Capítulo 5: Aterradora exploradora.


Aquí otro capítulo.

Al final algunas aclaraciones a quien le interese.

Advertencia: una pequeña parte del capítulo tiene contenido sexual y una que otra imagen sugerente.

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-¡¿Ehhh!? – Fue la reacción de todo el mundo.

-¿Uh?- Fue la reacción del rubio.

-Mira lo que hiciste, Kaeya – Fue la reacción de Diluc luego de darle un zape a su "amigo".

Nadie sabía qué decir, incluso la pequeña hada quedó en shock, olvidándose del hecho de que fue estrangulada.

-No puede ser... Tabibito... ¿Tabibito no recuerda a Paimon?

-Es... Es temporal- Respondió un poco nerviosa Barbara- Debido a los golpes, la pérdida de sangre y al agotamiento masivo de energía elemental... Aether perdió la memoria – Se acercó a la cama, con una mano hizo a un lado los mechones rubios. El chico la miró confundido. El semblante en la rubia era de tristeza.

- ¿Qué tanto de sus recuerdos ha perdido? – Preguntó Lisa, temiendo por la respuesta.

- Al parecer todo... - La rubia respondió triste- Sus heridas sanarán naturalmente... Pero su memoria es otra cosa. No nos recuerda... No somos más que desconocidos ante sus ojos- Agregó mientras retiraba su mano.

-No puede ser...- La maid cubrió su boca mientras sus ojos se humedecían. A su lado, Lisa ocultaba su mirada en las sombras.

-Barbara... Sus recuerdos... ¿Cuánto tiempo tardara en recuperarlos? – Jean parecía tranquila, pero su mente era un mar de angustia.

-No lo sé- Respondió mientras desviaba la mirada. Barbara sabía que el rubio podría no recuperar sus recuerdos hasta pasar un buen tiempo- Este es un caso nuevo... por lo que Aether deberá permanecer aquí para ser observado – Eso dejo en silencio a todos.

Sin embargo, aun con tan malas noticias, los ojos de la bruja brillaron en exceso, viendo una oportunidad única.

-En ese caso...- Se sentó en la cama para luego rodear la cabeza del viajero, atrayendo está a sus pechos – No te preocupes, cariño. Tú onee-san será amable mientras cuida de ti- Dijo de manera cariñosa.

-¿Eh?... Tu eres mi... ¿Hermana? – Dijo confundido y con un ligero rubor.

-Kyun- Sin duda, eso hizo sonrojar a todas las chicas, ya que la mirada del rubio era similar a la de un cachorrito perdido. No pudieron evitar verlo con ternura.

- "Que adorable"- Pensó Lisa. Tenía que admitirlo, que Aether se comportara tan dominante la hacía feliz, pero verlo en ese estado tan tierno e indefenso hizo que relamiera sus labios con lujuria. Aunque quería revelar su verdadera relación, le pareció un deleite seguir con el papel de familia- Así es, cariño, yo soy...

- Ella es la señora que trabaja en la biblioteca- Intervino Jean.

-Ara - La mirada de Lisa era desafiante y su sonrisa no reflejaba nada de contento- ¿No cree que eso fue muy descortés de su parte, gran maestra? - No dudo en enfrentar a la rubia, aunque se tratara de su amiga y superior.

-¿Descortés? Por favor, Lisa. ¿Con que derecho lo dices tu? – Recriminó la rubia- Engañar a un paciente de esa manera, eso no está bien- Regañó mientras la bruja se acercaba para plantarle cara.

De repente, el ambiente se volvió tenso mientras las energías anemo y electro reaccionaban ligeramente.

-¿Es en serio? Ellas nunca habían discutido de esta manera antes- Comentó Diluc, un tanto indiferente- ¿No deberíamos detenerlas antes de que comiencen a pelear? - Le preguntó al peliazul.

-Para nada, creo que eso sería interesante, ¿No lo crees? –Respondió. Diluc simplemente rodó los ojos y cruzó sus brazos – "Será una verdadera lucha de titanes" – Pensó divertido.

-¿Hmm? – Mientras tanto, Aether miró confundido como las dos mujeres se desafiaban la una a la otra, pegando sus pechos y batiéndose en un duelo de miradas.

-Aether debe descansar y ser atendido, no necesita que le hagan bromas molestas, Lisa- Dijo la rubia.

-Ara, maa. Exactamente ¿De qué bromas molestas estás hablando, Jean? Mi cariño y yo acostumbrarnos a hablarnos de esta manera – Dijo con una sonrisa la castaña- Después de todo, tenemos una relación especial – La manera misteriosa con la que soltó aquello hizo que Jean forzara una sonrisa.

-Jeeeh... Y exactamente... ¿Qué tipo de relación es esa?... Se puede saber ¿eh? – Exigió "amable". Le enfureció escuchar aquello, y al mismo tiempo le interesaba saber más.

- Fufufu- La bruja sonrió triunfante, no le revelaría nada en ese momento, por respeto a la situación, además de que le gustaba provocar a su amiga de esa manera. Mientras ellas seguían con lo suyo, la puerta se abrió de manera repentina, una leve brisa llamó la atención de casi todos.

-¡Hola ¿Cómo se encuentra nuestro viajero favorito?! jeje- Saludó, haciéndose paso dentro de la habitación.

