La flor que le devolvió a su gran amor
Se cuenta... que hace tiempo una mujer por nombre Eun-ji que quiere decir “flor de la bondad” estaba perdidamente enamorada de Kim Jae-Sang, el significado de su nombre era generoso, empático y compasivo, esas cualidades perfectamente las demostraba.
Eran una pareja muy linda, llevaban dos años de novios pero un día a Kim Jae-Sang le dieron la noticia de que se tenía que ir al servicio militar, al darle la noticia a Eun-ji se puso muy triste, no le emocionó para nada esa noticia porque sabía que no lo vería por año y medio, por ese motivo antes de irse él aprovechó para pasar más tiempo con su amada disfrutando el uno del otro pasaron momentos inolvidables; la semana se pasó muy rápido y para despedirse formalmente le dijo a Eun-ji que se encontrarán en el puente Hangang el domingo.
Tras los primeros signos de luz Eun-ji se levantó y se empezó arreglar para verse bonita, mira su reloj de pared y se apresura para llegar puntual. Sale de su casa y los primeros cantos de los pájaros suenan bastante ligeros como dándole ánimo para que aguante la despedida, no tarda mucho y enseguida Eun-ji llega al lugar, parada observa que está a dos metros de distancia de Jae-Sang quien está con sus manos formando un corazón, él le sonríe y luego se acerca a ella, con su mano derecha levanta la barbilla de Eun-ji para que se miren a los ojos fijamente, en la mirada de ambos hay un profundo brillo muy especial.
De pronto el viento hace que el pelo de Eun-ji se alborote y le tape sus ojos pero Jae-Sang con su mano se lo acomoda atrás de su oreja, era una escena muy bonita que derrama dulzura, después de unos segundos empieza hablar él con voz clara.
—Llego el día para irme, te juro que volveré sano y salvo para cumplir mi promesa de casarme contigo, eso sí cuando se cumpla el año y medio quiero que vengas a este mismo lugar.
—Claro que si... Y te recibiré con alegría —lo dice empapada en llanto.
Jae-Sang la toma de la mano se inclina hacia ella para besarla con suavidad, ese cálido beso parece que duró una eternidad pero solo duro unos segundos, se separan un poco y Jae-Sang le expresa lo mucho que la ama, antes de irse la abraza por minutos hasta que su amigo Doyun lo llama y se va con él, Eun-ji se queda muy afligida tras su partida, sin duda ha perdido algo de ánimo.
Pasaron los días, los meses y ella lo extrañaba mucho; tan pronto como en un abrir y cerrar de ojos el año y medio pasó, Eun-ji sabía que su amor regresaría estaba muy contenta porque lo volvería a ver, se puso un vestido floreado que a su cuerpo le quedaba muy bien, se pintó los labios con un labial rojo fresa, y lista fue al lugar muy temprano; llegó y pudo ver el hermoso amanecer que desprende mucho color, suspiró con mucha emoción. Las horas pasan voltea por todos lados y no lo ve, por más que espero hasta el anochecer, él no llegó y mejor se fue Eun-ji a casa.
Decidió volver al siguiente día igual temprano, no obstante no apareció y por dos semanas regreso al mismo sitio con la esperanza de volver a verlo sin embargo no hubo rastro de Jae-Sang por esa razón dejo de ir.
Un día ella se enteró por un vecino que Doyun, ya había regresado del servicio militar eso ocasionó que esperara anciosa pues pensó que a lo mejor se había retrasado y estaría con ella en los próximos días; y esos días se convirtieron en semanas y Kim Jae-Sang seguía sin regresar.
—¿¡Será qué lo volveré a ver!? —en voz alta se pregunta muy preocupada, y luego añade—. Tendré que preguntarle a Doyun porque no ha llegado Jae-Sang.
Va hacia su casa, toca la puerta y sale Doyun.
—Buenas tardes —lo saluda inclinando el cuerpo y él hace lo mismo—. Me da mucho gusto verte, puedo hacerte una pregunta —su rostro luce ansioso.
—Adelante —presta mucha atención.
—¿Sabrás si Kim Jae-Sang se quedará más tiempo haciendo el servicio militar?
—Pensé que ya estaba en casa, porque él salió dos días antes que yo —se confunde un poco por lo que dice.
