Dices que me extrañas, que el sentimiento de vacío te está matando, tal como tu me asesinaste, como de mi sangre te alimentaste, como cuando de fachada me usaste para verte con un poco mas de clase, yo me río aquí, en las nubes donde tu misma me enviaste, cuando esa bala disparaste, cuando los sesos me volaste. No recuerdo haber escuchado un te amo caí cuando caí en medio de la putrefacta posa de agua, ni un te quiero cuando vivo me enterraste, ahora mi sombra te persigue, aparece en cada rincón de tu vida, aún hueles a pólvora, yo te miro desde el eterno purgatorio, aún no termino de pagar mis pecados, y veo que estás en ruinas, qué lloras, qué le temes a todo, que la culpa se te viene encima. 

No me culpes de tus pesadillas, no fuí yo quien el gatillo jaló, yo no fuí el que mató, ni el que a sangre fría se reía mientras mi corazón aún latía ahí dentro de esa fosa, no es grato mirar hacia abajo y ver a los míos con manos florecidas viendo un trozo de mármol, pensando que estoy ahí, que nunca me fuí por que aun me esperan en casa, que en la mesa aún hay café junto a mi tasa, que al paquete de cigarrillos le faltan dos, que mis guitarras aun quieren sonar en arpegios sin sentido, que todos se niegan a aceptar que por tu culpa he partido. 

Y se me permite aquí una visita al día, y aún sigo usándola en ti, porque el amor trasciende y la estupidez también, por que ni él puede borrar este crimen, compartes tu vida, aparentar felicidad siempre fué lo tuyo, quizás él también sienta el murmullo de la muerte que se acerca, pobre de él, le tengo reservada una mesa, aquí es mejor estar acompañado que mal, aquí no existen los baños de sal, ni la suerte ni la fortuna, aquí solo existe la muerte y los lamentos, yo no me atormento y espero tranquilo mi juicio ese juicio que para ti no existe ¿sentiste miedo cuando en el espejo me viste? ¿y si no estoy muerto y salí de mi entierro cuando te fuiste? 

Despierta, no podrás moverte, esa será tu condena, una vida paralizada, desmoralizada, de sangre manchada, una vida desdichada llena de tropiezos, dolores interminables, un alma miserable, cadena perpetua de hechos desafortunados, eso es lo que aquí me dicen, que tu historial está manchado, que la belleza de tu rostro era tu regalo, que lo sigues manteniendo, pero podrida por dentro. Finalmente estoy vivo, no lograste tu cometido, en este vómito de metáforas de terror, en este lindo poema de amor contesto tu traición, no estoy muerto ni pretendo morir, me queda vida por vivir y contigo en la otra manzana tengo que convivir mas cuando llegue la hora de partir me llevarás una flor, le llorarás a un trozo de mármol, tomarás tu puñal y tallarás mi nombre en nuestro árbol.