Capítulo 31: Un adiós y un nuevo comienzo.
"El amor te golpea con quien menos te lo esperas..."
Año 1994
-¡Yeon Woo!-gritó Seung Hun desde el gran salón. Ella llego rápido, no le gustaba hacerlo esperar
-Mi señor-hizo una reverencia.
-Tantos años y aún no puedes decirme por mi nombre.-la miro sonriendo.
-Lo lamento, así me educaron.-rio un poco.
-Lo sé, por eso no te digo nada.
-Gracias. ¿Algo nuevo? Seung Hun.
Él sonrió, su nombre pronunciado por ella era hermoso para él.
-Sí, una nueva víctima.
-Sabes que no me gusta llamarles víctimas.
Seung Hun asintió entregándole el pergamino, ella lo abrió leyendo la información.
-Es saludable.
-Sí, pero su momento ha llegado.
-Muy bien-bajó el pergamino.-¿Qué debo hacer?
-Visitarlo, convive con él y luego te lo llevas.
-De acuerdo.
Sonrió y se retiró a su habitación. Cuando Seung Hun le decía que conviviera con sus víctimas siempre trataba de mantener su distancia y no encariñarse para no volver a sufrir lo de Yi Han, eso si nunca los hacía sufrir, se los llevaba de la forma mas pacifica posible.
-Onew.
-¿Si?
-¿Lo conoces?-le mostró el pergamino, Onew dirigió su atención a la foto examinándola bien.
-Sí, su nombre es Kim Hyun Bin. Es un diseñador gráfico, al parecer se está dedicando a hacer una exposición sobre colores en el cristal y necesita un asistente.
-¿Cómo sabes tanto?-soltó una pequeña risa.
-Es mi habilidad.-sonrió orgulloso.
-Seung Hun me dijo que debía convivir con él.-dejó a un lado el pergamino. Puso su mano en su mentón recargándose en su rodilla soltando un pequeño suspiro acompañado de un tierno puchero.
-¿Qué te preocupa?-se sentó al lado de ella mirándola fijamente.
-No lo sé, últimamente he hecho esto y no me agrada mucho.-lo volteó a ver.
-No debes preocuparte, pasará pronto.
-Tienes razón.-sonrió.-Bueno creo que debería irme.
Se paró decidida.
-Sí, y ya sabes para lo que necesites.
-Lo sé, gracias.
Le sonrió dulcemente. Salió al patio colocándose en el centro de varios árboles cerrando sus ojos y apareciendo en el mundo de los mortales. Sonrió caminando hacia una gran biblioteca, atrajo de inmediato las miradas por su radiante presencia y belleza.
-¡Yeon Woo!-habló Hae Sook detrás del mostrador.
-Hola Hae Sook.-dijo sonriendo.
-Ven, aquí no.
Ambas fueron a la habitación que tenía Hae Sook en la parte de atrás, entraron. Hae Sook puso un conjuro de protección.
-¿Cómo has estado pequeña?
-Bien gracias, ¿y usted?
Ambas sonrieron.
-Bien. ¿Otra víctima?
-Sí, una nueva.
-¿Quién?
-Uhm...-sacó el pergamino que llevaba guardado.-Kim Hyun Bin.
-Oh, él.
-¿Lo conoce?
-Un poco. Viene a menudo por libros de arte.
-Oh, creo que aplicare para ser su asistente.
-Solo ten cuidado.
Yeon Woo asintió.
-Lo prometo.
-Te ayudaré.
Yeon Woo se sorprendió, nunca le pedía ayuda a Hae Sook y esta vez ella se ofrecía a ayudarla.
-Pero...
-No discutas. Te quedaras aquí a vivir el tiempo que necesites y trabajarás aquí en la biblioteca así podrás verlo y acercarte, solo...
Hizo una pausa preocupada.
-No se preocupe, no le haré daño, sabe muy bien que no me gusta hacer sufrir a las personas.
-Lo sé, por eso no me preocupo. Ahora ve, ve, que no tarda en llegar.
Ella asintió y salió de la habitación rumbo al mostrador.
-Pon estos libros en el estante de allá ¿si?
-Claro.-ella sonrió tomando los libros yendo hacia el estante acomodando los libros.
En ese momento un chico de 1.84 de estatura, piel un poco morena,, cabello negro, atractivo, bastante atractivo entró por la puerta. Caminó con pasos elegantes hacia el mostrador apoyándose en él.
-Buenas tardes-dijo con voz melodiosa. Hae Sook volteó.
-Hyun Bin-sonrió.