—No puede ser eso —expresa con confusión, siente en ese momento un golpe en el pecho, piensa que tal vez le pasó algo.
—¿Entonces dónde está? —en su voz hay preocupación.
—No, lo sé Eun-ji pero si sé algo yo te avisaré —asegura.
Eun-ji se va con una cara larga. Y consumida por la angustia caminó hacia el puente donde se despidieron.
—¡Donde estás Kim Jae-Sang! —grita en el aire por la insertidumbre de no saber nada de su amado, sus ojos se llenaron de lágrimas y una tristeza infinita se abrigó en su corazón.
Al otro día sentada en la mesa pensaba que hacer, ya no quiere esperar más y decide ir a buscarlo, se aferra a la esperanza de volverlo a ver. Toma algo de dinero, las llaves de la casa y se dirige al lugar donde hacen el servicio militar, toma varios transportes y luego camina.
Durante el trayecto la temperatura se desplomó, empezó a caer nieve suave como las nubes y Eun-ji empezó a sentir mucho frío hasta titireteaba, ella no esperaba el drástico cambio del tiempo y el aire comenzó a congelar su corazón y este ya latía lento, cada respiración era un esfuerzo, sus piernas no le respondían, le pesaban como si fueran de plomo, sus ojos se entrecerraron abruptamente no aguanto y cayó en la nieve, pronto un hombre la ve y corre auxiliarla como no responde decide cargarla llevándola a su cabaña. El señor con mucho cuidado la acuesta en unos sillones y la tapa con una cobija y con el calor de la chimenea el corazón de Eun-ji poco a poco empezó a latir como de costumbre. Cuando abre los ojos se levanta de inmediato.
—¿Qué estoy haciendo aquí? —su voz suena agitada.
—Como te ví desplomada en la nieve decidí traerte a mi casa —responde como buen Samaritano.
—Muchas gracias, pero tengo que irme —responde.
Le urge salir, no quiere perder más tiempo para ir en busca de su amado.
—Espera a que el clima mejore —expresa de buena manera y añade—. No, me he presentado mi nombre es Seong-Jin.
—Mucho gusto mi nombre es Eun-ji.
—Bueno ya que nos presentamos comamos esta rica sopa de algas que prepare, te hará mucho bien.
Se sientan a comer, sin embargo Eun-ji está apenada y no habla; una vez que terminan Seong-Jin le pregunta.
—¿Por qué estabas sola por estos rumbos? —pregunta un tanto curioso.
—Es que voy a buscar a mi novio —responde.
—¿Y dónde está?
—No estoy segura, porque ya se cumplió su estadía en el servicio militar y no ha regresado eso me preocupa —responde con sinceridad.
—¿Y cómo se llama?
—Kim Jae-Sang —declara.
Ella se le queda viendo preguntándose ¿por qué se quedó pensativo? ¿a caso lo conoce...?
—Sabes... hace poco supe que un hombre llamado Kim Jae-Sang y otros jóvenes desaparecieron en una misión y no hay rastros de ellos, como resultado un día un soldado encontró una carta destinada para Eun-ji de parte de Kim Jae-Sang y me la dió y la he guardado y ahorita como me dijo el nombre de su novio y se su nombre, estoy seguro que le pertenece a usted.
—¿Me la puede dar por favor?
—Claro que sí. —Va por la carta y se la da en las manos para luego retirarse y dejarla sola.
La lee en voz baja.
Querida Eun-ji:
Hoy me han mandado a una misión y tengo un mal presentimiento, por eso quiero expresarte en esta hoja de papel lo que siento; desde el día uno que he estado aquí he pensado en tí, me siento muy afortunado por haberte conocido eres lo más hermoso que me ha pasado, todavía recuerdo la primera vez que nos conocimos cuando mi amigo nos presentó en una comida, ese día descubrí que eras una persona maravillosa, inteligente y no sabía si sería capaz de pedirte una cita pero tu sonrisa me animó hacerlo y al final si lo pude hacer. En definitiva esa primera cita fue increíble para mi vida, cuando nuestras manos se juntaron por primera vez nuestro amor empezó a florecer. Y no me creerás que cuando duermo, sueño que me miras con una gran sonrisa y quiero que no acabe ese sueño porque me das una paz mental y una alegría difícil de explicar, y cuando abro los ojos por la mañana pienso en tí y todo a mi alrededor se perfuma con tú aroma. Cada recuerdo que tengo contigo está en mi corazón y al igual que las estrellas iluminan el cielo para dar luz, tú has iluminado mi vida con el color del amor, espero que esté mal presentimiento no sea verdad porque lo único que quiero es poderte abrazar y cumplir mi promesa de casarnos, pero si no te vuelvo a ver te prometo que te amaré hasta mi último suspiro.
