Tú...

tus ojitos, que al lanzar una mirada quitan cualquier inquietud

tus manos, que con solo un roce tranquilizan toda aquella angustia

tus labios, que al pronunciar esas palabras causas mariposas y nervios dentro de mí

tus brazos, listos para dar largos y calurosos abrazos

tu cabello, simplemente perfecto...

Te digo que eres mi droga... pero una droga que no mata

una droga que me hace ser adicta de ti todos los días... 

una droga que me tranquiliza, que vive en mí día a día...

una droga que me hace sentir mi yo misma...

Llegamos de caminos separados,

sin saber que más adelante,

esto se convirtiera en algo verdadero y eterno.

Eres un sueño hecho realidad

que sin pensarlo ni pedirlo,

te volviste más que alguien especial.

Eres mi droga,

porque tengo la necesidad de saber de ti...

eres mi droga, 

porque haces que mi mundo se convierta: en nuestro mundo.

Verte cada día

es sentirme tranquila,

saber que estás bien 

y que estarás para mi siempre.

Eres mi droga

porque te volviste fundamental en mi vida...

eres mi droga 

porque me llevas a lo desconocido

sin saber que nos deparará.

Eres perfectamente único...

ni los filósofos, ni los Einsteins, 

tienen aquel don... 

que tranquiliza mis lágrimas, mis nervios y mis miedos.

Causas en mi tantas sensaciones...

sentimientos que explotan... 

sonrisas que son inevitables,

y abrazos que agradecen tu llegada.

Eres mi droga

y yo tu adicta...

algo fuerte,

pero realista.