Capítulo VII

—Estamos en... ¡¡increible!! —dijo asombrado Mark —Y me veo cómo cuándo tenía siete años —exclamó mirandose sorprendido.

—Ahora escuchame debes hacer tal cuál las cosas que ocurrieron, evitar que tu tío abuse de ti y luego nos largamos de aqui —le pidió Dave

—¿Y tu que harás Dave? —preguntó curioso

¿¿Yo?? Solo me iré a divertir —contestó sonriendo Dave.

Así después de despedirse Dave, Mark se dirigió hacia su hogar dónde nació, dónde creció, y vivio tantas cosas difíciles de olvidar.

La casa estaba tal cómo la recuerda con ese mismo olor mezclado a Rosas, lavandas y Floripondios que la mamá tenía plantados en el antejardin. La Granja recién se estaba construyendo y Mark miraba los palos del esqueleto de la Granja, y empezó a recordar cuándo se subia con agilidad y jugaba pasando de un palo a otro.

—Hey Mark jugamos fútbol —le habló una voz muy conocida para él que interrumpió ese momento nostálgico.

—Eres... —y sólo atino a abrazarlo emocionado de alegria

—¿Que pasa Mark? Me saludas cómo si no me vieras hace siglos. —Lo quedó mirando extrañado.

—Podríamos decir que si... me alegra verte Jack —lo volvió a abrazar

Jack Dawson, su amigo de la infancia, su compañero de juegos, fútbol, el alto, a veces hacían picnic en la Hacienda sentados en el pasto, incluso iban a la primaria juntos, se conocían tan bien que a veces, sin hablarse, sabia lo que estaba pensando el otro. Jack era un poco más alto que Mark, de pelo rubio, muy delgado y tenia algunas pequeñas pecas en sus mejillas.

—Hey yo también te estimo pero no será mucho? —lo miró extrañado Jack

—Algún día entenderás, ahora tengo que ver un asunto muy importante —se excusó Mark

Así Mark inundado por la nostalgia, se despidió de su mejor amigo y entró a la casa, la cuál tenía el mismo olor campestre que el recordaba. La entrada principal estaba adornado por dos faroles azules que alumbraban la entrada y una alfombra roja que servia de limpiapies. Al entrar a la casa a mano derecha, se veía la escalera para acceder al segundo piso y a mano izquierda una mesa de madera con un mantel floreado y cuatro mesas de madera de Líbano con un respaldo doble en la parte alta que la familia utilizaba cómo comedor y a continuación, una puerta blanca dónde accede a la gran cocina con un lavavajillas inmenso, un mesón dónde su mamá cocinaba y al lado de ésta,una cocina a leña que papá había echo con sus propias manos.

—Hijo que bueno que llegaste necesito que te quedes en la casa por que va a venir tu tío Adam —le pidió su mamá que se estaba preparando para salir.

—Mamá estas..tan linda —dijo mientras la miraba sorprendido

—¡¡Aaay!! hijo no le estarás poniendo mucho —le contestó sonriendo su mamá

Mark apenas pudo contener las ganas de llorar; hace tanto tiempo que no veia a su mamá sonreir. Pero había algo más importante: su tío estaba a punto de llegar para consumar el peor de los momentos de su vida y sabia que tenía que hacer algo.

—Mamá necesito contarte algo pero me tienes que creer —le pidió Mark

—Hijo claro que si, solo cuéntame que es lo que pasa —le pidió la mamá poniéndose seria

—Mi tio el trato de abusar sexualmente de mi y tengo miedo —le confesó notoriamente afectado.

—No, no puede ser... Tu tío es una buena persona, tiene todo lo que un hombre soñaría tener... cómo puede... —dijo entre cortado la mamá

—Mami por favor quedate y lo verás y si quieres llama a papá para que lo sepa también —le rogó

La mamá accedió a la petición del pequeño Mark y, viendo que él estaba tan angustiado, decidió quedarse, además de llamar por teléfono a su esposo para que se viniera con urgencia.

Media hora después sonó el timbre de la casa y Mark bajó a abrir, mientras su mamá decidió quedarse escondida en la cocina.

—Hola hijo cómo estás —lo saludó el tío —¿Está tu mamá? —preguntó

—No tío Adam, mi mamá salió, pero me dijo que vendría a arreglar él calefont —le contestó tratando de actuar con normalidad, y que su tío no se diera cuenta de su nerviosismo

—Eso significa... Que estás sólo —le dijo mientras su semblante le cambiaba.

—Si tío estoy sólo ¿por qué? —lo quedó mirando con su cara de niño inocente

—Mmmm no nada, sólo que podriamos divertirnos los dos —dijo mientras lo abrazaba con firmeza.

Mark empezó a sudar, mil recuerdos viajaron por su cabeza, mientras su tío trataba de inmovilizarlo para cunplir su malvada intención, mientras su madre miraba angustiada las malas intenciones del hermano de su esposo, pero aguantó las ganas de intervenir para tener pruebas concretas que demostraran lo que su hijo le había contado.

—¡¡Nooo, sueltemeee ayudaa!! —empezó a gritar Mark que dominado por la rabia, le da una patada en la entrepierna

—¡¡No trates de escapar de mi que no lo lograrás!! —gritó el tio que lo trataba de atrapar a pesar del dolor por él golpe que le había dado su sobrino.

Y justo en el momento que el tío lograba tomar nuevamente al pequeño Mark, su padre pone las llaves de la puerta y entra apresurado a la casa.

—¿Que está pasando aqui? —pregunta asombrado el papá...

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