Estoy a tu merced, rendido y destruido, ya no tengo nada que hacer, todo ha concluido, me pongo a tu disposición, ya no voy a batallar, estoy dispuesto a callar, ya perdí la misión. Atame y venda mis ojos, ellos perdieron su verde, de sangre están rojos, ya no hay planes en mi mente.

Tortúrame, ya lo haz hecho antes, con tus fotos y tu arte, desnuda sobre otro, golpéame si lo crees necesario, ya no siento dolor, me lo robó mi adversario, dime como lo disfrutas como con el son uno solo, ya mataste tu mitad, no me importa de todos modos, no me devuelvas nada, quédate con esas cosas, regálale mi abrigo y las sábanas donde gozan.

Hazme caminar, hacia el cráter imaginario, del volcán legendario, ándame a regalar, el calor me ha de quemar y con ello mi recuerdo, que mi grito se una con el estruendo de la montaña que me ha de tragar, hazme de apoco escalar y ponle fin a esta historia, trátame como la escoria como siempre me quisiste tratar. Empújame pero antes enfréntame, quítame la venda y déjame mirar, yo siempre te voy a amar, y mientras caigo al abismo cántame, dulce como la miel, ya se me esta cayendo la piel y el calor es insoportable, se acabo la historia infame, de traiciones y mentiras, muero con el alivio del que tranquilo camina, me voy con la esperanza de renacer de la ceniza, no moriré con prisa mas si con templanza, orgulloso de lo que hice y todo lo que entregué, empújame hasta el fondo y a la montaña ofrendame.