Kappa

Es mi cumpleaños, así que Actualización!!!

Luego de que se llevaran a Milenka, los demás gamma guardaron silencio, esperando a que vengan por ellos. El mismo hombre que lo había golpeado abre la jaula de Max y arrastra sus cadenas hacia afuera.

—Tu servirás como un luchador, hasta pareces un alfa —comenta llenado de dudas al castaño. ¿Pelear? Eso no es lo suyo.

En poco tiempo ya se encuentran fuera del lugar repleto de jaulas y otras personas con cadenas forman una fija frente a él. Un chico de aproximadamente 17 años está adelante, pero sus pies tropiezan con sus ataduras. Él cae y detiene la marcha de los demás.

—Te ayudo. —El castaño lo toma del brazo con cuidado y lo siente temblar de miedo. El de rizos dorados niega un par de veces, no quiere que lo toque pero Max de igual manera lo ayuda a levantarse—. Tranquilo —susurra mientras lo suelta.

El chico mantiene la cabeza abajo mientras lo mira con su vista periférica, se sorprende notablemente cuando ve las cadenas en las muñecas y cuello del castaño.

—Creí que t-tú... Gracias —pronuncia con sus labios resecos. El gamma le da una pequeña sonrisa y continúan caminando, aunque el chico quiere seguir hablando para aclarar sus dudas—. ¿Qué haces aquí? N-No sabía que... ahora venden alfas. Max arquea una ceja ante esa pregunta.

—No sé que es eso, yo soy un gamma —habla con el tono de voz demasiado elevado. Entonces la vara de hiero golpea su espalda, casi pierde el equilibrio y debe sostenerse por el hombro de esa chico.

—Silencio —ordena el mismo hombre que lo había golpeado—. Este gamma necesita disciplina. —Max no sabe a lo que se refiere y da unos pasos hacia atrás cuando ve a otros sujetos acercarse. Terminan colocando un bozal al castaño y ajustando aún más el collar de su cuello, la presión sobre su garganta es tanta que poco a poco va quedando sin aire hasta perder el conocimiento.

Con el gamma inconsciente el encargado le ordena a sus hombres que lleven y preparen al castaño para la subasta que será dentro de unas horas. También le retiraron el collar, el cual dejó una fea marca roja en su piel. En poco tiempo Max ya se encontraba dentro de una habitación junto con esos betas, el mismo chico de antes se acerca a él para acariciar su cabeza.

—Hey. ¿Me escuchas? —susurra mientras lo sacude un poco—. Estás dormido, ¿verdad?. No muerto... r-responde. —Los ojos del beta se llenan de lágrimas al pensar que él ha partido. Pero una sonrisa interrumpe su sufrimiento cuando Max abre los ojos y se incorpora poco a poco.

—Ah, me duele la espalda —se queja frotando la zona, es cuando nota que no está usando su ropa y sólo lleva unos muy cortos shorts negros—. ¿Dónde estamos ahora?

—Ammm, no lo sé —contesta el otro—. Nos quitaron nuestra ropa y luego nos pusieron esto para traernos aquí. —El beta tiene los mismos shorts que dejan muy descubiertas sus piernas y Max debe desviar la mirada para ocultar su sonrojo.

—¿C-Cómo te llamas? —pregunta intentando distraerse, además evita mirar el cuerpo del muchacho por demasiado tiempo.

—Thom, ¿y tú?

—Max.

En el "almacén"...
Gael espera la hora de ser llevado al igual que Milenka y Max, pero ahora le toca a Yannick salir de su jaula. También sacan al niño de ojos azules junto a él, para llevarlos con otro grupo de omegas. Algunas mujeres que están allí, como calceleras, comentan que el gamma rubio se parece a un omega. Todo por sus mejillas rojas y sus ojos cristalinos que soportan el llanto.

—Ya deja de llorar —le dice León con los dientes apretados.

—N...No puedo —contesta Yannick fregando sus ojos—. Ella... ella debió haber pasado p-por esto —comenta sintiendo que es la peor persona del mundo.

—¿Ella? —repite el niño.

—Mi hermana —aclara. Él no está llorando por su suerte, sino que se imagina todo lo que su hermana debió soportar por su culpa. Eso lo destroza por dentro y acepta, de alguna manera, que él se merece este tipo de trato como castigo. León toma con fuerza las cadenas del gamma y consigue romperlas limpiamente.

—Te sacaré de aquí —le dice. Desearía poder hacer lo mismo con las suyas pero éstas son más reforzadas. Yannick queda paralizado ante la fuerza al pequeño, pero no tiene tiempo de huir porque dos alfas se arrojan sobre él y León.

El niño pelea como una fiera, pero sólo consigue golpes en su cuerpo a cambio. Cuando ya no tiene más fuerzas es arrastrado hacia su jaula nuevamente. Gael queda sin aliento al ver el estado del pequeño morocho, raspones y moretones recientes en sus brazos y espalda, además un fuerte golpe en su mejilla. Un hilo de sangre baja desde su comisura derecha.

—¿Quieres que te asesinen? —pregunta el gamma apretando los barrotes con fuerza. La respuesta que recibe es un asentimiento por parte se León, él frega su boca con el brazo y mira su propia sangre manchar sus dedos.