-He venido por el libro que le encargué.
-De acuerdo, ahorita estoy ocupada pero puede ayudarle mi nieta.-Hyun Bin se extrañó, no sabia que ella tuviera una nieta.-¡Yeon Woo!
De un estante apareció Yeon Woo, vestida elegante y fresca, su pelo largo peinado en una trenza que le daba un toque de inocencia y ternura que tanto la caracterizaba. Hyun Bin se sorprendió al verla, era la chica mas bonita que había visto.
-¿Si?-dijo ella con una sonrisa acercándose con una sonrisa.
-Yeon Woo dale a este señor el libro que te encargue.
-Sí-hizo una reverencia a manera de respeto.-Sígame por favor.
No lo miró a los ojos, al verlo se había intimidado un poco ante su presencia. Hyun Bin era un hombre fuerte, gentil y amigable, pero sobretodo apuesto, por su apariencia intimidaba pero como dice el dicho: las apariencias engañan.
Él la siguió en silencio, mientras que ella se sonrojaba. Podía sentir su mirada en ella de manera penetrante. Llegaron al estante, Yeon Woo buscó el libro con sumo cuidado mordiéndose el labio por los nervios.
-Aquí está.-sacó el libro volteando a verlo. Le mostró el libro bajando la mirada con una sonrisa tímida.-Tome.
Hyun Bin lo tomó sonriente, al tomarlo roso un poco su mano con la de ella haciendo que ella se volviera a sonrojar.
-Gracias.-le sonrió.
-No hay de qué.-le dijo con una sonrisa tímida. No sabia porque se intimidaba tanto, nunca le había pasado eso con ninguna de sus víctimas.
-Yeon Woo.-la llamó Hae Sook. Ella hizo una reverencia a manera de respeto y se retiró.
-¿Si?-dijo con una sonrisa.
-Toma, es tiempo de que leas un poco.-le entregó unos cuantos libros para que ella pudiera ampliar su conocimiento sobre el mundo mortal y espiritual, lo llevaba haciendo los últimos 300 años.
-Gracias.-le regaló una hermosa sonrisa. Tomó los libros y se fue a sentar en un pequeño escritorio que estaba a un lado de Hae Sook. Hyun Bin la miro, ella le había parecido interesante, no era una chica normal, era diferente. Se fue a sentar a una mesa que, según el ángulo, hacía que él pudiera verla leer.
Ambos estaban sumergidos en la lectura que apenas si se notaban. A Yeon Woo le llamaba la atención todas las historias que Hae Sook le daba para leer, incluso había leído algo relacionado con el inframundo y el paraíso.
Hyun Bin levantó un poco su mirada para poder verla, sonrió al ver como ella se mordía un poco el labio debido a su concentración. Cerró el libro y fue hacia el mostrador.
-Muchas gracias.-le dio el libro, Yeon Woo levantó la mirada al escuchar su voz.
-No hay de que.-dijo con una sonrisa recibiendo el libro. Hyun Bin le dedicó una última sonrisa y se fue de ahí.
Durante ese mes Hyun Bin iba a la biblioteca, una era por los libros que necesitaba y otra para ver a Yeon Woo. Le había gustado y no era para menos.
Otro día común. El sol estaba oculto detrás de las nubes, había un poco de frío viento lo cual daba indicios de que mas adelante llovería. Yeon Woo estaba dibujando un poco mientras Hae Sook acomodaba unís libros en la sección de historia épica, apoyada en su mano daba entender lo aburrida que estaba. Bajó el lápiz mirando el papel admirando si trabajo, unas rosas en una enredadera, una idea vino a su mente. Con su dedo rozó ligeramente el papel y de inmediato las rosas tomaron un hermoso color azul llenándose de detalles dando un toque muy profesional a su dibujo.
-Lindo dibujo.-ella se espantó al escuchar una voz frente a ella. Levantó la vista rápidamente encontrando a Hyun Bin mirando el dibujo, temía que hubiera visto lo que hizo.
-Gra...gracias.-dijo tímida.
-Tienes talento.-Hyun Bin le sonrió.
-Un poco, creo.
-Lo digo enserio. Sabe estoy buscando a una asistente para que me ayude con los diseños de un trabajo que está en proceso ¿le gustaría aplicar?
-¿Lo dice enserio?-no esperaba que fuera tan fácil.
-Lo digo enserio. Si está interesada valla a verme.-le dio sus datos, se despidió con una sonrisa y se fue.
Yeon Woo de quedó mirando la tarjeta, ¿enserio había sido tan sencillo? Al parecer sí.
