Capítulo 4: Prudencia.

Aquí un nuevo capítulo.

Al final algunas aclaraciones a quien le interese.


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La imagen de Mondstadt se vio opacada por una gran cantidad de nubes grises. Ese día, el aguacero vino como si el cielo estuviera anunciando su caída. La gente corría apresurada, buscando refugio, ya sea en sus hogares o cualquier establecimiento que se los permitiera. En cuestión de segundos, las calles se vaciaron por completo.

-Hah... Hah... - Aun así, en medio del gris escenario, una rubia corría apresurada, sin importarle su vestimenta. Sus pasos estampaban los charcos formados en la gran plaza. Debido al frio, su aliento era perceptible, su rostro reflejaba mucha angustia mientras se acercaba a uno de los edificios más importantes de la ciudad.

- ¿Onee-chan? – Vio a su hermana entrar al lugar, con una expresión bastante agitada.

-¿D-Dón... Dónde están ellos? – Apenas entró, la rubia interrogó a su hermanita, las gotas que caían de su rostro no eran producto de la lluvia, sino de su preocupación.

-Tal vez deba calmarse, capitana- Aconsejó Kaeya. Él y varios más se habían reunido en la iglesia apenas se enteraron de lo sucedido.

-¿Qué sucedió? ¿Cómo se encuentran? – Interrogó algo desesperada Jean. La diaconisa se veía igual de angustiada, sin embargo, tenía que mantener la compostura para el bien de los feligreses.

-Les hemos dado primeros auxilios, también los atendí con mi Visión- Informó la idol- Noelle esta bien, su energía elemental se agoto por completo, pero se recuperara, aunque aun sigue inconsciente- Dijo para alivio de todos, sin embargo, esto cambió cuando la expresión de Barbara se tornó sombría- Pero Aether... - Dudo en decirlo.

-¿Q-Qué... Qué pasa con él? – Jean insistió, haciendo que la mirada su hermanita decayera.

Un banco adelante, una castaña se encontraba cabizbaja, sin su listón rojo mientras que otra castaña de vestimenta purpura estaba arrodillada frente a ella, sujetando sus manos, confortándola, aunque sus ojos rojos reflejaban mayor tristeza y angustia que cualquier mujer en el edificio.

-Amber

El cuerpo de la castaña templó apenas escuchó a la gran maestra acercarse.

-Por favor, dime... – La encaró, al único miembro ilesa- ¿Qué fue lo que paso?

Las manos de Amber comenzaron a temblar sobre los de Lisa. Apretó los labios, estos igual temblaron mientras reunía todo el valor para contar lo sucedido.

-N-No... Nosotros... Yo... Fue mi culpa...

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-¡Dije que estoy bien, maldita seas! – Fueron las duras palabras de la exploradora.

Tanto Noelle como Aether quedaron en shock, jamás imaginaron que la animada Amber pudiera explotar de esa manera.

-¡¿Hm?!- Tan pronto reaccionó, Amber tapó su boca, las expresiones de sus compañeros lo decían todo- "¿Qué fue lo que dije?"- En su mente, se oía bastante arrepentida- Lo... Lo siento... Yo no quería... Es sólo que... – Dijo mientras desviaba la mirada por ratos.

-Esta bien- Habló el rubio- Supongo que fui... Muy insistente.. Disculpa... Ya no lo volveré a hacerlo-Sintiéndose un poco mal, tomó el frente, quedando a un metro de la entrada del dominio- Entremos entonces... Creo que no hace falta decírselos, pero debemos tener mucho cuidado... Este es un Dominio recién descubierto- Dijo sin voltear a verlas, en su rostro una sonrisa, aunque sus ojos reflejaban algo de tristeza.

-Mmh- Amber se dio cuenta, no pudo evitar sentirse aun peor, a pesar de todo, ella era la más sorprendida con su reacción. Al recordar la otra noche, sus sentimientos salieron de golpe. Sentía que no era justo desquitarse con su compañero de esa manera, pero era algo que no pudo controlar.

-Aether-san – Como buena maid y compañera, Noelle tomó lugar a un lado del rubio- Me encargaré de cubrirlo. Por favor, no se aleje- Tenía un porte decidido, aunque un poco preocupada, ya que sabía que la reacción de su amiga lo afectó de alguna manera.

-Gracias, Noelle- Él simplemente le sonrió, provocando que la mirada de la exploradora vuelva ensombrecerse.

-¡Esperen!- Gritó justo cuando el rubio comenzó a abrir las puertas. A diferencia de otros dominios, una oscura neblina surgió del lugar, era imposible asechar y ver lo que había en el interior, aun así, la sensación de peligro que daba no era diferente a la de otros calabozos – Yo tomaré el frente – Se puso a un lado de ellos, como si de un competencia se tratase.

-¿Eh? – Fue la reacción del rubio- No... No creo que sea buena idea- Intentó convencerla.

-Tiene razón, Amber- Dijo Noelle- Puede ser peligroso. Debemos permanecer...

