CAPÍTULO 4: MUERTE
Lucy
—¿Él? ¿Quién es Él?
Sin embargo nadie escuchó mi pregunta. El gremio se convirtió en una estampida de magos, magas, niños y adultos que corrían hacia una puerta dándome de lado. Un hombre mayor me empujó, pero antes de que pudiera caerme noté la mano bronceada de Nashi agarrándome y tirándome hacia arriba.
Su mirada era distinta, agresiva.
— ¡Rápido, Lucy! —Me gritó— ¡Ve con los demás!
—¡¿Qué?! Nashi, ¿qué pasa?
— Sólo vete.
Me dio la vuelta con una pirueta ágil y me empujó contra la multitud. Esta vez fue Ice el que me agarró de los brazos y tiró de mí hacia donde se encontraba el resto.
Cuando pude volver a reaccionar, vi al chico alto cerrando la puerta de cristal con llave.
—¿Se puede saber qué pasa?
Me costaba respirar y apenas podía sentir mi cuerpo. Había estado a punto de ser pisoteada en dos ocasiones y me temblaban las rodillas como no lo habían hecho en mucho tiempo. Me temía lo peor. Un ataque de un gremio enemigo, de un dragón, cualquier cosa.
— Mira por la puerta y lo sabrás. —Dijo Shiku de golpe, haciéndome sentir mucho más calmada.
Cuando la puerta del gremio se abrió, noté come el corazón se me detenía por unos instantes.
Zeref.
Tragué saliva. Aquel tipo parecía Zeref. Llevaba la misma ropa negra holgada, con su tela blanca enrollada en torno al cuerpo, con el mismo aura opresora que lo rodeaba. Una capucha le cubría la cabeza y, sin embargo, no era lo bastante grande para cubrir su cabello rubio cenizo ni sus ojos tristes y temerosos.
Ese hombre no era Zeref, Nashi lo miraba con calma y cariño.
— ¡Cuánto tiempo sin verte! —Exclamó con alegría
— Lo mismo digo. —Respondió con extraña contundencia, haciendo desaparecer ese atisbo de tristeza y miedo que se había hecho hueco en sus hermosos ojos azules.
— ¿A qué has venido? —Nashi se echó las manos a la espalda y se inclinó hacia el chico sonriendo con dulzura.
— He encontrado algo interesante, —Empezó— quería mostrártelo.
El hombre se sacó del bolsillo un trozo de oro y se lo tendió a Nashi.
— Pe-Pero esto es... —La pelirrosa lo acarició con los dedos, confundida y asustada.
— No lo sé, —Cerró los ojos con gran dolor— pero parece algún tipo de magia celestial o similar. Por favor, cuídalo.
— Lo haré —Nashi se llevó la pieza de oro al pecho— ¿Esto es todo?
— En realidad no —Volvió a abrir los ojos— No... No quería estar solo...
Pude ver a Nashi ponerse sería de golpe. Rompió su postura al momento para acercarse al rubio y le dio una dulce sonrisa.
—Eso está bien —Se acercó a él para abrazarle—Todo está bien, te lo prometo. No harás daño a nadie. —Le miró a los ojos— Toma aire y suéltalo todo. Estoy contigo
El chico correspondió despacio al abrazo de Nashi. Estaba pegada al cristal, mirando, cuando de repente noté un agarre en mi mano izquierda. Alguien tiró de mí fuerte hacia atrás y, antes de que pudiera darme cuenta, algo negro se estampó contra el cristal y se dispersó a los laterales como un gas. Sonaba como si tirarán piedras al propio cristal, creando un ruido atronador que llenó toda la sala.
Y luego, silencio.
Al otro lado de la puerta, dos adolescentes en el suelo. Uno de rodillas, llorando y tratando de cubrirlo con sus manos y otra de piernas cruzadas, mirándole fijamente llorar.
—Esto no puede seguir así. —Dijo, rompiendo el silencio tras la tormenta negra— ¡Tenemos que hacer algo!
—No hay nada que puedas hacer por mí, Nashi. —El dolor se escapaba de su boca, apuñalándole— Voy a seguir así el resto de mis días.
Nashi se levantó del suelo y volvió a rodear al chico con los brazos.
— Pero aún perteneces a Fairy Tail, —afirmó la pelirrosa— no dejaré que eso cambie, no lo permitiré. Y no permitiré que te rindas sin luchar hasta quedarte sin uñas para arañar y sin dientes para morder.
— Hermana... —Susurró él entre lágrimas.
¿Hermana?
— ¡¿Hermana?! —Grité, nerviosa
Aquel chico de la capucha de las fotografías...
¿No había desaparecido en el 804?
—Él es el mayor. Nunca pasa por el gremio. —Respondió con frialdad Ice— Ella ignora que existe casi siempre.
—No seas cruel con ella, Ice. Su hermano tiene una maldición... —Replicó Shiku.
—No lo justifica. —Sentenció el peliazul.
Cuando volví a girarme para mirar lo que ocurría, el chico ya se había levantado. Se limpiaba las lágrimas con el borde de la capucha de su ropa.
¿Ese hombre... tenía la maldición de Zeref?
—Gracias, hermana. Llámame si necesitas ayuda.
—¡Bye, bye, hermanito! —Se despidió alegremente.
Pero la maldición de Zeref era matar a todos los que afectaba.
Y Nashi estaba viva. Más viva que nunca, casi.
Todos salieron de golpe y casi me pisan. Se acercaron a Nashi y empezaron a hacerle un montón de preguntas. Las respondió todas con ilusión y una sonrisa en la cara hasta que se aburrió y se marchó a la barra del bar.
Yuu: ¡Que suerte tiene! ¡A mi también me gustaría hablar con él!
Shiku: Entonces te mataría, idiota.
Me acerqué a Nashi y me senté a su lado.
Lucy: ¿Quién era ese?
Nashi: Él es mi hermano mayor.
Lucy: No sabía que tubieras un hermano mayor.
Nashi: Me conociste ayer, ¿qué esperabas?
Lucy: Tu hermano... tiene el mismo poder que Zeref, ¿no?
Nashi:¿Poder? No sé si ha eso se le puede llamar poder.
Lucy: Tu padre..¿Es el hermano de Zeref?
Nashi: Cuando mi padre desapareció yo era muy pequeña. Pero recuerdo todo lo que sucedió aquel día.
Lucy: Tengo curiosidad, ¿qué pasó?
*****FIN DEL CAPÍTULO 4*****
Os ha gustado el cap.? Eso espero q para eso me tiro media hora escribiendolo XD
Bueno, nos vemos en el próximo cap. ¡Bye bye oniichan!
By:Umbra03
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