Capítulo 3: Aterradora Sirvienta.

Aquí un nuevo capitulo.

Al final, algunas aclaraciones a quien le interese.

Advertencia: Algunas faltas de ortografía, contenido explicito y algunas imágenes "perturbadoras".

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Han pasado un tiempo desde que el viajero y la bibliotecaria tuvieron su primera vez juntos. Desde eso, sus días han sido de lo más tranquilos... Bueno, a ojos de compañeros y amigos. Después de ese incidente, Aether pasaba su tiempo, ya sea antes de las misiones o después de estas, en compañía de la bruja más sensual de todo Mondstadt.

Hacían el amor donde sea que pudiesen, ya sea en la biblioteca, en los pasillos de la cede de favonios o en la planta alta de la taberna, ninguno de los dos parecía querer controlarse. Ambos eran jóvenes, uno más que la otra, pero eso no importaba, eran amantes, y como tal era obvio que buscaran la compañía del otro. Lisa sólo podía agradecer que Aether la haya aceptado, y que este se lo demostrara infinidad de veces.

Para Aether, el sexo se sentía muy bien, era una experiencia nueva, no podía parar de disfrutar la sensación y el cuerpo de su bella amante, pero lo que más disfrutaba era escuchar su voz, hacerla gemir y en ocasiones llorar de alegría, declarando su amor antes de dejarla inconsciente.

Cabe destacar que Aether nunca volvió a comportarse de forma extraña, de hecho, era como si se le hubiera olvidado todo lo que desencadenó su situación actual. Su actitud seguía siendo la de un niño bueno, aunque si tuviéramos que mencionar algún cambio, diríamos que había madurado un poco, se había vuelto más asertivo, un poco cruel y algo juguetón, en resumen, un sádico en potencia. Pues claro, ningún hombre sería capaz de hacerlo con una mujer tan bella como lo era Lisa sino cambiaba su mentalidad o utilizaba una corona para mejorar su talento en la cama.

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Frente a la cede de Favonios, un gran número de caballeros se había formado, listos para escuchar las últimas indicaciones de su líder.

-Bien, con esto doy por concluido la reunión matutina- La rubia avisó, fuerte, elegante y con un aura de caballero único- No se les olvide, manténganse atentos a cualquier situación. Si hay algún peligro con el que no puedan lidiar, retrocedan y reagrúpense, el trabajo en equipo es importante – Dijo con un tono firme.

Ya sea hombre o mujer, cada caballero prestó suma atención. Por muy repetitivo que sea, aquellas palabras siempre lograban llenarlos de valor. No había ningún alma en las filas que no admirara a la rubia por su devoción a la ciudad.

-¿Hm? – Muy atrás, una cabellera logró llamar su atención- "¿Aether?"- Ahí estaba él otra vez. Se preguntaba qué podía estar haciendo ahí, había hecho de todo para evitar al viajero, inclusive organizar la reunión matutina más temprano de lo normal. Pero lo que más le extrañó fue el momento en que el joven cerró los ojos y le sonrió ampliamente- "¡Uhm!" – Ella no pudo evitar ruborizarse, No había ningún día en que no recordara lo que paso en su oficina, más concretamente, lo que él le había "robado".

- ¿Gran maestra?

-¿Eh?...Ah... Sí... ¿Qué sucede? - Ella reaccionó a la voz de su amigo y colega.

-¿No dirás nada más? – Como buen observador, Keaya estaba extrañado con la actitud de la rubia.

-Emmm... N-No... Eso... Ujum... Eso es todo- Acomodó su voz y luego disminuyó el sonrojo en su rostro- Haz que todos se retiren. Como siempre, te dejo a cargo de la supervisión ¿De acuerdo?

-Entendido- Confirmó Keaya, viendo como su líder daba media vuelta.

-... - Y mientras se retiraba dentro del edificio, Jean no pudo evitar voltear y mirar de reojo-¿Eh?- Ella volvió a extrañarse al ver como el rubio movía los labios, como si quisiera decirle algo- "¿... Te...  o... co... e... sa... e?"- Sólo pudo captar unas pocas palabras antes de que los guardias cerraran las puertas.

-Muy bien, muchachos. Ya oyeron a la capitana, tenemos trabajo que hacer- Keaya asumió su rol como capitán. Después de una confirmación, los caballeros se dispersaron y se pusieron en marcha. Sólo dos quedaron rezagados, a la vista de su tuerto compañero – Pero que veo, si son mis mejores amigos, ¿Qué clase de hechizo les lanzaron para que vinieran a esta reunión? – Dijo, intentando bromear un poco.

-Vamos, Keaya-san. No es tan rara nuestra presencia – Comentó con una sonrisa el rubio.

-Si, además, Viajero-san y Paimón siempre estamos ayudando a todos. No cómo cierta persona, beaw- Dijo el hada para luego sacar la lengua.

-Jajaja. Entiendo, entiendo, no tienes por qué ser tan agresiva, pequeña- Entre risas, comenzaron una pequeña charla, que terminó cuando el peliazul entregó un pergamino al rubio.

-Aquí están los detalles del nuevo domino, ¿Seguro que pueden hacerlo ustedes solos? – Preguntó serio.

-Bueno... Paimon y yo siempre nos la hemos arreglado por nuestra cuenta, así que no creo que haya problema jeje- Respondió el rubio.

-Sólo recuerda, es una misión de exploración, no tienes que armar un alboroto como la última vez.

-Oye, estamos de acuerdo que en esa última misión ¿Fueron los hilichurls quienes atacaron primero?- Mencionó Aether.

-¿Te refieres a aquella misión en la que gritaste cómo un maniaco antes de incendiar todo el campamento?- Cuestionó el peliazul, dejando al rubio perplejo.

-Ese... Ese lugar ya estaba así cuando llegamos- Miró a su compañera y esta asintió en complicidad.

-De acuerdo... Si ustedes lo dicen – Dijo sonriente, después de todo, no era nadie para reprochar las acciones del rubio. De pronto, las campanas comenzaron a sonar, indicando el comienzo de la jornada- Oh, debo irme ahora. No queremos que la capitana Jean se moleste conmigo – Dijo antes de retirarse – Cuídense.

-De acuerdo, también usted, Keaya-san – Se despidió el rubio.

-¡No vayas a dejar tirado tu trabajo para irte a beber, oíste! – El hada gritó, y el peliazul sólo levantó la mano para despedirse.

-Muy bien, Paimon. Tenemos... ¿Uh?- Dejó de hablar tan pronto se fijó en una de las ventanas del edificio. Una hermosa silueta asomaba detrás de las cortinas -Glug- Tragó sonoramente y, sin pensarlo dos veces, decidió hacer lo mismo de siempre.

-¿Qué sucede? – Preguntó el hada.

-Paimon... Qué tal si... desayunamos antes de ir a nuestra misión – Sugirió.

- ¿Qué? ¿De nuevo? – Era la sexta mañana que volvía escuchar esas palabras- ¡Muy bien! Paimón quiere unos banqueques- Aunque, cuando se trataba de comida, no le molestaba en absoluto.

-Ten- Entregó una bolsita a su compañera- Tengo que hacer algo antes, así que adelántate al Buen cazador, pero no te vayas a gastar tod... ¿Uh? ¿Paimon? - Tocó la imagen de su compañera, pero esta se esparció en el aire- Típico de ti.