-Parece que ya te vas a acercar a él.-dijo Hae Sook a su lado.
-Al parecer sí.-dijo ella sin despegar su vista de la tarjeta.
-Solo ten cuidado.
-La tendré.-se paró de la silla acomodando su ropa y sonriéndole. Acomodó unos cuantos libros que estaban fuera de su lugar regresando los que ella ya había leído ese día. Cuando dieron las 6:00 de la tarde decidió ir con Hyun Bin para ser su asistente. Fue hacia Hae Sook dándole un abrazo y después salió de ahí.
Ya enfrente de la casa de Hyun Bin ella se debatía si tocar o no, a pesar de tantos años ella seguía siendo la misma niña de 19 años que una vez fue en el pasado. Se armó de valor y tocó, jugaba con sus manos para alejar cualquier indicio de nerviosismo. La puerta se abrió dejando ver a Hyun Bin que vestía casual pero se veía elegante.
Yeon Woo alzó la vista ya que era mucho mas alto que ella. Sus ojos se conectaron por un momento, un sonrojo se formó en las mejillas de Yeon Woo lo que hizo que Hyun Bin sonriera.
-Pasa, por favor.-se hizo a un lado para que pudiera pasar.
Ella entró admirando el lugar. En la esquina estaba la cocina con unos toques de madera, era abierta para poder ver toda la estancia; en la parte de la izquierda estaba la sala, con sillones color café y una mesa negra en el centro; escaleras que daban hacia la habitación; casi en la entrada estaba una gran mesa con instrumentos de trabajo, ese era el estudio de Hyun Bin.
-Venga.-se dirigió a su estudio seguido por ella.-¿De casualidad no traerá su dibujo?
-Ahm...-buscó en su bolsa hasta que lo encontró.-Aquí está.
Hyun Bin lo tomó sonriente. De una esquina de la mesa tomó un cristal, colocó el dibujo en el cristal poniéndolo enfrente del sol para que los rayos lo rozaran haciendo una hermosa combinación de colores. Yeon Woo sonrió. Alzó su mano dejando que los colores la envolvieran, nunca había visto eso, para ella eso era magia.
-Este es el trabajo que estoy haciendo.
-¿Cómo se llama?
-Vitrales. He buscado varios asistentes que sepan de arte, me ayuden con los diseños, pero no he encontrado a alguien.
-¿Y cree que yo soy la correcta?-se señaló a si misma.
-Cuando vi su dibujo no tibe ni la menor duda. Busco imágenes así.
-¿Cómo?
Hyun Bin dejó el cristal en la mesa y fue hacia ella dándole el dibujo mirándola a los ojos.
-Así de hermosos, originales, únicos.
Yeon Woo no dijo nada. El tiempo se había congelado un momento, esa conexión inexplicable entre sus miradas era increíblemente fantástica. Ella volteó su rostro.
-Yo... yo nunca he trabajado.-era verdad, el único trabajo que había hecho era ese, ser el ángel de la oscuridad.
-Lo sé. Por eso se lo pido, yo creo que se debe de trabajar en algo que le apasiona.
-Creo... creo que sí.
-¿Entonces que dice? ¿Acepta?
-Acepto.
Hyun Bin sonrió.
-Entonces si vamos a trabajar juntos, creo que seria mejor hablarnos con mas confianza.
-Creo que sí.-soltó una pequeña risa nerviosa.
-Dejame presentarme. Me llamo Hyun Bin, Kim Hyun Bin.
-Soy Yeon Woo, Heo Yeon Woo.
-Hermoso nombre, Yeon Woo.
Durante tres meses él se dedicó a enseñarle todo sobre los vitrales, mientras que ella le hacía los diseños para los vitrales. Cada vez se hacían mas cercanos, se volvieron indispensables el uno del otro.
++++
-Llegaste.-salió Yeon Woo de la cocina recibiendo a Hyun Bin.
-Sí-sonrió.-Traje algo.
-¿Qué cosa?
De su mochila sacó un libro dejándolo encima de la mesa. Yeon Woo se acercó para poder verlo mejor, se espantó por el título.
"La muerte personificada".
-¿La... la muerte?
-Sí. Quiero hacer un vitral sobre la muerte y traje esto para investigar.
-Oh.-no sabía que decir, si leía eso podía descubrir su verdadera vida. Hyun Bin abrió el libro empezando a leer, Yeon Woo fue hacia la cocina nerviosa de lo que pudiera descubrir, se mordía el labio por los nervios.
