Tau

El alfa con olor a cacao y menta cuida muy bien de su Smiley. La alimenta, la mima, la viste con ropa bonita y demasiado rosa. Todo está bien, si te gusta esa clase de trato. Pero para Milenka todo es muy irritante, a ella no le gusta el color rosa y casi toda su ropa es de ese color o sino de tonos pastel. Además no está acostumbrada que se restrieguen contra ella para marcarla con su olor o que la abracen todo el tiempo.

No. Ella necesita su espacio personal, hasta tiene 5 minutos para hacer sus necesidades en el baño. Luego debe estar junto al alfa el resto del día. Eso la está volviendo loca, más el encierro. Milenka es gamma y no está acostumbrada a estar encerrada en un lugar por mucho tiempo. Los gamma son libres.

—Nizar, ¿puedo salir? Creo que llevo años encerrada aquí —le adice al alfa de tatuajes. Él niega con la cabeza para luego esconder su rostro en el cuello de la muchacha.

—No Smiley —responde mientras deja unos cortos besos en la piel que tiene al alcance.

—Pero-

—Tienes comida, ropa, techo y a mí. No necesitas nada más —la interrumpe cuando se separa. Nizar acaricia su mejilla e intenta besarla. Pero Milenka mira a un lado y esos labios terminan en su mejilla.

—No es lo mismo —susurra en un tono triste.

—Oh, no hagas eso. —Él continúa dejando besos en el cuello de la muchacha, luego baja lentamente hacia su pecho. Aunque no puede continúa como hubiera deseado y se detiene antes de llegar a su escote.

—¿Por qué aún no lo hiciste? —pregunta ella al sentir como las manos del alfa acarician su espalda y cintura. Ambos sabe que él puede tomarla cuando quiera y que ella no podrá impedirlo. Pero ya lleva una semana junto a Nizar y sólo la a acariciado de esa manera. Ni siquiera la ha tocada en lugares más íntimos.

—Porque si lo hiciera tan pronto, el otro ganaría de inmediato tu amor. No quiero eso —responde Nizar dándole una cálida sonrisa. Aún sigue pensando en la competencia con ese otro pretendiente de Milenka—. Yo tendría tu cuerpo únicamente, pero lo quiero todo —agrega mientras la mira a los ojos. Sus manos ahora acarician las piernas de la gamma, las cuales se encuentran cubiertas por unas medias largas a rayas.

—Entiendo. Eh, entonces... me haría muy feliz si saliéramos a dar un paseo. El otro chico jamás me llevó a ningún lugar.

Nizar guarda silencio por un momento mientras mira a Milenka, ella tiene una adorable sonrisita en su rostro que lo convence de inmediato.

—La familia Roy invitó a mi familia a una velada esta noche, podremos ir si quiere —propone haciendo que ella dé un salto de felicidad y lo abrace. El alfa se siente enternecido por ese gesto y corresponde el abrazo con gusto.

—Si, suena bien —contesta Milenka al separarse.

—Ya quiero verte probando los vestidos hasta elegir cual llevarás —comenta él dejando a la muchacha sin palabras.

Nizar hace unas llamadas y en media hora un beta llega al departamento cargando muchas bolsas del centro comercial. El alfa paga con su tarjeta y luego despide al hombre.

—Escoge Smiley, sólo lo mejor para ti —habla colocando las bolsas en el regazo de la muchacha.

—Oh, g-gracias. —Milenka sonríe apenada y luego revisa las prendas. Hay una gran variedad de vestidos de gala y zapatos. También hay jollería. La gamma no sabe por donde empezar.

Otro maldito vestido rosa. Piensa ella al ver el primer vestido, bonito. Pero el color no es de su agrado. Ella sigue revolviendo las prendas hasta encontrar un simple pero elegante vestido corto. No es rosa, sino negro.

—Me encanta. —Sonríe llevando el vestido hacia su pecho. Está feliz, aunque, un segundo después, recuerda que debe probarse esa ropa ante el alfa. Nizar le sonríe y la alienta a cambiarse.

—¿Ya te había dicho que eres hermosa? —pregunta él sacándole colores a Milenka. Ella sólo se encuentra en ropa interior en este momento.

—Si. L-Lo dices muy seguido —contesta bajando la mirada. Sus mejillas están ardiendo y no puede hacer nada para disimular.

El vestido le queda perfecto y Nizar le pide dar una vuelta, Milenka lo hace y el alfa le repite que ella es hermosa. Aunque ese solo era el principio de todo, la gamma debió darse una ducha muy rápida. Nizar amenazaba con entrar al baño a hacerle compañía si no se apresuraba y en unos minutos ya se encontraban dentro del auto del alfa.

Milenka viste el vestido que eligió mientras que Nizar tiene un elegante traje de gala azul oscuro. Alrededor solo se oye el suave ronroneo del motor. Ella no tiene deseos de hablar y se encuentra maravillada por todos los edificios y las luces de la ciudad. El viaje dura unos minutos hasta que llegan a la mansión de la familia Roy, ellos y los Daban mantienen una relación estable en los negocios. Por eso, de vez en cuando, los invitan a sus fiestas de gala.

