Capítulo 12: Los sentimientos de la muerte.


"En este oscuro y frío corazón encontré un sentimiento que jamás pensé que iba a sentir hasta que te conocí, sentí amor..."

Kim Jaejoong
-Lamento habértelo contado-dije viéndola, ella me veía tímida, nerviosa y un poco temerosa. Por alguna razón no quería que me viera así, creo que cometí un error al habérselo dicho.

-No, está bien-dijo Yoo Jung haciendo una pequeña sonrisa, se veía que me tenía miedo y yo no quería eso ¿Por qué?

-No me tengas miedo, cumpliré mi promesa.

En si ya no quería llevármela, ya no la quería como víctima. No sé qué me pasa, no sé qué me hizo pero no puedo evitar tener tranquilidad cuando estoy con ella, no puedo evitar sentir paz.

-Cuéntame de ti, tu mundo ¿Cómo es?-dijo curiosa. ¿Enserio quería saber de dónde venía? Por alguna extraña razón no quería que ella lo supiera pero tenía que contestar, decirle de dónde vengo, decirle lo que hago.

-Mi mundo es oscuro, frío, triste, gris-dije evitando mirarla. El inframundo no era un buen lugar para vivir, no me sentía cómodo ahí pero me tocó vivir ahí, me toco ser ese ser despreciable que todos temen y odian y ahora ella me temía y apuesto que pronto me odiara.

-¿Eres feliz?-esa pregunta me desconcertó ¿era feliz? Nunca me pregunte eso en mucho tiempo, es más ni siquiera sabía que podía sentir eso, felicidad, tristeza, lástima, tranquilidad, paz, amor. Pero ahora que la conocí, que conocí a Yoo Jung sentía eso; sentía tranquilidad, paz, tristeza al verla llorar, lástima al tener que llevarme a su padre. Pero... felicidad y amor ¿podría alguna vez sentir eso?

-Sí-mentí.

Ella me miró, sabía que estaba mintiendo, esquive su mirada no quería que me viera vulnerable.

-¿Hay alguien más como tú?

-Todo sobre los ángeles, demonios, todo. Sí.

Aun le costaba trabajo asimilarlo, ¿y quien no? Si todo lo que ella creía que no existía era real, como yo.

El silencio reino, se notaba que ella me quería preguntar muchas cosas pero no sabía cómo. Yo también quería decirle tantas cosas pero lo mejor era que no lo hiciera ya bastante tenía con saber que yo soy la muerte y que venía por su padre como para que supiera que ella también era mi víctima.

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De nuevo estaba sentado en la azotea, últimamente venía mucho aquí, era un buen lugar para pensar, para distraerme de ser la muerte por un momento. Solté un suspiro ¿Por qué le tuve que prometer eso? Ni siquiera lo pensé solo lo hice, no quería estar aquí así que me pare y salí del bar.

Iba caminando sin rumbo, la verdad no me importaba a dónde me dirigía solo quería caminar, distraerme. De repente paré, solté un suspiro y volteé a ver a dónde había llegado.

-¿Por qué terminé aquí?-dije mirando al local, aquí era dónde Yoo Jung trabajaba, mis pies por inercia entraron, no supe cómo ni porque pero ya estaba sentado, la buscaba con la mirada, no sabía porque pero quería verla, quería asegurarme de que estuviera bien.

Y ahí estaba, limpiando, tomando órdenes, sonriendo, por inercia sonreí. Ella no había notado mi presencia y eso era bueno no quería que me descubriera, no quería distraerla. Ya verifiqué que ella estaba bien y sonriente. Tal vez sería bueno irme, alejarme de su vida pero tenía que cumplir mi trabajo por eso me quedaba. Salí de ahí rumbo a mi trabajo, no le tomé mucha importancia, hacía lo de siempre y luego salí de ahí.

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Otra vez estaba en mi habitación dando vueltas cuando decidí ir a ver a Yoo Jung. Entre sin hacer ruido a su habitación, se veía tranquila al dormir, pacífica, hermosa. Me acerqué para estar junto a ella, me hinque, levante mi mano y acaricié su rostro, se sentía tan suave, cálido pero a la vez frágil. No podía hacerle esto, simplemente no se lo merecía, la iba a privar de vivir, de ser feliz y no se lo merecía.

Acaricie su cabello con suavidad para que no se despertara cosa que funcionó, me acerqué lentamente y deposité un beso en su frente.