Una vez sólo, entró al edificio, la entrada derecha se encontraba vigilada, aun así, no fue problema ingresar al lugar. La biblioteca estaba como siempre, demasiado silenciosa y solitaria, pues claro, la jornada apenas había iniciado.

-¡Holaa!- Gritó, sin recibir respuestas alguna. Unos pasos después, su bufanda fue tomada y, en un segundo, terminó contra uno de los tantos estantes.

-Ara. Buenos días, cariño – Saludó una hermosa voz, decorada con unos bellos ojos verdes y una sonrisa juguetona.

-Huenhos... Ufff... - Él logró separarse de los manjares de la mujer, aunque no logró escapar de su abrazo- ... días... Lisa- Dijo, un poco sonrojado, no había ningún día que no lo hiciera, no después de todo lo que habían hecho.

- Fufufu. Sabes que está prohibido hacer ruido en la biblioteca- Aunque estaba feliz por la visita del joven, tenía que ejercer el reglamento.

-D-Disculpa por eso jeje -Aether río nervioso- Pero quería despedirme de ti antes de ir a otra misión- Agregó mientras desviaba la mirada, se le veía un tanto avergonzado, aunque feliz de ser recibido como siempre.

-Cariño, eso es muy dulce- La castaña se ruborizó en gran medida, no podía evitarlo. Sonrió antes de acercar su rostro, sellando sus labios  con un beso – Sólo tenemos tres minutos antes de que vuelva al trabajo y también tienes que evitar que Paimon vacíe tu cartera ¿Cierto? – Lo miró a los ojos, con una expresión realmente traviesa.

-Ok- Confirmó el rubio- Y... ¿Qué hacemos con los otros 2 minutos y 37 segundos? – Agregó devolviéndole la misma expresión que su amante.

-Mmm... - Ella se puso a pensar- ¿Acurrucarnos? – Y luego contestó antes de lanzarse sobre el muchacho.

Aether rápidamente sujetó la retaguardia de la mujer. Unieron sus labios una vez más en un apasionado y caliente beso. Los suspiros escapaban, la perdida de aliento y saliva era inevitable, y aun así permanecieron unidos.

-Mmm... Mmm... - Mientras sus labios eran devorados, Aether amasó las carnes, las apretó con vehemencia, por encima de la tela de encaje, nunca se cansaría del cuerpo de Lisa, sus dedos prácticamente se hundían. Cuando consideró que no era suficiente estimulación para la mujer, sujetó las orillas de la prenda y las jaló lo más que pudiera.

-Mhmg... Cariño – Lisa sólo alcanzó a rodear el cuello del varón cuando sintió como sus bragas se hundía entre sus nalgas y entrepierna. Sus gemidos hicieron eco en todo el lugar, aunque eso no parecía preocuparles en absoluto, después de todo, no era la primera vez que lo hacían entre los libros.

- Lisa... -Él se giró junto con ella, y luego hizo que pusiera las manos contra el librero. Posteriormente, le levantó la falda para luego hacer a un lado la prenda de encaje, exponiendo su parte más privada.

-Hooo- Sus ojos brillaron lascivamente. Ella estaba tan húmeda y caliente.

-Hazlo – Rogó entre gemidos.

- ¿Qué lo haga? – Ni Aether mucho menos Lisa se habían dado cuenta la marca que aparecía en la muñeca del muchacho, esta pasaba totalmente inadvertida, incluso cuando trepaba en su cuerpo, esta desaparecía apenas llegaba a la frente– Recuerda, tienes que ser más específica- Dijo, con una sonrisa inocente, estremeciendo a la ya de por si avergonzada mujer.

-Mmm... Eres malo- Ella hizo un pechero- "Pero... Me gusta"- Y luego volteó a verlo, con una mirada suplicante- Quiero que tomes tú pene y me lo metas, haz de mi vagina un desastre, destrózame, cariño- Sabía que estaba jugando con fuego, pero eso poco le importaba.

- De acuerdo- Para Aether, esas palabras fueron todo un deleite. Desabrochó su cinturón y luego bajo sus pantalones.

- Mmh- Ella mordió su labio inferior al sentir la virilidad entre sus carnes. Aun con la tela, podía sentir la calidez y el palpitar del miembro, listo para comenzar su incursión y reclamar todo de ella- Mmm... Ooh- Apretó los dientes, pero fue en vano, volvió a gemir cuando sus paredes fueron extendidas.

- Aah... Mmh... Aah.....- La estantería comenzó a mecerse, algunos libros cayeron, pero la mujer no, continuó aferrada mientras el rubio la embestía con fuerza.

Era un movimiento lento y delicioso, retraía y luego empujaba hasta lo más profundo, dos libros cayeron, repitió el proceso y otros más tocaron se juntaron.

- "No... No puedo... Voy a..."- Con una última estocada, arqueó su espalda y su cabeza se echó para atrás – Aaahh – El grito fue más fuerte que los anteriores, sin duda alguna, había tenido el mejor de los orgasmos – D-De... De nuevo, me vine... antes que tú... C-Cariño- Dijo entrecortada, con sus piernas a punto de cerder. Aether la hizo bajar lentamente, dejando que su espalda descanse contra la estanderia.

-"Treinta segundos... Mmmm... Estoy perdiendo practica" – Él no se detuvo ni un segundo a reflexionar sobre sus pensamientos.

Con algo de dificultad, subió sus pantalones. Luego tomó a la bruja para llevarla al segundo piso. En la habitación de descanso, dejó a la mujer sobre el único sillón, cerró los ojos y respiró profundamente, la marca en su frente apareció para luego bajar por su cuerpo, desapareciendo en su muñeca- Mmm... ¿Eh?... ¿Lisa? – Se agachó preocupado.

La mujer parecía dormir, su sonrisa reflejaba tanta felicidad y tranquilidad que el rubio no se atrevió a despertarla, tan sólo sonrió y luego la cubrió con una sábana.

-Volveré mañana - Le acomodó un beso en la frente, había sido su rutina desde hace unos días.

-Mmh... Cariño... Te amo...

Aun en la puerta, fue capaz de escucharla soñar. Volteó brevemente antes de sonreírle.

-Lo sé – Salió de la habitación, una nueva aventura lo esperaba.

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Y después...

- ¿Qué hizo... ¡¿QUÉ?!- Gritó, sin poder procesar la escena.

-Le advertí que no siguiera... ¡Pero no pude detenerla! – La dueña del Buen Cazador dijo angustiada, viendo en lo que se había convertido su clienta.

-Aahgk.... P-Paimon... Puede... seguir... Paimon... Puede... Comer... más... Auuhmm... - La pobre agonizó antes de desmayarse en la mesa, con su estómago inflamado y una pila de platos vacíos.

-Arrrg... Demonios- Maldijo mientras tapaba su rostro.

-De verdad... Lo siento mucho. No pude detenerla esta vez- Anna hizo una reverencia, con una expresión afligida.

-No... No tienes que disculparte. Esto fue mi culpa en primer lugar- Dijo Aether, consiguiendo disminuir la culpa en la cocinera.

Él tomó a su compañera para luego dirigirse a la iglesia, una vez que la dejo a cargo de una de las hermanas, volvió a las puertas de la cede de Favonius, donde se le veía algo frustrado.