-Mira aquí dice que la muerte es personificada por un hombre.
-¿Enserio?-salió de la cocina con una taza de café para él.
-Sí.-la vio.-¿Y tú?
-No tengo ganas.
-Bueno.-le sonrió, volvió su vista al libro.
El libro describía a los predecesores de Yeon Woo, incluso a Seung Hun, que lo relacionaban con ser la muerte. Todas las características eran de sus predecesores, ella era totalmente diferente a ellos.
-También dice que esta personificada como una mujer hermosa.
Eso fue todo, Yeon Woo se llenó de miedo. Sus manos temblaban haciendo que los instrumentos cayeran, Hyun Bin fue hacia ella alarmado.
-¿Estás bien?-ella no contestó nada.-Tranquila, tranquila.
La abrazó acariciando su cabello con ternura, ella escondió su rostro en su pecho ocultando sus lágrimas.
-Tranquila ¿si?-acarició su rostro.-Iré a traerte algo, tu espera.
Ella asintió. Hyun Bin tomó su chaqueta y salió a buscarle algo para hacerla sentir mejor. Yeon Woo escuchó unos ruidos en la parte de arriba, subió sigilosamente para ver qué era. Fue hacia la habitación encontrándose con Onew, quien estaba viendo unas imágenes del trabajo de Hyun Bin.
-Onew.
-Yeon Woo.-le sonrió.-¿Estás bien?
-No sé. Él está investigando sobre la muerte, tengo miedo de que me descubra.
-Eso no pasará, tranquila.
Hyun Bin había olvidado su cartera así que regreso por ella. Al entrar escuchó voces en la parte de arriba, subió sigilosamente.
-Onew tengo miedo, ¿qué hago si se entera? ¿Qué pasará si...?-escuchó la voz preocupada de Yeon Woo.
-No pasará nada, no se va a enterar. Además el libro solo describe a tus predecesores no a ti.-esa voz no la conocía, era de un chico.
-No sé que estoy sintiendo, yo... no quiero volver a sentir la tristeza que sentí al llevarme a Yi Han, al llevarme a mi madre.
-Te tocó ser esto, no fue tu culpa.
-¡No! ¡Yo lo decidí! ¡Decidí ser la muerte!-empezaron a correr lágrimas por sus mejillas.
-Lo decidiste pero eres diferente. Tú no haces sufrir, al contrario, tratas de hacer feliz a las personas en sus últimos días.-acarició su rostro limpiando sus lágrimas.
-Durante todos estos años he tratado de ser buena, pero eso no quita que soy la muerte.
-Yeon Woo, tienes que estar tranquila, nada va a pasar.
Hyun Bin se alarmó, Yeon Woo era la muerte, así que si ella estaba ahí era porque le iba a pasar algo, ella estaba ahí para llevárselo. Regresó a su estudio leyendo de nuevo el libro.
"La muerte visita a sus víctimas para llevárselas..."
"La muerte es fría, calculadora, sin sentimientos..."
Cerró el libro alterado, ella había ido para llevárselo, iba a morir pronto. ¿Por qué cuando empezó a sentir algo por ella? ¿Por qué cuando se encariñó con ella? Escuchó pasos por la escalera, fue hacia la puerta fingiendo entrar.
-¿Estás bien? ¿Por qué tienes esa cara?-le dijo preocupada.
-Sí-le respondió cortante. Paso de largo sin voltearla a ver.
-¿Enserio?-se acercó preocupada.
-Sí.-la volteó a ver.-Mira, quiero estar solo así que...
-Lo entiendo, me voy.-tomó sus cosas y se fue.
Hyun Bin golpeó la mesa frustrado. Quería ir con ella y abrazarla, detenerla, pero no podía, no debía hacerlo.
++++
-Yeon Woo.-ella se exaltó al escuchar esa voz tan conocida. Volteó.
-Mi señor.-hizo una reverencia.
-¿Qué tal va el trabajo?
-Un poco complicado.-fue hacia unos estantes guardando unos libros.
-¿Por qué?-la siguió.
-Está investigando sobre la muerte. Temo que me descubra.
-No lo hará. Pase lo que pase tienes que cumplir tu objetivo.
Ella lo volteó a ver.
-Aquí no Seung Hun.-lo tomó por el brazo yendo hacia la habitación oculta de Hae Sook. Entraron poniéndole seguro.-No voy a llevármelo.
-Tienes que.
-Me está investigando, temo que pueda descubrirme antes de cumplir mi cometido.-bajo la mirada.
