En cuerdas te encuentro, una sola con el viento, el pulso de la lluvia que rompe mi techo y el canto de tu voz que me atraviesan el pecho, lineas de colores hechas canciones, la sonrisa cobra vida, aparecen ilusiones, en un trozo de madera rompecorazones.

Y el poder de tu garganta disfrazado de dulzura, y es una locura cuando el tono se agiganta, cuerdas que vibran, cuerdas que lloran, que viven en momentos y mueren en tormento, obras que enamoran y se graban en mi mente, tu canción me volvió un demente solo en un momento.

La sonrisa se dibuja mientras acaricias el acero, un disparo certero para cualquier oyente, ya me volaste la mente con la primera nota, del techo cae una gota es la lagrima de un espectro, que desde otro plano te vino a escuchar por que tu obra logró traspasar dimensiones de lo conocido. Yo no le temo a los fantasmas, sigo escuchando tus canciones que son miel para mis oídos.