INTRODUCCIÓN

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Lucy
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Muchos aún no podíamos creerlo. La victoria. Habíamos ganado. ¡Realmente habíamos ganado! !Al Imperio Álvarez! ¡A Zeref!

Para celebrarlo, el maestro Makarov organizó una fiesta en la sede del gremio. Vinieron todos: Sabertooth, Blue Pegasus, Mermaid Heel, Lamia Scale... ¡Incluso Crime Sorcière!

Cuando todos estuvieron allí, tuvimos el gusto de inaugurar una fiesta maravillosa con comida, música y karaoke. En la noche que cubría Magnolia, el edificio del gremio era como un gigantesco faro que iluminaba la ciudad con luz, música y alegría.

—Lu, es genial. ¡Aún no puedo creerme que hayamos ganado! ¿Eh? ¿Lu? ¿Me estás escuchando?

No prestaba atención a las palabras de Levy, ni a nada de lo que había a mi alrededor. Tenía la mirada clavada en Natsu. Estaba sentado en una esquina oscura del gremio sin hablar con nadie y con la mirada perdida. Dejé a Levy hablando sola y me fuí hacia donde estaba Natsu. Siento que esto debió enfurecerla, porque empecé a oír sus gritos en la distancia. Cada vez más lejanos en mi mente, hasta el punto donde solo los ignoraba. Solo volvieron a llamar mi atención cuando se detuvieron de golpe. Intenté girarme a ver qué sucedía, pero antes de poder hacerlo noté como me golpeaba la pierna contra la mesa a la que me dirigía. Miré abajo, maldije en voz baja mi despiste, y luego al fin pude darme la vuelta para ver qué le sucedía a mi mejor amiga.

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Levy

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Tenía una cosa muy importante que decirle a Lu en aquel momento, pero ella parecía insistir en ignorarme. Cuando empezó a alejarse empecé a gritarla para que volviera pero Gajeel se acercó por detrás, me agarró de la parte de atrás del vestido y me levantó.

— ¡Cállate, enana! Estas haciendo mucho ruido. —Gruñó. No es que me sorprendiera esa queja tampoco, así que intenté fingir que no me importaba— Ven conmigo.

Me giré para mirarle a los ojos.

— ¿Q-Qué? ¡Gajeel, suéltame! ¡Gajeel! —Le dije mientras daba patadas como una niña pequeña para que me soltase

Era nuestro juego de siempre, pero nunca me cansaría.

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Lucy
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Habría ido a ayudar a Levy si no hubiera sido porque sentí un fuerte golpe detrás de mí.

Era Natsu.

Se había levantado y había dado un golpe con el puño en la mesa.

— Hay algo que tengo que decir. — Dijo con una voz potente, algo intimidante y extraña en él, que causó que todos se giraran a mirarle. Posiblemente la mayoría esperaba que diera algún discurso estúpido del que pudieran reírse. O, al menos, eso esperaba yo.— N-No sé como decir esto pero... —Natsu empezó a ponerse muy nervioso, le temblaba la voz y empezaba a sudar.— Y-yo, yo soy.... END.

Se hizo un silencio extraño en la sala. Nadie quería decir nada, tampoco creo que hubieran podido encontrar nada que decir. Era extraño ver a Natsu recorrer a la gente con la mirada, buscar reacciones en un público que se había quedado inexpresivo. Imagino que se sintió juzgado. Quizás por evitar el sentimiento, volvió a hablar aún más nervioso.

— Soy el... demonio más poderoso del libro de Zeref y él es... mi hermano mayor. Yo... no es que quisiera ocultároslo pero...no recuerdo nada sobre eso.

De repente, el público reaccionó.

Primero fue una risa suave. No estoy segura de quién debió ser. Quizás de Gray. Quizás de Erza. Quizás de Lyon. Fuera quien fuese, carcajada se extendió por el público como el fuego en medio de un bosque. Cuando quise darme cuenta incluso yo me estaba riendo. No sabía por qué, pero lo hacía.

Tampoco... les culpo. Incluso yo pensé en ello como una broma hasta que vi... su cara.

Natsu estaba riéndose con el resto. Pero no como el resto. Estaba riendo entre lágrimas. Nervioso y a la vez desesperado, se aferraba a sí mismo en un abrazo que no tenía demasiado sentido y temblaba. De rabia o de miedo, eso nunca lo supe.