-No lo hará.-se acercó. Puso una mano en su barbilla para que lo viera.-Ya verás que pasará pronto y volverás.
Ella soltó una pequeña sonrisa. No debía decirle lo confundida que estaba, lo que empezaba a sentir por Hyun Bin.
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-¡Hyun Bin!-gritó Yeon Woo tocando la puerta.
No obtuvo respuesta.
-¡Hyun Bin por favor abre!-de nuevo no obtuvo respuesta. Bajó la mirada triste, por su parte Hyun Bin estaba del otro lado con la mano en la perilla debatiéndose si abrir o no.
-Si tan solo me dejarías advertirte.-susurró ella, triste
++++
Era de noche. Hyun Bin dormía placenteramente. Solo había un solo sueño y pensamiento en su mente: Yeon Woo.
No se percataba de nada a su alrededor, absolutamente nada. Yeon Woo estaba a un lado de él, mirándolo fijamente con tristeza en sus ojos. Se acercó poniendo una mano en el pecho se Hyun Bin, con la intención de utilizar su don. Cuando iba a sacar su alma no pudo, se detuvo frunciendo sus labios por la tristeza y el dolor que sentía en ese momento. Se sentó en el piso en la posición de ovillo empezando a llorar, le dolía el corazón, le dolía y mucho.
Debido al llanto Hyun Bin se despertó, volteó a su derecha encontrando a Yeon Woo llorando, eso le destrozó el corazón.
-Yeon Woo...-se hincó frente a ella. Al levantar la mirada mas lágrimas cayeron por su rostro.
-Lo siento yo...-decía entre sollozos.
-Se lo que eres, te escuché.
-Lo lamento... Lo lamento...-no dejaba de llorar, se sentía terrible. Hyun Bin se sintió fatal al verla llorar, lo único que pudo hacer fue abrazarla. Yeon Woo abrió los ojos con sorpresa al sentir los brazos tan cálidos de él.
Después de un rato se separaron, sus ojos se conectaron por un momento haciendo una hermosa química.
-Yo me convertí...
-No digas nada. No necesitas explicarme nada.
-Tengo que hacerlo. Me convertí en la muerte hace unos años...-empezó a contarle toda la historia, lo que había pasado ese día, sus sentimientos, todo. Hyun Bin se sorprendió al escuchar la historia, se sintió triste al escucharla, al escuchar toda la tristeza que había tenido guardada desde hace mucho tiempo.
-No tenia idea.
-Por eso no quiero llevarte, no quiero repetir ese sentimiento de nuevo, no quiero...
-No importa que me lleves, si eso hace que ese hombre no te lastime llevame. Pero antes quiero confesarte algo.
Yeon Woo lo miró a los ojos, su corazón empezó a latir fuertemente.
-En todo este tiempo que he pasado contigo me he encariñado contigo, me enamoré de ti.-Yeon Woo se sorprendió ante esa confesión, se sintió feliz.-Me enamoré de tu ternura, de tu inocencia, de tu hermosa personalidad y bello corazón. Me enamoré de ti, no me importa si eres la muerte o no, yo te amo.
Yeon Woo sonrió, ya sabia lo que sentía en ese momento, era amor.
-Hyun Bin...-lo abrazó.-Este sentimiento nunca lo había sentido, es hermoso. Tú me has hecho sentir por primera vez mariposas en el estómago, sentirme nerviosa ante tu mirada, sentirme enamorada, te amo.
Hyun Bin la abrazó fuerte, la amaba, no le importaba si iba a morir, si moría en manos de la mujer que amaba sería la mejor muerte que podría tener. Se separaron mirándose a los ojos, él acarició su rostro con delicadeza y ternura, se acercó lentamente tocando sus labios con los de ella formando un hermoso beso, el primer beso de Yeon Woo.
-No te llevaré, no soportaría el dolor de perderte.
-No lo harás, nunca me alejaré de ti.
Al día siguiente Hyun Bin se levantó primero. Se quedó admirando a Yeon Woo mientras dormía placenteramente, la tapó mejor y bajó a la cocina para hacer algo de desayunar para ella ya que él tenía que presentar unos trabajos al museo donde los iba a exponer. Yeon Woo bajó dirigiéndose a él.
-¿Cómo dormiste?-preguntó él con una sonrisa abrazándola.
-Bien, ¿y tú?
-Muy bien.-se sonrieron.-Te dejé algo de desayunar, yo tengo que ir al museo.
-Sí, los convencerás lo sé.
-De eso no tengo duda. Ahora me voy.-le dio un beso en la frente.-Te amo.
