Una tormenta se acerca
—Minnie…
La Luna ahogó un sollozo mientras abrazaba con fuerza a Taehyung. Durante más de una hora, se habían aferrado a ese abrazo, y para Park Jimin, la situación seguía sintiéndose surrealista.
—¿Qué voy a hacer ahora? Mamá me va a matar… Y Yoongi… ¿Cómo le digo que la protección no funcionó?
—Todo va a estar bien, tranquilo, tienes que calmarte.
—¿Cómo va a estar bien? Tae, ¡Tengo quince años! ¡Esto para nada puede estar bien!
La Estrella prefirió el silencio, limitándose a dar suaves palmadas en la espalda de su amigo. Sabía que una noticia de tal magnitud era extremadamente difícil de procesar, y, sinceramente, no sabía qué decir para consolarlo.
—Un bebé siempre es una bendición…
Aquellas palabras congelaron al mayor, quien tocó su vientre con suavidad, donde un nuevo ser estaba comenzando a formarse. Un hijo de Yoongi y él, de ambos, aunque no bajo las circunstancias que habían soñado.
Ese embarazo tenía el potencial de alterar por completo sus vidas. Era un adolescente, un estúpido adolescente que no había sabido controlar sus hormonas.
Dios mío, ¿cómo pudo ser tan inmaduro?
—¿Qué hago ahora, Tae? Estoy tan asustado.
Taehyung suspiró y tomó las manos de Jimin.
—Lo primero que tienes que hacer es calmarte, respirar y recordar que no estás solo. Me tienes a mí, siempre estaré contigo pase lo que pase. Tus padres nunca te dejarán solo. Y Yoongi te ama profundamente, Jimin-ah, no lo dudes —Hizo una pausa y tocó el vientre de su mejor amigo—, y, sobre todo, ahora tienes a tu hijo, la mayor bendición de tu vida. No estás solo, Minnie, y nunca lo estarás.
Jimin forzó una sonrisa y se levantó de la cama. Correcto, su amigo tenía razón. No estaba solo, y no dudaba del amor de Yoongi. Sabía que no lo abandonaría.
Tal vez sus padres se sintieran decepcionados, pero tenía la seguridad de que no lo dejarían solo.
Todo saldría bien…
¿Verdad?
—No, no, ¡No puedo! Voy a morir, soy muy joven, ¡No quiero! —La Luna se jaló de los cabellos mientras se hacía bolita en el suelo.
—Minnie…
—¡Por favor, vete! —Pidió exaltado. Luego se mordió los labios y forzó una sonrisa— Necesito pensar.
Taehyung lo miró con compasión y asintió. Guardó las pruebas de embarazo en una bolsa transparente para llevarlas y tirarlas en algún lugar más tarde.
—Está bien… Si necesitas cualquier cosa, no dudes en llamarme.
Jimin asintió sin mirarlo y esperó a que su amigo saliera de su habitación para volver a llorar. Esta vez, no trató de silenciar su llanto.
—No puedo...
[...]
Taehyung llegó a la casa de Namjoon, su novio, y lo primero que hizo al verlo fue abrazarlo con fuerza sin decir una palabra.
—¿Pasa algo? —preguntó Namjoon.
—No, nada, solo quiero estar así unos segundos —respondió Taehyung.
El Sol no dijo nada y dejó que su lindo novio continuara abrazándolo.
—¿El profesor de matemáticas te volvió a reprobar?
Taehyung suspiró; sí, eso era lo peor que le podía suceder, reprobar una materia. Su mejor amigo, Jimin, había estudiado mucho para la última prueba, a diferencia de él, que pasó gran parte del tiempo copiándolo.
Apenas había pasado una semana desde aquel incidente, pero ya parecía una fecha muy lejana.
Taehyung se preguntaba si Jimin tenía planeado dejar la escuela debido a su embarazo.
No importaba, si decidía dejarla, Taehyung se comprometió a ir todos los días a su casa para ponerlo al día con las materias, o simplemente para estar a su lado y cuidarlo.
A pesar del miedo que embargaba a su amigo, la Estrella no podía evitar imaginar a Jimin sosteniendo a su lindo bebé cuando naciera.
¡Iba a ser tío!
—¿Amor? ¿Estás bien? Hace un rato parecías consumido por la tristeza y ahora...