-Ah... Es el bardo de pacotilla- Señaló Paimon.

-Jeje, como siempre, que agradable forma de llamarme, pequeña- Río despreocupado.

- ¿Qué estás haciendo aquí? – Preguntó Kaeya.

- ¿Y por qué apestas mucho a alcohol? – Preguntó Diluc mientras tapaba su nariz.

-Vine porque me enteré del estado de Aether- Se acercó a la cama y observó al rubio – Y el olor es porque estaba en tu bar, resbale y derrame una botella de vino sobre mi... Pfff casi me mato también jeje– Explicó sonriente.

-Ah, eso tiene sentido para mí- Comentó Kaeya.

-Espera un momento - Procesó Diluc- Se supone que el bar está cerrado, ¿Cómo es que...?

-Ehe.

-¡Hijo de perra! – Apretó el puño sintiendo la necesidad de asesinar al bardo, pero este ya se encontraba cerca del paciente.

- ¿Usted es...? – La expresión confundida del rubio seguía sin cambiar mientras el bardo lo observaba a detalle.

-"Mmm... Tal como escuche, ha perdido sus recuerdos" – Pensó antes de sonreír – Hola, Aether, Acaso ¿No me recuerdas? – Preguntó sin más.

- Emm... No... No recuerdo nada –Agachó la cabeza- No sé qué ésta pasando... ¿Quiénes son ustedes?... ¿Qué hago aquí? - Se sentía confundido y a la vez triste.

-Escuchen todos- Llamó la atención Barbara- Lo mejor será que no sigamos agobiando a Aether con demasiada información o podría...

- Aether, yo soy tu padre – Reveló Venti, dejando perplejos a todos y haciendo enfurecer a la diaconisa.

-¡Por un demonio, lo que faltaba!

-Barbara, cuida tu boca, eres religiosa- Le dijo Jean.

-Ah... Lo siento –Dijo apenada- Pero es que ese tipo... – Señaló al bardo, quien seguía hablando con el rubio.

-¿Eh?... Usted es mi... ¿Padre? ¿Eh? – La expresión de Aether se perdía más y más, y las palabras del bardo no ayudaban mucho a que se recuperara.

-Así es, mi querido hijo- Respondió Venti- De hecho, todos aquí somos tu familia- Y el bardo seguía y seguía, señalando a cada individuo dentro de la habitación- Esos dos de ahí son tus tíos.

-Hola- Saludó sonriente Kaeya.

-Te estas ganando una cita con el diablo- Mientras que Dilic miró al bardo, de manera inquisidora.

- ¿Mis tíos?

-No... No creo que deba seguir confundiendo a Aet...– Noelle se dispuso a detenerlo, pero ella lo hizo al percatarse de como el rubio la miraba fijamente.

-Tú también... ¿También eres mi familia? – Preguntó inocente, haciendo que la maid se sonroje, ya que, para ella, esa palabra implicaba muchas cosas, y teniendo en cuenta lo que habían hecho durante su aventura, la posibilidad de ser una verdadera familia no era una idea descabellada.

-Eto... Yo... – Ya iba decir cuando el bardo volvió a abrir la boca.

-Eso es verdad. Noelle-chan es tu hermanita. Ustedes son muy, muy cercanos y se quieren mucho- Siguió jugando con la mente del rubio.

-Por... ¡Por favor, no siga confundiendo a Aether-san así! - Pidió un tanto sonrojada Noelle, ya que el rubio no dejaba de mirarla.

-¿Mi hermanita?... Yo... ¿Yo quiero mucho a Noelle? – Aquello sonó más como una afirmación. El sonrojo en la peliplata no hizo más que aumentar – y... ¿Quién es ella? – Señaló al hada.

-Ah, ella... Mmmm...- Se puso a pensar- Ella es tu mascota, ehe.

-¡Nada de ehe! – Reclamó - ¡Paimon no es una mascota!

-Si, ella es la comida de emergencia del viajero- Rectificó Kaeya.

-Exacto, Paimon es la comi.... ¡No! – Gritó al darse cuenta- - ¡Dejen de molestar a Paimón! – Le reclamó a los bromistas.

-¿Mascota?... ¿Comida?... No... No entiendo... Qué... ¿Qué alguien me explique?

-"Esto es algo divertido" - A excepción de Barbara, todos compartieron la misma idea. Cada reacción del rubio les parecía tierna, inocente y curiosa.

-"Un momento... Tal vez pueda... "- Pensó Jean a la vez que sus mejillas se enrojecían. Ella también quería aprovechar la oportunidad de acercarse más al rubio- A-Aether... Yo soy tu... ¡¿Hm?!

-Ok, suficiente- Babara dijo mientras tapaba la boca de su hermana- Afuera todo el mundo. Aether es un paciente y necesita descansar.

Diluc y Kaeya salieron por su cuenta mientras que Barbara se encargó de empujar al resto.

-Espera, Barbara-chan- Pidió Lisa- Necesitarás ayuda para cuidar a Aether.

-Tiene razón- La apoyó Jean- Yo puedo ayudarte.

-Déjanos hacerlo – Pidió Noelle.

