Perfectos desconocidos, perfectas decepciones.

kilómetros infinitos de caminos diferentes, una cicatriz en la frente.

heridas del pasado, mezquina fue la vida cuando éramos infantes tacones que se acercan a un ritmo escalofriante, tacones negros que se roban atenciones.

Luces que destellan al ritmo de los pasos, ritmos frenéticos, ritmos taquicárdicos miedo que me inunda música iracunda música profunda, puedo ver tus piernas aunque el ritmo me confunda, el ritmo de tus piernas piernas que matan, piernas asesinas otras cicatriz se avecina, falda de cuero negro caderas de mujer fina, cara de muñeca mirada de asesina.

La mesa me resguarda el whisky me da valentía, tiemblo como un niño la muñeca me quería, cara de muñeca labios color vino piernas que se mueven con la música y su ritmo, mirada de asesina que se clava con la mía, un trago y dejo de ser niño, la abrazo con cariño así no querrá matarme nunca quiso hacerlo solo su mirada con la mía, no me sale una palabra no pienso con certeza ella ahora sabe dónde encontrarme, escondido bajo la mesa.