—No tengo a dónde ir, no tengo a nadie. No me importa lo que me pase.

El rizado guarda silencio, sus ojos miran al niño con pena y siente un vacío en su pecho. León no quiere seguir viviendo y eso debilita un poco su esperanza de continuar luchando. Lo ha hecho desde que fue exiliado de su tribu.

—Yo era como tú... —comenta al recostarse por la jaula—. Problemático, el niño más terrible y agresivo según mis padres. La travesura más grave hizo que me abandonaran, ellos me dejaron atrás.

—Lo siento —murmura León mientras abraza sus piernas.

—Me lo merecía, tenía todo y por imbécil ahora seré subastado. Pero no me quejo —continúa Gael. Sus dedos tocan el collar de hierro que tiene en su cuello—. Toqué fondo, sólo me queda volver a subir.

—Eres raro —comenta el niño. Su cabeza se encuentra apoyada sobre sus brazos mientras sus ojos azules observan al gamma.

—¿Yo? Algunos de tus golpes han desaparecido mientras hablamos—. cuesiona Gael ladeando la cabeza. Él siempre ha sido muy observador y tiene mucha curiosidad hacia ese niño que dice no ser—. ¿Qué eres? Yo soy gamma.

León guarda silencio, desvía la mirada para luego responder: —cuando mi celo llegue lo sabré. —Ni siquiera él mismo está seguro de eso. Tal vez nunca pase.

—Pero dijiste que naciste hace 35 años, eso quiere decir que ya deberías ser un adulto. Además no hace falta que el celo llegue para saberlo, nosotros nacemos siendo gamma.

—Aquí es un poco diferente —suspira el de ojos azules—. A los 15 años tienes el celo y eso define si eres alfa, beta u omega. Yo... estoy esperando a que mi cuerpo madure un poco más. ¿Tú me crees que no soy un niño?

León toma los barrotes de su jaula y se acerca un poco más, aún el pasillo angosto los separa pero logra ver a Gael asentir lentamente.

—Un día estaba vagando por el bosque en busca de comida, muy, muy lejos de este lugar. Me topé con un sujeto bastante extraño, él trataba de escalar un gran árbol pero sólo con sus pies. Tomó carrera y al momento de llega al árbol dio un salto, yo lo vi, caminó por el tronco sin caer hasta llegar a la mirad. Luego resbaló y debió sujetarse de una rama.

—¿De verdad? —León está muy interesado en ese relato entonces Gael continúa.

—Me oculté rápidamente y él no pudo verme. Luego escuché que alguien lo llamaba y se fue, sé que no tiene nada que ver contigo. Pero tu palidez me hizo recordar a ese tipo —finaliza el rizado para luego rascar su nuca.

—¿Y no hablaste con él luego? —cuestiona el otro con entusiasmo.

—¡¿Estás loco?! Pudo caminar de forma vertical por ese árbol, no volví a merodear por la zona después de eso. —El rizado niega con la cabeza rápidamente haciendo bufar a León.

El lugar vuelve a sumergirse en el deprimente silencio luego de que ellos dejaran de hablar. Entonces un alfa se interna entre los pasillos en busca de mercancía para vender.

—Gamma, iras al escenario. Cosa, tú también, te darán una segunda oportunidad.

Gael gruñe por como ese sujeto llamó a León, pero el niño sólo lo ignora y sale de la jaula cuando esta es abierta. El rizado también sale de mala gana, aunque no lucha en ningún momento y sólo sigue las ordenes.

Antes de ir al tal "escenario" el alfa lleva a los prisioneros a los baños para limpiarlos. Así quita la sangre y suciedad del cuerpo de las mercancías, para dejarlos presentables para las damas. Ya que el escenario es un lugar exclusivo para mujeres alfa que buscan diversión y cosas que comprar.

—Veamos si te largas de aquí de una vez —comenta el mismo alfa que lleva a ambos hacia su destino. Éste se refiere a León y su estancia en ese lugar. El pequeño está a punto de saltar por el cuello del hombre, pero Gael lo detiene tomando su brazo.

—Sólo haz lo que dicen, todo será más sencillo —le aconseja por medio de un murmuro.

León se molesta con la actitud conformista del gamma pero acepta seguir su consejo. En lugar de pelear, como siempre lo ha hecho, ahora obedece las ordenes del alfa a cargo.

—Esperen aquí, las damas vendrán y podrán probar la mercancía todo lo que quieran. Si tienen suerte algunas de ellas los comprarán. —El alfa deja a ambos sentado en un sillón de tapiz rojo. Están dentro de una habitación bastante grande, las luces están bajas y el color rojo predomina en las cortinas, los muebles y en las paredes. Además todo huele bien en ese lugar, es una mezcla de fragancias florales.

—Que interesante —comenta Gael al mirar a su alrededor. También deduce porqué llaman escenario a ese lugar por la especie de pasarela que hay en el centro. Él supone que es para que las clientes puedan verlos con más detalle. El rizado no se queja en lo absoluto, tener a un grupo de mujeres que esperan por él es un poco alagador y sacará provecho de eso. Siendo un gamma sin tribu las posibilidades de encontrar pareja son nulas y él planea encontrar a su elegida antes de que su celo llegue. Es una carrera contra el tiempo.

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