Muchos os preguntaréis cómo nos conocimos ella y yo, pues es muy sencillo y os lo cuento con mucha alegría.

Todo empieza en el colegio, yo era una persona muy habladora, todo lo contrario, a Yushi, ella vino a mitad del trimestre a nuestro colegio, en esa época nosotras estábamos en segundo de la E.S.O. Lo recuerdo como si fuera ayer, recuerdo ver a una chica alta, de pelo oscuro y corto, su melena siempre estaba bien arreglada, no como lamía, siempre voy con una cola alta, soy muy negada para peinarme,pero bueno, no es de mi de quien estamos hablando, sino de ella. A mí me gustaba estar siempre en la parte de atrás de clase y justo a mi izquierda teníamos una mesa libre. Yushi es una chica muy tímida,todo lo contrario,a mi como ya podéis ver, pues ella nació en Estados Unidos, pero desde muy pequeña sus padres migraron aquí por temas de trabajo, y desde entonces ella vive aquí, aunque algún día tiene pensado el volver.

Recuerdo como entraba despacio por el pasillo y sus libros en las manos, se sentó junto a mí y como yo no soy persona de estar callada, empecé a hacerle un tercer grado. En la hora del recreo siempre estábamos juntas, los compañeros de clase apenas se relacionaban con ella, la dejaban mucho de lado y no sé porque, era una persona muy interesante la verdad. Me ayudo en muchas cosas al igual que yo le enseñe a cambiar un poco su timidez. Desde entonces siempre estábamos juntas, quedábamos para hacer fiestas de pijamas en ambas casas, salíamos a comprar chucherías y pipas para pasar la tarde.Recuerdo que nos tuvieron que separar una temporada en clase porque no parábamos de charlar. Que buenos tiempo. Bueno poco a poco os iré contando más anécdotas, pero por ahora a vivir el presente.

-Lara¿Dónde te apetece ir hoy? -Pregunto.

-Pues la verdad que podíamos ir al centro comercial y después a comer por algún bar de allí- Propuse.

-Me parece bien, pero...-Hizo ella una pausa–No te atrevas a ir hoy a la tienda de videojuegos, que siempre acabas comprando media tienda. -Ríe rápidamente ella.

-Mmm...No te prometo nada- Dije pensativa, y acto después levante la mano en forma de promesa.

Cogimos todas las cosas, Yushi saludo a los gatos e incluso le puso algo de comer para que se quedaran servidos cuando nos fuimos.

Bajamos hacia la calle, el sol era bastante agradable, yo tenía las manos heladas y el calor se agradecía. Cerré mis ojos mirando al sol y suspiré.

-Que gusto da salir de mi zona de confort- Sonreí.

El coche de Yushi estaba aparcado junto enfrente de mi piso, raramente se puede aparcar, pero ella siempre tiene suerte no lo sé por qué,pero yo pongo mi empeño en aparcar por aquí y nada. El coche de ella me encantaba era un coche alto, se podía ver todo cuando lo conduces. Mi coche está un poco viejo, pero me da pena deshacerme de él, pero lo malo es que algún día me dé un buen susto. Subimos al coche y como no, nuestra música de adolescentes al tope, la gente nos miraba con una cara. Pero lo bueno es cambiar el chip de vez en cuando y vivir la vida que son dos días.

Sonó una música que le gustaba mucho a un amigo que perdimos hace unos años,ambas nos quedamos calladas, pero a la vez, recordando todos los buenos momentos que pudimos pasar con él. La verdad era un sol de persona y no lo voy a olvidar nunca, siempre digo que es mi ángel dela guarda que va guiando y escribiendo mi historia día a día.

- ¿Qué le apetece comer a la señora diva? - Hice una reverencia a Yushi.

-¿Enserio? Pues no quiero comer con la plebe, necesito un lugar donde la gente me admire- Dijo con aires de superioridad.

-My lady, yo solo soy un súbdito más en su reino, pero haré todo lo posible para que pueda comer como una autentica reina- Dije mientras andaba como un jorobado.

La gente nos miraba y ambas nos reíamos.

Subimos ala tercera planta donde estaban todos los restaurantes, no me lo podía creer, abrieron un restaurante italiano nuevo en esta planta.Mi cara era un poema, soy una adicta a la pasta, pizza, y todo lo que acaba y empieza con Italia.

-¿Podemos como allí mama?- Dije mientras le tiraba de la camiseta.

-No sé... ¿Pero te lo vas a comer todo? - Me miro.

-Zi, yo ya Zoy una niña gande- Comente como una niña pequeña.

Volvimos a reírnos, extraño mucho estos días en los que puedo ser yo misma,si necesitada de esconder mi forma de ser porque unos lo manden u ordenen. Me costó mucho el irme a otra ciudad y conocer a gente nueva, pero esa etapa fue una de tantas que ya iréis descubriendo.

Nos sentamos en una mesa en la terraza cubierta, pero tenían estufas grandes para que estuviera todo perfecto. Nuestro camarero era muy simpático, se podía ver que era algo reservado, risueño y atrevido. Es bastante alto comparándome a mi claro está, rubio  con ojos verdes. Desde luego todo un don Juan,

- ¿Qué miras tanto Yushi?- Móvil mis cejas arriba y abajo.

-Nada-Su cara se puso roja.

- ¿Qué desean tomar las señoras?- Dijo con educación y una voz profunda.

Yo miré ami amiga y sonreí pícaramente, y ella miro para otro lado.

-Pues yo quiero una ensalada Cesar y espaguetis boloñesa- Dije rápidamente mientras cierro la carta.

-A mí me apetece más una pizza, quiero pan de ajo y queso y una pizza ibérica- Sonrió.