-Mmm... Ahora no sólo tendré que trabajar como esclavo para reponer mis moras, sino que también me quede sin compañera de viaje- Volvió a tapar su rostro, arrepintiéndose de entregar su billetera. Sin ser consiente, la marca negra comenzó a crecer en su muñeca, esta vez como si se trataran de raíces. Con el tiempo en su contra y su falta de dinero, necesitaría un milagro para salir de esta- A ver... ¡¿A quién me tengo que coger para conseguir uno o dos compañeros de equipo?! - Gritó. Unos segundos después, las puertas del edificio se abrieron.

-¿Aether?

-¿Huh? – Volteó, sorprendiéndose al encontrarse con dos rostros conocidos.

-Buenos días, Caballero honorario- La bella sirvienta hizo una reverencia mientras que la castaña lo saludó con la mano y una alegre sonrisa.

-Ha pasado un tiempo, ¿Cómo éstas? – Preguntó Amber. El chico quedó perplejo, con la mirada ensombrecida- ¿Dónde está Paimon? ¿Acaso vas a una aventura tu sólo? – Se le veía un poco ansiosa.

-"Vaya..." – La mente de Aether al fin reaccionó- "Que buen servicio" – Y luego agradeció al de arriba.

-De... hip.... nada, ehe- Cierto vocecita dijo, proveniente de las palmas de una estatua.

La marca negra en Aether siguió extendiéndose en su todo el brazo, aunque esta desapareció apenas las chicas se le acercaron.

-La verdad es que si- Respondió el rubio- Paimon se enfermó, por lo que tengo que explorar un nuevo Dominio yo solo- Dijo un tanto apenado.

Las chicas se miraron entre sí para luego sonreírse.

-¿Oh? ¿Un Dominio nuevo? Eso se oye emocionante – Comentó la animada exploradora.

-Nos encantaría ir contigo – La peliplata dijo igual de animada, aunque después se sonrojó un poco al sentir que había sido muy atrevida- Es decir... Sólo si usted quiere... Ya que podría retrasarlo a usted y a la señorita Amber – Su tono era demasiado tímido y su mirada terminó en el suelo.

-Para nada- Respondió inmediatamente Aether, haciendo que la peliplata levante la mirada- Me gustaría que ustedes dos me vengan conmigo- Dijo con una sonrisa sincera.

-Si... Si le parece bien... Yo siempre estaré dispuesta a ayudarlo- La maid no puedo evitar ruborizarse nuevamente, aunque esta vez sonreía contenta.

Por fuera, Aether sonreía inocente, pero por dentro, era como si algo malvado lo hubiera poseído.

-Muy bien, no se diga más- Declaró Amber- Pongamos en marcha- Ya iba a adelantarse cuando el rubio le cortó el paso.

-Aguarda, antes hay que preparar algunas cosas, ya que posiblemente volveremos mañana- Dijo, extrañando un poco a su compañera.

- Emm... Si... Tienes razón jeje- Ella río debido a su descuido. Aunque no lo pareciera, eso había disminuido su entusiasmo.

-De verdad que no puedes tomarte las cosas con calma. Eres demasiado animada – Mencionó de manera seria el rubio, haciendo que su compañera vuelva a reír, pero esta vez un poco apagada.

- Jejeje... Si, lo siento. Trataré de...

-Así ésta bien- Él la interrumpió mientras colocaba una mano sobre la cabellera castaña- La Amber animada me gusta mucho- Fueron sus palabras antes de adelantarse al mercado.

-¿Eh? – La mente de la exploradora se desconectó por un segundo, cuando volvió en sí, la sangre comenzó a subir por su rostro. Esa sonrisa había sido muy diferente a las que siempre le veía hacer.

-Vamos o perderemos el resto de la mañana- Sugirió Aether mientras seguía su camino.

-Amber, ¿estás bien? - La sirvienta preguntó, viendo que la castaña seguía estática- Tu cara está muy roja- Se preguntaba si se había enfermado, eso la hizo preocupar.

-E-Es... Estoy bien, Noelle... N-No tienes por qué preocuparte- Contestó atropellada- Solamente me quede pensando un poco... Es todo.

- ¿En qué estabas pensando? – Preguntó curiosa.

-Mmm... Solamente... - Amber se fijó en el viajero, quien empezó a bajar las escaleras- ¿No te parece que Aether... ha cambiado un poco? – Esa pregunta quedó al aire, ya que se apresuraron a alcanzarlo.

Ellos no fueron conscientes, pero, durante toda su interacción, otra silueta los observaba desde una de las ventanas, mientras apretaba sus labios y sus puños con un gesto ligeramente frustrado.

-Fuuuh... - Suspiró para luego acercarse a su escritorio, quedando frente a este- "¿Qué estoy haciendo? – Colocó sus manos sobre su pecho– "De alguna manera... Verlo junto a ellas... Hacer que mi pecho..."- Era un sentimiento extraño, muy confuso, su corazón no paraba de latir con fuerza – Mmh- Desde esa vez, no paraba de pensar en él- "Aether..." – Suspiró profundamente, su aliento en una pequeña nube de vapor.

-"¿Se encuentra bien, Capitana Jean?"

-¡¿Eh?!- Ella volteó rápidamente, con sus ojos bien abiertos y la sensación de peligro en su pecho -¿Quién esta...?- Miró a todos lados, sin hallar al dueño de la voz, sólo su oficina en penumbras.

-"Se ve un poco aturdida".

-¿Eh?- De nuevo volteó y cubrió su oreja- A... ¿A-ether? – Lo había reconocido desde el primer momento.

-"Tal vez deba sentarse".

Giró hacia la entrada, grande fue su sorpresa al darse cuenta que sólo se trataba de su mente, jugándole una broma. Se vio a sí misma y al rubio cerca de la puerta, ella tratando de mantener la calma mientras que el joven le dedicaba una intensa mirada.

-"¿Por qué me ve así?" – Lo vio acorralar su imagen confundida- "A caso... ¿Le doy miedo?"- De nuevo esa pregunta.

No podía hacer nada, más que ver como se desarrollaba la escena. Ella siendo presionada más y más hasta que el rubio reclamó su primer beso. La Jean del presente tocó sus labios, sin ser consciente paso sus yemas, como si tratara de recordar la sensación. Se hizo a un lado, ya que los dos fantasmas se acercaron a su escritorio. Su imaginación estaba más fuerte que nunca. Desde esa distancia, podía verse a sí misma y a él, actuando de forma lasciva.

-No... ¡Basta! ¡Esa no soy yo! – Volteó y cubrió su rostro, pero fue imposible negarlo. Miró entre dedos y se dio cuenta de la expresión de felicidad de su yo de esa vez- Haah- Suspiró excitada, era imposible negarlo y más cuando sus mejillas se enrojecieron y una fuerte sensación llegó a su pecho- Aether...

Se deshizo de su capa tan pronto la temperatura de su cuerpo comenzó a subir. Visualizó los ojos ámbar y no pudo evitar trepar en su escritorio, la esquina redondeada tocó su intimidad, haciéndola gemir nuevamente.

-Ooh... Aether...- Su mano izquierda comenzó a apretar su seno derecho, dándole una sensación más intensa. Mientras se movía, la humedad en sus pantalones se hacía evidente, pero eso no parecía importarle, sólo quería llegar al final, calmar el calor en su cuerpo – ¡Aether. Yo...!

Ya no podía contra esa sensación. Le aterraba la idea de que la sola imagen del viajero podía llevarla a esos limites, le aterraba y al mismo tiempo sentía una atracción extrema.

-¡Aaah!- Gritó al ejercer más fuerza. Era una nueva sensación para ella, rara y muy placentera. Sin embargo, el calor en su pecho e intimidad no se calmaron. Los dos fantasmas desaparecieron al llegar al clímax.

