「ღ」Capítulo 23.

Observé que llevaba puesta un pijama de Caro y supuse que ella me había cambiado cuando llegamos. Traté de levantarme, pero la cabeza me daba vueltas así que mi cuerpo cedió hacia atrás, el movimiento hizo que Caro despertara de golpe. Traía los ojos hinchados de tanto llorar, me miró, y prácticamente se abalanzó sobre mí para abrazarme. No dejaba de pedirme perdón.

Mi cuerpo se sentía todavía aletargado, pero la rodeé como pude con mis brazos. En ese instante comencé a recordar lo que había pasado la noche anterior y sentí mucho miedo. Vi mi muñeca y las marcas de la mano de Dylan todavía estaban allí. Comencé a llorar. Si no hubiera sido capaz de gritar, Caro nunca hubiera salido y no quiero ni imaginar lo que ese imbécil me hubiera hecho de haberme logrado encerrar dentro del cuarto.

Temblaba y mi respiración se volvió agitada, Caro se separó y me tomó de las manos mientras me ayudaba con las respiraciones. Pasaron varios minutos, finalmente pude calmarme.

—Lo siento tanto —susurró ella mientras me abrazaba—. Perdóname, Zoey. Dios, entenderé si no quieres volver a hablarme y me odias, pero, mierda, no tienes idea de lo mal que me siento de que estuvo a punto de pasarte algo horrible por mi culpa.

Caro se veía en verdad mortificada por todo lo que había pasado, me sujetaba como si fuera algo tan frágil que estuviera a punto de romperse.

—Caro —le dije, ella se separó para observarme—. Estoy bien —traté de calmarme, pero temblaba tanto que ella solo me observó.

Estuvo apunto de hablar pero su celular comenzó a sonar, ambas dirigimos nuestra mirada a la pantalla, Victor la estaba llamando, Caro frunció el ceño, tomó el teléfono y lo apagó sin más, la observé y ella volvió a enfocarse en mí.

—Lo lamento, Zoey —me dijo con la voz quebrada—. Te prometo que haré lo que me haga falta con tal de enmendar este terrible error.

—Caro, está b...

—No, no está bien —me corta mientras frunce el ceño—. No trates de hacerme sentir mejor. Fui una imbécil, puse a la persona que más amo en todo el mundo en peligro por un idiota. No volverá a pasar, te lo juro Zoey, no volveré a dejar que algo así vuelva a pasar.

Caro me acompañó al baño y me ayudó a lavarme la cara, sentía que todo me daba vueltas y las luces eran demasiado estridentes. Le pregunté qué había pasado con Eliot, ya que recordaba haberlo visto antes de perder el conocimiento, pero me dio una respuesta vaga, aunque se veía que había algo más que me estaba ocultando, pero por más que le insistí no me quiso decir que era.

Me dio una aspirina y para el medio día ya me sentía un poco más repuesta. De regreso a la habitación escuchamos las llaves de la entrada, su mamá pasó por el cuarto y observó a Caro muy molesta. Era momento de que me marchara.

—Zoey déjame me cambio, te acompañaré a casa —me dice mientras toma una sudadera de la silla.

—Oye, tranquila, puedo ir sola, además... creo que tu mamá necesita hablar contigo.

Caro se veía muy incómoda, no sabía a qué hora habíamos llegado, pero lo que sí recordaba a la perfección antes de prácticamente desmayarme era el sonido del teléfono repicando una y otra vez sin descanso.

—Te llamaré más tarde para saber cómo te encuentras ¿sí?

—Está bien.

Al tomar mi celular vi la hora, era casi el medio día, me metí al chat de mi mamá y vi que Caro o Eliot le habían enviado un mensaje por la noche diciéndole que acababa de llegar e iba a dormir.

En cuanto puse un pie fuera de su casa comencé a oír cómo Eliana comenzó a discutir con Caro aunque no entendía nada de lo que le estaba diciendo.