Cierto, estaba con Namjoon.
—Estoy bien, ¿Qué película íbamos a ver? La última vez la escogí yo, así que es tu turno —dijo Taehyung.
—¿Okey? —respondió Namjoon.
El Sol asintió, no muy seguro de lo que estaba sucediendo, y caminó hacia la sala de su casa, tomando la mano de su novio.
Taehyung se tumbó en el cómodo sofá de cuero mientras Namjoon buscaba una película en la colección.
Ambos estaban saliendo hace apenas unos meses. Se habían conocido gracias a un amigo en común en una fiesta, y fue un flechazo a primera vista. Aunque Namjoon no lo tuvo tan fácil, ya que su lindo novio siempre había tenido ideas muy... ¿Cómo decirlo? La Estrella incluso tuvo que pedir permiso a los padres de Taehyung para comenzar a salir con él.
¿Quién hace eso? Pues, Namjoon lo hizo, aunque todavía le resulta muy vergonzoso recordarlo.
La puerta principal se abrió, y un chico pelirrojo entró a la casa y corrió a saludar al Sol.
—¡Namjoooonie! —Chilló alegremente mientras se le tiraba encima.
—¡Yah! ¡Hyung! —respondió Namjoon.
—Buenas tardes, Hoseok —Saludó Taehyung, haciendo notar su presencia.
Hoseok soltó a su hermano menor y se sentó al lado de la Estrella, pasándole el brazo por la espalda. Taehyung corrigió al instante la proximidad, alejándose de la Luna. Namjoon suspiró, negando con la cabeza.
—Es jueves —le recordó Namjoon a Hoseok.
—Oh, el día en que finalmente se comportan como novios, ¿verdad? Dime Tae, ¿todavía juegan a las manitos sudadas o ya...?
—¡Eso a ti no te importa!
El pelirrojo soltó una carcajada y le revolvió el cabello a la Estrella antes de avisar que estaría en su habitación para no molestarlos.
[...]
Los lunes solían ser días muy ocupados, y, por lo tanto, muchas personas los odiaban. Jimin tampoco era una excepción, pero nunca había deseado tanto que ese día no llegara como en esa ocasión.
—¡Enano! El enano número dos vino a buscarte.
El aviso de SeokJin, su hermano mayor, provocó que todos los vellos de Jimin se erizaran. No estaba listo para verlo, y, sin embargo, tampoco se había atrevido a decirle que no quería que lo recogiera.
Tomó un profundo suspiro y se colgó la mochila para salir de su habitación.
Sus padres estaban corriendo de un lugar a otro, apurados para llegar a tiempo al trabajo, y SeokJin estaba tomando con calma un extracto de verduras que le habían recomendado para cuidar la piel.
—Buenos días, ya me voy.
—¿No vas a invitar a Yoongi a desayunar? —Preguntó el Sol sin mirarlo.
—¿Eh? No, estamos algo apurados.
SeokJin asintió desinteresadamente y siguió con lo suyo, Jimin por su lado le dio un rápido beso a su padre antes de salir de casa.
Y ahí estaba, luciendo perfectamente el uniforme escolar, llamando la atención de varias personas, impecable, hermoso, perfecto.
Ese era su novio.
Jimin se dio ánimos internamente antes de comenzar a caminar hacia él, sin embargo, dio un paso en falso y cayó de bruces al suelo.
Grande, Park Jimin.
—¡Minnie!
Yoongi corrió hacia donde estaba su novio y lo ayudó a incorporarse; este hizo una mueca de asco al percibir el perfume que siempre usaba el mayor.
Maldita sea.
—Estoy bien, soy torpe por naturaleza, ya sabes eso —dijo Jimin encogiéndose de hombros.
—Solo sé que mi novio es perfecto.
Jimin se ruborizó al escuchar las palabras del Sol.
Yoongi agarró la mochila de Jimin y la sujetó para comenzar a caminar hacia la escuela tomados de la mano.
La mente del pequeño era un lío. No estaba seguro de si era un buen momento para decirle que había cometido un error imperdonable al embarazarse. No sabía si debía pedirle perdón por arruinar los planes de vida que tenían.
Si ese no era un buen momento... entonces, ¿cuándo?