-No, gracias- Negó la rubia mientras las empujaba afuera, deteniéndose al pie de la puerta- Tú tienes que encargarte del trabajo atrasado en la biblioteca- Señaló a Lisa- Onee... Quiero decir la gran maestra tiene mucho papeleo que hacer- Señaló a su hermana- Noelle, tienes una prueba con los caballeros en dos días, necesitas prepararte- Le dijo a su amiga- Y ustedes... – Se detuvo, señalando al bardo y al hada, mientras uno bebida de una botella de vino, la otra comía algunos trozos de manzana que se suponía que eran para el rubio- Fuera de mi iglesia- Les exigió.

Las expresiones de todos cayeron en depresión mientras la puerta de la habitación se cerraba, dejando al rubio en completa soledad.

-Emm... - A comparación de cuando despertó, se sentía aún más confundido, y su expresión era prueba de ello- Mi familia.... Será que... ¿Será que ellos me odian? – Eso es lo que pensaba, ya que el comportamiento de cada individuo le pareció extraño y algo forzado- Hmmm... ¿Hm? - De pronto, una leve brisa entró por la ventana. 

La lluvia había terminado, pero las nubes grises aun perduraban- ¿Eh?- Un par de orejas de conejo llamaron su atención, estas asomaron de la ventana antes de que alguien ingresara, sorprendiendo al chico – ¿Q-Qui... ¿Quién eres?

-...- Se trataba de una castaña, con la mirada ensombrecida y labios temblorosos. Habían sido 13 largos días sin ver al rubio desde que lo trajeron a la iglesia, esto debido al gran sentimiento de culpa en su interior- Soy... Amber- Dijo apagada.

-¿Amber? – Repitió el chico- ¿Qué estás... haciendo?

-... – La castaña lo pensó un momento - Visitándote- Respondió simple. El silencio hizo evidente lo incomodo de la situación.

-Amber... Tu eres... ¿Tú eres mi amiga?

Ante eso, Amber quedo perpleja, era tal como había escuchado.

-"Entonces... Es verdad... Aether perdió la memoria" – Poco a poco sus ojos se fueron humedeciendo hasta soltar algunas lágrimas- "Lo ha olvidado todo... Incluso el día que nos conocimos"- La culpa y tristeza crecía en ella. Si se trataba de un castigo, lo aceptaría, pero no quería que el rubio sufriera también.

-Lo siento... – Él se fijó en La lágrima que ella había derrabado- Lo lamento... No recuerdo nada... – Bajó la mirada y se aferró a la orilla de su sabana- Por estar así... les estoy causando problemas... Todos... deben odiarme – Sonrió y derramó un par de lágrimas que hicieron que la castaña no pudiera soportarlo más- ¿Uh?

-Aether, yo... – Mientras abrazaba al chico, pensó en una respuesta, algo para aplacar la tristeza del rubio, y la suya- Yo... Soy tu esposa.

-¿Eh?- Los ojos del rubio se abrieron como nunca.

-"¡¿Qué es lo que dije?!"- Mientras que los ojos de la castaña daban vueltas como espirales y sus mejillas se enrojecían, arrepintiéndose de las palabras que había soltado–"Se que es una mentira cruel... Pero no puedo retractarme... Debo reconfortar a Aether con todo lo que tengo"- 'Pensó mientras subía la mirada.

-Mi... ¿Mi esposa?... Ehhh – De tantas revelaciones, sin duda, esta era la más increíble. Que una chica tan linda como Amber entre por la ventana, lo abrace y le revele semejante cosa, no había manera- Noso... ¿N-Nosotros estamos casados? - Pero aun así quería comprobarlo, saber qué es lo que ella quería de él.

-S-Si- Respondió mientras desviaba la mirada.

-Pero... Si es así... ¿Por qué... ¿Por qué no estuviste aquí cuando desperté? – Preguntó, considerando lo cercana de su relación. Amber dejó de abrazarlo y salió de la cama.

-Es que... – Ella comenzó a jugar con sus dedos mientras pensaba qué decir- Ahora estamos separados- Otra mentira por supuesto- Tu... Cometiste un "error" con tu... hermana – Y otra mentira, que más bien no lo era del todo.

-E... ¿Error?... ¿Con mi hermana? - De pronto, un fuerte dolor hizo al rubio sostener su cabeza. Un gran número de imágenes llegó, entre estas una escena en donde él y una peliplata compartían todo tipo de momento hasta llegar a los actos más indebidos.

- "Esto es... Yo... ¿De verdad hice eso?... ¿Con mi hermana?" -Pensó mientras el dolor disminuía.

-Aether, sé que no me recuerdas- Ella volvió a subirse en la cama y se acercó a gatas, acorralando completamente al chico- Pero yo sí... Recuerdo sobre las cosas que hicimos- Un intenso carmín decoraba sus mejillas mientras miraba directamente a los ojos del rubio.

-Glup- Tragó duro al ser consciente de lo bella que era su supuesta esposa.

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Un momento después, ambos se encontraron acostados en la cama. El chico miraba el techo con nerviosismo mientras la chica lo miraba fijamente.

-"Definitivamente... Debe ser una mentira... Que nosotros estemos casados"- Miró de reojo, la castaña seguía observándolo, su rostro estaba tan rojo como el suyo – "Alguien tan linda como ella... ¿Mi esposa?"

-Aether

-¿Eh?- Tanto él como ella se acostaron de lado. Sus rostros a escasos centímetros, y el corazón de ambos latiendo a mil por hora.

