Capítulo XV

Egipto; 15 de junio del año 1125 A.C

—Ahora resulta que estamos en el antiguo Egipto? -se quejó Mark —¿Cómo diablos llegamos hasta aquí? —preguntó molesto

—La verdad no lo sé; pero por lo menos estamos vivos —respiró aliviado Dave

—Mejor sacanos de aquí, no quiero averiguar con que sorpresas nos vamos a encontrar —pidió Mark

—Malas noticias amigo, el condensador se echó a perder, me temo que tendremos que quedarnos un tiempo acá hasta que lo logre arreglar —se lamentó Dave, mirando él temporizador.

—Debemos salir aquí no quiero ser quemado vivo cómo cuándo fuimos a la edad media —se quejó

—Si nos mantenemos lejos de todo hasta que arregle el creador de portales, no nos meteremos en problemas —aconsejó Dave.

De repente dos hombres se ven caminando por la arena caliente con trajes largos blancos y una especie de cintillo en la cabeza y sandalias en los pie.

—¿Así que intentando huir?... nadie se puede burlar del gran faraón de Egipto —dijo uno de ellos soltando un latigazo que cayó en el hombro de Mark

—¡¡Diablos eso dolió!! —les reclamó Mark

—Caminen sin no quieren que el gran Faraón les corte la cabeza —amenazó uno de ellos

—Vamos, vayamos con ellos mejor, apenas pueda arreglare esta cosa nos iremos de aquí —le pidió en voz baja Dave.

Así los hombres Egipcios se llevaron a Dave y Mark caminando por él caluroso desierto hasta dónde estaban las colosales pirámides. A medida que se iban acercando, se podía contemplar dos pirámides ya construidas de más de cincuenta pies de altura y una tercera que se estaba terminado. Los hombres que trabajaban cargaban las piedras y la arena en una especie de trineo, luego cocian las piedras al fuego, mojaban la arena y tenían así los ladrillos. La pirámide que estaban construyendo media más de treinta metros de altura y seis metros de ancho y tenía una gran puerta dónde sólo los faraones y sus sacerdotes podían entrar. Así que, debido a la altura de tan majestuosa construcción, para poner las piedras y la arena mojada tenian que subirse a una especie de andamio con cuerdas que le permitía llegar hasta el lugar más alto.

—!!Son increibles!! —se admiró Mark —Nunca pensé que las veria de tan cerca —añadió.

—Silencio y vayan a trabajar, para eso los tenemos, esclavos —soltó otro latigazo, que le dio Dave en la espalda.

Así Dave Mark se pusieron a transportar en una especie de carretilla de madera las piedras y la arena, para tan majestuosa construcción. Después de un rato a pleno sol de trabajo, uno de los guardias que los vigilaba les ordenó ir a comer.

—Es nuestra oportunidad de huir —le pego un codazo Mark

—No podemos huir, si nos atrapan nos matarán, estamos rodeados de vigilantes, además no queremos hacer nada que cambie la historia —fue la respuesta de Dave

—Vaya se nota que no te gustan las aventuras —le reclamó Mark

—Mira en lo que me haz metido por tus caprichos, estamos atrapados en Egipto y no podemos salir —se quejó amargamente Dave.

—Tu aceptaste venír así que no me culpes —respondió aburrido Mark

—No debí cambiar nada —murmuro Dave enrabiado

—De que hablas por qué no me lo dices —le preguntó Mark lo que hizo que Dave se pusiera de pie y empezara a caminar lejos de ese lugar sin decir nada

Mark estaba confundido, ¿Que le pasaba a Dave? ¿Que era eso que se arrepentía de cambiar?

Después de sentarse junto a las otras personas que trabajan en la construcción de la pirámide, recibió su ración de comida que consistía en una porción de arroz junto con un pedazo de pescado asado y un vaso de agua que sacaban del río Nilo.

—Vaya, con razón los Egipcios se morían tan joven si tomaban ésta agua del Nilo tan turbia —se quedó mirando él vaso

—Es un río sagrado por eso toman de sus aguas —dijo un hombre sentándose a su lado.

—Eso no lo sabía —se excusó.

—Creo que tu compañero y tu tienen una gran pelea —lo miró serio

—Si, bueno tu sabes a veces las cosas no salen cómo uno quiere —reconoció

—Pero a veces los amigos tienen la razón; y él parecía ser un buen tipo —le aconsejó

Pensando en lo que ese hombre le había dicho, Mark, luego de comer, se pone de pie y se pone a buscar a Dave para solucionar su diferencia. De repente encuentra,detrás de un campamento, a dos personas conversando en privado tratando que nadie lo fuera a escuchar.

—¿Esta todo listo Seghnir? —preguntó uno de ellos

—Si tengo la daga Fhelar, ya hable con los otros dos:  Mahir y el hechicero Roan, ellos van a distraer a los guardias mientras las doncellas hermosas de la comarca estén bailando, nosotros lo matamos —explicó su plan.

