Rho(ro)
—Robo y acoso al personal. ¡¿Hasta dónde piensas llegar con esta actitud?! —le regaña alfa 69 luego de darle unos golpes. Había encontrado al beta molestando a Yannick y eso lo enfureció. Beta 15 roda los ojos mientras sostiene la bolsa de hielo sobre su cabeza, tiene un gran chichón ahí.
—No pude controlarme, ¿viste su trasero? Además parecía que me lo estaba ofreciendo —responde en su defensa. Dejando a Yannick colorado al encontrarse presente.
—Yo estaba limpiando el piso, maldito enfermo —contesta el rubio entre gruñidos.
—¿En serio? Yo no lo vi así. —El beta mira al gamma con una sonrisa de lado y le guiña un ojo. Por otro lado, alfa 69 ya está harto de la actitud de 15 y debe pensar en algún castigo para él.
En eso, una joven golpea la puerta para decirle al alfa que los señores quieren ver a Yannick inmediatamente. El rubio sonríe al enterarse que verá a su hermana.
—No te muevas de aquí, ya regresaré. —le dice 69 al beta.
Así, Yannick es escoltado por el alfa hacia la habitación de sus señores. La pareja, heredera de la fortuna de los Roy, los esperan. El gamma intenta acomodar su cabello cuando ya están frente a las grandes puertas de madera de la habitación. 69 nota lo nervioso que está pero no comenta nada al respecto, en su lugar golpea la puerta para luego abrirla con suavidad.
La habitación detrás de la puerta es tan grande que parece una casa dentro de la mansión.
—Señor, traje al gamma como me lo pidieron —dice alfa 69 haciendo una pequeña reverencia. Como Yannick no sabe como debería comportarse frente a un poderoso alfa, simplemente permanece de pie junto a 69. Sus ojos están fijos en Samay mientras ella se encuentra abrazando a su esposo.
—Tú...
—Samay, me alegro de verte. Te vez hermosa y te extrañé mucho. —Yannick ignora por completo al alfa, su señor, y se dirige a ella. Aunque su sonrisa de alegría se borra cuando ve la mirada de su hermana, ella lo mira con unos ojos de desprecio. Samay se separa lentamente de su alfa y camina hacia el rubio para terminar dándole una dolorosa cachetada.
—¿Quién estaría feliz de verte? —le dice en voz baja. Ambos se encuentra cara a cara—. Todo estará bien, me dijiste y cuando ellos me atraparon... Tú huiste como un cobarde.
—Ya sé y no hay día en el que no me arrepienta de haber hecho esa estupidez. —Yannick la toma del brazo cuando la ve alejarse, quiere estar a su lado, abrazarla hasta que lo perdone. Pero el alfa de Samay termina dándole unos fuertes golpes en el estómago. El rubio termina manchando la alfombra con toda la sangre que tosió y apenas es capaz de respirar.
—S-Samay. Lo... lo siento —repite estando tendido a los pies de su hermana. Pero para ella eso no es suficiente. En el tiempo que pasó cautiva en ese lugar, un odio enfermizo creció hacia Yannick, quien es responsable de su suerte.
—Con eso no me siento mejor —responde ella pateando el rostro del rubio. Eso provoca un corte profundo en la mejilla de éste.
—Iremos a-a casa... nuestros p-padres jamás de-dejaron de buscarte —le promete él, entonces recibe otra patada.
—No volveré a vivir en la intemperie, como animales. ¡Ya no quiero verte! —exclama Samay. Eso deja deshecho a Yannick y no puede evitar llorar, a ella la esperan, sueñan con encontrarla algún día. Pero Samay ya olvidó a su familia.
A alfa 69 le ordenan quitar al gamma herido de la vista de Samay y antes de hacerlo, ella le pide que le den la "bienvenida" a su hermanito. Le encarga especialmente eso a 69 y él no puede negarse.
—Ella... ella... y-ya no la reconozco —dice el rubio entre llantos y sollozos. Ya se marcharon de la habitación de sus señores y alfa 69 lo lleva a su habitación para cumplir con su deber. Pero ver al gamma llorando y golpeado hace que su lado bueno lo domine.
—Escucha Yannick. —No sabe como decirlo—. Yo debo... —alfa 69 baja la mirada mientras entra a su habitación, el rubio lo sigue porque cree que debe hacerlo. Ahora ambos están solos en esa habitación y con las puestas aseguradas.
—No, es... Es un sueño —murmura Yannick tomándose del cabello—. Pronto voy a despertar, Samay estará feliz de verme y yo la llevaré con la tribu. —El gamma se encuentra desvariando. Entonces 69 no tiene otra opción que arrojarle un poco de agua en la cara para hacer que regrese a la tierra. El rubio queda desconcertado con esto y seca su rostro rápidamente.