Me quedé en esa posición un momento, algo en mi dolió, me dolía el pecho, me quemaba ¿Qué era esto? Salí de ahí rumbo a la azotea. El dolor seguía ahí, me toqué el pecho la sensación seguía ahí, ¿Cómo hago que pare? Vino a mi mente la imagen de Yoo Jung en la tarde cuando ella sonreía, su nerviosismo cuando me hablaba, al igual que su timidez, poco a poco el dolor fue cediendo, estaba desapareciendo tan solo al pensar en ella. Solté un grito desesperado ¿Qué me ha hecho? ¿Qué me pasa?

Escuche que se abrió la puerta, de repente me puse nervioso así que voltee y vi a Yoo Jung ahí.

-¿Qué haces aquí?-pregunte tratando de que no se diera cuenta lo que me acababa de pasar hace un momento.

-Lo mismo que tú-me dijo acercándose.-No puedo dormir.

-¿Por qué?-dije sentándome al borde, dejando colgar mis piernas, ella me siguió pero no se sentó.

-¿No tienes miedo?-me preguntó temerosa señalando al vacío, solté una pequeña risa volteándola a ver.

-No-la mire. Tenía una expresión llena de miedo por como estaba sentado que me pareció lo más hermoso del mundo.-Ven...-alzé mi mano para que me acompañara, ella me miro temerosa dudando si tomarla o no.-Vamos no te pasará nada.-tomó mi mano y la ayude a que se sentara conmigo, la apretó con mas fuerza. Le tenía miedo a las alturas.

Yo solo la miraba, no podía hacer otra cosa. Ella miró hacia el cielo y se quedó embelesada por las estrellas, tanto que sonrió. Esa sonrisa era tan hermosa que hizo que sonriera también, mire hacia el cielo si era hermoso.

-Ahora ¿Por qué no puedes dormir?-dije para romper el silencio.

-Oh em-dijo bajando su rostro un poco, yo la voltee a ver curioso.

-Dime.

-Últimamente he tenido el mismo sueño-dijo cabizbaja, ¿sueño? ¿A qué se refería?-Un sueño donde alguien me persigue, pero luego alguien me salva.

-¿Alguien?

-Sí, como un ángel.-De repente sentí rabia, de seguro era Junsu. No sabía porque pero desearía ser yo ese ángel, de seguro el que la perseguía era yo.-Tu mano es cálida.

Eso me sacó de mis pensamientos ¿cálida?

-¿Cálida? Mi mano siempre ha sido fría.

Desvié la mirada.

-Pero es cálida. Mira.- tomó mi mano entre las suyas acercándola a su boca soplando, sin poder evitarlo me puse nervioso. Terminó de soplar y sonrió.-¿Ves? Siéntela-sonrió soltando mi mano para que yo la tocara y efectivamente estaba cálida pero solo porque ella la tenía en sus manos.

-Solo porque soplaste para darle calor.

-Ya lo estaba antes de que lo hiciera-me dijo riendo un poco, yo hice lo mismo.

Siguió mirando el cielo al igual que yo, me sentía con tanta paz y tranquilidad, me gustaría seguir de esta forma. Sentí que ella recargo su cabeza en mi hombro, voltee a verla, ella se estaba quedando dormida.

-Jaejoong...-dijo con voz somnolienta.

-Hmm...-dije feliz, esperen ¿feliz?

-Para ser la muerte... no eres... malo.-luego se quedó dormida, sonreí. Sus palabras me hicieron sentir de una forma extraña, me hicieron sentir aliviado, me hicieron sentir... feliz.

Tomé a Yoo Jung en mis brazos y baje hacia su habitación, entre y la acosté, la tapé y me quedé un rato observándola. De repente la iluminación llegó a mí, ya sabía que era ese dolor que sentí en el pecho, eso que se quebró cuando me dijo que ella sería mi víctima, esa culpa de tener que llevarme a su padre, esa tristeza de verla llorar, esa felicidad cuando me mira, esa tranquilidad cuando estoy con ella, esa paz que me causa tan solo verla, todo cobraba sentido, hasta me sorprendí no pensaba que me pasara esto, que sintiera esto.

-Creo que... creo que te amo-dije en un susurro acariciando su cabello, estaba sonriendo. Nunca pensé sentir esto, sentir... amor.

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