 -"Yo... "- Sin ser consciente, comenzó a acercarse al rostro de ella- "Yo recuerdo..." -subió su mano, alcanzando la cabellera castaña. Amber cerró los ojos con fuerza, ya que el tacto del chico hizo que su cuerpo se estremeciera- "Recuerdo... este aroma" – Acarició la cabellera, paso sus dedos hasta llegar al accesorio- "Recuerdo este listón... Nos conocemos... Hemos estado así de cerca antes" – La distancia entre sus rostros se cerró al fin.

-Mmm - Aunque fue repentino, Amber no opuso resistencia, dejó que los labios de Aether tocaran los suyos. Fue un momento mágico y encantador, su primer beso, un evento que jamás olvidaría, aunque se tratara de una mentira.

- "Ella no me está evitando... Entonces es verdad... Nosotros estamos..."- Su corazón latía descontrolado, haciendo que su libido subiera de golpe. Debajo de la venda, una marca negra comenzó a dibujarse en su frente, esta era pequeña y débil, y aparecía y desaparecía por ratos.

-¡¿Mmm?!-Ella se sorprendió al momento que el chico la forzó a abrir la boca- "Su lengua...  Esta siendo agresivo"- Lejos de querer apartarlo, cerró los ojos y abrazó la cabellera rubia, dejando que su interior fuera explorado.

Ninguna de los dos quería detenerse, al contrario, sus besos subían más y más de tono, cuando Aether no estaba introduciendo su lengua, era Amber quien lo atraía, chupándosela para que él volviera. Sus labios no eran suficientes por lo que sus manos comenzaron a explorar sus cuerpos.

-¡¿Mmm?! – El repentino tacto la hizo estremecerse, primero sintió unas suaves caricias para luego sentir como sus senos eran estrujados– A-Aether... Mmmf- Sus gemidos morían entre beso y beso. No pudo evitar que el chico le bajara la blusa y la ropa interior- Aahh- Volvió a gemir. La boca del chico estaba hambrienta y no se contuvo para nada.

Era demasiada estimulación para la pobre exploradora, quien comenzó a ladear la cabeza mientras sujetaba la cabellera rubia, tratando de evitar que el chico siguiera probándola.

-Mmm... Mmm...

-Aether... N-No... ¡No las chupes tanto! - Sentía que en cualquier momento su mente la dejaría- Aah... Que rico- Y lo hizo. Sin ser consciente, dejo de empujarlo y comenzó a tirar de los mechones rubios.

-"Son tan suaves... El aroma de su piel... No puedo... contenerme"- Aether no le dio importancia a su cabello y siguió deleitándose con el cuerpo de su "esposa"- Amber... ¿Te duele? – Le preguntó antes de engullir uno de los pezones.

-¡Hmmmft!- La chica apretó los labios- N-No... – Contestó, trataba con todas sus fuerzas de contener su voz, pero eso sólo incitaba al chico a seguir consumiéndola. La marca negra dejó de parpadear y en seguida comenzó tomar la forma de dos cuernos y un diamante.

- "Si de verdad estamos casados, no le importará si... "- Una idea atrevida salió a flote.

-MmnhmN-No... ¡Ahí nooh! – Gritó, intentando detener la mano del rubio, pero ésta ya se encontraba dentro de sus pantaloncillos- Aah.

-Lo siento, Amber... Pero no puedo... No puedo evitarlo- Él continuó con su ataque a la castaña.

-Aah... No... No así... No al mismo tiempo... Por favor– Suplicó. Su mente no podía procesar tanto placer. Su compañero resultó ser muy hábil usando las manos y la boca.

Mientras acariciaba y chupaba los pechos de su esposa, comenzó incitar la intimidad femenina. Primero sobre la braguita, después introdujo un dedo, haciéndola chillar y retorcer. En poco tiempo, su mano terminó empapándose con los fluidos amorosos.

-Aah... Aah... Aah...- Amber respiraba agitada mientras usaba su brazo para tapar sus ojos. Estaba tan excitada como avergonzada que no se atrevía a mirar. Recuperaba el aliento a la vez que la sombra del muchacho se le ponía encima.

-Se sintió bien ¿Verdad? – Dijo, empleando un tono ronco.

Amber asomó debajo de su brazo, se sorprendió al ver que aquel muchacho triste y confundido había desaparecido. Aether relamió su mano, claro era el propósito de provocarla, algo que le estaba funcionando muy bien.

- Delicioso- Degustó los líquidos antes de deshacerse  de su bata. Todas las vendas cayeron al piso, revelando los cortes y moretones adquiridos. Por último, se deshizo de la venda en su frente, la marca terminó de formarse, sus mechones impidieron a la chica ver el tatuaje y sus ojos.

-Espera... Aether... - Pidió la chica, tratando de sujetar sus ropas. El rubio hizo caso omiso y comenzó a desvestirla, primero la blusa y los pantalones cortos, luego la ropa interior. Finalmente, hizo que la chica abriera las piernas, dejándola totalmente expuesta y avergonzada. -"Puede verlo... Aether puede verlo"- No dejaba de respirar pesadamente mientras sus piernas eran sostenidas.

-Increíble, estas tan húmeda- Pronunció antes de acercar su rostro. La chica inmediatamente utilizó sus manos como barrera- Amber- Aunque su voz era suave, logró estremecer a la castaña y hacer que aparte sus manos.