Quería gritar. ¡Tenía que gritar!
—Yoon…
—¡Minnie~!
La pareja volteó al escuchar el llamado de Taehyung, quien venía corriendo hacia ellos.
—¿Cómo estás? ¿Todo bien? No me llamaste… —Miró de reojo al Sol y susurró— ¿Ya le dijiste?
Jimin negó.
Taehyung sonrió cálidamente, entendía que no era una noticia fácil de dar y que su amigo seguía asustado. Debía ayudarlo a relajarse para que pudiera soltar una noticia de tal magnitud.
—¿Qué se traen ustedes dos? —Preguntó Yoongi curioso.
—¡N-Nada! Tae solo tenía algunas dudas sobre su primera vez.
—¡¿Qué yo qué?! —Exclamó Yoongi sorprendido.
El codazo que le propinó Jimin a Taehyung fue suficiente para que la Estrella asintiera. Miró mal a su amigo por exponer su privacidad de esa manera para inventar una excusa.
—¡Demasiada información! —Reclamó el Sol.
No le interesaba cuánto tiempo Taehyung planeaba esperar para tener su primera vez, y le parecía que su amigo sobrevaloraba demasiado la virginidad.
Pero bueno, cada uno con sus prioridades.
—Tú preguntaste, idiota —farfulló Taehyung, completamente avergonzado.
—Mejor sigamos avanzando —dijo Jimin para terminar la conversación—, se está haciendo tarde.
Los tres comenzaron a dirigirse hacia la escuela entre comentarios divertidos y empujones, pero Jimin no pudo evitar pensar que, si las cosas seguían así, no podría disfrutar de esas trivialidades por mucho tiempo. Cambiaría los libros por pañales, biberones y ojeras. Se tocó el vientre, preguntándose cómo una cosa tan diminuta, que aún no se notaba, podría tener el poder de cambiar su vida por completo.
¡Se iba a volver loco!
Sintió un tirón brusco de repente y parpadeó rápidamente para darse cuenta de que Yoongi lo había salvado de golpearse con un poste de luz.
Ya habían llegado a la escuela.
—Gracias…
—Estás actuando extraño, amor. ¿Estás seguro de que estás bien?
—¡Sí! Tengo que ir a clases. ¡Adiós, te amo!
Sin darle tiempo para responder, Jimin le quitó la mochila a Yoongi y tomó a Taehyung del brazo para correr hacia su aula.
Yoongi se quedó mirando consternado cómo su novio se alejaba.
No había duda de que algo le pasaba. Solo esperaba que no fuera nada malo.
—¡Yoongi!
El Sol volteó para ver a Hoseok llegar con una maqueta del sistema solar. Sonrió y se acercó a él.
—¿Trabajos extras?
—Necesito aprobar esta vez; si repito, tendré que hacer todo el curso de nuevo. ¡La vida es injusta!
Yoongi soltó una carcajada. Su amigo pasaba el tiempo ligando con chicas, y era obvio que no tenía tiempo para cumplir con sus deberes escolares, así que se lo merecía.
—Un día, una de tus chicas vendrá y te dará la dulce noticia de que serás papá, y solo entonces aprenderás.
—¡Dios me libre! No nací para cuidar bolas de grasa andantes, amén.
—¿Nunca?
La Luna negó con determinación. No quería ser padre, nunca, en esta vida ni en las próximas. No entendía cómo algunas personas soñaban con eso, y sentía lástima por ellos.
—Entonces, deberías tener cuidado, sabes que los anticonceptivos...
—Por favor, Yoongi. Estás hablando con un experto en el tema. Nunca cometería un error tan grande. No necesito usar la estúpida medida de prevención de mi cuñado.
Esa "medida de prevención" era la abstinencia.
—Hay personas que todavía piensan que el sexo es solo para reproducirse. Una lástima.
Hoseok se encogió de hombros. Ese era el problema de su hermano, no el suyo. Solo esperaba que, al final del día, Namjoon no se aburriera y descubriera que salir con Taehyung fue una pérdida de tiempo.
—Bueno, entremos. Se nota que esa maqueta te está pesando mucho; parece que la llevas hasta Latinoamérica —se burló el Sol.
Hoseok le sacó la lengua en respuesta, y ambos entraron a la escuela.
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