Era una mañana muy hermosa; el sol calentaba la cubierta y la brisa marina movía los cabellos de las dos mujeres que se encontraban ahí tomando el sol. Llevaban varios días ya en altamar y varios miembros disfrutaban de la calma que los había estado acompañando. Todos sabían muy bien que eran esos contados días en los que había calma antes de la tormenta; en esa tripulación siempre era así.

Para mala suerte de algunos miembros que disfrutaban bastante de esa calma, Franky anunció con un enorme grito que había tierra a la vista. Luffy no tardó el tiempo para correar a la proa emocionado; estaba bastante aburrido y esperaba que esa isla les proporcionara una gran aventura.

—¿Qué tan lejos está? Vamos ya, puedo oler una gran aventura.

Nami suspiró resignada; ya presentía que esos momentos de paz no le durarían lo suficiente. Se acercó a Luffy observando el log pose; esa isla no era su siguiente destino, pero con lo emocionado e impaciente que ya se encontraba su capitán, sería imposible convencerlo de esperar.

—Sanji, ¿cómo estamos de provisiones?

El nombrado encendió un cigarrillo y exhaló el humo después de darle una calada profunda. No estaban tan cortos de provisiones, pero había entendido el pedido de ayuda de la navegante, por lo que después de unos segundos respondió de forma calmada.

—Sería bueno reabastecernos un poco; con lo que come ese hoyo sin fondo, nos quedaremos sin comida antes de llegar a la siguiente isla.

La navegante asintió y, después de una orden demasiado impaciente de Luffy, comenzaron a dirigirse a la isla, buscando algún lugar oculto donde poder anclar el Sunny. Después de llegar a su destino y antes de que un Luffy demasiado ansioso se lanzara en busca de una nueva aventura, Nami se aseguró de dividir los equipos y recordarles que solo iba a reabastecerse y pasear un poco. Jimbe y Zoro se quedarían en el barco, Sanji y Franky conseguirían las provisiones, Nami y Robin irían de compras e investigarían un poco sobre la isla y, por último, Usopp, Chopper, Brook y Luffy se encargarían de explorar.

—Por última vez, Luffy, esta es una isla pequeña, no hay monstruos ni conspiraciones ni nada de eso, así que, por favor, no armes un alboroto.

—Eres demasiado aburrida, Nami, ya te dije que no haré nada malo.

Ya en la isla, Luffy caminaba junto a los demás, aburrido y algo decepcionado. Se suponía que iban a tener una buena aventura; le urgía tener una y resultaba que esa isla era una demasiado aburrida. Nami había tenido razón y él odiaba cuando ella tenía la razón respecto a cosas aburridas.

—Vamos, Luffy, no te desanimes, seguro encontramos algo divertido que hacer —dijo Usopp tratando de animar a su amigo.

—Es bueno tener paz y tranquilidad de vez en cuando; si lo piensas, no es tan malo, Luffy —respondió Chopper mientras disfrutaba de un algodón de azúcar.

—Puedo preparar un concierto y le pedimos a Sanji que prepare un enorme banquete para hacer una fiesta, Luffy —se unió Brook después de soltar su característica risa.

Para todos ellos era un respiro no pasar por tantos peligros; era como unas inesperadas y bien merecidas vacaciones, pero podían entender a Luffy, quien tenía un espíritu demasiado aventurero. Debía ser demasiado frustrante para él estar tanto tiempo sin acción ni aventuras.

Al notar que su capitán no respondía, Usopp volteó, encontrándose con un espacio completamente vacío. Suspiro alterado y les aviso a los demás; debía haber esperado algo como eso y aun así se les ocurrió dejar a Luffy al final de la fila. Ahora solo esperaba que pudieran encontrarlo antes de que armara alguna clase de escándalo; de lo contrario, Nami iba a matarlos.

En el centro de lo que parecía ser un pequeño pueblo, Luffy gruñó molesto. Estaba aburrido, lo único que quería era tener una aventura, algo de emoción y diversión para romper la rutina, ¿acaso eso era mucho pedir? Y para empeorar todo, los demás se habían perdido; solo se había detenido un segundo cuando creyó ver unos enormes escarabajos y, para cuando regresó su vista al frente, los demás habían desaparecido.

—Se supone que exploraríamos esta aburrida isla juntos y van y se pierden; después me andan echando a mí la culpa.

