Encuentro inesperado


—Soy el pobre Ben Gunn, sí, Ben Gunn; y hace tres años que no he hablado con un cristiano.

La isla del tesoro. Robert Louis Stevenson.

Y, por encima de todo, ¿cómo pudo una criatura amable e inofensiva como Ben Gunn llegar a convertirse en un pirata?

Las aventuras de Ben Gunn. Ronald Frederick Delderfield.

Ben iba vestido con lo que alguna vez fue un traje espacial, pero estaba hecho jirones, sin casco, sin guantes, sin botas y con los pies desnudos. Realmente, eran unos harapos lo que le cubría.

—¡Por el Espacio, Ben! —exclamé— ¿Qué estás haciendo aquí?

—¡Rebeca, Rebeca!

Se abalanzó sobre mí y me dio un fuerte abrazo. Mi pobre amigo parecía desesperado. Sollozó un par de veces.

—Ben, deja de gimotear. ¿Qué está pasando aquí?

—¡Tener hambre! ¡Tener mucha hambre!

Le puse las manos sobre los hombros y le miré fijamente a los ojos para hablarle con lentitud, pronunciando bien las palabras:

—Ben, ¿qué está pasando aquí?

Pareció recobrarse levemente.

—Yo abandonado durante años. ¡Llevar mucho tiempo sin hablar con nadie! Racionar comida. ¡Tener mucha hambre!

—Tranquilo, Ben, y cuéntame qué haces aquí. Empieza desde el principio, desde que dejaste Nuevo Brasil en Encélado.

—Cuando juicio yo salir inocente, pero yo querer marchar de allí. No gustar ese sitio. Así que unir a tripulación. Yo no saber que ellos piratas. Capitán Flint ser muy malo. Terrible hombre.

—¿Te enrolaste en la Walrus? ¡Cómo se te pudo ocurrir! ¿Cómo es posible que la mejor persona que conozco se haya convertido en un pirata?

Ben se puso muy colorado en su intento de explicar aquella situación tan extraña:

—Sorry. I didn't know that. Yo no saber que ellos piratas. Yo solo. Querer salir de Nuevo Brasil.

—Está bien. Está bien, no te preocupes.

—Ellos navegar hasta aquí. Miranda ser base de piratas donde ir cuando las cosas ponerse complicadas, después de fechorías, para esconder nave.

—Esto es una base pirata.

—Sí, haber muchas por todas partes. Construidas con los restos de naves apresadas. Siempre llenas de cosas robadas.

—Parte del botín lo almacenan aquí mientras buscan comprador o para cuando necesiten utilizarlo.

—Yo tener muchos problemas con capitán Flint. Muy malo. Muy malo. Entonces pasar aquello...

—¿Qué pasó?

—Siete nautas bailaron sobre la tumba del muerto....

—¿Quienes fueron esos siete nautas?

—La tripulación de la Walrus: el capitán Flint, la contramaestre Sara Huesos, el navegante Juan Argento, el jefe de máquinas Israel Hands, el jefe de hábitat «Sacristán» y los marineros Perro Negro y Ben «Gunn» Conrad.

—¿Ben «Gunn» Conrad?

—Así me llamaban. Gunn.

—¿Viste el agujero negro?

—No ser negro. Ser como luz muy brillante que mover rápido. No pasar muy lejos de la posición de la nave espacial. Luz mala. Todos salir corriendo hacia el santuario para proteger de radiación. Flint no quiso. Él reír de nosotros y beber ron, pero luego sentirse mal y morir enseguida... Todos asustados.

—Así murió Flint, cocido por los rayos gamma de la bestia cósmica.

—Y «Sacristán» mirar con telescopio y quedar ciego. Muy tonto.

—«Sacristán» no sé quién es, pero creo que está muerto.

—Sin Flint, Huesos nueva capitán. Huesos muy mala. La gente no querer a ella. Odiarme mucho y dejarme abandonado en la base. ¡Mala persona!

La frustración de Ben era enorme. Su voz se quebró y no siguió hablando.

—Entonces —dije— pasaron por la base de Miranda a recoger o dejar suministros y, sobre todo, para reparar lo que pudieran de la nave; después volvieron a la órbita de Saturno. Con la nave seriamente dañada por el agujero negro, la abandonarían cuando se encontraron próximos a un puerto seguro utilizando las lanzaderas, y dejando a Huesos sola con el cadáver de Flint, que fue lo que descubrió Sandoval.

—¡Oh! Eso no saber. ¿Qué más pasar?

—Huesos murió en la prisión donde yo cumplía la perpetua. Sabíamos que algo sucedía en Miranda, así que el capitán Sandoval organizó una expedición para volver e investigar.

—Rebeca, Rebeca, ¡qué felicidad! Tú haber venido aquí con nave espacial. ¿Ese capitán Sandoval me permitirá volver a algún sitio civilizado donde comer bien? ¿Es capitán Sandoval bueno, Rebeca? Si tú hablar con él, tú decir que yo ser buena persona. Tú hablar bonito de mí. Yo no pirata, Rebeca.

—Pero te enrolaste con ellos en la mismísima Walrus, Ben, nada menos que el navío más sangriento y buscado de todo el sistema solar. ¿Cómo se te ocurrió hacer semejante tontería?

—Yo despistado. Yo ser bueno. Yo ser Ben.

—El problema es que la expedición de Sandoval se organizó con tan mala suerte...

No pude disimular mi frustración. Ben abrió mucho los ojos, con inquietud.

—¿Qué pasar? ¿Qué pasar?

—... que se nos colaron algunos piratas de la Walrus en la Stella Maris.

—¿Quién?

—Juan Argento, Israel Hands y Perro Negro.

—¡No! ¡No! ¡Perro Negro ser malo! ¡Muy malo! Él ser malo.

— Y lo peor es que nos dimos cuenta de la presencia de estos canallas cuando era demasiado tarde. Ahora ya se han amotinado. Tienen el control de la Stella Maris y están orbitando sobre Miranda.

—¡Oh, no!

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