Al llegar al portón de mi casa abrí la cerradura con miedo, entré despacio a la puerta y escuché a mis padres conversando en la sala mientras miraban las noticias, los saludé rápidamente, dejé las llaves en la entrada y comencé a dirigirme escaleras arriba, quería hablar con Eliot, necesitaba darle las gracias por lo que había hecho por mí la noche anterior, pero cuando llegué a su cuarto no vi a nadie.

Comencé a llamarlo, no me respondía. Le envié un mensaje de texto, pero solo aparecía un check así que posiblemente donde estaba no tenía señal.

Me sentía demasiado mal. Tuve que sentarme en el suelo ya que sentía que iba a tener un ataque y el frío del suelo sería lo único que lograría distraer mi mente en ese punto. Necesitaba hablar, al observar mi muñeca con las marcas podía jurar que todavía sentía la mano de Dylan apretándola con fuerza, y podía jurar que su aliento todavía se sentía en mi oreja.

El timbre comenzó a sonar con desesperación, luego oí como las pisadas de las escaleras resonaban por el pasadizo y la puerta de mi habitación no tardó en abrirse. Ivan entró con la respiración agitada y caminó directamente hasta donde estaba, tapé mi muñeca por inercia y enseguida quitó mi mano para ver la marca.

—¿Te hizo algo ese hijo de puta? —pregunta mientras me observa, es la primera vez que lo veía así de enojado.

—¿Qué... qué haces aquí?

—¡Contesta! —aprieta los dientes— ¿El mal nacido de Dylan Klein te hizo algo? —niego con la cabeza temblando.

—Caro no dejó que pasara —respondo—, y Eliot... me salvó.

—Es todo lo que necesitaba escuchar.

Diciendo esto dio media vuelta y se fue, Ivan se subió rápidamente al auto y pisó el acelerador, mis padres se habían asustado por la forma brusca en la que se fue, pero en cuanto bajé detrás de él prácticamente corriendo, alcancé a oír la noticia que estaban pasando en la televisión.

—¡Noticia de última hora! —comenta el reportero— Hace algunos minutos nos llegaron vídeos de una pelea que se llevó a cabo en el lujoso barrio de St. Richard, la policía acaba de llevarse detenido a Eliot Brown, hijo del famoso compositor Theo Brown, luego de golpear brutalmente a Dylan Klein, el vocalista de Angel's.

Observé la pantalla y vi las grabaciones que habían hecho los residentes, Eliot tenía contra el suelo a Dylan y lo golpeaba sin descanso una y otra vez, Dylan había tratado de defenderse, pero no podía hacer nada al respecto.

—Dios santo —escucho que dice mi madre.
—Dylan Klein está fuera de peligro, pero luego de darle atención médica ha sido dirigido a la comisaría para que pueda dar sus declaraciones ¡Esperen! —anuncia el periodista— Nos acaban de informar que ha llegado Ivan White en compañía de sus abogados.

Ivan apareció en la pantalla mientras caminaba visiblemente molesto al interior, los periodistas se lanzaron prácticamente sobre él para obtener una declaración, pero su seguridad no permitió que pasaran.

—Iré a ver a Eliot —informa mi padre mientras camina a la puerta, yo lo sujeto del brazo.

—Por favor, papá, llévame contigo —suplico.

—No irás —contesta de golpe alzando la voz.

—¡Eliot está allí por mi culpa! —grito y no puedo evitar comenzar a llorar— Por favor, te lo suplico, papá.

Mi padre no entendía bien qué era lo que había pasado, pero accedió a llevarme con él. En cuanto entramos al auto vio mi muñeca y tuve que contarle que había pasado. Fue la primera vez que vi a mi padre sumamente molesto mientras pisaba el acelerador.

Al llegar todo estaba lleno de policías, era imposible entrar por la puerta delantera así que tuvimos que ir por la parte de atrás.