-¡Dije que iré!- Volvió a sorprender a sus compañeros con ese tono agresivo- Soy la mejor exploradora de Mondstadt, así que es normal que vaya al frente – Miró a sus compañeros de reojo, ellos se sorprendieron, puesto que su ceño estaba demasiado fruncido- Ustedes pueden permanecer juntos si quieren – Las puertas se abrieron por fin - No me importa- Sus últimas palabras se perdieron entre los chirridos y el sonido del vacío.

-Esta bien- Confirmó Aether mientras la castaña se adelantaba adentro- Sólo recuerda – Dijo, haciendo que su compañera se detenga- Si hay algo con lo que no puedas lidiar, retrocede, nosotros te ayudaremos... Somos un equipo después de todo – Agregó con un tono amable.

La castaña volteó brevemente, viendo la sonrisa que le dedicaba el rubio, se conmovió, aunque luego volvió a fruncir el ceño debido a los recuerdos de la noche anterior.

-Ya sé... No me lo tienes que decir- Y con esa actitud tan severa se adentró al oscuro pasaje, perdiéndose un poco de la vista de sus compañeros.

-Amber... Se ha estado comportando extraña desde esta mañana - Conforme la veía, la preocupación en la maid seguía creciendo -¿Qué es lo que le habrá sucedido?

- Creo que... - Respondió el joven- ... Fue mi culpa- Agregó bajo, no queriendo que la maid lo escuche – Lo mejor será que la acompañes.

-¿Eh... ¿Esta seguro? – La maid interrogó un tanto dudosa.

-Ve con ella – Insistió- Yo tomaré bien en la retaguardia, tu y Amber vayan al frente, estarán bien siempre que estén juntas- Le sonrió, dándole la confianza necesaria.

- De acuerdo – Noelle no lo pensó más y entró al lugar – Si sucede algo avísenos Yo.. Nosotras volveremos para ayudarlo- Fue lo último que dijo antes de adelantarse.

-Sateto- Estando sólo, Aether se tomó su tiempo estirar sus brazos, preparándose para ingresar. Dio el primer paso- ¿Hm? – Una pequeña descarga oscura llegó a su pie y regresó al suelo, arrastrándose dentro de la neblina como si de una serpiente se tratase- ¿Qué fue eso? – Ni él ni sus compañeras sabían qué era lo que les aguardaba. Las puertas se cerraron una vez que las tres almas se perdieron en la neblina.

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Los pasajes eran antiguos y oscuros, más lo último, por lo tétrico de los alrededores y el camino, que más bien parecía un puente. Con cada paso, la temperatura bajaba un poco, se podía oír al viento susurrar entre las grietas y estructuras derruidas, algo típico de los dominos, pero si no se tenía el cuidado necesario, podría ser fatal hasta para el más experimentado de los aventureros.

-¡Amber! ¡Espera! – Ella al fin logró alcanzar a su amiga, por lo que se tomó un momento para recuperar el aliento.

-¿Noelle? – La vio recuperarse, estaba un poco sorprendida de que la haya alcanzado - ¿Qué... ¿Qué haces aquí?... Dije que iré al frente sola- Conforme hablaba, su actitud se volvía más distante y gruñona.

-Amber... Yo... – No sabía por dónde comenzar- ¿Pasa algo malo?... ¿Por qué te comportas así?- Preguntó, tocando un punto sensible en la castaña.

-¿Pasarme algo malo?... ¿Por qué me comporto así? – Amber lucía extrañada, aunque, por la manera la que apretaba sus puños, sabía perfectamente lo que le sucedía. Ella agachó la mirada para luego ensombrecerla - ¿Lo sabias...? – Dijo, casi en un susurró.

-¿Eh? – Aun así, la maid fue capaz de escucharla -¿A qué te refie...

-¡No me vengas con eso, Noelle! –Gritó, dejando a su amiga perpleja- Lo sabías... Sabias que a mi... – Sin duda, recordar la sonrisa de Aether era algo que le dolía, puesto que esa sonrisa ya no sería para ella- Sabías sobre mis sentimientos por Aether... Y aun así... Aun así tú... – Apretó sus puños y dientes, confrontar a una de sus mejores amiga era la segunda cosa que más le dolía – Cómo pudieron... Ocultarse y hacer "eso"... – Dijo mientras soltaba un par de lágrimas.

-Amber... – Noella la vio triste, quiso reconfortarla, explicarle cómo ocurrieron las cosas, pero luego cayó en cuenta de esa última frase- E-Espera... Nos... ¿Nos viste?... ¡EEhhh! – Sus palabras eran temblorosas y su rostro comenzó a teñirse de un rojo intenso.

Dentro de la oscuridad, una presencia se movía en silencio, observando, analizando. Las inocentes señoritas no parecían darse cuenta de las luces rojas prendiéndose y apagándose en distintos lugares.