-P-Por... Por favor, Aether... No... No más.... – Pidió mientras sentía el aliento del rubio golpear su intimidad.

- ¿Por qué? – Preguntó extrañado. La pequeña hendidura goteaba a mieles, pedía su atención. Una vista agradable, que sólo uno, un sólo hombre, tenía permitido ver y probar – Hemos hecho esto antes ¿No? – Ladeó la cabeza.

- Hnmm- La castaña tan sólo apretó los labios y desvió la mirada. Se sintió más culpable y al mismo tiempo no pudo evitar sentirse ansiosa.

-Es una mentira ¿no es así? - La chica se estremeció por tales palabras mientras que el chico le sonrió con gentileza – Aun sí lo es... Estoy dispuesto a aceptarla... Ya que eres tú... Eres una persona muy especial para mi, Amber –Dicho eso, los ojos de Amber se cerraron y cuando los abrió, dos corazones habían reemplazado sus pupilas, aquellas palabras la hicieron extremadamente feliz.

Aether terminó acercando su rostro y con su lengua delineó toda la intimidad femenina, los líquidos fluían a montones, los bebió. Con sus dedos separó los labios, permitiendo que su lengua ingresara.

-Aah... Aah... Mmfh...- Los gemidos de Amber no se hicieron esperar. Echó su cabeza hacia atrás mientras se aferraba a las sabanas. Su segundo orgasmo llegó, haciéndola sacar la lengua para luego caer rendida, momento que Aether aprovechó para arrastrarse sobre ella y colocarse entre sus piernas.

Lo primero que vio fueron los ojos dorados nublados en lujuria, las mejillas con un carmín intenso y el aliento en pequeñas nubes de vapor. Todo eso lo había provocado. El resto de la ropa de paciente terminó en el suelo, su erección era imbatible, como si nada en el mundo pudiera calmarlo.

-Amber- Le susurró al oído antes de plantarle un beso. Amber correspondió débilmente, dejando que la lengua volviera a explorarla y se entrelazara con la suya. Mientras la besaba, buscó la mano de la exploradora, la tomó y luego hizo que sus dedos se entrelazaran- Puaff- Cuando el oxigeno reclamó, tuvieron que separarse mientras un hilo brillante colgaba entre sus labios.

-Aether- Ella suspiró, ya no le importaba nada, ni su amiga, ni la mentira que había montado, tan sólo quería que su sufrimiento termine. Desesperada, reclamó los labios del rubio. Aether se sorprendió, aun así, no dejó de someter la mano de la castaña contra la cama mientras que tomaba su erección y la alineaba sobre la entrada de la chica.

-Amber... Mmm.... Ya.... No puedo contenerme más... Mmh... - Dijo entre besos.

La castaña asintió mientras seguía besándolo, rodeó la cabellera rubia con su único brazo libre mientras que empleó sus piernas para rodear la cintura del chico.

-Mhm... Hazlo... - Pidió. Sin más que esperar, el rubio empujó sus caderas, arrancándole un fuerte gemido a la exploradora. Las paredes se abrieron. Lágrimas resbalaban del rostro de la niña mientras se aferraba con todas sus fuerzas al chico.

-Grrr- Gruñó mientras mientras metía el resto, las paredes se aferraban a su miembro, dándole una sensación placentera y adictiva, nunca la dejaría, se encargaría de hacerla llegar, de hacerla suya, como a todas las demás.

Comenzó gentilmente ya que las manchas rojas develaron aquella mentira – "Hacer esto... De alguna manera hace que yo... ¿Eh?" – De pronto, una ola de imágenes vino a su cabeza –"¿Qué... Qué es esto?"- Nuevos rostros, nuevos sitios, ninguno que haya visto antes, pero ahí estaban, incluso ella, la sonrisa de una rubia, tomándolo de la mano, guiándolo por un largo puente en medio de las nubes. Al final, varios escalones que parecían perderse en el cielo, una imagen majestuosa, que pronto se vio opacada por una presencia divina.

-A-A... ¿Aether? – Ella se sorprendió cuando de repente el rubio detuvo sus caderas y empezó a derramar algunas lágrimas.

-Lo siento... - Dijo, de manera apagada.

-¿Eh? – La sorpresa en la castaña no hizo más que aumentar cuando el rubio le hizo darse la vuelta para luego posicionarse sobre ella.

-Lo siento... - Volvió a decir mientras posaba su mano en la cabellera castaña, haciendo que la chica termine con su boca enterrada en la almohada- Pero voy a hacerlo más duro ahora, "querida"- Sonrió de manera salvaje antes de ingresar de golpe.

-¡Mmmfft! –Amber intentó gritar, pero su voz se perdió en la almohada, sus ojos más abiertos que nunca mientras el rubio sonreía y la penetraba con fiereza-"Esta siendo muy rudo... Pero se siente... Se siente muy bien" – Poco a poco su razón la fue abandonando mientras dejaba que el placer golpeara su mente.

Aether no sólo había recuperado una parte de sus recuerdos y el afecto de una de sus bellas compañeras sino también una parte de su verdadera naturaleza. Con eso en mente, aumentó el ritmo. Hicieron el amor durante casi una hora, y la habrían completado, sino fuera porque Amber cayó rendida.