Tomé mi teléfono y le marqué a Ivan, no contestaba, le envié un mensaje y casi de inmediato Benjamin, el mánager de Ivan, se acercó hasta nuestro vehículo, me dijo un gorro y unas gafas y nos hizo ingresar sin que los periodistas nos vieran.

Nos dirigió hasta una habitación donde estaban Ivan y sus abogados reunidos. Ambos traían trajes muy caros, estaban perfectamente afeitados y olían demasiado a loción de afeitar.

—Señor Walker, un gusto, mi nombre es Alex —comenta el abogado mayor—, y él es mi compañero Wilson. Bien, Ivan ya nos explicó la situación y ya escuchamos también la versión de Eliot —contesta el que era mayor mientras extiende un contrato al frente—. Estamos llegando a un acuerdo con el representante de Angel's para que esto no se haga público, necesitamos que usted como su apoderado firme este documento y ella deberá pasar por un médico legista, estamos llegando a un acuerdo económico para que Dylan no siente una denuncia, pero es obligatorio que usted señor Walker y su hija firmen este contrato de confidencialidad.

—No pienso firmar nada, ese sujeto estuvo a punto de abusar de mi hija, es un criminal y necesita ser tratado como tal, Eliot únicamente la defendió —mi padre golpeó la mesa frustrado, pero ni los abogados ni Benjamin se inmutaron.

—Señor Walker, entendemos perfectamente la situación —contesta el otro abogado—, pero Eliot está en una enorme desventaja, hay suficiente prueba para incriminarlo. La contraparte está por utilizar una grabación del Club de la noche anterior donde se ve como Eliot ingresa y amenaza al Sr. Dylan, si no hubiera sido por sus acompañantes posiblemente Eliot lo hubiera lastimado en ese mismo momento. El abogado del Sr. Dylan está planeando acusarlo de intento de homicidio, y dudo mucho que usted quiera verlo tras las rejas por algo como esto.

—¿Algo como esto? —bufa con incredulidad— ¡Es un violador! Si la amiga de mi hija y Eliot no hubieran intervenido... Dios no quiero ni pensar en que hubiera podido pasar.

—¿Liam Walker, verdad? —pregunta Benjamin luego de la respuesta de mi padre— Un gusto, Benjamin Moore, representante de Ivan White, de la agencia Golden —él extiende la mano pero mi padre lo deja en el aire y simplemente le sonríe— Escuche, entendemos la situación, sé que como padre debe estar furioso, créame que yo también lo estaría, pero la solución que estamos planteando es la que mejor nos conviene a todos.

Eliot saldrá libre luego de pagar una fianza, Dylan se recuperará, y esto no se hará público, quedará como una simple riña entre dos personas por algún tipo de diferencia pasada. El acuerdo al que estamos llegando le favorece por sobre todo a su hija. Dudo que quiera que su vida se vea afectada por esto, ¿No? Si todo ese escándalo se hace público le aseguro, señor Walker, que su hija no podrá tener una vida normal después de esto.

Piénselo un poco: Ella asistió a un evento donde todos eran mayores de edad, a un lugar donde únicamente se puede acceder con un documento legal, tengo entendido que ella todavía se encuentra asistiendo a la escuela, si esto se sabe posiblemente la expulsen, y aunque me encantaría poder asegurar que todo será igual que antes, estoy seguro que eso no será así, usted como ex vocalista de Spectra, la banda a la que correspondía el padre de Eliot, sabe mejor que nadie lo que es el acoso de la prensa. Ivan está poniendo su carrera en juego por ayudar a su hija, así como él lo hace, usted también debe pensar en su familia, señor Walker.

Mi padre se quedó callado luego de escucharlo, pude verlo como apretaba el puño con fuerza, luego dirigió su mirada a Ivan que hasta ese momento se había mantenido callado.

—Sé como funciona este mundo —contesta finalmente mi padre aun dándome la espalda—. Quise creer que tú serías diferente —Ivan lo observa luego de escucharlo, pero no le dice nada.

