Ómicron
Lo único que Milenka recuerda, antes de perder el conocimiento, es la sonrisa perturbadora de ese hombre lleno de tatuajes. La boca del alfa estaba manchada por su sangre mientras le decir unas palabras.
—Ahora eres mía para siempre.
El cansancio, la angustia, tristeza y dolor hicieron colapsar el cuerpo de la joven en ese momento. El hombre la tomó entre sus brazos y no se apartó de ella en ningún momento. Incluso ahora permanece junto a la cama, esperando que ella despierte. El sol ya salió y es un nuevo día. El alfa supone que la muchacha no ha probado ningún bocado por lo delgada que es, así que se propone despertarla.
—Smiley, despierta —murmura en su oído mientras acaricia su rostro. Milenka frunce el ceño con molesta y gira hacia la derecha, tomando la cabeza del alfa entre sus brazos como si fuera un peluche.
—Mmm... No quiero —responde fregando su rostro por el cabello de éste. El alfa se encuentra en la gloria ya que su rostro está entre los senos de la muchacha. Pero como es un caballero, se aleja e insiste en despertarla.
—Debemos desayunar, Smiley.
Milenka termina abriendo los ojos con pereza y estira sus brazos sobre la cabeza.
—Jamás había dormido sobre algo tan cómodo —murmura ella frotando su rostro. En ese momento recuerda lo que pasó y aparta lentamente las manos de sus ojos para mirar a su alrededor. Se encuentra en una habitación bastante grande y a su lado tiene al mismo hombre que casi se la devora.
—Buenos días —saluda él mientras le acaricia una mejilla.
—¡No te me acerques! —chilla dando unas patadas a las sábanas. Milenka se levanta de la cama e intenta correr lejos de ese sujeto—. Está loco, quiere comerme —murmura al sentir la marca que lleva en su cuello. Arde un poco y la piel alrededor está roja, pero eso no el impide huir.
Ella es perseguida por el hombre de tatuajes y no tiene otra opción que paterar la puerta más cercana, esta se abre de golpe y la deja ver un pasillo que lleva hacia otro lugar.
—¿Dónde está la salida? ¡Debe haber una! —se dice a sí misma mientras continúa corriendo. Ella llega a una sala con sillones blancos, pero queda asombrada al ver la vista a través de las paredes de cristal. Ese lugar se encuentra en la cima de un edifico y Milenka puede ver el horizonte desde allí, los demás edificios y las nubes. Incluso siente que puede tocarlas.
—Ahí estás. —El alfa la atrapa en un abrazo apretado mientras se encontraba distraída—. ¿Estás bien? Debes estar lastimada luego de romper la puerta de mi cuarto —comenta levantando a la muchacha del suelo como si fuera una pluma y observa sus piernas.
—¿Eh?
—Todo parece estar bien —murmura suspirando. En eso recibe un golpe en su mejilla que lo hace soltar a Milenka. Ella retrocede mientras le gruñe al alfa.
—No sé que demonios tienes en la cabeza pero no me comerás, no seré la cena de nadie —le dice la joven manteniendo una actitud firme, desafiante.
Eso le encanta al alfa y se dice a sí mismo que, una vez más, hizo bien en comprar a la gamma.
—Claro que te comeré. Pero no en el sentido que estás pensando, Smiley —responde para luego sonreír de lado.
—¿Q-Quién? Mi nombre es Milenka —murmura mientras continúa retrocediendo. Él comienza a avanzar al mismo tiempo.
—Nizar Alessadro Daban, tu dueño —se presenta el alfa dándole una sonrisa, jamás detuvo su paso y Milenka tampoco. Es por eso que termina chocando contra el sillón y cae sentada sobre este—. Y tú eres mi Smiley. —Él ya está sobre ella y la toma de las muñecas para controlar la situación.
—¡No! Basta. —Milenka se retuerse y lucha para liberarse cuando el hombre de los tatuajes se acerca a su cuello. Teme que la vuelva a morder y que esta vez arranque un trozo de su carne.
—Mmm, se ve mal y tampoco hay lazo —dice él es un tono lastimero. Entonces lame la herida para estimular la cicatrización con su saliva.
—¡No me comas, no me comas! —chilla la muchacha mientras cierra los ojos con fuerza. Escuchar eso hace que el alfa interior del Nizar quiera devorarla por completo. Pero se dice a sí mismo que ya es suficiente al ver las lágrimas brotar de esos hermosos ojos.
—Tranquila, shh... —Él se separa un poco de ella sólo para rodearla con sus brazos—. No te comeré, no soy un caníbal como piensas —le dice mientras acaricia la espalda de la gamma con delicadeza.
—Pero dijiste...
—Que te haré mía —la interrumpe. En ese momento Milenka levanta su mirada y puede ver que ese alfa no está bromeando—. Eres fuerte, no me miras con miedo. Todo de ti me gusta. —Nizar toma la mano de la gamma para dejar besos en su piel. Pero los besos van subiendo por su brazo lentamente con destino a su cuello. Esos labios se detienen sobre la marca y ella siente un escalofríos al sentir como la lengua del alfa recorre su piel nuevamente.
