Pi
Han pasado dos días de que Gael fue comprado por una mujer pelirroja en el "escenario", ella fue tan generosa que aceptó traer al niño pálido junto con el gamma. León la cautivó con sus ojos azules y Gael se ofreció en servirla en cualquier cosa que le pidiera. Le gustó bastante la predisposición el muchacho.
Por esa razón, ellos ahora se encuentran en la sala de la mansión de esa mujer. Allí vive ella y su esposa, la omega recibió a su amada con un beso en los labios y Gael vio esto con curiosidad, también extrañeza porque le gustó de algún modo.
Leonor Apraiz, la alfa, es una de las hijas no reconocidas del líder de la familia Roy. Aunque a ella realmente no le importa su padre y se encargó de formar su propio negocio y familia. Rivalizando con los Roy. Ada Apraiz, su omega, es el mundo de Leonor y jamás hubiera imaginado su vida junto a otra omega que no sea ella. Por esa razón es bastante celosa y no confía en nadie para que se encargue del cuidado de su amada, incluso el beta más inocente o débil es un potencial peligro para Ada. Ni hablar de los alfas.
-Escucha gamma -le dijo la pelirroja mientras miraba sus ojos-. Serás el encargado de proteger con tu miserable vida a mi tesoro. Te reduciré a carne molida si encuentro un solo rasguño en Ada. ¡¿Ententido?!
-Si señora -respondió Gael manteniendo las manos detrás de su espalda y la frente en alto.
-Bien.
Ambos tuvieron esa charla el primer momento en el que el gamma y León llegaron a la casa. Y desde entonces se dedicaron a hacer su trabajo. Gael cuida a Ada en todo momento mientras León es un precioso muñeco de porcelana con el cual juega la omega.
-Me entantan tus ojos -le dice Ada al niño mientras le sonríe. Ambos están tomando el té, es un juego de niña pequeña. Pero ella lo disfruta mucho más con León presente.
-Tus ojos son más bonitos -responde él sintiéndose un poco avergonzado. Ella los tiene de un tono que se asemeja al gris.
Ada niega y repite que él los tiene más hermosos que los suyos, luego sirve un poco de té en la taza frente al pequeño e invita a Gael.
-¿Un poco de té?
-Ah, claro. -El gamma no está muy seguro si puede participar en el juego de la omega como León. Pero de todos modos acepta, porque ya estaba cansado de permanecer de pie en una esquina.
-¿Es la primera vez que toman té? Sus modales son... -Ada suelta una pequeña risa al ver como ellos toman la taza de forma equivocada. Entonces le enseña que deben dejar el meñique en alto.
-En una jaula no hay espacio para el té -murmura León desviando la mirada.
-Hay una primera vez para todo -responde Gael para luego beber un trago del té-. Oye, los últimos días me he preguntado algo -comienza llamando la atención de la omega.
-¿Qué cosa?
-¿Eres la elegida de la señora Leonor? -cuestiona ladeando la cabeza.
-¿Elegida? -Ada lo piensa por un momento y lo comprende-. Su pareja destinada, ¿no? -supone sonriendo. Entonces asiente a la pregunta del gamma.
-Son dos mujeres y... bueno. ¿Cómo lo hacen? Ya sabes, eso. León cubre su rostro con las manos y niega.
-La juventud de hoy -se queja e intenta ocultar su sonrojo. También se pregunta porqué Gael es tan curioso con ese asunto.
-Ella es mi alfa, tenemos un lazo y es la persona más cariñosa que conozco. Me trata muy bien y hace todo lo posible por pasar tiempo conmigo. Pero el trabajo la mantiene ocupada, aunque Leonor siempre me hace sonreír sólo con pensar en ella. Eso es amor.
-¿Cariñosa? Estamos hablando de la mujer que amenazó a Gael con hacerlo picadillo -piensa León mientras bebe un poco más de té.
-No, me refiero a qué hacen en la cama. ¿Cómo es el sexo? -insiste el rizado y no de detendrá hasta saciar su curiosidad.
-Ella me estimula con sus dedos y lengua. También me penetra con su clítoris, el cual crece como un miembro masculino. ¿Qué más quieres saber? -le explica Ada y al terminar mira al rizado. Él hace una mueca por la información que acaba de recibir y su cerebro queda saturado.
-Ahora sólo quiero más té -pide acercando la taza hacia la omega. Ella suelta una risa por eso y le sirve un poco al gamma.
-Eres muy curioso. -Niega sonriendo.
-La curiosidad nos lleva a descubrir cosas increíbles -contesta él dándole también una sonrisa.
-Si, ahora yo quiero saber sobre ustedes los gamma. -Ada mira a ambos y León se siente mal por eso. Él no sabe a qué clase pertenece, es algo que lo atormenta día y noche.
