Tal y como vine al mundo, tal y como me voy a ir, entregando mucho y nada que recibir, mi cuerpo desnudo y alma seca, fui fácil presa de la desidia y la maldad, mi boca ya nada puede decir no soy capaz de palabras hilar, me iré tal como llegué, ciego, sordo y mudo.

Mis manos vacías ya no pueden entregar, nuestros dedos ya no se volverán a entrelazar, de amor ya carecía y aunque bien lo fingía la verdad no puedo burlar.

No tengo nada que entregar, y a donde vaya solo he de llegar.

Y a donde llegue tampoco podré entregar, solo, desnudo en cuerpo y alma, yo solo quiero encontrar la calma que me fueron a arrebatar y no he podido recuperarla y jamás podré volver a vislumbrarla, ni hablar de volver a ella mirarla si la ceguera fue su culpa, me iré sin dolor a la tumba pues a ella ya pude olvidarla y me pregunto ¿que tal se sentirá morir? ¿Cuando, donde y como?

Y declaro con fuerza que luché por esto detener, batalla que me dejó cojeando. Me  he pasado la vida batallando y soñando poder vencer en un combate desigual y disparejo, cada golpe me deja perplejo

Y no se por que, pero vencerme no me dejo.

No moriré hoy ni mañana, solo remarco mi condición y es que no tengo nada que ofrecer.