-Lo hiciste bien, "querida"- La felicitó mientras salía de la cama. La chica se encontraba acostada boca abajo, mordiendo la almohada, con sus piernas abiertas, un líquido lechoso saliendo de su intimidad, y su espalda y cabello cubiertos con los mismos fluidos.

-Ghumn- Ella no podía articular palabra alguna, tan sólo cerró los ojos y dejo que su mente se desvaneciera.

-Ahora... - Con calma, volvió a colocarse las prendas de paciente, las vendas ya no eran necesarias. Se acercó al pequeño espejo colocado en la pared para luego levantar sus mechones– Así que... tu eres el responsable de todo esto ¿Eh? – Miró con detalle el tatuaje en su frente.

-¡Pero qué... ¡- Después, un pequeño grito y el sonido de una bandeja cayendo hicieron que el rubio volteara - ¿Qué... ¿Qué... ¿Q-Qué fue lo que paso aquí? – La idol estaba shock, sonrojada, sin poder creer la escena.

-Mmm... Que problemático - Cerró los ojos y cuando los abrió dos halos negros habían reemplazados sus iris.

-¡Aetheeer! – Reclamó Barbara, un poco sonrojada y molesta.

- Bueno, iba a suceder tarde o temprano jeje – Dibujó una pequeña sonrisa antes de tomar su bata y destrozarla de un tirón.

-¿Eh?... ¿A-Aether?- La pobre rubia quedo paralizada. El porte y andar del rubio era intimidante, sobre todo porque no llevaba prenda alguna- No... No te... No acerques- Pidió antes de ser atrapada.

Aether la levantó de sus piernas y espalda para luego llevársela a la cama. A un lado de Amber, la diaconisa no pudo evitar que el viajero le levantará la falda e hiciera pedazos sus medias.

- ¿Por qué... ¿Por qué haces esto? – Preguntó agitada. El rubio acercó su rostro a la entrepierna femenina, la tocó, haciendo que se humedezca. Después, su cuerpo comenzó a emanar energía elemental- No... E-E... ¡Espera!

-Perdóname, niñita- Aether dijo antes de hacer a un lado la braguita y sacar la lengua, en la punta comenzó a cargar un poco de energía electro.

- N-No... No lo... ¡Mmmfh!... ¡No lo hagaaash!

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La mañana siguiente...

-Lamento haberlos preocupado.

En la oficina todos se quedaron en silencio, aunque eso no evitó que se sintieran felices y a la vez extrañados, felices de ver a su amigo y compañero recién recuperado y extrañados al verlo arrodillado, con la mirada baja luego de emplear un tono bastante formal.

-Vaya, eso ha sido una recuperación bastante pronta- Comentó Kaeya. El chico aun vestía de blanco, por lo que se entendía que se había apresurado para informar sobre su recuperación- ¿Esta bien ahora? No va a llamarme tío ¿verdad? – Dijo, un tanto bromista.

-A-Aether está bien-Barbara se veía un poco nerviosa y sonrojada mientras informaba el estado del rubio- No debería haber problema. Use mis mejores habilidades para que se recuperara – Dijo a la vez que el rubio se ponía de pie. Esa manera de guiñarle la hizo sonrojarse y suspirar, recordando todo lo ocurrido la noche anterior- "Tal vez demasiado"- Pensó deseosa mientras unía sus piernas de forma extraña.

-Nos alegra ver que estas bien, caballero honorario- Jean dijo, con una sonrisa de lo más tranquila- "Me alegro... Me alegro tanto"- Pero por dentro, era un mar de alegría y festejo.

A un lado del escritorio, Lisa permanecía en silencio, y es que la bruja no hacía un esfuerzo para contener su sonrisa y el sonrojo en sus mejillas, estaba muy feliz de ver que su amante había "regresado".

-Sabemos que es muy temprano para realizar un interrogatorio- Kaeya dijo, su tono era curioso- Pero... ¿Puedes contarnos lo que sucedió ese día?

Todos miraron como el rubio se podía de pie, su mirada oculta por sus mechones mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

-No se por dónde comenzar... Así que lo haré por el "principio".

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El lugar era oscuro y el aire que se respiraba era demasiado frío, un pasaje que apenas era iluminado por un pequeño número de antorchas. Al final del corredor, una enorme puerta de piedra cuyos grabados tenían formas de estrellas, en medio de estas el sol y la luna.

Las puertas se abrieron, el pequeño encapuchado se apresuró a entrar. Muy por el contrario, el interior era cálido y estaba bien iluminado, una habitación amplia y de aspecto natural, los alrededores repletos por un gran número de estantes y libros, todo un tesoro que haría llorar a cualquier sitio que se hiciera llamar biblioteca.

-Princesa- El pequeño encapuchado dijo, con una vocecita algo molesta (Mago del abismo).

En medio de la habitación, una joven levitaba, con los ojos cerrados, en una postura de meditación. Un aura de estrellas la rodeaba, esta se reunía entre sus manos, como si estuviera absorbiéndolas.

- ¿Qué sucede? – Interrogó la rubia, con un tono bastante serio, poniendo en apuros al hombrecillo.

-L-La... Lamento molestarla, princesa- Se arrodillo, esperando no ser castigado- T-Traigo el reporte semanal- Informó.