Bajó de su escritorio y se miró a sí misma, su cabellera estaba revuelta, sus mejillas seguían rojas y su respiración era errática. Había hecho un desastre en sus pantalones. La imagen de la Gran Maestra de Mondstadt era tan lasciva que cualquier diría que se trataba de una simple puta.

-A-Ahora... entiendo... Yo...-Y mientras recuperaba el aliento, su mente procesó lo que había hecho, en lo que había convertido – Yo quiero que Aether sea mío- Dijo cálidamente, sosteniendo sus mejillas, sonrojada, pero con una expresión algo inquietante.



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A las afueras de la ciudad, un grupo muy particular se iba alejando, platicando animadamente, el joven viajero en medio, acompañado por una sirvienta y una animada exploradora. Era tan buena la charla que ellas no parecían darse cuenta que estaban compitiendo por acaparar la atención del rubio.

-Y luego de acabar con los malos, se reunió con su familia y regresó a su forma humana- Terminó de contar el joven.

-Wow... Es una historia muy interesante, aunque algo sangrienta jeje - Admitió la exploradora.

-Aun no puedo creer que alguien convertido en pepinillo haya hecho todo eso- La maid estaba perturbada, aun así, reflexionaba sobre ello.

-Bueno... El tipo era un psicópata –Dijo Aether mientras recordaba el libro que había leído – Un genio, pero psicópata- Agregó, rascando su mejilla.

Luego de un tiempo y un punto de teletransporte, sus pasos consiguieron alejarlos de la ciudad, sobre un camino semi-définido.

-Oigan, miren- La exploradora señaló- ¿Qué les parece si descansamos un poco en este lugar? – No era una mala sugerencia. El clima y el agua cristalina del pequeño lago eran perfectos. La calma podía respirarse, invitaba a cualquier aventurero a pasar su tiempo de descanso bajo la sombra de cualquier árbol.

-Es una buena idea- Luego de pensarlo un poco, Aether accedió, después de todo, hicieron un buen tiempo y el mapa indicaba que estaban a un par de horas de llegar al nuevo Dominio. No le vendría mal un buen descanso y almuerzo, sobre todo con su estómago rugiendo por no haber desayunado.

Una vez que eligieron el mejor árbol para instalarse, Aether pensó que lo mejor sería comenzar a cocinar.

-Prenderé una fogata- Dijo, haciendo que los ojos de las chicas brillen por un instante- Tal vez no sea mucho, pero puedo coci...

-¡Yo cocinaré! / ¡Déjamelo a mí! ... ¿Eh? – Las dos chicas se miraron luego de haberse ofrecido – No, yo puedo... - Esta vez, sus palabras fueron iguales, se miraron extrañadas mientras el rubio parpadeó dos veces en confusión.

- "No hay duda de ello"- Amber se puso a recordar que, durante sus compras en el mercado, la albina no paraba de preguntarle a Aether cuál es su comida favorita- "Noelle quiere cocinar para Aether, pero seré yo quien lo haga"- Su espíritu competitivo salió a flote.

- "Espero que Amber no se lo tome a mal, pero realmente quiero que el caballero honorario pruebe más de mi comida, además de que..."- Noelle se puso a recordar todas las veces que se esforzó en enseñarle a cocinar a su amiga. Tantas horas de sueño perdidas, sin que la castaña mostrara algún avance.

-Mmm... ¿Qué ésta pasando aquí? – Se preguntó a si mismo el rubio. Nuevamente, la marca escaló su brazo, desapareciendo al llegar en su nuca.

-Noelle, por qué no descansas un poco mientras yo cocino para ustedes. Será lo mejor- Ofreció Amber con una sonrisa algo desafiante.

-No puedo permitirlo, como aspirante a caballero y maid es mi deber cocinar para Aet... Es decir para ti y el caballero honorario -Aunque la expresión de Noelle era tranquila, su tono mostraba algo de hostilidad.

-¡Mmmmh! – Sus mirabas chocaron, como si se tratara de una batalla- ¡Aether/Caballero honorario! ¡¿Quién de nos dos quieres que cocine?!- Se dirigieron al joven, cuya expresión estaba más perdida que su hermana.

-Eto... Yo... - No sabía que decir, pero si de algo estaba seguro, es que, si ponía una sobre la otra, la cosa se iba a poner realmente fea- "Vamos... Piensa, cerebro... Algo se nos tiene que ocurrir" – No quería lastimar a ninguna de las dos, por lo que su mente se puso a trabajar. Tres opciones comenzaron a flotar frente a él.

-(Elegir a Amber)

-"No"

-(Elegir a Noelle)

-"Tampoco"

-(Elegir mudarte a Liyue y cambiar tu nombre a Carlos Santana)

-"Mmmm... Me tientas... Me tientas, pero no"- Ninguna de las opciones era convincente. Afortunadamente, una fuerza desconocida se hizo cargo de su problema.

- Grrr...- Las chicas habían pasado de verse hostilmente a tomarse de las manos, comenzando a empujarse la una a la otra.

-Tengo una mejor idea.

- ¿Uh? – La voz de Aether las hizo reaccionar. Vieron como el rubio empezaba a sacar cosas de su inventario. Una pequeña mesa fue colocada junto con varios ingredientes y los implementos de cocina necesarios.

-Deberíamos hacerlo juntos, es decir... Mientras más variedad, más delicioso será el almuerzo- Él sonrió con sus mejillas algo rojas.

Las chicas se miraron entre sí, y luego de determinar que Aether tenía razón, se sonrieron la una a la otra.

-De acuerdo-Dijeron al unísono.

-"Yosh" – Mientras que el rubio celebró en su mente-"Que listos que sos Aether" – Dijo mientras la marca continuó subiendo hasta desaparecer en su frente.

Luego de poner los ingredientes al fuego y esperar un poco, el proceso de cocción finalizó (Perfecto).

El ambiente durante el almuerzo fue de lo más animado. Bajo la sombra de un árbol, se hallaban degustaban sus propios platillos, no paraban de sonreír y comentar sobre su sabor. Como siempre, Aether sorprendió a las feminas con su talento en la cocina, después de todo había aprendido mucho en sus viajes y ganado una gran cantidad de experiencia. Cuando le llegó el momento de probar, la situación se puso algo interesante.

-Aquí... Eto... Digame... ¿Qué piensa?- La maid ofreció su platillo especial mientras sus mejillas se enrojecían levemente.

Aether tomó el plato y no dudó en hincarle el diente.

- Mmm.... Mmm... Esta... ¡Esta delicioso!- No dudo en decirlo- Nunca dejas de sorprenderme, Noelle- Elogió, aumentando el sonrojo en la peliplata.

-No... No es para tanto. Pienso que su comida tenía mejor sabor– Noelle no dejaba de desviar la mirada, era inevitable siendo el viajero quien la miraba y le dirigía esas palabras.

-Vamos, debes darte más crédito. No todos pueden cocinar algo tan delicioso, pienso que además de convertirte en caballero, te convertirás en una gran esposa- Por su tono y expresión, parecía no tener idea de lo que causaba en el corazón de la maid.

-Eeh.... E-Es... ¡¿Esposa?!... ¿Eeehh?- Era linda la forma en la que se ponía nerviosa y escondía su felicidad, imaginando quien sabe cuantos escenarios, en donde cierto rubio le proponía matrimonio, se casaban, y entre los dos cuidaban a una niña y a un bebe con sus rasgos.

