Capítulo 4- Sarada y su plan.
—Sarada, tengo una mala espina de todo esto.—le dijo por décima vez el rubio.—¿Estas segura de que conseguirás irte sin más?
La Uchiha sólo se limitó a acomodar sus gafas mientras suspiraba levemente. Horas atrás había contado su alocado plan al Uzumaki, y éste, tras muchas dudas, decidió ayudarla. El plan consistía en que el pequeño rubio llamara la atención de los aldeanos mientras la azabache, aprovechando la situación, huía de la aldea en busca de su tío.
—Callate, Boruto.—se quejó arrugando la nariz.—Si no dejas de hablar te pateare el culo aquí mismo, no me dejas pensar.
Un largo silencio se instaló en el pequeño apartamento que la quinta les había dejado para vivir mientras intentaban descubrir como volver a su tiempo.
Sarada observó por el rabillo del ojo como el Uzumaki se removía inquieto en el sofá.
—E-estas segura de que no quieres ver—
—Si vas a nombrar a mi padre, ni lo intentes.—su mirada fría chocó con el azul cielo del chico.—Mama me contó muchas historias sobre él cuando era joven, ahora mismo es un idiota que solo busca la venganza. Sería tiempo perdido intentar hablar con él.
Su tono de voz sorprendió a Boruto, a los ojos de la gente podía aparentar odiar y menospreciar a su padre, pero a él no le engañaba. Sabía que, después de todo, le extrañaba. Sus ojos opacos llenos de dolor se lo decían.
—¿Que tanto me miras?
El rubio se sonrojó al observar la cercanía de la chica hacia él. Se levantó bruscamente del sofá y tosió sonoramente, intentando así ocultar su sonrojo. Por muy inteligente que fuera Sarada, no llegaba a entender que esas acciones desconcertaban a la gente.
—Es tu padre, Sarada.
—Cuando le conviene.—reprochó con amargura.
El Uzumaki suspiró mientras negaba con la cabeza. Llevo sus manos a su cabeza y se revolvió el pelo mientras sonreía.
—Eres tan terca como tu madre.
—Y tú tan idiota como tu padre.
Se miraron unos segundos antes de estallar en risas. Su relación se basaba en eso, en odiarse y quererse a la vez.
Sarada se calló de repente, recordando a cierto familiar de su amigo.
—¿Vas a ir a verle?
—¿Eh?—preguntó confundido el chico.—¿A quién?
—A Neji Hyuga.
Quizás había sido demasiado brusca, por que ese nombre había callado por completo a su amigo. En cierto modo, se sintió mal. Al igual que ella, Boruto había perdido a su tío en la Cuarta Guerra Ninja.
—Lo siento.—se disculpó ocultando su sonrojó.—No debería de haber—
—Tranquila.—le brindó una cálida sonrisa.—Sí, supongo que iré a verle, algún día de estos.
Y no necesitaron más palabras. Los demonios del pasado se habían encargado perfectamente de apoderarse de sus recuerdos, esos en los que sus padres lucían tristes al contarles lo valientes y héroes que habían sido.
—Esto es una mierda.—murmuró la Uchiha mientras se tumbaba en el sofá.
—Puede que tengas razón, después de todo.
Lo sé, lo sé. Había dejado de lado esta historia mientras actuliazaba otras. Pido perdón por eso, y además aprovecho para comunicar que me centraré mucho más en esta novela, ya que la inspiración parece volver ami.
Espero que aun sigáis aquí, leyéndola, después de todo.
Pido perdón de nuevo por mi ausencia.
Besos kawaiis para todos♡
P.D: No olvidéis votar y comentar :3
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