La rubia empezó a descender, su vestido blanco se ondeaba mientras su aura termina por desvanecerse. Abrió los ojos, sus iris consistían en un halo dorado con forma de sol y una figura oscura que asemejaba a una media luna, tan sólo un parpadeó y sus ojos volvieron a su color y forma habitual.

- ¿Acaso no pedí que nadie me interrumpiera mientras medito? – De pronto, el aire que se respiraba en la habitación comenzó a volverse frío y pesado. Los rayos dorados que se filtraban pronto se apagaron, volviéndose una escena realmente aterradora.

-P-Pe... Pero... Princesa- El mago intentó hablar, pero la expresión de la rubia lo tenía al borde del infarto.

-Si querías suicidarte... Hay un buen par de espadas en la armería ¿sabes? - Extendió su mano. Por un instante, el hombrecillo vio toda su vida pasar ante sus ojos- Habla antes de que pierda la paciencia- Afortunadamente, la rubia razonó antes de darle la espada al mago.

-¡E-en seguida! – Aun temblando, se apresuró a desatar el rollo que llevaba en su mano- Se trata del reporte de los magos infiltrados en Mondstadt... - Se detuvo y luego tragó duro, preparándose para soltar la noticia- Su hermano.... Al parecer fue gravemente herido dentro de un Dominio recién descubierto... No hay muchos detalles, pero al parecer estuvo varios días en coma... Y puede que haya sufrido una pérdida importante en su memoria– Asomó del rollo, esperando la reacción de su líder.

- ¿Eso es todo?

- ¿Eh?

-Te pregunto si es todo – Repitió, con un tono de lo más indiferente.

-S-Si... Eso es todo- Respondió el mago.

-Entonces ¿Qué esperas? – Le preguntó de manera severa- Vete ahora, me estas molestando

El hombrecillo no lo pensó ni un segundo y abandonó la habitación, dejando en soledad a la imponente rubia.

-Haah- Ella suspiró, despejando su mente de toda preocupación y angustia.

Las luces volvieron y la habitación volvió a su estado de tranquilidad y calidez. Se acercó a uno de los tantos estantes, sacó un libro, lo arrojó, luego otro y otro, revelando una pequeña puerta, abrió la caja oculta, y de esta tomó lo parecía ser un portarretratos.

- Nii... – Dijo, con un tono suave- Nii... Nii... Nii... - Después, comenzó a repetir mientras abrazaba la fotografía y su tono se quebraba – Perdóname... Perdóname... Nii-san... - Se arrodilló, dos lágrimas escaparon de sus ojos- No sabes cuánto quiero ir a verte... Pero no puedo... No puedo aun... Tu Nee-chan tiene que volverse más fuerte... Sólo así podremos estar juntos de nuevo- Miró la fotografía, que más bien era un retrato muy antiguo y algo deteriorado, donde dos bebes dormían a un lado de dos presencias oscuras.

-Mientras tanto, olvida... Sigue olvidando... Tu pasado... Tu poder... Tu naturaleza... Pero por favor... No olvides a tu hermana... No olvides cuánto te amo, Nii-san- Besó el retrato antes de volver a colocarlo y sumirlo en completa oscuridad.

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De vuelta a Mondstadt...

-Te encargó la investigación- La rubia dijo de lo más seria mientras un peliazul asentía con su mano en el pecho.

-Descuide, me encargaré antes de que alguien más resulte herido- Confirmó Kaeya – Y sobre nuestro viajero favorito... - Tocó el tema, algo que hizo reaccionar a la gran maestra- Lo mejor será asignarle una escolta ¿No le parece? – Sugirió. La rubia entendió de inmediato, la fama del rubio era grande, lo había hecho ganar un buen número de amigos, pero también una absurda cantidad de enemigos.

-No te preocupes por eso- Dijo la rubia mientras se levantaba de su escritorio, se acercó a la ventana y luego miró el exterior. Justo en ese momento, cierto rubio se encontraba saliendo del edificio en compañía de una bella bruja.

-Aether-san- En frente del edificio, una maid se encontraba esperándolo, en compañía de otra castaña y un hada, su sonrisa y sonrojo evidenciaban cuánto quería verlo y abrazarlo.

-Hola, ¿Ha pasado un tiempo? – Las saludó, con una alegre sonrisa. La maid no pudo más y se arrojó hacía el joven. Aether terminó siendo abrazado con fuerza, sin quejarse del dolor, puesto que el cariño que le demostraba la peliplata hacía que cualquier cosa valiera la pena.

-Estoy feliz de verlo... Que bueno que esta bien- Ella lo abrazó con más fuerza mientras una lágrima resbalaba de su mejilla.

-Estoy bien, no tienes porque llorar – Cuando se separaron, usó su pulgar para remover sus lágrimas, haciendo que la peliplata se sonroje más- Amber – Dijo mientras extendía su mano a la otra joven.

La castaña se veía muy tímida, desviando su rostro mientras jugaba con sus dedos, estaba muy sonrojada y, al igual que su amiga, muy feliz de ver al rubio.

-Eto... – Intentó eludir el tema Amber, sin embargo, su amiga logró posicionarse a su espalda mientras seguía distraída - ¿Eh?... ¿N-Noelle? – No le dio tiempo a sorprenderse cuando la peliplata comenzó a empujarla hasta llegar con el rubio- A-Aether... Yo... - Tampoco pudo terminar de hablar, ya que, en seguida, el rubio la recibió con un abrazo.