Mientras la maid seguía en su mundo de ensueño, la expresión de la castaña se hallaba sumergida en sus pensamientos.

-"Ella de verdad es buena... En cambio yo...". Miró con algo de pena el filete que había preparado, algo simple, decorado con un palillo y un pequeño listón que simulaba el suyo. Probó un poco-¡Umk!- Su paladar fue golpeado por un sabor extraño-"Como pensé... No soy nada buena"- Se dijo a si misma, un tanto decaída.

-¿Amber?

--¿Eh? – Fue sacada de sus pensamientos – Perdón... Me distraje un poco jeje.

-No te preocupes- Dijo el rubio- Sólo quería saber si ¿ya puedo probar tu comida? – Agregó algo ansioso.

La castaña se sintió un poco apenada al verlo sonreír de esa manera, ya que, comparado con Noelle, su comida no tenía nada de especial, además de que su sabor era por completo un completo desastre. Le preocupaba arruinar el apetito de su supuesto amigo.

-Eto... La verdad es que... ¿Eh? – Ella se sorprendió al momento que el plato fue arrebatado de sus manos-E-Espera... No lo hagas... No tiene buen...- Calló al ver como el rubio cortó la carne y llevó un poco a su boca- ... sabor.

-Mmm... Mmm... – Él se tomó su tiempo para masticar, resaltando la textura crocante y una textura algo chiclosa. Puso una expresión seria al terminar de ingerir- Justo como pensé...- Unas cuantas palabras bastaron para poner nerviosa a la castaña- Tiene un toque único- Dijo confundiendo un poco a las chicas- Muy como tú, Amber. Realmente me gusta mucho tu comida- Él simplemente sonrió, confirmando la exquisites que había probado.

-...-La exploradora quedó anonadada, no sabía cómo reaccionar. Afortunadamente, el rojo en sus mejillas respondió por ella- V-Vamos jeje... Sólo lo dices para no hacerme sentir mal – Dijo con una risilla, tratando de disimular su timidez.

-Lo digo en serio. Me gusto la comida de ambas- Él miró a Noelle, esta última no pudo evitar exaltarse- Ustedes son muy buenas, tanto en lo cotidiano como en sus trabajos. La verdad es que aun me falta mucho, así que no puedo evitar sorprenderme cuando estoy con ustedes- Puso sus sentimientos en esas palabras, como si fuera alguien más, alguien que no duda en decir todo lo que piensa... para conseguir lo que quiere.

-"¿Él siempre piensa de nosotras de esa manera?"- Pensó la maid, aun abrumada por tal declaración.

-S-Si... Si eso es lo que piensas, supongo que puedo aceptarlo- Amber dijo, sonriendo animadamente y con un sonrojo en sus mejillas- Bueno, sigamos comiendo antes de que la comida se enfríe jeje.

Continuaron compartiendo entre ellos. Después de comer algo de lo suyo y de Noelle, Aether se tomó su tiempo para disfrutar la comida de Amber.

-"Justo como pensé... "- Terminó con el filete especial-" Un ligero sabor a muerte con una pizca de vida... Me gusta"- Miró los restos carbonizados en el plato mientras relamía el hilillo rojo que escapaba de su comisura. Por último, el tatuaje en su frente brillo un par de veces antes de desaparecer.

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Tratándose de una simple misión de exploración, el grupo se tomó su tiempo para descanzar un poco más, pero sin bajar su guardía, atentos a cualquier peligro que pueda surgir. Luego de comer, Aether se encargó de establecer un perímetro con su energía Geo. Después, entabló una charla con una de sus compañeras.

La joven exploradora reía y en ocasiones se ruborizaba mientras le contaba al rubio alguna de sus aventuras. No podía evitarlo, desde que lo conoció por primera vez, había algo en él que la había atraído, con el tiempo, sus sentimientos hacia él comenzaron a desbordar, era como si el chico hubiera cambiado, como si un aura madura y abrumadora lo estuviera rodeando.

-190... hum... 191... Hum... 192... – Un poco a apartada, la joven maid aprovechó su tiempo de descanso para ponerse a entrenar- 193... Hm... 194... – Era increíble como una bella chica, con una complexión delicada, podía agitar una espada de tal magnitud, como si no fuera nada – 195... – Agitó una vez más, se le veía un poco cansada, a pesar de que apenas llevaba algunos minutos- Ciento... Noventa y... Ukg- Dejo caer su arma. Por su expresión, había llegado al limite – "Aun me falta mucho... Todavía soy demasiado débil" – Pensó mientras recuperaba el aliento. Se agachó para recoger el mandoble, con la intensión de seguir entrenando.

-Oe, oe. No te esfuerces tanto.

-¿Uh? – Ella volteó al escuchar la voz de su compañero acercarse.

- Aether tiene razón. Te harás daño si sigues de esa manera, Noelle – Su amiga le dijo. Entre los dos miraron a la maid vacilar.

-Tengo que hacerlo – Dijo, con un tono apagado- Cuando llegue a ser parte de los caballeros de Favonius, tendré que esforzarme mucho más que esto- Agregó con una expresión determinada. Sujetó el mandoble y se puso en posición, con la intención de seguir entrenando- No importa que... Tengo que volverme más fuerte – Miró a su amiga y luego al rubio – "De otra manera... Sólo seré un estorbo... No podre seguir siendo su compañera".

-"Ya no te necesito"- Imaginar la expresión y palabras de despreció del rubio, sin duda, era algo que le partía el corazón.

-Aun así... – Amber no supo que más decir. La determinación de su amiga era verdadera, pero estaba realmente preocupada de que ese sobreesfuerzo pudiera hacerle daño.

-Entiendo- En cambio el rubio encontró una solución- Te ayudaré- Su porte cambió de repente- Pero a cambio, deberás seguir todas mis instrucciones- Le dijo firme. La peliplata se mostró sorprendida, aun así, su determinación no flaqueó.

-¡Hai! – Declaró, haciendo al chico sonreír por dentro.

-Muy bien, entonces, ¿Qué tal si tenemos un breve combate? – Sugirió el rubio- No te contengas ¿de acuerdo?

Una vez establecido las reglas, ambos tomaron distancia. Amber hizo de arbitro, levantó su mano, dando inicio al duelo. La peliblata abrió el combate, blandiendo su arma con un movimiento diagonal. Aether se hizo a un lado antes de que el mandoble cayera. Era extraño, el chico se veía más tranquilo de lo normal, a pesar de que pudo ser cortado en dos. En sus ojos se reflejaban todos los movimientos de su compañera.

-"Mira ese potencial"- Definitivamente, estaba fascinado con ella-"Otoh..."- Luego, su expresión volvió en si- "Por poco me pierdo otra vez... Concéntrate hijo de toda tu puta madre"- Se dijo antes de regresar al duelo.

Se acercó para contraatacar, pero la maid giró rápidamente. El rubio bloqueó con su espada y rápidamente dio un pequeño salto para evitar recibir todo el impacto. Una vez que sus pies tocaron tierra, Noelle se lanzó preparándose para un corte descendente.

-¡Noelle, detente por favor!

-¿Oh?- Ella se vio confundida, con su arma a centímetros del hombro del rubio- ¿Qué sucede, Caballero honorario?

-He confirmado algo- Dijo mientras hacía desaparecer su espada- Haz basado todo tu entrenamiento en la técnica de otros ¿No es así?

-¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso? – Amber se acercó. Las palabras del rubio parecían más interesante de lo normal.

- Eso... Eso es increíble – Noelle dijo, lucía muy impresionada- Como se esperaba de usted, se dio cuenta de ello. La verdad es que yo... He estado observando y recreando los movimientos de otros caballeros- Usó sus dedos para contar- La maestra Jean, el capitán Kaeya, incluso los movimientos de Diluc-san, todos ellos son... – Dejo de hablar tan pronto el rubio levantó la mano.

-Eso es un grave error- Dijo sin rodeos- No haz hecho más que imitar los movimientos de todos ellos, eso es algo que te impide mejorar. Todo ese esfuerzo ha sido en vano- Agregó, con una expresión de lo más seria.

Ante eso, la peliplata bajó la mirada, nunca imaginó que una de las personas que más admiraba, o que amaba en secreto, pudiera dirigirle esas palabras.

-Aether... ¿No crees que eso es muy duro de tu parte? – Amber intervino, sintiendo como el ambiente se volvía tenso.

-No... Tiene razón- Dijo Noelle mientras miraba su espada- Ha sido mucho tiempo desde que soy una simple aspirante a caballero... La verdad es que yo... Tengo que reconocer mis limites... Sólo sirvo para defender... No soy más que una sirvienta- Levantó la mirada y dibujó una sonrisa para su amiga- Sólo... Debería rendirme.

-Noelle... – Ella notó la tristeza en esa palabras- "¿Cómo puedes decir eso mientras sonríes así?"

-S-Supongo que... Eso es todo, tal vez deba regre... ¡Itah!- Se quejó para luego cubrir su frente.

-Oye, más despacio, velocista- Aether dijo mientras retraía el dedo con el que había golpeado a su compañera- Es cierto que tu esfuerzo para copiar a los demás es en vano, pero el tuyo no, aun puedes adaptarte.

-¿Eh? – Noelle parpadeó un par de veces confundida- ¿A qué... Se refiere?

-Bueno, sería mejor si te lo enseño... Si me lo permites, claro – Él pidió amablemente.

-Tengo... Tengo que volverme fuerte a toda costa- Parecía que su determinación había vuelto, además, las palabras de aliento de Aether lo eran todo para ella- así que, por favor- Accedió.

-Entendido- Confirmó el rubio mientras tomaba lugar detrás de la maid- Sube tu guardia- La maid obedeció. Posteriormente, Aether se agachó cerca de las piernas de la doncella.

-¿Eh... ¡¿Eh?!- Ambas féminas chillaron sorprendidas, más Noelle, ya que sintió como el rubio metía una mano entre sus piernas.

-¿C-Ca... Caballero honorario? -Sus palabras temblaban, su cuerpo aun más. En poco tiempo, sus mejillas adquirieron un carmín intenso.

-¿Q-Qué... Qué estas haciendo, Aether? – Preguntó Amber, igual de impactada.

-Voy a ayudarla a cambiar su postura- Respondió, con una expresión de lo más tranquila mientras sujetaba el muslo de su compañera- Noelle, sé que es vergonzoso, pero trata de resistir.

-H-Ha... Hai- Confirmó la maid, su rostro estaba más rojo que nunca, a pesar de la tela, podía sentir el tacto del varón. Parecía que sus piernas cederían en cualquier momento.

-Te moveré sólo un poco, algunos milímetros bastaran. Podrás sentir la diferencia, así que concéntrate y recuerda la posición.

-E-Esta bien.

Comenzó lento y firme, observando las piernas de la maid, paso sus manos, apretó algunas veces, haciendo que la chica por poco comience a gemir.

-El cuerpo de las mujeres es más flexible que el de los hombres, por lo que tienen una gran ventaja a la hora de moverse- Subió un poco. El cuerpo de Noelle se estremeció por el contacto repentino. En cuestión de segundos, su rostro comenzó a humedecerse, algunas gotas de sudor comenzaron a caer en el pasto-La pelvis es más ancha para el embarazo, y por esto su cadera puede flexibilizarse más, dándoles una mejor movilidad que a los hombres, y haciendo que se muevan más fácilmente a los lados.

-¡Mmhg!- La chica apretó los labios y cerró los ojos al sentirlo cerca de su entrepierna y trasero.

-Al ser usuaria de mandoble, es lógico que buscaras imitar los movimientos de Diluc-san, sin embargo, al ser de géneros diferentes, sus movimientos no son adecuados para tu cuerpo, por tanto...- Sujetó con un poco más de fuerza, provocando que los labios de Noelle cedieran.

-Haah- Esta vez no pudo contener la respiración, soltó un largo suspiro. Su amiga castaña estaba casi en las mismas, entre sorprendida y avergonzada.

-Fuuuh-Suspiró antes de ponerse de pie- Con eso debería ser suficiente- Limpió el poco sudor de su frente para luego dirigirse a su compañera – Eto... ¿Estas bien, Noelle? – Preguntó algo extrañado.

-H-Ha... Hai... – La chica apenas volteó, con sus mejillas realmente rojas - Eshtoy biehn- Y el aliento casi agotado.

-Jejeje... De acuerdo... Entonces, vuelve a ponerte en guardia- Indicó el despreocupado chico.

La maid tomó posición, dando un paso cada vez que agitaba su arma, en un perfecto combo de cuatro golpes.

-Increíble- Amber dijo impresionada- Mejorar tanto con un simple cambio en tu postura. Noelle eres increíble- Elogió una vez más, levantando sus puños.

-No... No es así- Noelle estaba igual de sorprendida, pero no consigo misma- Todo fue gracias al caballero honorario.

-Vamos. Me das demasiado crédito, Noelle- Fue sincero, aunque la marca invisible en su frente haya sido el detonante – Todo esto es producto de tu propio esfuerzo, yo sólo te di una "mano"- Mostró su mano como tal – "O más bien dos"- Sonrió por dentro, nada sacaría siendo demasiado sincero con su compañera.

-Me ha ayudado demasiado, y yo... –De repente, la maid bajó la mirada, aunque esta vez esbozando una pequeña sonrisa y con un sonrojo en sus mejillas- ... No sé cómo agradecerle... Hay...- Dudaba mientras unía sus índices repetidas veces- ¡¿H-Hay algo que pueda hacer por usted?!- Gritó y cerró los ojos con fuerza, pensando que había sido muy atrevida.

Las chicas no eran conscientes de que la sombra del rubio parecía estar sonriendo.

-Mmm... ¿Algo que puedas hacer por mi? – Aether sostuvo su mentón mientras pensaba en algo- Oh. Lo tengo- Después, asentó su puño en su palma- Noelle...

-¿Eh? – La pobre maid volvió a exaltarse al momento en que el rubio se le acercó y la tomó de sus hombros- "Eh... ¿Qué va a...? No me digas que... Él va a... ¡El caballero honorario va a... !" – Se agitó al ver el rostro del rubio acercarse al suyo.

-Noelle, quiero que tú...- Él continuó cortando distancia, poniéndola en aprietos.

-Mmgh... – Cuando supo que ya era inevitable, Noelle cerró los ojos y frunció los labios- Mh... ¿uh? – Y después se sorprendió al abrir los ojos y sentir como la mano del rubio se encontraba sobre su cabeza.

-Quiero que me llames por mi nombre- Soltó con una sonrisa muy despreocupada.

-¿Areh? – La maid parpadeó un par de veces confundida.

