Capítulo 7

La vosina de un auto sono y me hizo despertar de golpe, "la puta que las parió" putie, me levanté y me fijé por la ventana de la pieza quien mierda hacia ese ruido y me encontré con salamandra parado al lado de la camioneta con una sonrisa de mierda.

-¿Para que mierda tocas la vosina pelotudo? ¿no ves que los vesinos duermen idota?- lo cage a pedo.

-¡¿Dale nena no ves que se nos hace tarde?!- grito el muy pelotudo.

-No grite pedaso de idota, la gente duerme y a mi me van a putear no a vos mogolico.

Agarré una ojota que tenía serca y se la tire, después me cambie la ropa y hice todo lo que tenía que hacer en al baño y salí otra ves sin desayunar.

-Mierda loco que demoras mucho nena.

-Dejame de romper los huevos me hiciste poner de un horrible humor así que ya vamos.

-Suba reina.

-Andate a la mierda pedaso de pelotudo.

-¿No es muy temprano para empezar a puetear?

-No me jodas que estoy de un pesimo humor así que no me jodas.

-Bueno, bueno.

Me subí al la camioneta, el también y arrancó, en todo el camino el y yo no hablamos era raro pero igual no tenía ganas de hablar con el menos con lo que paso los otros días. Llegamos a la casa del jefe, bajamos del auto y entramos, ya en la sala, el jefe estaba con dos hombres vestidos de traje y un papel en mano.

-Oh ya llegaron, ¿estas lista Mercedes?- dijo y a lo último me guiño el ojo.

-Si, podría ser rápido tengo algunas cosas que hacer- contesté de mala gana.

-Eso no va a poder ser por que apenas firmes el contrato ya vas a trabajar por que ya hay un pedido y los nesesito allí, por sierto ¿tenes pasaporte?

-No.

-Bueno ya te lo hice así que no va a ver problema.

-Espera ¿voy a viajar?

-Si, a Venezuela el cliente más grande que tengo nesesita el pedido con urgencia.

-Bueno, ya dame una lapicera para firmar.

Uno de los hombres de traje me entrego una lapicera, Gregor puso el papel en la mesita que había allí y yo sin leer (cosa que esta mal pero no me importó) firme, rápidamente me lo sacaron de las manos así nada más.

-Espectacular, vayan a sus casas a buscar ropa por que estarán un par de días haya- dijo Gregor llendoce junto con los otro hombres.

Me levanté de el sofá donde me había sentado y salí junto con salamandra.

-Al menos voy a conocer Venezuela- dije mirando hacia la ventana mietras el prendia la camionta.

-Tengo un horrible presentimiento sobre esto.

-¿Acaso sos mujer?

-Andate a la mierda estúpida.

Yo sólo sonreí, al llegar al barrio me entre a mi casa y busque un bolso para colocar mi ropa y las otras cosas que iba a necesitar, en gran parte estaba emocionada nunca había salido de la Argentina y está era la oportunidad de conocer otro país, pero me preocupaba que algo saliera mal y me arrestraran, por que no iba a ser una pena de meses si no dé años y no quería pasar mi vida o la mitad de mi vida encerrada como un perro. Termine de guardar todo en el bolso, di un suspiro al verme al espejo y salí pero sin ante cerrar todo para que los choros no me robaran nada y salí hacia la casa de Salamandra para irnos, volvimos a subir a la camioneta pero esta ves fuimos a un galpón donde Gregor nos esperaba.

Llegamos, Raúl dejo la camioneta en un lugar oculto, agarré mi bolso, salamandra el suyo y nos dirigimos hacia donde estaba Gregor.

-Que rápidos han sido- dijo Gregor con una sonrisa que me hacia enojar.

-Como siempre- respondió salamandra.

-Hey vo ¿sabes manejar un arma?- me pregunto un loquito que estaba atrás de Gregor.

-Cresi en un barrio mavale que se.

-Toma- dijo y me dio un arma.

-Ustedes dos se encargarán de cuidar las mercancías, si algo sale mal ustedes nunca me vieron, ni me conocen- dijo Gregor.

-Si eso quedó claro- respondió salamandra.

-Y si todo sale bien, no tendrán que volver a viajar sólo tranportaran aquí en Argentina.

-¿Las cosas en donde se transportan?- pregunté.

-Tengo un avión privado, ustedes por supuesto viajarán en un jet privado no me arriesgada a que los descubran en el aeropuerto y me cagen el negocio.

-¿Cuando salimos?

-Ya, vamos.

Los tres nos dirigimos hacia el avión de el, nos subimos y después de unos minutos despegamos hacia Venezuela.

Pasaron las horas y al fin llegamos, el avión aterrizó en un no tan pequeño galpón, nos bajamos y salamandra hablo con unos tipos, luego otro avión más grande aterrizó cerca de nosotros, de adentro de eso avión salieron muchas pendejas de la edad de mi hermana y la droga.

-¿Qué mierda es esto?- pregunté enojada.

-¿Qué creiste? ¿Qué era sólo droga?- respondió salamandra.

-Estas pendejas no están a su voluntad, la reconcha que los parió, ¿por que mierda no me dijiste que traiamos a pendejas? Son unas niñas pelotudo.

-He he tranquilizate, ese no es tu problema.

-Por que no te vas bien a la mierda.

-Anda a cagar son una pelotuda.

-Chupame bien la verga idota.

-Loca de mierda.

-Este país no se merece sufrir lo que nosotros sufrimos, cuando regresamos voy a renunciar.

-¿No leíste el pepel? Una ves que entras no salís.

-La puta que lo parió, yo voy a salir.

Salamandra me agarró del pelo y me puso contra el avión.

-Escuchame una cosa, vos ahora sos parte de esto, si salís te matan, así que no vas a salir ¿me oiste?

-Soltame o te reviento a plomasos.

Le coloque el arma en el estómago y el me soltó.

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