—¿Qué? Alto. —Ella trata de apartarlo pero sólo consigue que se aleje de su cuello, algo es algo—. No nos conocemos y yo... y-ya tengo un pretendiente —al decir esas últimas palabras Milenka baja la mirada y siente sus mejillas calientes.
—Entonces haré que te olvides de él —comenta el alfa mientras juega con una de sus rastas—. Tu cabello es diferente... Me encanta —ese cumplido hace sonrojar a Milenka aún más. Pero se asusta al ver que él avanza con intenciones de besarla.
—¡Espera, dije que no! —Nizar recibe una patada en su estómago, haciendo que todo el aire de sus pulmones se escape. Él termina tendido sobre la alfombra y Milenka cree que ha asesinado a una persona otra vez.
—¿E-Estás bien? Fue tu culpa... —De repente un grupo de personas entran a la sala y ella no tiene otra opción que esconderse detrás del gran sillón, como un animalito asustado.
—¡Nizar! ¿Qué haces ahí? —La voz autoritaria de su padre hace al alfa reaccionar y levantarse rápidamente.
—¿Qué están haciendo aquí? —pregunta en un tono molesto. Siempre que recibe visitas de sus padres, no es para algo bueno.
—Bebé, estamos preocupados por ti. No nos visitas y estoy un poco impaciente —responde su madre en un tono dulce.
—¿Impaciente?
—Quiero nietos, muchos nietos. —Ella cambia su expresión a una más aterradora, pero ni eso asusta al alfa tatuado. El padre roda los ojos por las ocurrencias de su esposa.
—No, mejor dicho, necesitas herederos para que se perpetúe el nombre de nuestra familia. Tal vez, uno de estos días nuestros enemigos ataquen. Si nos asesinan mis nietos se encargaran de vengarnos.
Nizar asiente a todo lo que sus padres le dicen, sin realmente estar escuchando. Su mente está pensando en donde estará la chica gamma escondida. Se le ocurre mirar detrás del sillón, ahí la ve agachada y con el trasero en alto. Solo cubierto por la fina tela del camisón que él le colocó.
—¡Smiley! —Nizar le da una nalgada teniendo una gran sonrisa en el rostro. Lo que hace saltar a Milenka de su escondite y una vez más intenta golpear al alfa sin éxito.
—¡Idiota! —exclama ella para un segundo después mirar a las demás personas. El padre de Nizar es un alfa bastante mayor, pero intimidante. Con sólo su mirada fría hace que la muchacha quede paralizada. El muchacho de los tatuajes camina hacia ella y la atrae hacia él.
—Ya basta papá, la estás asustando.
—¿Qué es esto? —Su madre se exaspera al creer que su bebé está seduciendo a una beta—. ¿Cuándo pensabas decirnos? Yo personalmente seleccioné a unas omegas para ti y tú nos recibes de esta manera —lo regaña con dureza mientras Nizar está más preocupado en calmar a su Smiley.
—¿Trajiste omegas? —pregunta el alfa soltando un suspiro—. Bien, terminemos con esto. —Él deja a Milenka sentada en el sillón y le promete que volverá pronto.
Luego camina hacia sus padres para ver a cada omega que trajeron. Las primeras dos son muy bonitas, pero ambas comienzan a llorar cuando el alfa se acerca. Entonces Nizar decide pasar a las siguientes.
—Hola —saluda a la tercer omega. Ésta mantiene la cabeza abajo mientras intenta controlar su cuerpo. Está temblando.
–—Ho-Ho-Hola —responde apenas, su voz es un susurro distante.
—¿Y tú? —Nizar le habla a la cuarta omega. La chica se sobresalta y niega rápidamente.
—Q-Quiero ir... irme —contesta con desesperación.
El alfa gira sobre sus talones y le dice a sus padres que se larguen de su departamento ahora mismo. Entonces todos se marchan, dejando nuevamente solos a ambos. Ahora Nizar se ve un poco triste y desanimado.
—Desde mi primer celo soy así— murmura llamado la atención de Milenka—.No puedo controlar la cantidad de feromonas que mi cuerpo expulsa, por eso todos me temen. Acabas de verlo. —Él se deja caer junto a la muchacha y suelta un suspiro.
—Yo solo huelo a menta y cacao. A mí no me das miedo —corrige ella cruzándose de brazos. Al principio si le temía bastante, pero jamás lo admitirá.
—Lo sé, Smiley. Por eso te adoro, creo que eres la primera persona que ha pasado mucho tiempo a mi lado sin salir corriendo.
Milenka escucha esas palabras y piensa: ella sólo pasó una noche con él, desde que la compró hasta ahora. Eso quiere decir que la vida del alfa debe ser muy salitaria.
—Pero sí salí corriendo —cuestiona arqueando una ceja.
—Porque creías que iba a comerte. No fue por mi olor.
—Oh...
—Bueno, aún no hemos desayunado y ya tengo hambre. ¡Vamos! —Nizar se levanta del sillón con Milenka en sus brazos.
—No, a mí no —repite asustada una y otra vez. Él se cansa de recibir manotazos en la cara y decide alzarla sobre su hombro como un costal.
—Ya te dije, te comeré de otra manera y te encantará —murmura mientras toca las piernas de Milenka y lleva una mano hacia arriba. Él acaricia todo un muslo lentamente al mismo tiempo que disfruta verla temblar.
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Nizar Daban
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