojo en sus pómulos. Primero por estar tocando semejante arma y luego, por la medida que arrojó la cinta, era increíble.

-Son...-tragó saliva-Son diecinueve centímetros...

La decisión fue clara, los resultados no mentían, Max era el más "hombre" del lugar, o como lo nombraron, el "más grande y más grueso de todo el lugar". La reputación de Josh quedó destrozada.

-Ahora sabemos quién es el niñito del lugar-dijo burlescamente Mark, quien aún seguía desnudo, y también tenía buenas medidas.

-Esto es cien por ciento alemán, así que ahora, si me disculpas, me ducharé-Max nalgueó a Mark-porque algunos pueden y otros no.

-Idiota...-mencionó Mark.

Josh vio como todos seguían en sus cosas, vistiéndose, desvistiéndose, conversando, arreglándose... pero el sentía que todas las miradas iban hacia él, se vistió rápidamente y se fue sin ducharse, decidió que se ducharía en su casa, lejos de todas esas miradas acosadoras, salió tan rápido que ni se dio cuenta de que chocó a Terence, quien le miró pero no reaccionó a tiempo para atraparlo.

-¿Qué sucedió?-preguntó el equino muy extrañado.

-¡Nada!-respondió el coro.

Franklin, pensativo se quedó sentado en una banca mientras observaba a Max a lo lejos duchándose, lavándose su cuerpo enorme y bestial. Dentro de sus pantalones se alzaba la felicidad pura, emoción y tentación.

3

Max estaba a punto de hacer su camino a casa, estaba hablando con sus amigos cuando vio a Josh con la capa de su sudadera caminando rápidamente siendo perseguido por Theresa quien visualmente estaba extrañada. Por un momento Max se sintió genial, pero luego se sintió mal, ya que él sabía que el mayor orgullo de un hombre es su pene.

Se despidió de los chicos y empezó a caminar a casa, durante el camino estaba escuchando música, prefirió escuchar algo de 21 Pilots, Eminem y (gracias a Alex) Madonna. Su celular tenía una diversidad de música enorme, le gustaba el pop, metal, death metal, rap, clásica, rock, mezclas de DJ y de más. Miró hacia arriba y vio un anuncio el cual le iluminó los ojos, mostraba al nuevo Tour de "The Rolling Stones" que se presentaría en el verano, abrió la boca con asombro por un momento, pero luego recordó lo que sucedió a su padre y si quería ir a verlos debía el comprar la entrada -"está difícil"- pensó para sí.

Al llegar a casa, se encontró a su padre en el sofá viendo televisión.

-¡Hola Maxi!

-Hola pa'.

-¿Cómo estás campeón, que tal el día?

-Agotador pero bien, y además me di cuenta de lo bueno que es ser Alemán.

-¿Por qué?

-Porque el salchichón es de primera calidad.-y fue a guardar sus cosas a la habitación.

4

¿Qué fue lo que trató de decirme...?

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Hola, espero que les guste, he arreglado (creo que bastante bien) este capitulo, recuerden que la estoy reescribiendo, así que si se encuentran con que el resto está muy mal escrito no se sorprendan.

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