—Escucha. —Alfa 69 lo toma de los brazos y lo mira a los ojos—. Samay me pidió que te de la bienvenida.
—Lo sabía, sigue siendo la misma de antes. —El mayor queda un poco descolocado con la respuesta del gamma.
—No, es muy malo. Ella me ordenó violarte.
Al oír esas palabras Yannick reacciona y se aparta del alfa rápidamente.
—¿Q-Que cosa? ¡Es imposible!
—En realidad no. Y debo hacerlo, no tienes idea de lo que pasará conmigo si no cumplo con esa orden. —Alfa 69 toma la muñeca del rubio con fuerza para controlarlo de algún modo. Pero Yannick no permitirá esta clase de trato. Él lanza una patada al estómago del alfa, pero éste atrapa su tobillo de un rápido movimiento y lo hace caer sobre la cama.
—¡No, no, no! ¡Aléjate! —Yannick trata de apartar a 69 de él, colocando sus manos en el pecho del mayor. Pero su fuerza va cediendo poco a poco. El morocho termina muy cerca del gamma y le susurra al oído.
—No te haré daño, sólo coopera. —Luego le muerde suavemente el hombro. Yannick se asusta aun más con esto, pero todos sus intentos de escapar son inútiles. Alfa 69 se encuentra sentado sobre él y lo mantiene sujeto con las piernas.
—Déjame, somos hombres. ¡Estás loco! —El gamma continúa luchando hasta que siente como el mayor toma su rostro con una mano y lo obliga a mirar a un lado, dejando así, su cuello expuesto.
—Calmate antes de que te rompa algo —le dice 69 con un gruñido de por medio—. Escucha, sólo estoy marcando tu cuerpo para engañarlos. Están probando mi lealtad.
Yannick no sabe a lo que se refiere, pero tampoco tiene fuerzas para seguir luchando.
—¿Probando? —pregunta teniendo la respiración agitada.
—Mmm, ¿puedo unirme? Yo también quiero darle la bienvenida al hermanito de nuestra señora. —Beta 15 se asoma por debajo de la cama con una sonrisa pícara. Sólo para que 69 lo golpee en la cabeza.
—¡¿Qué demonios estás haciendo ahí?!
—Como tardabas mucho decidí esperar en tu habitación por el castigo. —Hace comillas en la última palabra para luego sonreír hacia Yannick—. Pero los oí entrar. Yo puedo encargarme del bonito gamma si tú no quieres 69.
Es el beta quien ahora acorrala al rubio en la cama y pasea sus manos por el trasero de éste.
—No. —El alfa toma a 15 de su ropa y lo aleja con facilidad del muchacho—. Sólo voy a hacerle marcas y nada más.
—Los señores ya comenzaron a sospechar de ti, ¿no? —supone el beta mientras frota su barbilla—. Si no puedo unirme al menos déjame ver.
—¡No, ve al rincón! —le ordena 69. Beta 15 camina hacia una esquina de la habitación de mala gana y se sienta en ese lugar con la mirada hacia la pared. Ese es el terrible castigo que siempre recibe por su mal comportamiento.
Yannick mira a ambos confundido y luego le gruñe al alfa cuando se le vuelve a acercar. El morocho levanta las manos y le promete, una vez más, que no le hará daño.
—¿Cómo piensas marcarme? —cuestiona el rubio teniendo el ceño fruncido.
—Mira tu hombro, la marca que hice rápidamente se hizo roja y no creo que desaparezca tan fácil —le explica mientras se cruza de brazos.
—Bien, pero que sea rápido. —El rubio roda los ojos para después extender sus brazos hacia el alfa. Éste de inmediato se apresura a dejar marcas en todo su cuerpo, luego de quitarle la ropa. Las partes más extrañas para Yannick fueron su cuello y las piernas. 69 dejó varias marcas en esos lugares y tuvo que controlar su voz, ya que casi gimió por la sensación agradable que estaba sintiendo gracias a esos besos y leves mordidas.
—Es suficiente. —Él se separa del alfa cuando siente que ya no puede continuar. El mayor estaba dejando leves mordidas por toda su espalda y sintió su corazón acelerarse.
—No se olviden del trasero, yo me ofresco de voluntario para marcarlo —dice beta 15 levantando su mano. Yannick de inmediato baja la mirada al recordar que él seguía en la habitación. Ahora se siente muy avergonzado y no sabe porqué.