Se sonrieron y se fue. Yeon Woo bajó la mirada, frunció los labios, había tomado una decisión.
-¡Onew!
Él apareció de inmediato ante el grito de su ama.
-Mi señora.
-Onew.-se acercó a él triste.
-¿Qué tienes? ¿Estás bien?-la miró preocupado.
-Necesito que me hagas un favor.
-Lo que necesites.
-Quiero que cuides a Hyun Bin.-Onew la miró confundido.
-¿Por qué?-preguntó sin entender.
-Porque he tomado una decisión y no quiero que Seung Hun lo lastime.
-¿Decisión? ¿Qué clase de decisión?
-Quiero volver a ser mortal.
Onew abrió los ojos con alarma, jamás se le hubiera ocurrido que ella volviera a ser la mortal.
-¿Por... Por qué?-apenas pudo articular.
-Porque encontré una razón para serlo.-le dio la espalda. Se tocó el pecho esbozando una sonrisa.-Encontré a la persona que mas me importa y quiero quedarme con él, quiero hacer lo que no pude hace varios años atrás.-lo volteó a ver esperanzada.-Por favor Onew, te lo pido.
Onew vio sinceridad en sus ojos, vio una luz que nunca había visto en ella. Él era su sirviente, su confidente, su mano derecha, y mas que eso, él era como su familia.
-¿Lo amas?-la vio a los ojos.
-Como no tienes idea.
-Lo haré.
Yeon Woo sonrió totalmente feliz.
-¡Gracias Onew!-lo abrazó, él correspondió.
-Realmente espero que puedas volverte mortal y ser feliz.
-Gracias Onew.-se separó de él mirándolo.-Fuiste como mi familia, te lo agradezco.
-No importa si eres mortal, siempre estaré para ti.-sonrió.
++++
Yeon Woo respiró una y otra vez antes de entrar, su corazón latía descontroladamente, no sabia con exactitud cómo lo iba a tomar. Tomó una bocanada de aire y entró.
-¡Yeon Woo!-dijo Seung Hun mirándola.
Ella sonrió un poco.
-¿Ya terminaste?
-En realidad no.-dijo nerviosa.
-¿Por?
-Vine a pedirte algo.
Eso no sonaba bien. Seung Hun se alejó del pozo caminando hacia ella.
-¿Qué cosa?-la miro serio. Ella bajo la mirada nerviosa.-Dime.
-Quiero ser mortal.-lo dijo rápido y concreto, no quería que se enojara pero era algo que quería hacer, ya lo había decidido.
-¿Qué?-fue lo único que pudo articular Seung Hun, estaba sorprendido, impactado.
-Quiero volver a ser mortal. Quiero... quiero vivir como mortal, quiero hacer lo que no hice como mortal.
Seung Hun empezó a caminar alrededor de la habitación con una mano en la frente, señal fe que estaba preocupado.
-He sido la muerte por 479 años, no te he fallado nunca.-lo siguió.-Solo te pido esto por favor, quiero ser mortal.
-¿Por qué? ¿Por qué me lo pides?-la volteó a ver tomándola por los hombros.-¿Por qué quieres volver a esa vida?
-Porque encontré una razón para hacerlo.
-¿Es por ese?-la soltó.-¡¿Es por él?!
-¡Si!
Seung Hun no dijo nada, esas palabras lo habían lastimado.
-Lo amo Seung Hun, amo a Hyun Bin. Quiero estar con él, quiero formar una familia con él.-lo siguió tomándolo de la camisa con manos temblorosas.-Por favor Seung Hun no te pediré nada más, ni volveré a molestar. Te pido, no, te ruego que me dejes ser mortal, solo quiero eso por favor.
Seung Hun miró sus ojos, en ellos se notaba el deseo que tenía por ser mortal, por estar a su lado. No pudo decirle que no a esa mirada, no podía. En todos estos años se había encariñado con ella, se enamoró. La amaba, la amaba tanto que haría lo que fuera por verla feliz.
-Está bien, serás mortal.-dijo con dificultad. Ella sonrió.
-Gracias.-lo abrazó a manera de agradecimiento.
-Cierra los ojos y cuando los abras ya no serás la muerte, podrás vivir la vida que tanto quieres.
Ella obedeció. Seung Hun puso una mano en la cabeza de Yeon Woo quitando el sello de la muerte, quitando cualquier rastro de que ella era la muerte incluyendo el beso que él le dio en su mano al sellar el trato.
-Adiós Yeon Woo...