Nizar detiene el auto frente a la mansión y le explica a Milenka lo que debe hacer mientras le entrega las llaves a un sirviente.

—No te alejes de mí, ¿entendido?. Aquí hay personas que... —Él se interrumpe a sí mismo al ver que la gamma entró corriendo a la casa. La razón es simple, vio a cierto gamma rubio adentro.

Yannick es el encargado de darle los bocadillos a los invitados y debe hacerlo mientras alfa 69 lo sigue de cerca. Esto le incomoda y desde el suceso de la supuesta violación, el alfa actúa extraño a su parecer.

—¿Bocadillos? —les dice a un grupo de mujeres mientras sostiene la bandeja entre sus manos. De repente alguien lo derriba con una increíble fuerza y, cuando se recupera, encuentra a Milenka abrazando su cintura. Ambos están en el suelo y no les importa ser el centro de atención.

—Uno, faltan dos —dice ella sonriendo. Su voz quebrada es amortiguada por la ropa del rubio.

—¿Milenka? ¡Eres tú! —Él la toma de los hombro para, un segundo después, abrazarla como se debe. Ambos se encuentran muy felices por ver al otro. Pero el momento agradable acaba cuando Samay aclara su garganta.

Yannick baja la mirada mientras se levanta del suelo, a su alrededor quedaron todos los bocadillo en el piso y estos también cayeron sobre algunos invitados.

—Están arruinando la fiesta —dice ella en un tono serio. Su mirada pasa de su hermano a la muchacha y chasquea la lengua al ver la marca que ésta lleva en su muñeca—. Otro gamma solitario y es amiga de mi hermano —comenta para después ordenarle a los guardias detenerla. Pero el olor denso y sofocante de un alfa se hace presente en el lugar, provocando que los omegas presentes tiemblen y que los alfas estén a la defensiva.

—Nadie tocará a mi Smiley —dice Nizar mientras pasa su brazo sobre los hombros de la gamma.

El esposo de Samay le da la bienvenida al alfa de mala gana y le pide disculpas por lo que acaba de pasar. Ellos no sabían que la gamma era suya.

—¡Alfa 69, limpia esto ahora! —le ordenan al moreno. Él bufa y levanta toda la comida con la ayuda de Yannick.

—Esa chica que te derribó, parece que la conoces —le dice 69 al rubio luego de un corto silencio. Ambos se apresuraron a limpiar y ahora se encuentran caminando hacia la cocina. Él se regaña a sí mismo por sonar tan posesivo, incluso celoso.

—Ella es... —Yannick no sabe qué responder, ella y él no son familia, pero son más que amigos—. Es complicado. —Ahora, más que nunca, desea reencontrarse con los demás para así, formar su propia tribu.

—Oh. —El alfa baja la mirada por esa respuesta, la cual malinterpretó—. ¿Es alguien muy importante para ti o...? —El moreno se muerde la lengua ya que no sabe si quiere saber la respuesta.

—Si, mucho. —Alfa 69 siente su corazón romperse—. Es como una hermana para mí, mi única hermana ahora —agrega rearmando el corazón del mayor. Éste suelta un suspiro y nota que se encuentra muy cerca del gamma, a sólo unos centímetro de su cuello.

—Entiendo. Creí que... Mejor olvídalo —responde 69 luego de tomar el control de su cuerpo y alejarse del Yannick. Por otro lado, el rubio siente algo dentro del bolsillo de sus pantalones. Entonces mete una mano para sacar un papel doblado.

—¿Y esto? —se pregunta al ver la serie de lineas en la hoja. Es un mapa.

—Esta es la casa de los Roy —indica 69 al ver el mapa—. Y aquí... debe ser donde vive tu amiga con Nizar Daban —le explica teniendo una sonrisa de lado.

En el salón principal, Milenka se encuentra atrapada en los brazos de Nizar. Quien no le permite alejarse.

—¿Puedes...? ¡Ay!, no muerdas —chilla ella luego de sentir los colmillos del alfa en su piel.

—No confió en nadie de aquí y debo mostrarles que eres mía —responde él para luego morder suavemente el hombro expuesto de la gamma. Ella ríe por un momento y luego se queja del dolor.

—Basta. ¿Qué tienen ustedes con las mordidas? —Ella lo aparta cuando ya está harta de sentir los dientes de Nizar. Él se disculpa por eso, pero insiste en tomarle de la mano en todo momento. Milenka acepta esa condición y busca nuevamente a Yannick para explicarle acerca del pequeño mapa que ella dibujó, mas no vuelve a verlo en toda la noche. Ella había tomado lápiz y papel antes de salir del departamento, con el fin de memorizar el camino de regreso. Pero terminó dándole ese mapa al rubio para que él pueda hallarla.

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