Lograste hacer bailar, a un ferviente enemigo, tus pies ardientes llenaron el lugar con tu danza hiriente, y mi alma viviente se dejó conquistar.
Se me eriza la piel, cuando el saxofón retumba y me muevo en mi propia tumba mientras rozo tus labios de miel.

La serpiente mi abraza por el cuello, mientras torpe me muevo, con las manos en tu cintura, y tu cuerpo de griega escultura me va tatuando tu sello.
El trabajo está hecho, ya estoy encerrado en tu jaula, cambió de color tu aura pasó de rosa a violeta y cuando sonaron las trompetas se puso negra, como la noche mas larga, mi alma ya está ciega y tus pasos rompieron el techo.

Dejó de sonar la orquesta, ya todos se fueron a volar, unos se fueron en pareja, otros solos a llorar, solo queda el sudor de una noche de fiesta.
Una mirada despreciativa, una sonrisa forzada, una fabula inventada mientras en contorciones me seducías, te fuiste sola a casa, yo caminaba mientras llovía, y el agua que caía brotaba de las nubes, cerca estuve de tenerte de por vida, mas solo fui un juguete y en tu vida una ironía, mientras mis latidos bailaban al són de tu mentira.