Atrápame si puedes, no te lo haré sencillo,  correré por cada pasillo del laberinto de tu mente, para que veas que se siente no poder conseguirlo, no eres rival para mi sigilo no puedes correr tan rápido, mi cuerpo pálido es mi mejor amigo.

Aquí estoy perfectamente escondido,  en un rincón de tu corazón escuchando tus latidos, en cada uno se oye mi nombre como siempre tuvo que haber sido, tarde te diste cuenta que tuyo era el mío, ahora de ti yo corro desobedeciendo mi propio destino, por que mi corazón rebelde ya no quiere ser poseído.

Ven, búscame, corre hacia mi intenta atraparme, trata de besarme que yo correré mi rostro, apúntale a mis labios, ahora no te parezco un monstruo, no dejaré que me veas, ni que me mires ni que me toques, ya no mereces mis roces, ni la sonrisa idiota, ni la mirada tímida, ni mi muerte ni mi vida, ya no te pertenecen, tampoco mis manos dejarán que la esposen.

Ya no depende de mi, ni de mis sentimientos de adolescente, ya maduró la muerte en el interior de mi alma, ya la dejé salir, ya estoy en calma, tu sigue intentándolo, aún hay lugar en mi cama, pero ya no es tuyo nada de mi te pertenece, ya superé con creces tu tierno y cruel desprecio, por años siendo el necio, jugando ruletas rusas con mi alma y mi mente.

Ámame, no puedo negar que lo hagas, veo las gotas de agua que brotan por tus ojos, cayendo por tu cara tratando de hacerme el tonto, piénsame hasta que tu cerebro se retuerza, recuerda cuando dejaste vacía esa mesa llena de rosas y un pastel, cuando era yo aquél que sin parar te buscaba, deséame como yo te deseé en mi almohada, ven aquí, corre y encuéntrame.