-Cómo podría no verlos – Soltó Amber, sintiéndose dolida. Las lágrimas seguían saliendo, por lo que se propuso a remover cada una- Te consideraba mi amiga... Y sin embargo tú... Ustedes dos... ¿Uh? – De pronto, cierto sonido llegó a sus oídos - ¡Cuidado! – Gritó. Noelle abrió los ojos por completo al momento de darse la vuelta.

-¿Eh? – Ella logró activar su escudo a tiempo, sin embargo, eso no evitó que la enorme hacha lograra incrustarse. De un lustre negro, tamaño considerable y una cadena decorando la punta de la empuñadura, con su filo a unos centímetros del rostro de la maid– "¿C-Cómo es posible?"

- ¡A un lado, Noelle! – Amber no lo pensó dos veces y preparó su flecha imbuida en energía pyro.

-¡Hai! –Asintió la maid antes de de hacerle caso a su amiga. El hacha cayó tan pronto desactivó su escudo.

La flecha salió disparada hacia la niebla y, por el sonido que hizo, había conseguido dar en el blanco.

-¿Lo habré conseguido?– Se preguntó a si misma. Preparó otra flecha mientras la maid retrocedía a su lado. La cadena negra comenzó a tensarse y luego el hacha fue atraída dentro de la neblina.

-¡¿Hm?!- Ambas se exaltaron. Los pasos eran lentos y algo pesados. El hecho de que aquello que lo provocaba permaneciera oculto lo hacía todavía más aterrador.

-¿Qué...?

-¿Qué es esa cosa?

En todas sus aventuras, habían enfrentado a una gran variedad de enemigos, algunos pequeños, otros salvajes y uno que otro de apariencia extraña, pero lo que surgió frente a ellas no era nada que hubieran visto antes.

-Mi... ¿Mitachurl?

-¡RAAAW!- Rugió, revelándose al fin. Era raro ver a aquella criatura empuñando semejante hacha, esta última conectada con una cadena que tenía origen en uno de sus grilletes, y lo que era más raro aun era verlo cubierto con varias manchas negras, que si uno se fijaba bien podía ver el cielo estrellado.

-Aquí viene– Noelle advirtió al momento que la criatura se disparó contra ellas. Se hizo a un lado, pero aquel monstruo se giró y arremetió con su hacha- ¿Uh? – Tanto ella como la exploradora volvieron a quedar en shock.

-"Imposible... Esa cosa puede atravesar el escudo de Noelle" – Amber simplemente no lo podía creer. Disparó varias flechas, haciendo que la criatura se aleje de su amiga. Disparó varias más, pero fueron bloqueadas por uno de los grilletes- ¡Toma esto!- Soltó mientras descargaba su última habilidad.

La criatura tomó su cadena e hizo girar el hacha sobre su cuerpo, no sólo era muy fuerte, sino que también tenía buenos reflejos y las llamas que la habían alcanzado parecían ser absorbidas por las manchas negras dispersas en su anatomía.

-¡Amber, deja que me encargue! – La maid dijo antes de imbuir su arma con energía Geo. Después, aprovechó que la criatura seguía recibiendo la lluvia de fuego.

-¡Roaghw!- Aulló cuando el filo brillante se incrustó en un costado de su cuerpo, sin embargo, sorprendió a la maid al tomar el filo como si no fuera nada.

-¡Resiste, Noelle! – Viendo que su amiga estaba en peligro, corrió hacia la criatura, esta agitó su hacha, pero la castaña logró esquivarla con un saltó. En el aíre, dejó caer uno de sus característicos peluches – "Perdóname, amiguito"- Se disculpó mientras soltaba la cuerda. La flecha empujó al peluche, clavándolo en la cabeza de la criatura. Por último, una pequeña, pero potente explosión lo hizo rugir de dolor,

-Gughraaw- Cayó de rodillas más no cedió.

-No puede ser... – Ellas se sorprendieron.

-¡RAAAAW!- Después, un potente rugido. La presión de poder en la criatura era abrumadora e hizo que las dos chicas se cubrieran con sus brazos.

-Hah... Hah... – Ellas respiraban agitadas. Aunque fuera una variante desconocida, no podían creer que un Mitachurl haya resistido sus mejores ataques, pero lo que más las sorprendió fue el hecho que las manchas negras comenzaran a extenderse en todo su cuerpo.

-"Es... Demasiado fuerte..." – Pensó Noelle, viendo como el enemigo aumentaba su poder, después, se fijó en el estado de su amiga- "No podremos con esa cosa... Tenemos que..."- Entró en pánico justo cuando la cabeza del monstruo estaba apunto de ser cubierta con las manchas.

-¡Roaaaw!- Detrás de ellas, una ráfaga de viento surgió de la neblina.

-¡Aether! – Lo vieron dispararse. Su espada terminó clavándose entre los ojos del monstruo, justo antes de que las manchas terminaran de extenderse. Una vez que retiró su arma, el Mitachurl comenzó a ceder, el hacha quedo incrustada mientras que el cuerpo se desvanecía en el aire.

