Auroras boreales vislumbro en el horizonte, sonidos celestiales gritan los montes, el fin ha llegado a la tierra de nadie, un abrazo de despedida al ser imaginario, nada mas que decir, a morir con la vista al frente.
Cielos tornasol pintaron la noche como millones de luciérnagas bailando una coreografía, la danza de la muerte al son del apocalipsis, me dejo caer en un suelo de colchones, que el fin no me llegue de golpe, abro mis oídos, cierro mis ojos, escucho los sollozos de los agonizantes pecadores, yo me voy tranquilo que me lleven los ángeles cantando sus canciones.

Comienzan las explosiones y los cuerpos se iluminan, la lluvia cae en colores, crean hermosas pinturas, la experiencia no fue dura mas bien placentera, esto no es para cualquiera, los males se eliminan.
El mar viene corriendo, persiguiendo las ciudades, para unos calamidades como si el agua estuviera hirviendo, yo no se por que sigo viviendo y sigo estando expectante, para mi es pura belleza como se van expandiendo los mares.

De pronto llegó el silencio nadie lo había invitado, se hizo notar y como si lo pudiera escuchar, el fin del mundo se detuvo, a el mar algo lo contuvo, alguien en un trono sentado.
Fue solo un aviso, para los hombres una advertencia, sepan que no todo es ciencia, los Ángeles y caballos celestiales se guardaron en sus cobertizos, despierta hombre triste, solo fueron fuegos artificiales.