—No, ya tengo muchas marcas y... —l gamma intenta vestirse nuevamente, pero el alfa lo detiene y lo coloca sobre sus rodillas y manos—. ¡¿Qué haces?! —gruñe al sentir como 69 baja un poco su ropa interior y besa su espalda baja. En ese lugar, donde la espalda cambia de nombre, el alfa sorbe la piel con entusiasmo. Porque sí, beta 15 dice toda la verdad al decir que el muchacho tiene un buen trasero y no piensa dejar pasar esta oportunidad. Al alejarse aprecia las marcar que dejó en esos muslos. Entonces vuelve a colocarle la ropa interior como estaba.
—Listo. —Alfa 69 se aleja de Yannick y le pide vestirse. Porque si pasara más tiempo sólo en ropa interior, tal ver el alfa termine cediendo a sus instintos.
—Estoy cubierto de baba, que asco —gruñe el rubio y luego estornuda un par de veces. El responsable de eso es el aroma del alfa que ahora está impregnado en su cuerpo. Beta 15 se levanta del rincón y camina hacia los otros dos.
—Hey, agradece no estar cubierto de otra cosa.
—Bien, ahora es tu turno. Debes dejar al menos unas marcas de defensa o algo —al oír estas palabras el rubio golpea a 69 en el rostro—. ¡Ah, eso dolió!
—Tú lo pediste —contesta mirando a un lado. En eso, alfa 69 se quita la ropa dejando su torso descubierto.
—Usa las uñas, eso lo hará creíble —le indica mientras coloca una mano de Yannick sobre su espalda.
—¿Así? —Él mueve su mano pero no deja ninguna misera marca. Entonces beta 15 toma su lugar y araña rápidamente la espalda del alfa.
—¡Te pasaste imbécil! —exclama 69 mientras su espalda arde. Incluso de algunas de las marcar brotan pequeñas gotas de sangre.
—Es mi venganza por no compartir al gamma conmigo —responde el beta, pero luego su sonrisa cínica desaparece al ver que reabrió heridas de látigo—. No sabía que ellos te-
—Si haces algo malo castigan a alfa 69 en vez de a ti —lo interrumpe Yannick mientras ayuda al morocho a vestirse nuevamente.
—No es nada. Estoy bien —dice el mayor sin mirar al beta. Éste es atacado ahora por un gran sentimiento de culpa. Lo lamento. Son las palabras que quiere decirle a 69. Pero es incapaz de hacerlo, tal vez por su orgullo o cinismo. Ni siguiera él sabe la razón.
Alfa 69 termina de vestirse lentamente, justo antes de que alguien golpeara la puerta. 15 vuelve a ocultarse bajo la cama cuando una de las sirvientas entra a la habitación.
—La señora Samay quiere saber si ya terminaste —dice en un tono frío. 69 termina de acomodar su corbata y toma al joven gamma del brazo para atraerlo hacia él.
—Si, justo ahora nos estábamos alistando para ir a ver a los señores. —El alfa se toma la libertar de morder una mejilla del rubio y manosear su trasero. Esto provoca una reacción violenta por parte del muchacho.
—¡Ya no me toques! —Él no está actuando y lo dice enserio. Pero eso solo hace las cosas más creíbles. Así que ambos son escoltados por esa sirvienta esta vez hacia la habitación de los esposos. Mientras la mujer no los estaba viendo, 69 le dio un fuerte pisotón en el pie al gamma. Yannick casi gritó del dolor y deseó que el alfa se vaya al infierno.
Así, cogeando, lleno de marcas, mordidas y una mirada desconsolada, el rubio se presenta ante su hermana y el alfa de ésta.
—Alfa 69 fue capaz de cumplir con esa simple orden. Y parece que lo disfrutó mucho —comenta el señor de ambos. Pero Samay clava su mirada en 69, ella sospecha que todo esto es una farsa y puso a prueba al alfa sólo para después tener una excusa para asesinarlo. Ya que hace tiempo, varios empleados de la casa, quienes estaban contra su voluntad, fueron capaces de escapar. Todos habían estado bajo el cuidado de ese débil alfa.
—Quítense la ropa, ahora —les ordena ella.
—Samay, por favor... —su hermano se atreve a dirigirle la palabra, entonces ella le da una cachetada para callarlo. No quieres escuchar su voz.
—¡Ahora! —repite con rabia. Entonces Yannick, con lágrimas en los ojos, se despoja de toda su ropa al igual que alfa 69. Las marcas, ahora moradas, están a la vista de todos los presentes al igual que los dolorosos razguños. Pero ni eso parece suficiente para la gamma, quien se acerca y frota una de las marcas al creer que se trata de maquillaje. El rubio cierra los ojos con fuerza mientras ella frota de manera brusca su piel. La marca es real las mordidas también y alfa 69 queda libre de sospechas por ahora.
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