++++
Yeon Woo abrió los ojos lentamente. Se encontraba en la habitación de Hyun Bin, vio a su alrededor, Hyun Bin no estaba. Se paró con un poco de dificultad, se sentía diferente, miro sus manos y tenían más color que antes. Fue hacia el espejo que había en el baño, sus mejillas estaban rosadas, sus ojos con un brillo hermoso, era mortal. Sonrió. Escuchó que la puerta se abría, Hyun Bin había llegado.
Bajó corriendo las escaleras con una sonrisa en su rostro.
-Yeon Woo ¿qué...?-no lo dejó terminar cuando se aventó a sus brazos.
-¿Qué notas de diferente en mi?-le preguntó una vez que de separaron. Hyun Bin la miró mejor.
-Tienes las mejillas mas rosadas, tienes más color.
-Sí, sí... Hyun Bin, ya soy mortal.
Hyun Bin abrió los ojos con sorpresa.
-¿En... enserio?-dijo con u a sonrisa en su rostro.
-Sí, soy mortal.
Hyun Bin tomó su rostro entre sus manos observándolo mejor. Sus mejillas estaban mas rosadas, sus ojos con mas vida de la que ya tenían, ya no era fría, ahora tenía calor.
-Si lo eres, eres mortal, eres mortal.-dijo con una sonrisa llena de felicidad. Yeon Woo sonrió asintiendo de felicidad. Hyun Bin la abrazó acariciando su rostro.
El tiempo paso, Yeon Woo se sentía mas que feliz, se había casado con el hombre que tanto amaba. Seguía siendo la asistente de Hyun Bin y ahora su socia. Era mas que feliz, amaba a su esposo y ahora tenía una hermosa hija, una hija a la cual adoraba.
-Es hermosa tu hija.-dijo Onew mirándola.
-Gracias Onew.-dijo Yeon Woo sonriéndole.
-Se parece a ti.
-Tal vez un poco.-sonrió.-Aunque tenga solo 1 año ella ya tiene su personalidad.
-Digna de ser tu hija.
Onew de vez en cuando la visitaba en contra de Seung Hun, se escapaba para verla. Desde que ella se había vuelto mortal Seung Hun había cambiado mucho, se había vuelto más sínico y aterrador que antes.
-Me debo ir.-dijo parándose.-El amo no tardará en darse cuenta que me fui.
-Ten cuidado por favor.-dijo ella abrazándolo preocupada.
-No me pasará nada.-miró su muñeca que tenía una marca del humo de Seung Hun.-Tranquila.
Se separaron. Onew cerró sus ojos apareciendo de nuevo en el inframundo.
-¡¿En dónde rayos estabas?!-gritó Seung Hun a sus espaldas.
-Amo.-se volteó haciendo una pequeña reverencia a manera de disculpa.-Lo lamento yo...
-¡Te dije que no la vieras! ¡Le harás daño!
-Señor ella está bien, su hija también...
-¡Callate!-gritó Seung Hun aventando a Onew contra la pared. Onew soltó un quejido de dolor.
-No lo haré.-se sentó con dificultad recargándose en la pared.-Ella ed feliz. Tiene a su esposo al cual ama, a su hija...
-¡Eres un demonio! ¡Un maldito demonio que la lastimará!-gritaba Seung Hun histérico.
-No la lastimaré, nunca.
-Cállate.
-Nunca la lastimaría, el único que puede lastimarla es...
-¡Que te calles!-tanta era su furia, tanta era su cólera que agarró la pierna de Onew apretándola con tanta fuerza que solamente se escuchó un crujido por todo el salón acompañado de un grito de dolor.
++++
-Yeon Woo ¿estás bien?-preguntó Hyun Bin preocupado por el rostro decaído de su esposa.
-Sí lo estoy. Solo me duele un poco la cabeza es todo.-le sonrió.
-¿Segura?
-Sí
Ambos se abrazaron tratando de alejar ese tema. La verdad era que aparte del dolor de cabeza le dolía el pecho, no sabía que le pasaba jamás había sentido eso, nunca.
-¡Yeon Woo!-decía golpeando la puerta del baño.-¡Yeon Woo abre por favor!
Yeon Woo abrió la puerta temerosa, estaba asustada.
-¿Estás bien?-se acercó preocupado.
-No lo estoy, Hyun Bin ayúdame ¿qué tengo?-su mirada era temerosa, llena de confusión y miedo.
-Tranquila, vamos a checarte ¿si?-el tono de su voz sonaba calmado para no preocuparla. Ella asintió con preocupación.