-Es decir... Es extraño que siempre me llames Caballero honorario. Somos amigos, así que por favor, desde ahora, sólo llamame Aether- Pidió.

-...- Ambas chicas quedaron en silencio. Esas palabras no habían sido lo que esperaba Noelle, aun así, su corazón no dejó de latir con fuerza- P-Por... Por supuesto... Si es lo que usted quiere, Cab.... Quiero decir... Aet... – Dudo, pero al ver como el rubio seguía sonriéndole, pudo encontrar el valor – Aether-san...

-Bueno, es un comienzo jeje.

Ante tal muestra de afecto, la castaña se quedo más callada de lo normal, con la mirada ensombrecida mientras un sentimiento extraño la obligaba a apretar sus puños- "Yo fui la primera persona que lo conoció... Hemos pasado más tiempo juntos... Entonces por qué... " – Sujetó su pecho mientras seguía mirando a sus compañeros.

-De acuerdo- Dijo el rubio mientras volteaba hacia su otra compañera- Ya que termine con Noelle, ¿Qué tal si ahora te ayudo a ti Amber? - Sugirió inocente.

-¿Eh?... ¿Yo? - Dijo algo desubicada. Sus mejillas se sonrojaron al imaginar como Aether comenzaría a tocarla de la misma forma que lo hizo con su amiga. Inmediatamente, sacudió la cabeza de un lado a otro mientras negando por completo cualquier posibilidad.

-Jejeje- Rio despreocupado, sabiendo que ella se negaría.

-E-Es decir... - La castaña volteó para luego comenzar a jugar con sus dedos índices- N-No... No me importaría que me ayudaras también... Siempre y cuando seamos sólo nosotros dos - Le avergonzaba decirlo, pero quería ser escuchada. Su tono fue lo suficiente bajo como para pasar inadvertida.  

-Bien, ya hemos hecho suficiente hoy ¿Qué dicen si acampamos aquí y seguimos mañana en la mañana? –Sugirió, a lo que la exploradora recuperó la compostura.

-Claro... Creo que será lo mejor – Confirmó un tanto inquieta- Ha sido largo viaje... Supongo que no nos caería mal dormir aquí- Por alguna razón, no podía dejar de estar nerviosa frente al sonriente chico, además de que ese sentimiento en su pecho seguía creciendo.

Una vez que se pusieron de acuerdo, Aether tomó lo que tenía en su inventario y lo ofreció a sus compañeras. Las dos chicas no tardaron en colocar sus bolsas de dormir. La tarde cayó en un abrir y cerrar de ojos y con ello los primeros rastros de estrellas se hicieron presentes. Sintiendo que el perímetro Geo no sería suficiente, Aether se ofreció a hacer la primera guardia. Las chicas estuvieron de acuerdo, aunque una de ellas se veía renuente, queriendo hacerle compañía al rubio.

Ya más tarde, una pequeña fogata fue encendida, proporcionando un poco de luz y calidez, y acompañado del canto de los grillos. En medio de tan tranquilo escenario, una castaña interrumpió su sueño.

-Mmr... – Abrió los ojos. Aun con la vista borrosa, se fijó en el saco donde debería estar su amiga- No... ¿Noelle? – Dijo somnolienta. Talló sus ojos y se fijo en sus alrededores, tampoco sin rastro del rubio – ¿En dónde estarán?

Más curiosa que preocupada, salió de su bolsa de dormir y comenzó a colocarse sus botas.

-...

-¿Hm? – Aunque fue ligero, podía jurar que alguien había gritado- ¿N-Noelle?- Dijo bajo.

Se levantó y caminó hacia los arboles, sus pasos eran lentos y cuidadosos, como si no quisiera alertar a lo que se estuviera escondiendo entre los árboles o interrumpir lo que sea que estuviera haciendo su compañera.

Guiada por nada más que el sonido, se ocultó árbol tras árbol para poder acercarse, miró hacia un lugar en particular donde una sombra acorralada a otra contra un árbol. Una vez establecido su escondite, asomó y sus ojos se abrieron como platos, tuvo que tapar su boca para no gritar su sorpresa.

-A-Aether.... Yo... Aaah- Gimió cuando su cuello fue besado. La boca de su compañero era vivas, juguetona, su lengua aun más. Había intentado apartarlo, pero el le quitó ese derecho al sujetar sus muñecas- E-Esto... E-Esto no esta bien... Por favor... No... N...¡Mmmf!

Dejo el cuello para comenzar a besarla, tomando todo de ella, sus ruegos y gemidos morían en su garganta. Si antes la maid esta sorprendida, ahora estaba por completo abrumada, su primer beso había sido tomada, por nada más ni menos que la persona que más admiraba y amaba en el mundo.

-Puaff- Se separaron cuando la falta de oxigeno se hizo evidente. La chica respiraba agitadamente, con un gran sonrojo y sus ojos llorosos- Noelle... – En cambio, el chico lucía demasiado tranquilo, aunque con una mirada llena de fuego y deseo- No dijiste que harías lo que sea para compensarme- Torció aquellas palabras, sin que la peliplata pudiera darse cuenta.

-E-Eso... Eso es... – Ella desvió la mirada. No podía mirar el rostro del rubio, sentía que su corazón se iba a salir. Su mente no podía procesar tantas sensaciones de una sola vez- Yo... Yo no puedo...

-Mírame- Pidió con una voz ronca. La maid rodó los ojos hacia él antes de que lo hiciera su rostro. Volvió a sorprenderse al encontrarse con la expresión del joven caballero- Noelle, tu me gustas... Eres una de mis preciadas compañeras... Y yo...  quiero hacer esto contigo, o ¿es que acaso tu me odias?... o ¿es porque te doy miedo? - Dijo, con una expresión algo tímida.

Eso había sido un golpe duro al corazón de la maid, quien no sabía que decir en ese momento. Su rostro volvió a teñirse, su corazón volvió a dar un salto tremendo, y cuando su mente proceso aquellas palabras e imagen, sus pupilas adquirieron la forma de un corazón – Por... ¡Por supuesto que no! – Ella se arrojó sin pensarlo.

El rubio terminó tendido en el pasto con el cuerpo de la peliplata sobre el suyo. En esa posición, ella podía escuchar el corazón del viajero latir como el suyo.

-Desde que te conocí, nunca pude sacarte de mi mente... Cada día, todos los días, esperaba que estuvieras conmigo... Que me ayudaras a entrenar o que me llevaras a todas tus aventuras... Siempre he querido estar contigo- Sus sentimientos estaban desbordando. Levantó la mirada, unas mejillas teñidas y unos ojos llorosos miraron fijamente al joven caballero- Nunca podría odiarte o te temería.... Yo te quiero... Aether- Declaró para luego rodear la cabellera rubia.

-Noelle- Aether dejo que las palabras y la calidez de la chica invadieran su cuerpo. Abrazó la delgada cintura de la chica para luego volver a besarla. Esta vez, la chica se dejo llevar, abriendo la boca y permitiendo que él la explorara con su lengua, así como el chico permitió que ella lo hiciera con la suya.

En medio de tan apasionada sesión de besos, la mano inquieta del chico comenzó a recorrer la espalda femenina. Bajó hasta los muslos y luego se introdujo dentro de la falda, provocando que la chica gimiera.

-Ahí... Ese lugar... No... – Abrió los ojos como platos, sintiendo como su feminidad era rozada sobre su braga.