—Entonces podré proclamarme faraón de Egipto —se rió Seghir

Mark quedó sorprendido y empezó a retroceder, pero,sin darse cuenta, tropezó con un pedazo de madera que estaba en el suelo

—¿Quien anda ahí? —preguntó Fhelar

Mark se levantó lo más rápido que pudo y se perdió entre la los esclavos para buscar a Dave. Mientras Fhelar,que alcanzó a verle la cara, y Sehgir seguían al hombre que estaba husmeando cerca de dónde estaban ellos, pero veían impotentes cómo escapaba entre la gente.

—Ese maldito se escapó —se preocupó Fhelar —¿Crees que haya escuchado algo —preguntó inquieto

—No lo sé, pero no te preocupes ya lo encontraremos —aseguró Seghir

Mientras Mark, por fin encontró a Dave que estaba arreglando el temporizador con una especie de soldador que, al parecer, funcionaba con energía solar.

—Listo Mark, el creador de portales está arreglado, ya lo reparé, así que volvemos al 2016 y nunca más sabrás de mi —esbozó muy serio Dave.

—Escucha Dave algo terrible va a pasar... Escuché a dos tipos hablar que quieren matar al Faraón hoy en la noche —explicó preocupado

—¿Y que tiene que ver eso con nosotros? Si lo matan es por que tenía que morir —respondió fríamente

—Tal vez nosotros causamos esto... No debemos permitir que pase —le recalcó

—No se Mark, haz lo que quieras yo me largo de aquí —le contestó abrumado

—Iré a hablar con el Faraón debo advertirle —se decidió Mark

—Estás loco el Faraón ni siquiera te va a recibir -le advirtió Dave —Los Faraones de Egipto eran vistos como Dioses —agregó

Sin embargo, Mark se fue rápidamente a buscar a uno de los soldados, para que lo llevarán con el faraón, y detrás de él Mark escuchó la voz de Dave advirtiéndole que no fuera, pero él no quiso hacer caso.

—Necesito ver al faraón es urgente —le pidió a uno de los soldados

—Que dices? ¿Quien eres tu para que el gran faraón te reciba? —lo miró con desprecio uno.

—Necesito advertirle de un conplot en su contra —pidió

—Vaya un complot en contra de Amenemhat I jajaja debe ser una broma —se burló él otro guardia.

—Debe ser una excusa para no trabajar -sospecho el guardia —Será mejor que vuelvas a trabajar o sino...

Sin pensarlo dos veces Mark se abalanzó contra los dos tipos con fuerza tirándolos al suelo y con la agilidad de un gato agarró el látigo y volvió a tirar a uno de los guardias al amarrarle la cuerda del látigo en la pierna. Rápidamente se fue corriendo desde la pirámide con dirección a la casa dónde vivía el Faraón, por las pesadas arenas del desierto hasta un punto a aproximadamente 10 km hacia él sur de ahí dónde estaba el palacio del Faraón.

—Es demasiado lejos -cayó al suelo Mark cansado, cuándo sólo había avanzado un par de kilómetros

De pronto vio lo que parecia ser un aparcadero con agua y animales, entre ellos camellos.

—Debo tomar un camello —se le ocurrió

Así,.a pesar del cansancio, saco fuerzas para ir corriendo, tomó un poco de agua,se mojo la cara para luego irse en uno de los camello hasta el palacio de faraón, mientras, a una distancia considerable, detrás de él, los guardas que habían sido atacados por Mark intentaban detenerlo. Al llegar al glorioso palacio habían cuatro guardias impidiendo el paso en la entrada

—Detente, no puedes entrar al gran palacio del Faraón —se paró frente a él uno

—Necesito ver al Faraón es urgente —pidió Mark

—No puedes llegar y pedir entrevistarse con Faraón, menos tu que eres un simple obrero —lo miró en menos uno.

—Si no puedo verlo a la buena, tendrá que ser a la mala —y se abalanzó contra los guardias con el camello.

Los guardias cayeron al suelo, pero, otro guardia que había visto lo que estaba pasando, dió aviso para que en menos de un minuto aparecieran cinco guardias más, que se amontonaron en la entrada del palacio.

Así todos los guardias (que eran por lo menos siete en total) se lanzaron contra Mark haciéndolo caer del camello.

—Ahora te enseñaré lo que es bueno —amenazó un guardia sacando su látigo.

Cuándo el guardia iba a proceder a golpearlo una voz lo detuvo en seco.

—¡¡Basta!! Si el hombre quiere verme, lo recibiré

—¡¡¡Es el gran Faraón!!! —murmuraron los guardias asombrados














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Más sorpresas en él próximo capítulo ¿Que ocurrirá en Egipto? ¿Lograrán escapar de la esclavitud?

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