-Pensé que ya habíamos "hablado" sobre eso -Le susurró al oído. La castaña se sonrojó más mientras recordaba lo que sucedió el día anterior, o por lo menos antes de perder la consciencia.

-Oye, No te olvides de Paimon – Reclamó el hada mientras flotaba cerca de su compañero, quien seguía abrazando a la exploradora – Paimon también estaba preocupada por ti.

-Jejej, por supuesto, no te he olvidado Páim... - No alcanzó a terminar cuando una presencia oscura y eléctrica se posición detrás de él- L-Li... ¿Lisa? – Dijo mientras volteaba de manera robótica.

-Ara, ara. ¿puedes explicarme que está pasando aquí? – La bella bibliotecaria sonreía, una sonrisa que para nada reflejaba contento.

-Eto... Sólo estoy demostrándoles cuanto las aprecio jeje- Dijo casi despreocupado Aether mientras afianzaba su abrazo con la sonrojada castaña.

-Así que no lo niegas ¿eh? Cariño- Era increíble como la bruja podía sonreír así mientras emanaba algunas cargas eléctricas- Qué tal si vamos a tu casa para que me cuentes que tanto hicieron durante su misión ... Descuida, no voy a lastimarte – Dijo amable- "Mucho" -Pensó maliciosa.

-Lo siento, Lisa-sama- Noelle dijo, tomando el brazo del rubio para abrazarse a este – Pero Aether-san y nosotras tenemos una conexión especial- Otra situación increíble, era oír y ver a la peliplata muy segura de sí misma mientras desafiaba a la bruja- ¿No es así, Amber?

-¿Huh?... Ah... S-Si.... -Confirmó la castaña, un tanto cohibida, pero con una sonrisa.

-Ara. Con que es así- Lisa se mostró impactada, aunque, por la manera de actuar de las dos chicas en los últimos días, intuyó que algo había ocurrido con ellos, más bien, era algo que suponía iba a pasar tarde o temprano- Sin embargo... - Aun así, eso no impidió que se lanzara hacia el rubio, presionando sus pechos contra él para luego plantarle un beso.

-¿Eh? – Todas las chicas se sorprendieron y sonrojaron, puesto que aquel beso comenzó a subir de tono. Aether no se contuvo y correspondió al beso, dejando que la castaña lo explore para luego tomar el control.

-Puaff- Cuando se separaron, un hilo de saliva unía sus labios. La bruja relamió sus labios antes de ver a sus rivales- Lamento decírselos, dulzuras. Pero mi cariño y yo tenemos una conexión mucho más profunda que ustedes, así que ríndanse fufufu- Dijo con una sonrisa triunfante y algo burlona.

- ¡Oigan! - Soltó el hada, uniéndose a la contienda- Paimon es la primera compañera de Tabibito, así que dejen de acosarlo.

Entre todas comenzaron a tirar del rubio, Noelle y Amber se aferraban a los brazos impidiendo que Lisa lo besara de nuevo mientras tanto el hada comenzó a tirar de los mechones dorados.

-"Mmm... ¿Por qué se pelean así?" -Pensó el rubio, en medio de las chicas- "¿Qué hice yo para ganarme este trato?" – Pensó inocente, otra cosa que había recuperado además de su "pasado".

-Oh, ¿Qué esta pasando aquí?- Una voz saliendo del edificio dijo – Tienes a tres chicas y a un hada peleando por ti. Aether, que galán- Dijo bromista.

-Ah, hola, Kaeya-san- Saludo el rubio mientras las chicas se detenían- ¿Terminaste los deberes? – Preguntó curioso.

-Jajaja, para nada. Es más, por tu culpa tengo más trabajo que hacer jeje- Dijo un tanto despreocupado el peliazul- Por cierto, esto es para ti- Le entregó un sobre.

- ¿Para mí? – Dijo confundido el rubio antes de abrir el sobre y desdoblar el papel. Las chicas se acercaron y miraron curiosas, aunque no fue tan necesario, ya que Aether leyó en voz alta- Por medio de la presente le informamos que usted, caballero honorario Aether, será desalojado de su actual residencia... ¿Eh? – Expresó confundido.

-¿Eh? – Las chicas también se sorprendieron mientras el rubio continuaba leyendo y cierta rubia los observaba desde la ventada de la sede.

- "Descuida, Aether..."

-Por lo que a partir de mañana, será reubicado en la residencia oficial de la gran maestra – Terminó de leer antes de tragar duro.

-"Yo voy a cuidar muy bien de ti"- Pensó de lo más seria Jean, aunque, por su sonrojo, ocultaba otras intenciones.

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Hasta aquí el capítulo.

No me siento bien... Había dicho que actualizaría otra historia, pero  en vez de eso le dedique todo mi tiempo a esta. Como sea, era para completar lo que ya había escrito mientras terminó de escribir otra historia y pienso como redactar lo siguiente de esta historia, en fin.

Sobre mi estado, me he sentido peor, pero aun así me preocupa bastante. Más que nada, me preocupa que me digan que tengo algo lo suficientemente malo como para que me desmotive a seguir escribiendo. Pero no hay problema, tengo preparado una nueva sección, en donde resumo y le doy final a todas mis historias no terminadas. Espero que el día para publicarlo nunca llegue.

Gracias por leer.

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