-¿Qué sucede? – Preguntó el chico - ¿No te estoy lastimando? ¿O si? – Preguntó inocente, aun cuando sabía lo que provocaba en su compañera.

-N-No... Es sólo que... – Ella aun no podía lidiar con tantas sensación. Poco a poco, su rostro se fue deformando en placer, apretó los labios y se aferró con más fuerza al cuello del chico, pero su voz terminó saliendo, lindos gemidos surgieron de los labios de la dedicada maid- M-Me siento... Me siento rara... N-No se si pueda seg... Aaah...

-Descuida... Pronto te gustará- Susurró, haciendo que el cuerpo de la maid se estremezca. Continuó su ataque a la entrepierna mientras le daba suaves mordidas al oído. Sus dedos se escabulleron dentro de las medias y la braga. La maid soltó un chillido cuando un dedo se introdujo.

-Aah... Mmg... AAh- Se retorcía, no paraba de gemir mientras sus ojos se iban para atrás- "Se siente... Se siente muy bien"- Tal como le había dicho, comenzó a tomarle gusto a ser tocada de esa manera. No pudo más, liberó sus fluidos, empapando la mano del viajero. 

Aether había demostrado que no sólo era un maestro con la espada, sino que también era muy hábil con sus manos. Tocó cada punto sensible de la maid como si fuera algo normal, como si hubiera nacido para ello.

Mientras retiraba su mano, dejó que la maid se recuperara sobre su pecho. Ella respiraba agitada, con un gran sonrojo y un hilo de saliva saliendo de su comisura. Aether había sido el primero en tocarla de esa manera, pensaba en él como el chico más puro y bueno que había conocido nunca, pero ahora, sólo podía pensar en él como un hombre, su único y preciado amo.

-Y bien... ¿Quieres continuar? – Su voz era misteriosa y a la vez seductora. La maid reaccionó a esa voz. Devolvió la mirada, con una expresión entre tierna y deseosa.

-Por favor.... Continua tocando a Noelle- Dijo, con voz necesitada.

La sonrisa de Aether se ensanchó, aquel chico amable e inocente había desaparecido, dejando a un ser lleno de lujuria y ambición tomar el control de su cuerpo. La marca en su frente se dividió y luego se acomodo alrededor de sus ojos. La poca luz no permitía a la maid darse cuenta de los nuevos tatuajes, además de que estaba atrapada en los ojos ámbar.

-Por supuesto- Confirmó arrogante- pero esa no es la forma de pedirmelo- Aunque le gustó la forma en la que ella suplicó, aun no era suficiente para aumentar su libido y su ego. Acercó sus labios a su oído y luego le susurró su petición.

-¿Eh?- La expresión de la maid estaba entre avergonzado y confundida. Jamás esperó que Aether pudiera pedirle semejante cosa.

-¿Lo harás? – Era una orden disfrazada de pregunta. Los labios de la maid temblaron antes de que su cuerpo se irguiera, quedando sentada sobre las caderas del rubio. Después, tomó los bordes de su falda y los apretó con pena.

-Por... Por favor... Aether-sama... – Levantó su falda, permitiendo que el chico viera cuando lo deseaba- M-Me... Meta su pene dentro de esta sirvienta pervertida... P-Permita que la vagina de Noelle lo complazca- Ella sentía que sus mejillas arder de vergüenza, aun así, se mantuvo firme, obediente a las palabras de su nuevo amo. 

La vista era exquisita, una marca de humedad decoraban la ropa interior y las medias oscuras.

-Jeje- Él volvió a sonreír con arrogancia- No puedo creer que lo dijeras jeje- Río un poco más, acrecentando el sonrojo en su compañera.

-Yo... ¡Yo sólo repetí lo que querías!- Gritó mientras cerraba sus ojos con fuerza - ¿Uh? – Después, se sorprendió cuando el rubio rasgó sus medias e hizo a un lado su braga, dejando su intimidad expuesta, rogando ser atendida- Aaah...

-Cómo no voy a darle a Noelle lo que quiere después de escucharla rogar de esa forma- Mientras atendía la intimidad de la chica, su otra mano se encargó de liberar su miembro.

-"I-In... Increíble"- No había otra palabra que pudiera usar para describir lo que tenía bajo su cuerpo. La boca de la maid generó más saliva de lo normal, y su intimidad comenzó a gotear con deseo.

-Adelante, baja las caderas- Ordenó mientras sujetaba su miembro, alineando la punta debajo de la entrada de la chica.

Ella se apoyó en el pecho del varón para no ceder por completo. Después, obedeció a la orden de su nuevo amo.

- Mmgh... ¡Ghy!... –Soltó un chillido apenas la punta ingresó- Hyaaah- Después, un gritó de dolor. La sensación de convertirse en mujer fue muy dolorosa, aun así, continuó bajando hasta tenerla toda dentro.

-Eres una chica muy fuerte, Noelle- Elogió Aether, viendo como ella había engullido su pene- Estoy muy feliz de que te conviertas en mi mujer- Esas palabras calaron en la mente y corazón de la joven.

-Yo... Yo también estoy feliz... Aether –Dijo mientras trababa de resistir el trozo de carne en su interior. Cuando por fin pudo acostumbrarse, comenzó a moverse y luego dejo que el chico marcará el ritmo. Bajo la luna y las estrellas, hicieron el amor mientras un par de orbes dorados asomaban de un árbol. Varias lagrimas cayeron, antes de que la joven decidiera retirarse, dejando a los compañeros disfrutar de su momento.

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El sol se había levantado desde hace un par de horas, brillante y hermoso. La luz era cálida y agradable para los aventureros, quienes, después de un largo viaje se encontraban al pie de una montaña, frente a las puertas del Dominio desconocido.

-Por fin- Dijo, un tanto aliviado el rubio.

-Nunca pensé que el nuevo Dominio pudiera estar tan lejos- Comentó la peliplata, a pesar de las horas de sueño perdidas, apenas lucía agotada, debía darle gracias a su entrenamiento o a su trabajo como sirvienta, aunque eso no evitó que caminara extraño durante el resto del viaje-¿Amber?

Extrañamente, la castaña estuvo callada durante todo el camino. Miraba las puertas con una expresión algo sombría, parecía que su mente estaba en otra parte.

-Ehm... Si... ¿Qué ocurre, Noelle? – Reaccionó tarde, por lo que la peliplata y el rubio se preocuparon un poco.

- Nada, sólo quería saber ¿si no estas cansada por el viaje?- Preguntó mientras se acercaba a su amiga. Amber apartó la mirada, pero Noelle se dio cuenta de que sus ojos estaban un poco rojos.

-Estoy bien... No tienes que preocuparte-Dijo, ocultando la expresión severa en su rostro.

Viendo lo que ocurría, Aether se acercó a la castaña y luego asentó una mano en su hombro.

-Tú también tienes que aprender a no esforzarte tanto, Amber – Dijo de manera despreocupada el chico- Creo que lo mejor será qué descanc... – Calló cuando su mano fue apartada de un golpe.

-¡Dije que estoy bien, malditas seas!

Y así, frente a las puertas del nuevo Domino, la joven exploradora dejo en shock a sus dos compañeros de equipo. 

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Hasta aquí el capítulo.

Qué puedo decir... sufrí de mucho dolor las últimas dos semanas, tome pastillas que me quitaron el sueño por completo y el medico me dio un mal diagnostico pensando que tenía C19, así que por esa razón, aun sigo mal...

... Pero las risas no faltaron, je. 

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