Eun-ji soltó un gemido largo y lento para después dejar caer sus lágrimas sobre su piel, hasta que se cansó y paro de llorar. Como tenía sentimientos encontrados se quería ir de ahí, aunque Seong-jin le pide que se quede, así lo hace.
Al siguiente día el clima se ve mucho mejor, Eun-ji le agradece su hospitalidad a Seong-jin y se va.
Camina con la mirada triste apagada, y con susurros en el viento se le escuchaba decir.
—Kim Jae-Sang te estaré esperando.
Pasan seis meses, Eun-ji sale a comprar al mercado algunas cosas que necesitaba, de cerca escucha la conversación de una señora decirle a otra que la flor de loto transparente puede hacer realidad los deseos del corazón, pero esa flor era muy difícil de encontrar, le emociona a Eun-ji escuchar lo del deseo aunque sabe que le costará trabajo.
¿Lo hará...?
Entusiasmada regresa a casa y deja las cosas que compró para ir a buscar la flor de loto, una vez que agarró su bolsa empezó a llover tan fuerte que parecía más un diluvio y no pudo salir. Los rayos iluminaban el cielo y el retumbar de los truenos eran tan fuertes que toda la casa temblaba, mientras tanto tuvo que esperar.
Al otro día, a los primeros rayos de la luz se alistó y salió rumbo a todos los estanques, pasaron días y fue a los lagos, pantanos, y no veía ninguna flor de loto transparente aún así no se desanimaba seguía buscando; pasan las semanas y solo le faltaba buscar en las lagunas, se dirige a la que le queda más cerca, camina y de lejos ve a una flor transparente, corre rápido hacia allá y se frota los ojos porque piensa que puede ser su imaginación, la realidad es que efectivamente era la flor de loto transparente y está ante sus ojos, se inclina y desea con todo el corazón que regrese Jae-Sang, después de unos minutos se marcha para irse a casa.
Un par de semanas pasan. No aparece su novio, cree que lo que escucho fueron puras mentiras, desilucionada sale de su casa para despejar su mente, el desaliento que lleva flota en el aire.
De pronto un hombre se acerca hacia ella, no se le ve la cara porque tiene una capucha se la quita y, Eun-ji parpadea varias veces con los ojos muy abiertos luego lo mira con atención, se da cuenta que es su amor Kim Jae-Sang, se queda petrificada y cierra los ojos. No puede creer que el deseo se cumplió, incluso pensaba que estaba en un sueño, abre sus ojos, lo mira fijamente y ve que es real.
A los dos al mismo tiempo el corazón les late a mil por hora, los ojos oscuros de Eun-ji brillan de emoción no lo puede ocultar.
—Todo este tiempo te he extrañado y me alegra volverte a ver —dice conmovido, con lágrimas que le gotean por las esquinas de sus ojos. Estaba muy feliz y contento.
Se acerca a su amada para besarla y su voz se va perdiendo en ese beso; ambos con los rostros humedecidos se abrazan con cariño, ella se siente débil sus piernas no resisten por la impresión, se apoya en el pecho Kim Jan-San para no venirse abajo, toma unos momentos para asimilarlo para luego entrar a la casa. Ya más tranquilos los dos empiezan a conversar y Jae-Sang le explica con lujo de detalle todo lo que tuvo que pasar.
La noche llegó y Kim Jae-Sang quiere ir a caminar junto a Eun-ji.
Se dirigen a un bello parque donde las estrellas se ven como joyas brillantes y es ahí donde Jae-Sang se inclina de rodillas y saca una sortija color rosa metálico y le pide matrimonio a Eun-ji, enseguida acepta porque quiere pasar toda su vida con su gran amor.
No pasa mucho tiempo y se casan para formar una bella familia, el amor que sentía Eun-ji hacia Kim Jae-Sang hizo que su deseo se hiciera realidad.
Así que cuento contado en este momento ha terminado...
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