- ¿Están... bien?- Preguntó mientras hacía desaparecer su espada, lucía un poco agotado.

-Estamos... Estamos bien- Respondió Amber, aun recuperándose- Llegaste a tiempo... Gracias – Sonrió. El hecho de tener al rubio estuviera cerca era un gran alivio para las dos chicas.

-Fuuh... Esto ha sido casi tan difícil como aquella vez que evite que Paimón se comiera mi almuerzo- Suspiró mientras secaba el sudor de su frente.

-Esa cosa... No era como los Mitachurls que hemos enfrentado antes- Noelle se puso a indagar mientras observaba el hacha enemiga.

-Es verdad – Amber dijo- Emanaba una energía muy extraña, no parecía ser de ningún elemento, además de que pudo atravesar tu escudo- Recordó la preocupación y el miedo genuino que sintió por su amiga.

-Mmm... Una nuevo tipo de energía, pero no elemental, eso explica porque no pude sentirla antes- Aether se puso recordar su primer encuentro con ese tipo de criatura- Arg... – Luego, sujetó su hombro, con una expresión muy adolorida.

-Aether... Estas herido...  – Amber se dio cuenta de la sangre que bajaba del brazo del rubio.

-Oh, ¿Esto?... Descuida- Él simplemente siguió haciendo presión en su hombro izquierdo, cuya protección había sido dañada – Me confié... No pensé que dos de esas cosas pudieran darme tantos problemas- La maid se acercó para atenderlo, siendo la más preocupada por su estado.

-Por favor, acérquese a mí- Lo atrajó y luego activó su escudo- Lo curare en seguida.

-Te lo encargo- Dejó que la maid lo abrazara, de esa manera pudo sentirla temblar, sintió toda la preocupación y el miedo que había acumulado- Estaré bien, Noelle. No tienes que ponerte así- Con una mano tomó su cintura y con la otra sostuvo su nuca, dejando que la cabeza de la maid posara en su pecho. Ella se sonrojó y su cuerpo dejo de temblar al sentir su calor y escuchar sus latidos.

Amber los observó en silencio, aunque esta vez sus pensamientos no estaban llenos de celos y envidia.

-"Todo... Todo esto es mi culpa... Si no me hubiera separado del grupo... Aether no estaría herido... "-Agachó la mirada, con un deje de culpa- "Soy una tonta... Jamás debí... ¿Eh?"- Paró de pensar tan pronto su muñeca fue tomada.

-¿Qué estas haciendo? Acércate- Aether la jaló sin dudarlo y, entre los tres, compartieron un cálido abrazo mientras dejaban que el escudo curara sus heridas y cualquier rastro de fatiga.

-Aether... Yo... Lo siento... Nada de esto hubiera pasado si yo no... – Ella seguía culpándose, por lo que Aether tuvo que sellar sus labios.

-Deja de seguir lastimándote- Presionó ligeramente con su índice. Las expresiones y acciones de Amber le permitieron intuir lo que pensaba, podía agradecérselo a la marca invisible en su frente o al tiempo que habían convivido juntos. Sea como sea, no permitiría que ella se sintiera de esa manera. Apreciaba a Amber, la quería a su lado, verla en ese estado de pena y remordimiento era algo que le dolía- Ahora no es momento de lamentos, debemos permanecer juntos y salir de aquí- Dijo al momento que el escudo se deshizo. Retiró su índice sin más – ¿De acuerdo?

- Hum- Amber apenas asintió, con sus ojos cristalinos y un pequeño rubor en sus mejillas. De alguna manera, escuchar esas palabras hizo que su culpa disminuyera.

-Ahora veamos- Con la neblina dominando el lugar y aquellas criaturas merodeando, decidió que lo mejor sería regresar sobre sus pasos- Gracias por curarnos, Noelle. Ahora debe... Ukg- Quiso retroceder, pero el dolor volvió a su hombro, la sangre no dejaba de fluir.

-¡Aether-san!- La peliplata se agachó para ayudarlo mientras que la culpa volvía al rostro de Amber- La herida no cerró... Cómo es posible... – Dijo, viendo la sangre de Aether en sus manos.

-Tal parece que... esas armas no sólo pueden penetrar cualquier defensa elemental... Sino también negar las habilidades- Su fatiga se había ido, pero el dolor en su hombro lo hizo arrodillarse- "¿Qué diablos son esas cosas... No... ¿Qué diablos es este lugar?"- La neblina ocultaba muy bien el olor a muerte y las amenazas que asechaban en cada rincón del dominio- ¡¿Hm?!

De pronto, varios rugidos los hicieron estremecerse. No hacía falta ver a través de la neblina para darse cuenta que su camino de vuelta estaba siendo bloqueado.

-No hay de otra – Hizo un esfuerzo para ponerse de pie- Hay que completar el domino... Sólo así podremos salir- Dijo con algo seguridad en su voz.

-Hai- Las chicas asintieron. Noelle ayudó a Aether para poder seguir adelante mientras que Amber los cubrió con su arco.