Mi padre tomó el bolígrafo y firmó, los abogados sonrieron ampliamente al igual que Benjamin, pero este a diferencia de la primera vez que lo vi, me observaba como si yo fuera una molestia, algo que debía desaparecer.

Los abogados me llevaron a un área contigua, el perito de medicina legal me hizo pasar por muchos exámenes, pasaron varias horas y una vez que tuvieron todos los resultados, se le entregaron directamente a los abogados, luego de eso nos dirigimos a la parte exterior, ellos me indicaron que necesitaban hablar todavía con mi padre pero que de momento, podía ir hasta donde él estaba.

Luego de que terminaron me dirigí a la sección de las carceletas, mi padre ya se encontraba en la parte de afuera sentado en una banca con los dedos entrelazados. Tomé asiento a su lado, no me dijo nada, pero podía sentir lo molesto que estaba en ese momento.

—Me has decepcionado —suelta y yo agacho el rostro. Era la primera vez que lo escuchaba decirme eso—. Creí que nuestra relación era transparente y se basaba en la confianza, Zoey, pero por lo visto me has estado ocultando cosas —diciendo esto se pone de pie y me observaba. Sus ojos se veían llorosos—. Estuve esperando a que me confesaras la relación que tenían, pero no lo hiciste, continuaste con tus mentiras. No soy idiota, Zoey, tu madre tampoco, ambos nos dimos cuenta de todo. Quise entenderte, fui joven como tú, y sé que nunca fui alguien muy fácil con este tema, pero... que no hayas tenido esa apertura para hablarme me duele —vi cómo limpió unas lágrimas que escaparon de sus ojos—. Quise creer que él era diferente a toda esa gente que pertenece a este mundo, pero hoy me ha comprobado que no es así.

—Papá, él...

—No quiero que vuelvas a verlo, y escucha bien lo que te diré, Ivan queda vetado, no quiero que vuelva a ir a la casa y esta relación que tenían se acabó hoy —dice mientras da la vuelta—. Es una orden Zoey y no pienso discutirlo más.

Uno de los abogados llegó para llevárselo a terminar de firmar unos papeles, luego de eso un policía me hizo entrar a la carceleta. Eliot estaba sentado en la camilla de metal, en cuanto me vio se puso de pie, el guardia abrió la celda y finalmente pudo salir.

—¿Qué haces aquí? —pregunta mientras me da un abrazo.

Lo observó y puedo darme cuenta de que tiene el labio partido, el pómulo de su ojo está ligeramente hinchado, pero fuera de esos pequeños golpes él parece encontrarse bien.

—No tenías que hacer esto, Eliot —le digo mientras escondo el rostro en su pecho.
—Zoey, eres la persona que más quiero en el mundo—me dice mientras deposita un beso sobre mi cabeza—. Créeme cuando te digo que si esto hubiera escalado a mayores, hubiera sido capaz de matarlo. No iba a dejar las cosas simplemente de esta manera.

La puerta volvió a abrirse y mi padre entró junto a dos oficiales, con un gesto de la cabeza nos pidió que los siguiéramos, al llegar al pasadizo pude ver como Ivan, sus abogados y Benjamin se encontraban conversando, ambos nos observamos, y aunque parecía que fue durante un largo rato, en realidad tan solo pasaron algunos segundos. Finalmente fue él quien rompió el contacto y se dio la vuelta.

—Será mejor irnos —dice el policía que estaba junto a nosotros—, ellos se encargarán de la prensa y debemos aprovechar.

Eliot, mi padre y los dos policías comenzaron a ir en dirección a la salida contraria, yo continuaba quieta en mi lugar, aguardando que él volteara, pero eso no pasó. Ivan siguió avanzando, al abrirse las puertas de la entrada principal los flashes de los paparazzis iluminaron la estación policial.

Ninguno de los dos había hablado, pero ese día pude sentir claramente como aquella brecha que ya existía entre nosotros fue creciendo más y más. 

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