Para empeorar su mal humor, su estómago rugió indicándole que era hora de comer. Bufo molesto, genial, el dinero lo tenía Usopp y ahora por su culpa estaría sin comer hasta encontrarlos; su humor no podía empeorar más. Justo cuando iba a patear una pequeña piedra, un aroma captó por completo su atención.

Era un aroma dulce y, pese a ser fan número 1 de la carne, tenía tanta hambre que siguió el olor hasta que terminó frente a la fachada de lo que parecía ser una tienda, aunque era bastante extraña.

—Buenas —dijo, entrando y observando a su alrededor. ¿Hay alguien aquí?

—Bienvenido, muchacho —le respondió un anciano, saliendo detrás de una cortina. Dime en qué puede ayudarte tu humilde servidor, pero debo advertirte, mis precios no son muy accesibles.

—¿Estás cocinando algún dulce?

—¿Perdona?

—Que si estás cocinando algún dulce, huele bastante bien y la verdad me estoy muriendo de hambre, aunque no tengo dinero.

—¿Me estás diciendo que solo entraste a este lugar porque oliste comida?

—¿Podrías regalarme un poco? No tengo dinero ahora mismo, pero te prometo que en cuanto me reúna con mis amigos, vendré a pagarte.

El anciano soltó una risa mientras desaparecía detrás de la cortina; unos minutos después salió con unos cuantos dangos que le entregó a Luffy.

—Muchas gracias, viejo, en cuanto me reúna con mis amigos, te pago.

—Eso no es necesario, puedes quedártelos —le respondió negando con la mano mientras se sentaba y observaba a Luffy comer. Eres un chico bastante peculiar, ¿te lo han dicho antes?

—No que yo sepa o recuerde.

—Pues lo eres, bastante peculiar, pero con un corazón bondadoso.

—Dime, viejo —le respondió una vez que terminó los dangos—, ¿qué es lo que vendes en este lugar? Solo hay velas.

—Verás, muchacho —respondió levantándose y acercándose a él—, lo que yo vendo son servicios. Incontables piratas, marines, prófugos y demás han entrado en esta tienda buscando cambiar su destino.

—¿Puedes hacer algo como eso?

—Por supuesto, ¿te interesa contratar algunos de mis servicios? Puedo mostrarte tu futuro si así lo deseas.

—No, gracias, no me interesa saber mi futuro; eso arruinaría toda la aventura. Prefiero descubrirlo yo mismo.

—Claro, no me sorprende, con una bondad como la tuya, no me sorprende tu respuesta. Y a pesar de todo lo que me has dicho, puedo sentir que deseas algo desesperadamente, ¿no es así?

—Lo que deseo es convertirme en el rey de los piratas; seré el hombre más libre del mundo.

—Conque un pirata, ¿eh? Dime, chico, ¿cómo te llamas?

—Monkey D. Luffy, el futuro rey pirata.

La postura erguida y orgullosa que Luffy tomó al decir eso hizo que ese anciano sonriera más.

—Me agradas chico, ven, dame tu mano, quiero saber cuál es ese deseo que tanto pide tu corazón. 

"Continuara"

¡Hola chicos! Después de varias horas sentada detrás de la laptop, de borrar y corregir muchas veces y de llorar de frustración por no saber como poder avanzar. Por fin he avanzado con la edición de esta historia. 

Realmente no saben la ilusión que me da, después de 8 meses, si, 8 meses desde que pase esta historia a borrador; el primer capitulo ya editado por fin puede ver la luz. Y mentiría si no les digo que estoy bastante sorprendida, al principio pense que realmente no habrían tantos cambios, solo era actualizar unas cuantas cosas para estar mas al día con como esta One Piece hoy en día y las correcciones ortográficas y gramaticales. 

Pero conforme fue avanzando la edición, cambie muchísimas cosas  y siento que comparándolo con el capitulo sin editar, este es otro completamente diferente. 

Para las nuevas personas que lleguen  y quieran saber como era anteriormente el fanfic, puede pasarse por mi cuenta de Fanfiction, ahí lo tienen completito y sin editar, aunque no se los recomiendo mucho, realmente tiene bastantes errores. 

Para los antiguos lectores que ya conocen la historia, me es muy grato informarles que encontraran cambios significativos y que será tan emocionante como leer la historia completamente desde cero, pero descuiden, la esencia que tanto les gusto sigue intacta. 

Disfrutemos juntos de este viaje una vez más, descubriendo nuevos detalles y emocionantes cambios. 

Nami Scarlet