Varios ojos rojos brillaron dentro de la neblina detrás de ellos. No habían muchas opciones, seguir adelante o enfrentar a quién sabe cuántas de esas variantes.

Corrieron, subieron varios escalones y al final llegaron a la gran sala. Aether y las chicas ingresaron al gran circulo sin pensarlo y, al momento en que el rubio puso un pie dentro, una especie descarga oscura se expandió por todo el suelo, formando una especie de sello místico.

-Esto es... Diferente- Tanto Aether como las chicas estaban sorprendidos. No sólo eran los alrededores, el árbol, ya sea dorado o platinado, era reemplazado por uno negro con hojas purpura, además de que la gran "llave" tenía una forma extraña, como el de una daga curva, el color hacía juego con el árbol y los alrededores.

-Este dominio... – Noelle lo observó también, estaba un poco perturbada, debido al clima sombrío y espeluznante.

-¡Se están acercando!- Avisó Amber. Varias criaturas se encontraban subiendo las escaleras, empuñando hachas, agitando sus caderas, era como si un ejercito viniera a reclamar sus vidas.

-¡RAAAAW!- Se lanzaron. Los chicos alarmaron y luego se vieron sorprendidos, ya que la neblina de hace un rato actuaba como especie de barrera, impidiendo que los Mitachurls ingresaran a la sala.

-Jamás me alegre tanto de que esta neblina siguiera aquí- Comentó Amber. Mientras retrocedía hacia sus compañeros, no dejaba de vigilar a las criaturas, estas golpeaban, rasguñaban y atacaban con sus hachas, pero no conseguían que la barrera cediera ni un poco - ¿Qué hacemos ahora? – Le preguntó a Aether.

Mientras la maid vendaba su hombro, el chico pensó que sería una locura intentar completar el dominio ahora, sobre todo en su estado.

-Sonara mal, pero hay que esperar aquí- Sugirió.

-¿Eh? ¿No íbamos a completar el dominio? – Preguntó Amber.

-En mi estado será difícil ayudarlas... No quiero ser una carga, mucho menos ponerlas en riesgo, tratando de protegerme- Dijo, un tanto adolorido – Además de que... No sabemos si el desafío será igual o peor que esas cosas- Miró hacia la barrera, preguntándose si esta seguiría presente.

-Tiene razón. Lo mejor será esperar aquí a que alguien venga a ayudarnos- Noelle apoyó la idea. Ella era la más preocupada, sobre todo porque las heridas del rubio no dejaban de sangrar. Lo vendó con varias capas y aun así la venda no tardó en teñirse de rojo.

-Lo siento- Se disculpó mientras aun podía. Las chicas lo miraron consternadas- Jamás pensé que algo así pudiera pasar... Es mi culpa- Dijo antes de que la maid tomara su mano- ¿Noelle?

-No se culpe, por favor... No nos obligó, nosotras estamos aquí porque así lo quisimos- Lo abrazó y le hizo entender que estaban ahí para él – Jamás te culparíamos de esto.

Por tercera ocasión, Amber sólo pudo observarlos en silencio. Era como si el universo se hubiera ensañado con ella, pero lo aceptaría, después de todo, se trataba de su mejor amiga y, tristemente, de la persona que amaba.

-Amber- Él le extendió la mano- Ven, acércate – No quería hacerla sentir excluida, por lo que le ofreció un lugar entre él y Noelle.

La chica se acercó indecisa, extendió su mano con algo de duda, ya estaba apunto de alcanzar la del muchacho cuando, de repente, la enorme llave empezó a agrietarse.

-Pero qué... – Se separaron casi de inmediato. Grietas negras se extendían en toda la llave, esta terminó por romperse. Los fragmentos se volvieron líquido apenas tocaron el suelo, una mancha negra se extendió en toda la zona antes de comenzar a levantarse ,como si algo estuviera emergiendo-No me jodas...

Los jovénes miraron con sorpresa como tres enormes criaturas terminaban de surgir.

-¿L-Lawachurls? – Eso era lo que creían las chicas, sin embargo, aparte de tener otros rasgos, mostraban las mismas manchas negras que las primeras criaturas.

El primero tenía alas de murciélago, el segundo tenía un cristal negro que simulaba un cuerno y el tercero era, de lejos, el que lucía más amenazante.

-¡RAAAAW!- Rugió antes extender sus cuatro brazos mientras empuñaba un hacha en cada mano.

-¡Prepárense! – El chico gritó antes de ponerse pie y empuñar su espada, no había manera de salir de esto, no a menos que pelearan.

El alado fue el primero en atacar, tomó altura y luego se arrojó contra los jóvenes, estos se separaron para esquivarlo. Aether con Noelle en un lado mientras que Amber se quedo sola.

-¡Amber! – Aether quiso ayudarla pero el alado los mantenía separados con sus constantes aleteos.

-A... ¡Aléjate! – Gritó la castaña mientras disparaba sus flechas. El monstruo con cuerno siguió acercándosele, ignorando las flechas que se incrustaba en su cuerpo. Como la primera criatura, las llamas eran absorbidas por las manchas negras.

