Capítulo 3.

La noche había llegado y pero al ella ser mi hermana me estaba preocupando, pero no quería parecer una boluda que se deja manejar así que no la fui a buscar, sólo me fui a dormir.
Al otro día me levanté temprano para ir al centro a buscar trabajo, hice lo de siempre y sali, al salir los vagos por algún motivo no estaban en mi vereda fumando, si no que estaba Raúl uno de los capos del barrió o como yo le llamo salamandra.

-He salamandra ¿que hace?- dije cerrando el portón y saludandolo.

-Me enteré de lo que paso ayer.

-Si esa pendeja me...

-No lo de la Belén si no lo dé tu trabajo.

-¿Cómo sabe eso?

-Las noticias vuelan, che decime ¿pensaste lo que te dije el otro día?

-No, todabia no lo pensé.

-Estas desperdiciando plata, mucha plata, vos como sos para eso, encajas bien, el jefe te quiere y sos mi amiga mi compañera de toda la vida.

-Amiga no se, compañera tal ves si, ¿te acordas cuando escapamos de la cana?

-Si eso puede volver.

-Bueno, aceptó pero si veo que la cosa sale mal me rajo.

-Bueno, veni te voy a llevar con el jefe el vive en el centro.

-Okay vamos.

El y yo fuimos hacia su camioneta, nos subimos y nos fuimos hacia el centro. Llegamos y miré que era una de las casas más grande que había visto, el loco según tenía entendido es norteamericano, así que la mancion esta no es nada tal ves comparadas con las que tiene en al aquel país.

-Vengo a ver a Gregor- dijo Raúl a un loquito parado en la entrada.

-Siganme- respondió.

Nosotros lo seguimos hacia un living extremadamente e innecesariamente grande.

-Raúl no me dijiste que vendrías hoy y con una amiga- dijo un hombre joven asi como yo, apareciendo.

-Ella es la mujer de la que te hablé, la que quieres en el negoció.

-¿Mercedes verdad?

-Si y uste es el jefe ¿no?

-Si yo soy el jefe, sientencen hablemos.

Nos sentamos y yo empecé a hablar.

-Miré señor...

-Gregor.

-Gregor, yo estoy dispuesta a trabajar para uste pero si veo que la cosa se calienta me rajo y no me importa nada.

-Esa actitud me gusta, otras persona vinieron a pedirme que los contrate pero nadie tiene lo mismo que vos, vos tenes agilidad, no te molesta decir las cosas si están mal, sos independiente, eso me agrada, mañana peguense otra vuelta, para mañana tendré listo el contrato para vos Mercedes.

-Bueno, entonces nos vamos- dijo Raúl levantándose.

-Eh si, fue un gusto.

-El gusto fue mío Mercedes- dijo, agarró mi mano y la beso.

Yo no le dije nada por que no quería quilombo así que le sonreí falsamente, salimos de ahí y Raúl y yo comenzamos a hablar.

-¿Confías en el?

-Ponele que si, el me dio trabajo cuando más lo necesitaba y me ayudó con la pochi.

-¿Cómo handa?

-Ella handa bien, mi hermana no es ninguna debilucha a sabido pelearla.

-Espero que nada malo pase por que si lo ves de un lado positivo se ve interesante el trabajo.

-Vas a tener que tener cuidado, cuando entras ya te estas ganando locos que te quieren matar sólo por trabajar para el.

-No me va a pasar nada, yo me se defender o no te acordas cuando le rompí el culo a patadas Martín ese pelotudo si que me pego fuerte, pero yo le pegue más duro.

-Con mi ayuda.

-Handa, que yo te salve el culo de la cana, le rompí todo el auto ese mogolico.

Al instante empezamos a reírnos. A mi ese negocio me parecía bueno, daba buena plata, te podían matar o meterte preso pero valía la pena por la plata, pero lo que no me imaginaba era que la cosa se iba a poner feo y ya no había escapatoria de ese trabajo o lo seguías o te morias así era la cosa.

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