Suenan los cañones en oriente, el sol pronto se apagará, huele a pólvora en occidente pero la vida sigue ¿qué nos deparará? Mujeres muertas por inmoralidad, por que el velo estaba desordenado, que triste la vida del condenado que por no seguir las reglas en las hogueras terminará, y quién nos devolverá la vida esa que pusimos en pausa, cuando llegó la peste que en un manto de muerte nos sentenció sin causa, pronto llegará el día en el que dignatario necio presione el botón, y nos estallará el corazón y dejaremos de cantar alabanzas. 

Las palomas vuelan erráticas, los perros pelean por que si, los gatos maullan con frenesí, eran bombas las que sentí en mi sueño de media tarde, y me comían la carne como buitres hambrientos, nos merecemos un escarmiento por haberlo echado a perder, no debemos quejarnos si llegamos a perecer, es nuestro destino por no saber ser, ser humanos y dar la mano, decirte te amo a un hermano, demostrarle cariño al mundo, sentir desde lo mas profundo y darle esperanza a los niños. 

Se cae a pedazos el viejo y golpeado continente, se me retuerce la mente mientras escribo estos versos, cada segundo es un muerto, un último abrazo, un último beso, de un soldado que marcha a pelear una guerra que no quiere luchar, a matar a su propio pueblo, vista al frente y obedeciendo al rey de la megalomanía, en la isla se cae la monarquía por culpa de un inútil gobernante, en la bota nació una madre que alimenta la anarquía y una bala loca atravesó a los amantes. Roguemos por que nos quede tierra, donde podamos cultivar, que la batalla no sea nuclear y podamos sembrar esperanza, que quede fertilidad para volver a nacer y vivir vidas enteras, no está todo perdido aunque soplen vientos de guerra.