Cuando la tormenta apareció, en el horizonte cubriendo el mar, cuando pensabas que no eras capaz y que tu alma de negro se cubrió, cuando la felicidad te dio la espalda y la alegría desapareció.
Caminaste entre las lagrimas que las calles cubrieron, para serte bien sincero sentí que tu brillo se apagó, pero eso no amagó mis ganas de regresarte, todo eso que pensaste que la vida te arrebató.

Si era necesario me enfrentaría a tus fantasmas, con las manos vacías solo con mi vehemente voluntad y a tu alma pude entrar, para ahuyentar todos esos monstruos, nacido para luchar dejando todo de lado, como un loco enamorado que no tiene a quien amar.
Y logré poder derrotar a todos esos espectros, aunque terminé casi muerto, cumplí con la misión encomendada, escondí en el cinto mi espada y me hice uno con el viento. 

Nunca hemos contemplado nuestros rostros, pero una pluma de ángel nos eligió, para sufrir cada uno por su lado es el destino que nos dió,
Tu allá arriba en el trono de las reinas volviendo a ser feliz, por que encontraste con quien hacer tu corazón latir y por que ya pasó lo peor,  yo sigo aquí, a una vida de distancia, solitario y con templanza equilibrando la balanza de las vidas que están sufriendo, sin saber donde me va a tocar ir, pero con el alma tranquila y una lagrima bandida que corre por mi mejilla cuando te siento sonreír.