Conozco tu caminar, tus pisadas suaves, tu no lo sabes pero soy un tonto, por no mirarte a los ojos, por no probar tu mirada, por no hablar el mismo idioma, por acostumbrarme a este corazón roto.

Son infinitos atardeceres, entre sirenas y gente enferma, el amor se cierna incluso en el absoluto caos de esta mente eterna, son pocos mis haberes, no tengo mucho que ofrecerte, solo salvarte la vida cuando te amenace la muerte.

Las balas me quitaron el miedo, las llamas ya no me ofrecen calor, de mi se olvidó el amor y en el espejo no me reconozco, llorar ya no quiero, ya se secaron mis ojos, debo estar tan loco que ni siquiera te conozco, no se como ni quien eres, miro el oscuro cielo y te imagino un rostro, llorar ya no quiero ya dije que se secaron mi ojos, no encuentro la respuesta,  pero tanto te quiero.