-"Esto es malo" – Aether no pudo evitar entrar en pánico. Retrocedió junto con la maid, ella preparó para recibir el ataque del armado.

-¡RAAAW!

-¡Noelle! – Gritó, viendo como el escudo de su compañera se volvía trizas. Tal como había supuesto, esos monstruos tenían la capacidad de negar cualquier habilidad elemental.

-¡Ghy!- La expresión de Noelle era de puro dolor, si no hubiera levantado su arma a tiempo, lo más seguro es que su cuerpo hubiera sido partido en dos.

Aether no lo pensó dos veces y se preparó para ayudar a su compañera. La energía Geo se reunió en su puño, golpeó el suelo y una gran cantidad de roca hizo retroceder al armado.

-Ukg- Desafortunadamente, eso le paso factura a su hombro. No sólo sus heridas abiertas, era como si la cabeza le estuviera ardiendo, haciéndolo sentir débil. Un inmenso dolor le hizo sostenerla y caer de rodillas.

-¡Aether!... ¡Kyah!- Debido a su descuido, la maid fue golpeada, nuevamente su arma la había salvado, pero su cuerpo terminó arrastrándose.

-N-Noelle– Mientras se recuperaba, al rubio le tocó ver como sus compañeras eran derribadas una o una.

-¡A-Aether!- Era una escena realmente aterradora, donde Amber, la intrépida exploradora, gritaba desesperada mientras era levantada de sus brazos por aquella criatura. Su rostro a centímetros del cuerno negro, este empezó a acumular una gran cantidad de energía oscura que hizo torcer su expresión en pánico- P-Por favor... No... A-Aether... Ayúdame

-Grrr... ¡Raaaw!- Rugió, sobreponiéndose al dolor mientras cambiaba su estado elemental. Descargas eléctricas emanaron de su cuerpo, eso le dio la fuerza necesaria para salir disparado- ¡Apártate! – Nuevamente, la criatura alada le cortó el paso, lanzó sus espadas imbuidas en rayos, pero estas fueron negadas por completo- ¡Ughk! – Un segundo aletazo lo golpeó brutalmente, su cuerpo se arrastró  y todo rastro de energía elemental se apagó en su sistema.

-A-Ae... ther... –La maid a duras penas podía permanecer consciente, y aun así se las arregló para arrastrarse, extender su mano y tocar la mejilla del rubio- E-Estoy feliz... Estoy feliz de haberte conocido... – Una lágrima y una pequeña sonrisa hicieron al rubio apretar los dientes, esa era la expresión de alguien que se había resignado.

-No... No pongas esa cara... Noelle... Por favor... – La vio cerrar los ojos. La pobre había sucumbido al dolor– Por favor... No te... rind... - Poco a poco sus fuerzas lo fueron abandonando, sus ojos comenzaron a perder brillo y a cerrarse, cuando lo hicieron al fin, varias marcas negras aparecieron en su rostro- ¿Haberme conocido? – Dijo con un tono extraño – Ni una mierda – Soltó mientras sujetaba la mano que la maid tenía en su mejilla.

Los monstruos se exaltaron antes de detener sus aciones- ¿Gruahw? – El cuerno negro dejó de reunir energía, soltó a la muchacha y de inmediato volteó junto con los otros.

-A... ¿Aether...? – Amber dijo, desvaneciéndose al momento que la energía se volvió más abrumadora.

Varios estacas de cristal negro surgieron a su alrededor, el aire que lo rodeaba parecía convertirse en humo y los rayos que emanaba su cuerpo se habían teñido como la misma noche. Aether protegía y cargaba a la maid como a una princesa... Su princesa, su mujer, su amor.

-Aun no me has conocido- La miró con ternura. Cerró los ojos y cuando los abrió dos halos negros habían reemplazado sus iris. El tatuaje en su frente asemejaba dos cuernos cuyo centro era adornado por una figura con forma de diamante. Por último, las orillas de sus ojos fueron delineadas por un patrón negro.


– Hace tiempo que no sentía este tipo de energía, así que... Ustedes deben ser sus "juguetes" más recientes ¿eh?

-¡UGHW!- Los monstruos chillaron y retrocedieron un par de pasos, era como si aquel rubio fuera lo más aterrador que hubieran visto jamás, porque así era. El aura y su mirada lo hacían lucir como la misma encarnación de la oscuridad.

La niebla que los rodeaba comenzó a abrirse, permitiendo a los demás criaturas ingresar al circulo del dominio. Tan pronto rodearon al rubio, la barrera volvió a cerrarse y a teñirse como si se tratara del firmamento.

-Creo que no están entiendo algo – Particulas oscuras comenzaron a reunirse. En poco tiempo un par de dagas se materializaron frente al rubio. Ambas de filo curvo y empuñadora ornamental: el filo oscuro tenía una calavera sosteniendo una joya roja mientras que el filo carmesí asemejaba la cabeza de un dragón.