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-Lo lamento su salud esta muy delicada, ¿no se ha cuidado?-dijo el doctor preocupado.
-Si pero yo...-no supo que más decir, no podía decir su verdadera naturaleza.
-No se había sentido mal hasta ahorita.-Yeon Woo lo volteó a ver sorprendida de que la allá cubierto. Hyun Bin le sonrió.
-De acuerdo. Su salud está muy delicada, sufre de una tuberculosis muy avanzada.
Yeon Woo se sorprendió al escuchar eso. Conocía esa enfermedad a la perfección, había ido por personas con esa enfermedad así que sabía sus síntomas, el sufrimiento, todo. Se tapó el rostro debido a la impresión y tristeza.
-Tranquila, todo estará bien.-Hyun Bin la abrazaba una vez que salieron del hospital.
-No lo estará.
-¿Por qué lo dices?
Yeon Woo se soltó de él mirándolo con dolor en sus ojos.
-Porque yo he visto esa enfermedad. Yo... yo me he tenido que llevar a muchas personas con esa enfermedad y se lo que sufren.-bajó la cabeza con tristeza.-Yo... No quiero que sufran, no quiero.
-Yeon Woo...-acarició su rostro con delicadeza.-Saldremos adelante, juntos.
Se acercó a ella dándole un beso lleno de amor.
Su enfermedad ya estaba avanzada, el tratamiento no podía hacer nada por ella, no podía salvarla. Yeon Woo iba a morir.
++++
Ruidos de cosas chocando contra el piso, gritos de desesperación, eso y mas se escuchaban en el salón de Seung Hun. La había estado observando durante todo un año mediante el pozo, su vida, su familia, todo. Los celos lo carcomían por dentro al ver como veía a Hyun Bin, en pensar que lo eligió a él en lugar de quedarse en el inframundo junto a él.
-Yeon Woo... Por eso no te debiste hacer mortal, por eso.
No pudo mas, no soportaba el dolor. Salió de ahí decidido a ir a verla, a verla por última vez.
++++
Cada vez se hacía más difícil respirar, cada bocanada de aire era un suplicio. Yeon Woo miraba la foto en la que estaba con su hija, sonriente, feliz. Derramó una lágrima al pensar que no estaría con ella el resto de su vida, no poderla aconsejar, no poder jugar con ella, abrazarla, nada.
-Yeon Woo...-se acercó Hyun Bin sentándose en la cama tomando su mano.
-Hyun Bin.-sonrió.-Te quiero pedir un favor.
-Lo que quieras.-la miraba de una manera triste, no quería que se muriera. Al convertirse en mortal ella ya no tenía inmudad contra las enfermedades así que si pezcaba aunque sea la más mínima enfermedad la mataba.
-Prometeme que cuidaras a Yoo Jung, protegela por favor.
-No digas eso.-apretó su mano.-La cuidaremos los dos, estarás con ella.
Ella negó.
-No lo estaré.-empezó a llorar.-Cuídala y cuidate por favor.-sus ojos se hacían más pesados cada vez, la falta de aire se hacía mas presente.-Se... feliz... Hyun Bin...-cerró sus ojos.
-Yeon Woo, ¡Yeon Woo!-acarició su rostro.-Amor abre los ojos, ábrelos por favor, ¡amor por favor! ¡Quédate conmigo por favor!-la abrazó llorando. No quería que se fuera, aún no. Salió desesperado por el doctor para que la pudiera salvar.
Jaejoong la observaba sentado desde la ventana esperando el momento para llevársela.
-Yo lo haré-le dijo Seung Hun serio. Jaejoong asintió y se fue de ahí.
Seung Hun se acercó lentamente. Una vez cerca acarició su cabello con suma delicadeza y ternura.
-No quiero llevarte. ¿Por qué decidiste esta vida? ¿Por qué te decidiste a ser mortal? Esto es una consecuencia, te hubiera protegido, te hubieras quedado conmigo.
Yeon Woo abrió los ojos por última vez.
-Seung Hun...
-No hables, no hables.
-Gracias...-volvió a cerrar los ojos para no volver a abrirlos.
-No... No... No por favor...-la abrazó escondiendo su rostro en su cuello. La vio delineando su rostro con la yema de los dedos. Una lágrima cayó en el rostro de Yeon Woo, por primera vez Seung Hun lloraba.
-Te amo Yeon Woo.
La beso, por primera y última vez la beso. Un beso que sellaba el amor oculto de él más la muerte de Yeon Woo, un ángel tanto oscuro como de la luz.
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