En ese momento, tome una decisión que cambió el resto de mi vida. Me acerqué a Natsu por detrás, le agarre de la chaqueta para que se girara, le agarré la mano y...

Yo...

Le besé...

Le besé para que se calmara y él me respondió con una mirada sorprendida.

—Lu-Lucy, ¿Q-que demon...?

Me miró a los ojos y le callé con otro beso. En gran parte porque no quería escuchar su respuesta a la manera en que actué. Antes de que pudiera repetirlo, me agarró de las muñecas y se quedó mirandome un momento. Acercó despacio su cara a la mía hasta apenas dejar unos centímetros de distancia y, muy despacio, juntó centímetro a centímetro sus labios con los míos. Cerré los ojos despacio y relajé las manos, rezando para que aquel instante durara el resto de la noche. Cuando alejó su boca de la mía susurró un leve "Gracias".

Levy

Miré a Lucy y Natsu besarse en medio de la habitación. En realidad no me sorprendía tanto como quería que me sorprendiera. Era obvio desde hacía tanto tiempo... No pude evitar acordarme de Gajeel. De nuestro beso, por supuesto, pero también de todo lo que había vivido con aquel idiota. Aquel idiota al que odiaba al inicio y con el que ahora convivía cada día. En realidad había sido una relación difícil para ambos.

Planeaba alejarme a ver qué había ocurrido con Lucy mientras mi cerebro seguía dándole vueltas a cosas del pasado cuando mi vestido me detuve. La mano del chico de metal seguía sosteniendo mi ropa. A veces era estúpidamente molesto cómo podía solo sostenerme como quería.

—¿Qué quieres Gajeel? —Solté, algo molesta por la situación.

— Recuerdas que dije que te arrestaría, ¿verdad? —Sonrió de esa manera suya.

— ¡¿Q-Qué?! Estaba segura de que era una broma.

—Pues no era así, ahora te vas a venir conmigo a prisión a no ser que...

— ¿A no ser que, qué?

—A no ser que seas mi novia ~Gihi~ —Rió como siempre solía hacer. Sus mejillas ganaron cierto tono rojizo. Yo notaba las mías ardiendo levemente.

—¿Tu...novia?

— Está bien, si no quieres irás a prisión.

Era otra de sus estúpidas bromitas, por supuesto, pero no podía evitar sentir cierto calor en el pecho. Nos intercambiamos miradas un par de veces. Le dirigí una pequeña sonrisa y una mueca alegre se dibujó en sus labios.

—No tenías que amenazarme para eso, Gajeel. — Afirmé. Y creo que nunca había estado tan segura de nada en toda mi vida.

Juvia

Juvia no se lo podía creer. ¿Cómo es que todas tenían pareja menos Juvia? ¡Juvia quería besar al señor Gray!

— Hola, Juvia. —Saludó mi príncipe, descamisado como siempre, con su perfecto cuerpo a mi vista.

— ¡Gray, tu ropa! —Gritó alguien en la distancia.

— Espera, ¿cuándo ha...?

El señor Gray se mostraba alterado como siempre por la desaparición de sus prendas superiores. Para desgracia de Juvia, tampoco tardó mucho en encontrarlas y volverse a vestir.

— ¿Qué pasa, señor Gray?

— Juvia, tuve mucho tiempo para pensar en esta guerra y... creo que por fin me he decidido. Voy a darte una oportunidad.

— ¿Eso significa que Juvia es novia del señor Gray?

En un movimiento rápido que apenas pude notar, el señor me agarró de la cintura y juntó muy levemente sus labios con los míos. Fue prácticamente instantáneo, pero Juvia nunca había sido tan feliz como en aquel escaso segundo donde sus labios se rozaron.

—¿Te sirve esto de respuesta?

********Fin del prólogo*******
Esto es importante.
Esta parte, a pesar de ser el prologo, no tiene nada que ver con Viaje en el Tiempo, ni con Salto Temporal. Fue solo para probar wattpad, y para ver si os gustaba mi estilo de narracion.

Si, se que podria ponerlo a parte peeeeero...

No quiero XP

Eso es todo. Gracias por perder tu valioso tiempo, el cual nunca podras recuperar, en leer mis pendejadas XD

By:Umbra03

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