- No estoy encerado con ustedes... ¡Ustedes están encerrados conmigo! – Declaró justo cuando los monstruos se le abalanzaron, desatándose el verdadero terror.

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-Después de quedar atrapados... No puedo recordar lo que paso – Amber dijo con una expresión realmente decaída- Cuando desperté... Me encontraba en medio del bosque... Me asuste al darme cuenta que estaba sola, pero... No tarde en encontrar a Noelle. Ella estaba inconsciente... Me sentí aliviada... Estaba conmigo, estaba bien- Todos prestaban suma atención, algunos preocupados otros pensativos, en el primer caso estaban todas las chicas, principalmente la bruja y la gran maestra y en el segundo caso se hallaban el capitán de caballería y el héroe oscuro. Aunque después, todos se preocuparon al ver al a castaña derramar sus lagrimas- Pero... Pero Aether... Él estaba... No dejaba de sangrar... Yo... No supe que hacer... Yo... – Paró de hablar justo cuando la bruja la rodeó con sus brazos.

-Tranquila, Amber-chan. No tienes porque forzarte- Le dijo, reconfortándola con un abrazo. Ella lucía demasiado tranquila y amorosa, a pesar de que por dentro tenía la misma necesidad de llorar por su amado.

-Unos comerciantes con los que frecuento los encontraron en medio del camino. Las dos chicas estaban agotadas, pero el viajero no tuvo tanta suerte, tuvimos que darle primeros auxilios antes de traerlo aquí- Informó Diluc.

-Y por eso te lo agradecemos. Eres tan confiable como siempre Diluc-san- Dijo de manera respetuosa el peliazul, provocando que el pelirrojo cruzara sus brazos.

-Hmp... No me lo tienen que agradecer. Además esto no hubiera pasado si hubieran hecho bien su trabajo como caballeros – Recriminó como siempre, aunque en el fondo estaba más preocupado por los jóvenes.

- Barbara ¿Cómo se encuentran ahora? – Preguntó por segunda vez la gran maestra. Su hermanita puso expresión muy seria.

-Como dije, Noelle se encuentra bien, sólo esta agotada. Pero Aether...

-¿Qué sucede? ¡Dilo, por favor! – Era raro ver a la gran maestra desesperada, pero casi nadie notó eso, ya que estaban más pendientes a las palabras de la idol.

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El lugar era basto y oscuro, como si se tratara del espacio sideral, aunque este no contaba con ninguna estrella o rastro de luz, sólo la oscuridad infinita. Y en medio de esa nada, un joven de cabello rubio se encontraba dormitando, flotando hacia cualquier lugar y ninguno.

-Hmm... – Comenzó a despertar apenas un rastro de luz tocó su rostro.

-Te ves mal, hasta casi me haces sentir lastima de ti, mocoso – Una voz arrogante dijo.

-¿Qué... Qué esta... ¿Dónde... ¿Qué es este lugar?- Preguntó confundido mientras seguía flotando y una figura humana se presentaba frente a él.

-Es lo primero que preguntas al despertar. ¿En dónde están tus putos modales, eh?... Otoh... Lo olvide... Mejor dicho, lo olvidamos jeje- Río divertido, desde lo que parecía ser un trono, por su voz se trataba de un joven, cabello largo, complexión delgada y notable musculatura. Él jugaba con lo que parecía ser un cubo mientras que el rubio seguía sin entender que es lo qué estaba ocurriendo.







-Mmm... Mi cabeza... Siento que... Es como si me fuera a explorar... ¿Qué es lo que esta pasándome?- Se podía ver el dolor en su expresión. El misterioso flotó frente a él, la oscuridad no le permitía ver su rostro, pero si su arrogante sonrisa.

- Nada malo. Simplemente estas recordando algunas cosas, es todo- Le confirmó.

-¿Recordando? – Expresó confundido.

-Ahora es muy pronto, pero no te preocupes – Arrojó cierto objeto. El rubio recibió el cubo en sus manos, sin saber qué es lo que el extraño pretendía- Por lo mientras confórmate con este pequeño fragmento, y una vez que lo hayas asimilado, sabrás a qué me refiero.

-¿Eh?- Miró el cubo mientras el extraño se giraba junto con su trono, alejándose y dejándolo todavía más confundido.

-Hasta entonces, continua viviendo como siempre. Vete de aventuras, convive con tus compañeros y amigos, sólo sé tu mismo- Se detuvo y luego miró de reojo al rubio- Pero, cuando estés con alguna mujer, sólo hazme un favor – Regresó y luego encaró al rubio. Aether sólo pudo exaltarse al verse reflejado en los ojos ámbar del extraño- No falles- Le dijo antes de volverse a girar.

-E-Espera... ¿A qué te refieres? – Y de nuevo, el rubio quedó más confundido que antes, observando al extraño desaparecer en la oscuridad- ¿Y este cubo? – Miró el objeto, sin saber que hacer con este. Lo tanteó y luego lo agitó cuando de pronto una de las caras comenzó a brillar.