El chico tomo la orden y se marchó de la mesa. Me encanta ver la cara de mi amiga cuando ve algo que le gusta.

-Luego me dices que yo me emociona con los juegos, pero tú tienes ahora una cara... ¿Te puedo hacer una foto? - Saque mi móvil.

-No seas tonta... Pero si es verdad que deberíamos hacernos una para mandarla al grupo- Se sentó justo a mi lado.

Cojo mi móvil hacemos varias fotos, y la más ridícula y divertida es la que enviamos a nuestro grupo de amigos de toda la vida.

Empiezan allegar mensajes, de que les gustaría estar aquí, que nos echan de menos. Pero lo que no saben ellos es que pronto vamos a ir para visitarlos. En ese preciso momento mi móvil empezó a sonar, era un número que no conocía, pero descolgué igualmente.

- ¿Si dígame?-Pregunte.

-Buenas tardes, ¿Es usted la señorita Lara Luque? - Pregunte el muchacho.

-Si soy yo, que desea-

-Buenas le llamamos para comunicarle que fue seleccionada para empezar atrabajar en nuestras oficinas de becaria. ¿Aún sigue interesada? -Dijo el muchacho.

Por su voz, parecía un poco joven, a lo mejor era el hijo del jefe.

-Si si claro que si- Se noto mi voz nerviosa e ilusionada.

-De acuerdo señorita Lara, mañana a las 10:00 le esperamos en nuestra oficina en la calle Eras número 10, en la quinta planta le esperamos para informarle de todo, gracias y un cordial saludo. - Colgó la llamada.

Vuelvo ala mesa, donde ya estaban los platos puestos y listo para comer.

-¿Quién era?- Pregunto curiosa Yushi.

-Te acuerdas de la empresa que desarrollaba juegos y juguetes? - La mire.

-Esa que tanto te gustaba, estuviste un día entero hablando de eso y buscando por Internet sobre ella- Confirmo.

-Exacto!Pues mañana empiezo a trabajar- Dije alzando la voz y contenta.

Ambas empezamos a gritar de alegría y a aplaudir, parecíamos focas en un circo dando palmas, pero la gente que nos miraba nos daba igual porque eran buenas noticias por fin. Mi vida iba a dar un giro radical.

Comimos como si no hubiéramos comido en años, la verdad que somos muy tragonas, nos encanta comer y sobre todo las chucherías. Pagamos la cuenta y salimos a dar una vuelta por el centro comercial. Era bastante tarde, me porté bastante bien y no fui a la tienda de videojuegos, aunque me costó mucho resistirme.

-Lara,oye Lara...Shhh- Dijo Spammer!

La ignore,ahora mismo estaba muy contenta para que algo me lo arruinara. Yushi me llevo a casa, nos despedimos con gran abrazo y muchos besos. Le prometí que la llamaría para contarle todo lo que pasaría mañana cuando fuera a trabajar allí por primera vez.

Abrí la puerta y una gran sonrisa invadió mi cara, mis tres gatos me estaban esperando junto a la puerta, estas son los pequeños detalles por los que adoro mi vida. Me tire en la cama de golpe, quitándome los zapatos, porque adoro andar descansa sea invierno o verano.

-Lara no me ignores- Susurro Spammer nuevamente.

Abrí mis ojos- ¿Qué quieres? -Mi tono era de no querer contestar.

-No has contado nada sobre mí en esta parte, me siento ignorada- Su voz sonaba apenada.

-Tu historia ya la contare cuando llegue el momento, pero ahora mismo no es ni el momento ni el lugar para contar nada- Conteste rápidamente.

Me puse el pijama y muchas capas de ropa para no pasar frió y me fui a mi cueva maravillosa. Me senté junto al ordenador y me olvidé de todo. Era mi momento de relax. Miré a un cuadro que tenía enfrente de mí y sonreí. En ese cuadro ponía "Mis deseos se cumplirán cuando todo llegue a su final" debajo de este estaba mi lista, una lista fantástica de logros y deseos que voy a cumplir junto a vosotros, veréis que maravillosa historia pasamos juntos.

Me estiré en mi silla y empecé a jugar a todo tipos de juegos. Soy muy competitiva y a veces me cabreo mucho jugando, pero es un vicio sano y no hago daño a nadie. Tengo un secreto en esta sala que no pudisteis ver, bajé mi mano al lado derecho de mi mesa, abrí una pequeña puerta y una luz ilumino la parte de debajo de mi mesa.

-Tachan!- Dije mientras lo mostraba.

Era una pequeña nevera donde tenía mis suministros de supervivencia,podemos encontrar desde batidos, dulces, refrescos y cosas varias.Saco un batido junto a un dulce, me pierde el azúcar, soy una adicta al dulce no lo puedo remediar. Aunque dentro también tengo chuches para los gatos.

Después de estar un rato allí, decido irme a la habitación, ya era bastante tarde y mañana tenía un día bastante largo y diferente a lo que estoy acostumbrada habitualmente. Mis otros trabajos fueron diferentes, pero con este tenía una sensación bastante buena, y eso me hacía sentirme bastante bien y sobre todo con ilusión. Me fui ami casa y como cada noche, tenía mi ritual para irme a dormir.Jugaba un poco al móvil a un juego de zombie y después dormíamos todos juntos. Y así fue, todos nos fuimos a la cama, hasta la mañana siguiente.
A por cierto, puse como unas cinco o seis alarmas, lo sabias soy muy dormilona y me cuesta mucho levantarme.

-Buenas noches Spammer- Dije susurrando.

-Ah! Y buenas noches querido lector- Sonreí y me quedé dormida.