-Bueno... ¿Por dónde empiezo? -se pregunta Gael a sí mismo-. Nací en las montañas, era un clima árido. Vi muchos paisajes y animales mientras crecía, ¿alguna vez probaron la carne de leopardo o de ballena?
-Ammm... No -niega Ada haciendo una mueca-. Hay especies que están protegidas, no pueden cazarlas -opina haciendo que el gamma ladee la cabeza.
-No nos gusta matar, lo hacemos para vivir y nada del animal se desperdicia. Nos vestimos con sus pieles, comemos su carne entre otras cosas -le explica Gael y como Ada no dice algo más, continúa con el relato-. Mis padres son muy cariñosos, mi tribu está conformada por ellos, mis tíos y dos primos. Es una familia pequeña. Pero yo siempre fui el revoltoso, cuando mi celo llegó fue peor. No hice reposo esos tres días como debía hacerlo, también me negaba a tomar la medicina y, un día, me topé con otro grupo de gammas. Casi acabo con ellos.
Gael dejan un pesado silencio en el ambiente luego de decir esto.
-¿Qué pasó después? -pregunta León-. ¿Tuviste hijos?
-Eh, no. Como no tenía elegida estaba muy molesto y casi mato a golpes a esa otra tribu. Apenas pudieron contenerme y mi familia terminó por expulsarme. Desde entonces estoy solo.
-Es terrible -murmura Ada dándole unas palmaditas en su cabeza como consuelo-. Pero no entiendo... ¿La elegida es tan importante? ¿No puedes buscar a alguien más?
-Es muy importante. Cuando la encuentras, el celo deja de ser doloroso -afirma él para luego tomar un sorbo de té.
-Que extraño -murmura la omega pensativa-. ¿Y cómo lo hacen? Me refiero al sexo.
Esa pregunta deja un poco rojo a Gael, aunque él responde de igual manera.
-Cuando se cree encontrar a la persona elegida pasan todo un día a su lado, en privado. Todo es parte del cortejo, se forma el lazo y luego, cuando el celo de alguno de los dos llega, la pareja se vuelve a aislar y pasan esos tres días juntos. Se vuelven uno todas las veces que deseen y eso es todo.
-Suena muy romántico -opina Ada sonriendo-. ¿Y ya encontraste a esa persona?
El rizado rasca su nuca mientras niega.
-No estoy seguro y ahora... estamos separados el uno del otro. Además mi celo llegará pronto. -Las malas noticias no desalientan al muchacho ya que consigue darle una sonrisa a Ada.
-Uyy, no queremos que sufras en tu celo. Ya mismo llamaré a Leonor para que consiga una pareja para ti. -La omega toma su celular y hace la llamada ante la atenta mirada de Gael.
-¿Qué? Pero yo no...
Ada no lo escucha. Unos minutos después termina la llamada y vuelve a acariciar la cabeza del gamma como si fuera su mascota.
-Ya está arreglado. Leonor vendrá en unas horas y podrás encontrar a tu pareja.
-Eh, gracias -murmura él sintiéndose apenado. Y así como la omega lo prometió, Leonor volvió de su trabajo y trajo consigo pretendientes para el gamma, no son de su misma clase. Pero la alfa creyó que con unas omegas o betas, él estaría satisfecho.
-Hola -es lo primero que su mente le ordena hacer. Gael se encuentra un poco confundido y avergonzado con la situación. Realmente no sabe que hacer, porque desde que fue exiliado las mujeres gamma a las que se acercó, todas, lo trataron como basura al no tener tribu. Los gammas solitarios son rechazados y les es imposible conseguir pareja.
-Ya gamma. Mira bien y elije -le dice Leonor en un tono impaciente.
-Pero...
Él baja la mirada en busca de una posible solución al asunto. No conoce a esas chicas ni tampoco ellas lo conocen, entonces piensa en una pregunta y quien responda correctamente será elegida.
-Si me debieran un gran favor, ¿Ofrecerían su cuerpo como pago?
La fila de chicas que están frente al gamma se miran entre ellas y luego responden que no. Consideran al rizado peligroso sólo por la primera impresión que él da. Pero hay una persona que responde con un firme si. Gael dirige su mirada curiosa hacia esa persona y ve a una chica de cabello castaño. Ella mantiene la mirada abajo y sus manos unidas.
-¿Por qué? -cuestiona él dirigiéndose a la castaña de cabello corto.
-Un gran favor... como haberme salvado la vida, ¿no? Yo lo interpreto así, por eso mi respuesta es si -responde ella sin mirarlo.
Gael piensa por un momento y decide: -bien, te elijo a ti. -Él camina hacia la castaña y le toma de las manos. También queda impresionado por el aroma a fresas que ella posee. Tal vez, después de años, al fin encontró a su elegida.
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