-Atención, para abrir el codex resuelva el siguiente acertijo- Una voz parecida a la del extraño dijo.

-¿Acertijo? Acaso... ¿Se trata de una contraseña? – Intuyó- No estoy preparado... ¿Qué pasara si me equivoco? – Se preocupó un poco.

-Pregunta: ¿Cuánto es...? – El rubio se preparó mentalmente, tragó duro mientras una gota de sudor frio bajaba por su sien- ¿Cuánto es cinco por cinco?

-¿Eh? ¿En serio? – Sus preocupación se fue al garete, aunque no por eso dejó de verse inquieto.

-¿Cuánto es cinco por cinco? – Repitió. El rubio dudó un poco, aunque después, acercó el cubo a su rostro para responder.

-Emmm... ¿Veinticinco?

-¡Por el culo te la hinco! ¡Jajaja! - El cubo río antes de abrir una de sus caras, un resplandor cegó al rubio justo cuando cayó en cuenta de esa broma.

-Hijo de... – Ya estaba a punto arrojar el cubo cuando la luz tragó por completo su existencia.

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Después de trece días, las nubes grises despejaron el cielo de Mondstadt, y con ello, las primeras señales de recuperación del rubio se hicieron presentes.

-Tabibitooo- Gritó de alegría, flotando para llegar a su compañero.

-¿Eh? – El gritó llamó la atención de todos los que se encontraban en la iglesia en ese momento.

Aether se sentó en la cama, su cabello había crecido considerablemente, algunos mechones ocultaban su rostro, debía agradecérselo a ciertas chicas ya que, aparte de velar por su salud, se habían encargado de cuidárselo. Tenía vendas en ambos brazos, en el cuello y en su frente. Levantó la mirada, sus ojos estaban apagados mientras el hada se aceraba a su lado.

Levantó su mano hacia su compañera. Paimón se extrañó, aunque dejo que el rubio la alcanzara al creer que iba a abrazarla.

-¡Aether! –El grupo conformado por Lisa, Jean, Noelle, Barbara, Kaeya y Diluc llegaron a la enfermería, sus expresiones eran de pura felicidad, aunque después se congelaron al momento de presenciar la escena.

-L-Lo... sien... to... P-Paimón... No volverá a... comer... mucho... -El rubio con su mano derecha apretaba el cuello de su primera compañera de viaje.

Kaeya reaccionó rápidamente, golpeando al rubio detrás en su cabeza para hacer que suelte a la pequeña. Confusión y miedo fueron las emociones que invadieron al hada.

-Umh... – El golpe parecía haberlo despertado, sus ojos recuperaron brillo. Miró al grupo que iba entrando. Un sentimiento extraño invadió su sistema. Trataba de recordar lo sucedido, pero nada, de hecho... - ¿Dón... Dónde estoy?

El grupo se sorprendió por su tono y expresión, bastante apagado y confundido, intuyeron que por eso había estrangulado a su pequeña amiga.

-Estas... en la enfermería de la iglesia - La bruja parecía que iba a romper en llanto- Cariño- Y lo hizo, no lo pensó dos veces y se arrojó para abrazar al rubio. Aether lucía algo confundido mientras la castaña derramaba sus lagrimas en su pecho- Estaba asustada... Me alegra que estés bien- Lo apretó con fuerza, temiendo que pudiera irse de su lado otra vez.

-Aether-san... – Otra chica llegó a su lado, tomó una de sus manos vendadas e ignoró por completo al grupo y lo que le hacía la bruja- Estaba muy preocupada... Que bueno que al fin despierta- Frotó la mano del rubio contra su mejilla. Ella también derramó algunas lágrimas, viendo que Aether estaba bien ahora.

Mientras la bruja y la maid demostraban su afecto, los puños de la gran maestra se apretaban con suficiencia. Era raro ver a la rubia mayor perder la calma, y lo que fue más extraño fue verla poner una expresión confusa al momento que el rubio la miró fijamente.

-¿Aether?- Se extrañó puesto que la mirada del rubio era indescifrable, era como si no la estuviera viendo a ella.

-Eto... – El joven pronunció mientras las dos chicas se apartaban un poco - ¿Quiénes son ustedes? - Ladeó la cabeza, conmocionando a todo el mundo.

-¿Eh? – Sin excepción, mantuvieron la boca medio abierta mientras que Diluc se acercó a su "mejor amigo" para luego darle un zape.

-Tarado, mira lo que hiciste.



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Hasta aquí el capítulo.


Bueno... Decidí actualizar esta historia un poco pronto por dos razones, la primera es que ya había escrito una parte de este capítulo y la segunda, es que he estado jugando y conociendo un poco más sobre los personajes de Genshin, esto como para distraerme del dolor, que la verdad, no se lo deseo ni a mi peor enemigo.

Un consejo, cuando sientan que algo va mal en su cuerpo, no esperen a sufrir para ir al medico.


Gracias por leer. 

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